Denis Villeneuve es un cineasta completo que no ha tenido ningún bajo en su filmografía.  “Dune Part II” demuestra lo bien que sabe dirigir y que quien tome la antorcha de la saga, tiene un reto enorme.

Después de haber visto esta secuela, hay que aclarar que el filme es una experiencia por sí misma que debe ser vista como una sola.  Desde el primer minuto, que arranca exactamente donde acababa la primera entrega, Dune no te suelta. Te agarra y te arrastra hacia los desiertos de Arrakis para que sientas el calor en la piel. La falta de agua y lo árido del clima desértico -me encantaría poder ver cómo han recreado todo esto para que no se note absolutamente nada el CGI-.  La primera parte (Dune Part I) nos ha permitido ver toda la presentación del universo, conocer sus personajes, sus problemáticas y ambientarnos a ella.  Pero ya para “Dune Part II”, podemos dedicarnos a la evolución de los personajes, conocer el verdadero conflicto y hasta darnos espacio para los giros que trae la historia lo cual nos agarra desprevenidos.

Dune Part II

Es un filme colosal. Y, lo que es más importante, aunque sea una película con un marcado sello autoral, es también la prueba de que su director es lo suficientemente inteligente para conseguir que su reparto -repleto de nombres de increíble talento- sean los que más brillen en esta función.  Timothée Chalamet es impresionante en el personaje de Paul Atreides.  Lo absorbe por completo y lo hace suyo.  Impresionante como hasta el tono de voz cambia ligeramente después de la escena del agua hasta el final del filme.  Austin Butler tiene una joyita de papel y el jovencísimo actor es capaz de crear pavor no solo en sus enemigos sino en el propio espectador.  El actor nominado al Oscar por su papel en “Elvis” ha demostrado que no está estancado como algunos medios quieren insinuar y logra un excelente villano.  Sin embargo, el corazón de la película no es otra que Zendaya.  Es increíble como la joven demuestra hasta sin palabras, solo con gestos.  Como puede mostrar miedo, compasión, amor y hasta duda con sus gestos, su mirada y hasta sus poses.  Hablar del reparto coral que tiene el filme donde TODOS destacan es para dedicar lo escrito para ellos.  Rebecca Ferguson (Silo) impresionante, Stellan Skarsgard nunca defrauda, Javier Bardem es uno de los mejores en el filme dando sin intención, la vena cómica pero no cayendo en el humor burdo sino ocasional y con una actuación en donde creemos su fanatismo.  Josh Brolin y hasta el legendario Christopher Walken comprometidos con la causa.  Tal vez quienes no logran estar mejor paradas es Léa Seydoux y Florence Pugh, quienes tienen un papel menor, que tal vez se desarrolle en la tercera entrega.  Esto es narrativa a primer nivel.

El nivel de detallismo que podemos apreciar en su apartado visual es incluso superior y una vez más, merecedora del Oscar dentro de esta categoría. La epicidad, el cuidado al detalle, la fotografía y todo ello en combinación con unos efectos especiales de ultimísimo nivel, la convierten visualmente en una de las mejores películas que he visto en mi vida en este aspecto.  La fotografía a cargo del australiano Greig Fraser, donde destacan esos paisajes áridos y esos atardeceres dignos de postales.  Un espectáculo visual impresionante.

La banda sonora (una vez más producida por Hans Zimmer), no decepciona, de hecho, utiliza las mejores piezas de la primera parte y nos deleita con nuevas creaciones sobre la línea en esta secuela, que, junto a las espectaculares imágenes y la impecable narrativa, nos ofrecen una inmersión total con mucho gusto y detalle.

Mi única pega al filme del gran Denis, es que el mismo director para el tramo final acaba la tan mencionada “gran batalla” en menos tiempo que lo que canta un gallo.  Que sí, es impresionante pero falta épica en ella.  Luego trata de compensarla con una batalla a la altura, unas impresiones de personajes, y una increible improvisacion del actor Austin Butler.

“Dune Part II” sigue cumpliendo con lo que se le presupone: Ser un tremendo espectáculo que consigue impactar al espectador haciendo que sus casi tres horas de duración se pasen en un suspiro. Pero, también, es capaz de ser una cinta que invita mucho a la reflexión. No es casual que la cinta sea capaz de tocar de forma tan acertada problemáticas que se pueden perfectamente trasladar a nuestro día a día como el fervor religioso descontrolado, los fanatismos, los tejemanejes políticos y las múltiples formas de controlar a un grupo de personas.

Veredicto

Dune: Parte 2 es un regalo para los amantes de la ciencia ficción. Una cinta que completa la adaptación más certera de la novela que sentó muchas de las bases del género. Un Blockbuster con un aroma único y que enriquece enormemente el catálogo dentro del cine comercial.

8 / 10

“Road House” es un remake de una película del mismo nombre que salió en 1989, con el fallecido Patrick Swayze, la bella Kelly Lynch y un Sam Elliott rejuvenecido.  En aquel entonces la película fue un desastre en crítica pero para el público fue algo agradable y entretenido (y muy olvidable).

¿Es el remake de Doug Liman algo que merezca la pena? En resumen: es una pérdida de tiempo.

Y es que el filme no hay por donde tomarlo.  La historia es simple: Dalton es un ex luchador de UFC que acepta un trabajo de seguridad en un bar en Los Cayos de Florida, para descubrir que hay una conspiración con narcotraficantes en la zona.  El argumento no es que invite a mucho, la composición de esta, con giros ridículos, un guión torpe (los diálogos son absurdos) y un desarrollo de personaje que da pena.  Dalton es un cartón, ni más ni menos.  Se la pasa por todos lados con una sonrisita absurda y nos dan a entender que al ser luchador de UFC es suficiente hasta para desarmar a más de cinco personas armadas hasta los dientes.

Jake Gyllenhaal no parece esforzarse en nada y se la pasa paseando por la pantalla enseñando el cuerpo.  Y lo peor de todo es que a pesar de eso, el único que está actuando es Gyllenhaal y Billy Magnussen (este podría ser un buen villano si los directores empiezan a verlo con seriedad).  Daniela Melchior (The Suicide Squad) hace lo que puede pero luego parece darse cuenta que no hay mucho que hacer y va en piloto automático.  Y ni hablemos de Conor McGregor que parece un chiste de personaje.  Al inicio es tan irrisorio que uno se divierte con una de las presentaciones de villanos más extrañas que se ha visto en los últimos dos años.

Pero es que “Road House” entretiene después de un largo tramo y por momentos específicos.  Hay que pasar casi 45 minutos sin que suceda absolutamente nada.  Vemos como personas random empiezan una pelea en el bar por razones tan absurdas como que no les gusta la banda, o simplemente alguien llegó y vio a alguien con un bigote que no le gusto.  De hecho, hay una escena tan absurda donde hay una pelea tan salvaje donde aparentemente algunos han muerto y la banda se mantiene tocando.  Y si funcionase como parte de un chiste, pero la película se lo toma tan en serio que hace que nos quedemos de cuadros.

El peor es que casi se abandona por completo la trama del bar, que parece ser una excusa para que su protagonista se convierta en una especie de boina verde ridículo, con conocimientos hasta en explosivos, y cuya única habilidad parece ser la de dar golpes a diestra y siniestra, aparentando que no le gusta hacerlo, y que su pasado le atormenta.  Por lo demás, la trama del bar, parece más una excusa, para poder decir que es un remake de la película de 1989, que una parte necesaria del argumento de esta historia.

Lo dicho, esta versión de “Road House” es una absoluta mediocridad, indigna de su director, un perdido Doug Liman, que es incapaz de definir una trama o un personaje, en las 2 horas que dura la película.

Veredicto

Road house pretende ser un remake, pero se queda en el verbo. Si has visto la obra original y después visionas esta otra, parecen dos películas completamente diferentes.

3 / 10

Cuando leí “3 Body Problem”, lo primero que pensé es que esto sería una buena película a manos de directores de ciencia ficción moderna como un Doug Liman, Gareth Edwards (‘The Creator’), y como no, hasta un Christopher Nolan puede sacarle mucho partido.  Sin embargo Netflix (con su plan en marcha) ha comprado los derechos de los libros y ha decidido hacer una serie de esta historia.

Para ello han contado con David Benioff y D.B. Weiss, quienes actualmente no cuentan con la mejor reputación, al menos de cara al público y más después de lo que se hizo con la última temporada de Juego de Tronos.

La historia de “3 Body Problem” se divide en varios tiempos, dando inicio en los 60´s en China, donde Ye Wenjie, una científica que hace contacto con seres de otro planeta desate una futura invasión.  Obviamente la historia es más profunda de ahí, y créanme, he tratado de disminuir la sinopsis lo más que pueda para no dañar la experiencia.

El grueso de la acción se desarrolla en el Londres actual, donde el drama histórico da paso al ‘thriller’ antes de que la ciencia ficción empiece a filtrarse en la ecuación.  Benioff, Weiss y Woo remezclan a su gusto a algunos personajes, aportan algunos nuevos o se traen a la trama del primer volumen a creaciones que no aparecían hasta el segundo y tercero. Cambian también el tono de los libros, apostando más a conciencia por el humor o la emotividad. Sin descartar los conceptos de ciencia y física, buscan una ciencia ficción algo menos ‘hard’, capaz de atrapar al mayor público posible y no repitiendo el error de David S. Goyer con “Fundación”.  Tal vez aquí es donde pierda algo de fuerza la serie, porque por momentos la historia parece ir a una velocidad exagerada y luego se detiene de golpe.  Tenemos capítulos donde sucede un acontecimiento que hace que los personajes se vean afectados por largo plazo, pero al siguiente capítulo parece haberse olvidado de ese acto (como es la revelación con el videojuego por parte de dos personajes).

Cuando el cineasta Denis Villeneuve (‘Dune‘) declaraba hace poco odiar el diálogo y lo señalaba como herramienta básica de teatro y tele, parecía olvidar o simplemente ignorar la clase de potencia visual que pueden ofrecer las series desde hace tiempo. ‘3 Body Problem’, muy bien dirigida por Derek Tsang (la nominada al Oscar en 2021 ‘Better days’), Andrew Stanton (‘WALL•E’) o Minkie Spiro (‘Barry’), es otro paso adelante, uno de gigante, en una evolución sin aparentes límites.

En cuanto a las actuaciones pues hay personajes muy carismáticos gracias a los actores, como es el caso de Benedict Wong como el detective, John Bradley, Rosalind Chao o Jess Hong quienes logran conexión inmediata con el espectador, algo que no lo consigue el personaje de Eiza González o el Alex Sharp que su desarrollo es caótico y encima la forma en como lo representan pueden causar molestia en el espectador.

La música está a cargo de Ramin Djawadi, gran colaborador de Benioff y Weiss, quienes han dado en el clavo nuevamente ya que algo de lo mejor que tiene la serie es su música, principalmente en las escenas reveladoras.

Al final del día “3 Body Problem” es una serie entretenida que vale la pena verla más que nada porque la historia es bien interesante y entretenida.  ¿Tiene fallas? Claro que sí, pero no es algo que vaya a dañar la experiencia.

Veredicto

A pesar de algunos fallos en la caracterización, la serie es una obra de ciencia ficción ambiciosa e inventiva.

6 / 10

“Dream Scenario” es la segunda película del director noruego Kristoffer Borgli.  Su primer largometraje fue “Sick of Myself”, que al igual que esta, es una comedia negra y surrealista que retrata la sociedad actual.

En esta ocasión el filme trata como un profesor común y corriente, con una vida bastante normal (casi tirando a aburrida) empieza a ser fenómeno a nivel nacional cuando las personas empiezan a soñar con él, sin ningún tipo de explicación.  Solo aparece en los sueños mirando cómo ocurre el sueño.  Su vida se transforma en una pesadilla kafkiana, en la que tiene que lidiar con la fama, el acoso, la paranoia y el miedo y nadie sabe por qué.

Nicolas Cage es Paul Matthews, y como protagonista, está espectacular, ya que transmite la angustia, la confusión y el humor de su personaje con mucha naturalidad y expresividad. Físicamente caracterizado como otra persona muy diferente (a él mismo se le ocurrió el peinado), esto ayuda a no prejuzgar y poder obviar los últimos papeles que venía haciendo y así darnos cuenta del excelente actor que es.  Porque no nos confundamos; más allá del histrionismo del actor, principalmente en los 90 ́s, este señor nunca ha defraudado.

Julianne Nicholson (Mare of Easttown) está genial en su papel como la esposa de Paul cumple.  Lo mismo con otros secundarios como Michael Cera, Tim Meadows, Amber Midthunder o el mismísimo Nicholas Braun, que solo pasan para cobrar el cheque e irse.  Aunque claro, toda la atención está realizada para que vivamos desde el punto de vista de Paul todo lo sucedido.

“Dream Scenario” toca varios temas, y todos relacionados con la actualidad: desde el manejo de las redes sociales, la notoriedad de los medios a casos banales, y como la cultura actual alava a una persona simplemente por hacer absolutamente nada y luego la destruye por pura “percepción”.  El guión, muy inteligente y bien construido, crítica eso sin despeinarse.  Increíble la escena cuando los estudiantes deciden cancelar a su profesor preferido simplemente porque en sus sueños él hacía cosas que ellos entienden que está mal.  Pero el guión no se queda solo en eso, sino que también critica fuertemente las actitudes de hoy en día, como es la tentación de las personas a querer ser virales o cómo juzgamos a los demás por el hecho de que entendamos que hacen algo que entendamos que no han hecho.

La aparente super importancia de las redes sociales, que tantos quebraderos de cabeza da a algunas personas, que a veces les hace profundamente infelices, hasta que no pueden más y abandonan las dichosas redes sociales, para descubrir, que todo lo que antes era un infierno, ahora es irrelevante. Lo que parecía un punto sin retorno, pasa a ser un reconfortante reseteo.

En esta película, el tratamiento de la imagen es muy especial y cuidado, ayuda a crear un clima de suspense e intranquilidad que a veces es muy sutil y otras más despiadado. Algunas escenas están construidas como auténticas y genuinas obras de terror, La fotografía de Benjamin Loeb en “Mandy”(2018) tiene momentos puntuales que, por las tonalidades de la decoración, la iluminación o algún sonido estridente de piano, recuerdan mucho al gran «Hotel Overlook» de la película “El Resplandor” de Stanley Kubrick.  Aquí el director se cuida bastante y juega con distintos estilos.

Invito a que todo el que vaya a ver esta película, lo haga sin ver el trailer (aunque lo incluya debajo) para que pueda disfrutar de la experiencia más completa.

El filme (“Dream Scenario”) nos hace reflexionar sobre cómo la gente puede llegar a dejarse influir por las corrientes de opinión reinantes y el daño que esto puede hacer a las personas. Y lo imprescindibles y super importantes que parecen las redes sociales hasta que nos damos cuenta de lo banales y anodinas que pueden ser.

Veredicto

«Dream Scenario» no solo cumple con las expectativas, sino que redefine los límites de lo que una película puede lograr cuando se fusionan la originalidad, el talento actoral y un concepto y guion excepcional.

7 / 10

Me tope con la simpleza, con lo más básico del cine bélico y si, funciona. Land of bad estrenada el pasado 16 de febrero se hizo notar enseguida por su sólida acción sin rodeos.

Dirigida por William Eubank, conocido por sus trabajos en “The Signal” “Broken city” y por una de sus más tristes direcciones “Underwater”, pero en esta vemos luz al final del túnel, vemos a un director relajado que no quiso dar tantos pasos agigantados a su trabajo realizado en Land of bad.

Sin Russel Crowe (The Pope Exorcist) como uno de los estelares, puedo asegurar que la película pasaría desapercibida, ya que su actuación rápida, concisa, fresca le dan un toque de naturalidad a la trama, podemos notar a primera instancias que que el veterano no ha llegado más lejos por sus propios demonios internos, vemos también compartir escenas a los hermanitos Liam y Luke Hemsworth, con unas actuaciones insufribles, algo pobres para llevar a la cabeza el filme, Luke se lleva la delantera en una que otra metidas de pata en cuanto a su participación. El villano en este caso uno de más rango ¿valla sorpresa no? Pues fue todo un pusilánime, un oficial desconectado totalmente de su papel, que si bien era de hacer de “malo” fue más bien de carita para cubrir bondades.

Land of bad es una fílmica sobre lo que sobre pone en la mesa cuando los grandes comandos están a merced de drones y de la inteligencia misma, ¿será que podrían ganar sin esta ayuda extra? Claramente los dilemas del uso de estos juguetes serán puestos en duda por el espectador. Se combina la cotidianidad de un grupo de soldados con la impasible vida que llevan algunos bajo fuego enemigo.

Lo que se percibe a simple vista es la falta de poder ajustar la Banda sonora con lo que querían contar, cuesta un poco poder llevar el ritmo de la película cuando el sonido te dice una cosa, pero pasa otra totalmente distinta, recordemos sin restar méritos la importancia que conlleva esto en el cine a la hora de elegir una buena producción audiovisual y sonora, sin duda esto le resta algunos puntos. No es un guion original, podemos encontrar tal vez la misma trama algunas diez veces, pero las actuaciones y la misma acción básica sin tantos rodeos la hacen interesante y decente al espectador, que al final de cuentas quiere ver algo de un filme de pura acción. La forma en la que se uso el equipo, la tecnología a su favor, realmente fue de lo mejor en Land of bad.

La premisa ofrece un claro escenario de misión de rescate, varias escenas de acción generan un suspenso casi perfecto en la emblemática selva de Thailandia, sin embargo los villanos tan absurdos hunden un poco el propósito de la película, sigo manifestando que Russel Crowe ha sido lo mejor y vital para esta fílmica. Land of bad muestra los detalles de un thriller básico y eficaz al espectador, aún con sus surcos en el guion es sumamente agradable de ver.

No es un plan de “ha tirar por premios” nada que ver, es acción pura y simple, armas, equipos tácticos y como el poderío de los que tienen el poder pueden contrastar con el bien y el mal.

Land of bad es acción pura y refrescante, no esperes más de ella, la típica bélica con muchos escenas sólidas y otras no tanto, Russel nos sigue entregando cortas pero buenas actuaciones.

Veredicto

Esta película, con unas de las tramas más simples que puede tener un thriller de acción, engancha al espectador y eso hace que se olviden un poco los surcos en el guion, dejando claro que si se puede disfrutar en lo básico del cine.

6 / 10

En 1980 se estrenó la miniserie “Shogun”, que narra la historia de John Blackthorne, un navegante inglés que es tomado prisionero por un señor feudal japonés, todo esto basado en un libro del mismo nombre que salió en 1975.

Aquella miniserie no es nada mala y funciona bastante bien como historia sobre el Japón feudal de XVIII, detallando que son los shogun, que pasó en esa época y trata de detallar cómo era la vida en ese entonces.  Obviamente por el tiempo, aquella serie tenía limitaciones, algo que en este caso Disney (recordemos que compró a Fox) no ha tenido reparo en el presupuesto para replicar el éxito de esta serie y probablemente ser candidata a premios en este 2024 (que no dudo lo será).

La serie contará con diez episodios y ha sido creada por Justin Marks y su esposa Rachel Kondo, en conjunto con otros más productores Hiromi Kamata (quien participó en Monarch: Legacy of Monster), o Charlotte Brandstrom (The Rings of Power), y contando en la actuación con una leyenda como es Hiroyuki Sanada (John Wick 4, Bullet Train) como el señor feudal, a Cosmo Jarvis como John, el navegante inglés y Anna Sawai, Nestor Carbonell o Tadanobu Asano, por mencionar algunas caras conocidas.  Todos interpretando con solvencia, y dejando claro que si la serie tiene algún defecto, en las actuaciones no será.

El primer episodio de los diez que conformarán la serie Shōgun sirve, como no podía ser de otra manera, para ponernos en situación, pero también para comparar cómo la serie de FX se comporta frente a una novela que, en su mayoría de ediciones estándar, tiene más de 1000 páginas. Y aunque las comparaciones son odiosas, también pueden servirnos para hacernos una idea de si una adaptación merece o no nuestra atención, como es el caso.

La serie cuenta con un apartado visual excepcional, y trabaja con mucho respeto y rigor histórico.  Aunque está plagada de detalles, un problema es que peca de entusiasta y sobre todo presupone en el espectador una cierta cultura en cuestiones tanto históricas como religiosas, algo que la miniserie de los 80 tuvo la decencia de explicar y que otras producciones como Tokio Vice ha hecho de una forma impecable.

La serie se toma licencias, cómo no, pero nos presenta un marco histórico muy bien representado sobre el que construye una historia de traición, lealtad y honor.

Hay que reiterar que Shōgun tiene unos valores de producción altísimos, algo que se nota desde el comienzo, con una escena de créditos inicial esmerada y cuidada como pocas últimamente.  Sin embargo hay algo en particular que me rechina, y es la difuminación excesiva de los fondos a la que además acompaña a veces (no siempre) un efecto ojo de pez que, si bien sirve para centrar nuestra atención en los protagonistas y parecer que se ha grabado hace años, llegando incluso a parecer fotografías antiguas, distorsiona demasiado lo que está detrás y desdibuja unos detalles que seguro están ahí pero no podemos contemplar.

En la música Atticus Ross se une con Leopold Ross, nuevamente, para crear melodías muy particulares tomando como influencia la música Gagaku y Tenchu, muy particular de las cortes japonesas de la época.

Shogun es una serie muy bien lograda con un nivel de producción impecable y excelente, que tal vez peca por ligerezas pero aun así no está nada mal.  Sin duda una de las mejores del 2024 y que será perfilada por el estudio como lanza para los premios sin temor a equivocarme.

Veredicto

Shōgun’ se erige como una de las series más atractivas e impresionantes del año.

8 / 10

Había olvidado escribir sobre “Leave The World Behind”, no porque sea mala sino porque en ese momento había muchas otras cosas de por medio, pero no podía dejar de plasmar mis pensamientos sobre este filme.

Película conspiratoria en la que una familia va a pasar unas pequeñas vacaciones a una casa alejada de su ciudad con el fin de desconectar.  Esta casa alquilada por Airbnb, se verá invadida en medio de la noche por el mismo dueño quien aparece repentinamente diciendo que el mundo está pasando por una crisis que él mismo no sabe explicar.  A partir de aquí todo lo que veamos será desde la perspectiva de las familias en la casa, por lo que la información que llegue, la vamos a saber todos.

La constante tensión que “Leave The World Behind” logra crear con respecto al hecho de no saber qué le sucede al mundo, consiguiendo únicamente a base de teorías de los personajes, haciendo de la narrativa de la cinta una débil línea que puede ser destruida o sustituida en pocos segundos, siendo esta fragilidad la que le da fuerza.  Y es que Sam Esmail (creador de Mr Robot), nos pone en una situación que vivimos actualmente: ¿que sucede si toda esta tecnología que tenemos en donde nos enteramos de todo y hacemos todo, de repente no funciona y la única fuente de información que tenemos es en base a lo que nos va llegando de terceros?

El ordenado caos del que poco a poco somos partícipes saca a relucir la capacidad de constante perplejidad que la obra nos logra transmitir, que pese a abusar por momentos de ella y dejar sin espacio otros aspectos, está lograda con contundencia.  Sorprendentemente, estamos ante una obra valiente en su ejecución, que aun siendo producida por Netflix, nótese que han dejado trabajar a su autor con libertad creativa, evidenciando de nuevo que esta es la mejor manera de crear un filme. Las inquietantes secuencias de la cinta cobran fuerza gracias a la creatividad del director, que ha sabido dirigir a un más que competente elenco, de manera que las actuaciones han comprendido el guión eficazmente para plasmarlo en sus personajes. La película pretende hacerte reflexionar sobre la vida en sociedad. El humano, al igual que el animal, es un ser sociable por naturaleza. La única diferencia es que el hombre/mujer tiene la posibilidad de decidir si pertenecer a un grupo, o aislarse pensando en que de este modo todo puede ir mejor.

Magnífica dirección y manejo del suspenso, que puede incluso sacar pecho frente a directores de renombre como Jordan Peele o M. Night Shyamalan.  Momentos que parecen que rompen la cuarta pared, planos para incomodar, y otros elementos son los que utiliza Esmail para poder inquietar al espectador consiguiendolo por mucho.  Vuelve a trabajar con Mac Quayle en la musica para darle ese caracteristico sonido industrial electronico como fue en “Mr Robot”, mientras que la fotografia vuelve otra vez con otro gran conocido del director como es Tod Campbell, donde el rojo y el negro destacan en todo momento.

La película es muy simbólica en todo el sentido de la palabra, donde las imágenes, sonidos y diálogos tienen un significado.  Y es entendible que la película no guste mucho a una gran parte del público porque es muy abierta y muy ambigua.  Deja que sea el espectador el que vaya armando el rompecabezas junto con la familia, y como dije anteriormente, la información que reciben los personajes es la misma que recibiremos nosotros.  Ni más ni menos, por lo que es entendible que muchas personas se queden en cuadros esperando algo más.

Al final del día “Leave The World Behind” es un buen film que recuerda mucho a series como “Black Mirror” o alguna de Jordan Peele como fue “Nope”.

Veredicto

«Leave The World Behind» sorprende por su originalidad artística, su enrevesado guion y sus buenas actuaciones, creando un thriller psicológico apocalíptico, que gracias a Sam Esmail

7 / 10

Killers of the Flower Moon está basada en la novela homónima de David Grann y cuenta la historia de los asesinatos de los habitantes de la nación Osage en Oklahoma en los años 20, después de que se descubriera petróleo en sus tierras. El FBI interviene para resolver los crímenes y descubrir la verdad detrás de ellos.

En términos de actuación y personajes, el reparto de la película se destaca, con actuaciones notables de Leonardo DiCaprio, Lily Gladstone (a esta le dedicaré un párrafo), Robert De Niro y Jesse Plemons. DiCaprio interpreta a Ernest Burkhart, un hombre casado con una mujer de la nación Osage, papel que encarna Gladstone, mientras que De Niro interpreta a su tío, un hombre ambicioso que busca enriquecerse a costa de los Osage. Plemons interpreta a Tom White, el agente del FBI encargado de investigar los asesinatos. Todos los personajes están bien desarrollados y son interesantes de seguir.

El gran descubrimiento de la película es el de Lily Gladstone, una actriz desconocida para el público, a la que descubrió Kelly Reichardt en «Certain Women: Vidas de mujer (2016)» y posteriormente en «First cow (2019)». La joven intérprete está magnífica, en un personaje como el de Mollie al que es difícil no coger cariño, y que tienen unos cambios de registro creíbles, transmitiendo mucho tanto cuando sonríe como cuando está más enfadada. Un acierto la elección de Gladstone para el papel de esa joven perteneciente a la tribu de los Osage.

Hablar de Scorsese (The Irishman) es hablar de calidad cinematográfica.  Puede gustar o no, pero dudar de esa calidad es una locura.  Lo digo porque la dirección que tiene Killers of the Flower Moon es excelente, como siempre, y la cinematografía y el diseño de producción son impresionantes. La película está ambientada en los años 20 y la recreación de la época es muy detallada y realista.  Una vez metidos en los engranajes de unas vidas miserables, no para de angustiarse hasta el final. Si bien nos hace sentir parte del problema, nos deja claro el bando al que debemos adscribir. La moral es baja, pero sin lugar a duda. La película no juega a cambios de posición: ni engaños ni equidistancias. Scorsese no defrauda.

Lo que sí ocurre es que te hace sentir mal, muy mal, durante muchos minutos. Y cuando casi ha acabado con todo lo que podrías amar, llega a su tercera hora (recordemos que son casi 3 horas y media) y se paraliza. El metraje ahora parece kilométrico y sin curvas. Lento. Muy lento. Su final acelera y por fin vemos cuál era el propósito desde el principio. Pero ha costado llegar. Scorsese se alarga.  Y esto hizo con The Irishman, en la cual después de dos horas de metraje, vemos que aun nos falta una hora completa y un poco más para en su tercer acto acelerar de tal manera que nos hace pensar (al igual que aqui), “¿no podía contar esto en menos tiempo?”.

Ojo, que hablo en base a otros espectadores, que poniéndome en sus zapatos, esto puede ser un sacrificio que no quieren asumir, algo que yo, personalmente, he disfrutado.

Los aspectos artísticos y técnicos están muy bien trabajados en esta película, con una dirección de fotografía de Rodrigo Moreno, el habitual de las últimas películas del director, espectacular, y una banda sonora compuesta por Brian McOmber que ayuda a situarnos en ese lugar y esa época, y que no es nada repetitiva, pese a que tiene un tema central que escuchamos bastantes veces con algunas pequeñas variantes.  Premios de la Academia, por seguro.

He de reconocer, no obstante, que Killers of the Flower Moon no es perfecta. Tengo problemas con determinadas fases del metraje, el tratamiento de la violencia a veces puede resultar demasiado gratuito, y por lo que a mí respecta, el guión se habría beneficiado de un un mayor subtexto simbólico de haber profundizado más en la cultura y misticismo religioso de los Osage.  Después de más de 200 minutos de película, casi suena a broma que el desenlace final te lo cuenten en 3 minutos un grupo de músicos y locutores salidos de no se sabe dónde en un salón bar.  Y aquí señores, es que Scorsese termina de matar su propia película y aunque me parece la mejor del año pasado, es sin duda el problema más grave que tiene.

Veredicto

Costará revisitar una obra así, densa y dura, pero es una gran película que goza de una fotografía magistral, una banda sonora muy apropiada aunque repetitiva y una visión de la culpa y del daño que bien merece una ovación.

8 / 10

Nunca se sabe cuando uno se puede enfrentar a una película que te sorprenda gratamente. En esta ocasión el resultado lo consigue sobradamente. Y es que “American Fiction”, basada en un libro llamado “Erasure”, es una película recomendadisima.

Incluida en nuestro top de las mejores del 2023, el director de adaptar esta novela es Corld Jefferson, quien solo ha participado en series (en Succession o Watchmen).  Es también el encargado de adaptar el guión y ambas cosas las realiza notablemente, seguro que el escritor de la novela está gratamente agradecido y satisfecho.

Satisfecho, porque “American Fiction” es una historia que se sostiene a base de diálogos ácidos e inteligentes de alto nivel, retratando a un protagonista tan ácido como fugaz, donde sus respuestas son tan filosas como destructivas.  Pero no solo el protagonista, sino todos los personajes están blindados con buenos diálogos y encima un desarrollo impecable donde hasta lo más mínimo es tomado en cuenta.

El contexto inteligente de la trama queda claro desde el inicio y el humor remata cada una de las frases que se escuchan, eso sí, un humor especial, ácido y retorcido como su protagonista, pero altamente perspicaz. Son muchas las frases demoledoras que prefiero no mostrar para que sean los espectadores nuevos los que disfruten de ellas con numerosos “disparos” a diestra y siniestra, y todas a situaciones sociales.  Genial la escena sobre los autores de color en la libreria, o cuando estan los jueces debatiendo que libro deberia ganar.

Es el veterano actor Jeffrey Wright el que da vida al complicado y especial protagonista, entendiendo su mente, sus manías y sus virtudes, para acercarnos a la inusual e inteligente forma de ser del escritor. Un papel complicado e interesante que requiere un gran esfuerzo con un resultado muy digno. El protagonista es acompañado por secundarios que no desentonan en absoluto como es Sterling K. Brown, Issa Rae (Barbie), y otros secundarios que parecen que hacen un cameo por tan poco tiempo pero aun así logran un impecable trabajo como Tracee Ellis Ross o Adam Brody (Shazam 2).

La trama de “American Fiction” que no la he mencionado, es simplemente la de un escritor que después de ver cómo sus obras, todas bien elaboradas, no son populares y decide, como broma, hacer una historia falsa llena de errores, con una historia mediocre y con seudónimo de una persona que ha estado en prisión, lo cual para sorpresa de nadie, se convierte en el libro número uno en ventas.

American Fiction es una comedia brillante e inteligente. Y ya se sabe que las comedias inteligentes no abundan, ni tampoco se valoran con suficiente esmero en comparación con otros géneros. Por eso, denle una oportunidad a una de las mejores películas del año, que no solo se contenta con hacer reír, sino que entre sus hilarantes diálogos sirve para ridiculizar algunos de los aspectos más estúpidos de nuestra sociedad.

8 / 10

Hay películas o series de las que trato de no escribir si son bastante malas, como el caso de “Madame Web”.  Pero con el caso de “Mr and Mrs Smith” es distinto.

Y es que no le veo sentido a escribir algo para dañar, cuando sabemos que el producto final es mediocre, y vuelvo a tomar de ejemplo el caso de la última película de superhéroes de Sony.  Sin embargo, hay productos que el estudio promociona como si fuese algo excelente, que han aprendido de los errores y que buscan dar “algo más refrescante” o la famosa frase “un giro de tuercas” a lo que ya estamos viendo.  Algo así sucedió hace poco con “Spiral”, que era un reinicio a la saga de Saw.

Y lo mismo sucede ahora con la última serie de (Amazon) Prime, creada por Donald Glover y Francesca Sloane, y basada en la película aquella del 2005 con Brad Pitt y Angelina Jolie.  En la producción se encuentra Hiro Murai (Atlanta), al cual creo que engañaron para que aportará dinero porque de su estilo no vemos nada.

La historia de “Mr and Mrs Smith” es simple: John y Jane Smith, es un matrimonio emparejado por una misteriosa agencia de espionaje, los cuales les están otorgando misiones tras misiones y en donde la separación no es una opción.  Esto abre la puerta a un sin numero de situaciones, de las cuales invita a la accion, el humor negro y, en caso de estar bien elaborado, espionaje en plan thriller.  De hecho, lo más interesante es que Donald Glover y el grupo, solo tomaron la idea original y jugaron con esto.  Y eso me gusta, porque quien me ha leido sabe que me gusta lo nuevo, lo fresco, e incluso, me gusta el riesgo y cuando en el cine se hace, pues se agradece.  Pero cuando se hace bien.

Mi problema con la serie no es con las escenas de acción, las cuales me parecen aceptables e incluso bien rodadas.  Mi problema con la serie es con su guión y su falsa venta de “esto es algo nuevo y diferente”, porque no lo es.  De inicio la historia es apresurada y en tan solo ocho capítulos nos quieren contar algo que parece suceder en 1 año y no le dan la libertad de que se desarrolle bien. Parecen haber muchas situaciones que pasan fuera de los capítulos y sólo nos enteramos por lo que dicen los personajes.  De hecho, es inaudito que nos tengamos que enterar de una misión “importante” por menciones en una conversación que casi puede ser random.

A todo esto, le debemos sumar el engaño que te hace sentir al encontrarse con otra serie de acción que fácilmente puede ponerle el logo de Netflix y venderla como tal.  Y aquí mi segunda queja, llega un punto en que se hace bastante genérica.  Con la increíble oportunidad que tenían (y tienen) para explorar las diferencias de una pareja cuando deben trabajar juntos a pesar de que empiecen a odiarse, o algo distinto.  Sin embargo, tenemos diálogos sobre la diversificación y lo mismo que vemos en tantas y tantas series hoy en día.

En cuanto a las actuaciones, “Mr and Mrs Smith” tiene a Donald Glover bien entregado en su papel, lo cual no sorprende ya que sabemos lo increíble actor que es.  Luego está Maya Erskine a quien conocí por “Plus One”, que lamentablemente pasó sin pena ni gloria, con lo divertida que es.  Y un grupo de secundarios casi cayendo al cameo como es el caso de Paul Dano, Sarah Paulson, Wagner Moura o John Turturro.

Al final del día “Mr and Mrs Smith” es una serie que pudo ser mejor, que pudo ser divertida, que pudo ser diferente.  Pero prefirió quedar en ser otra más del monto.

Veredicto

Mr. & Mrs. Smith’ tiene sus encantos. Pero todo se construye sobre los tambaleantes cimientos de un romance que es más interesante en teoría que en la práctica.

3 / 10