El problema que se dijo de “Encanto” era de “apropiación cultural”. ¿Cómo era posible que una empresa como Disney se lucrara con un tema meramente colombiano? Pregunta que podemos hacernos con “Emilia Perez”.

El filme, que narra como Rita, una abogada que acababa de ganar un mediático caso en donde sus supervisores tomaron todo el crédito, un día recibe una oferta que le cambiará la vida: ayudar al narco más peligroso de México en hacer una transición de cuerpo y de vida.  Después de lograr su objetivo, Rita desaparece para vivir su nueva vida, pero el pasado es paciente y les llega a todos.

Entre sus graves errores está el concepto, terriblemente plasmado en un filme que toca temas delicados de una forma tan banal y absurda, que pareciera que lo hace adrede y para llamar la atención y es casi inaudito ver en las entrevistas y los detras de camara como el equipo tomó esto con toda la seriedad posible.  Temas como el narcotráfico, la identidad sexual, el abandono y hasta el mal trato laboral son tocados con una frialdad terrible que parece no tener cabida en una persona que haya hecho una ligera investigación.  Y no es tanto por su forma, un tanto infantil de hacer musicales, sino en cómo toca el tema.  Escuchar el relato de Manitas sobre como no se siente identificado con su cuerpo, entre lágrimas, para luego hacer una especie de coreografía y en consecuencia hacer una escena superficial en un restaurante junto con Rita, es casi de un humor rancio.

La puesta en escena de “Emilia Perez” tampoco se salva, porque entre saltos temporales que resultan incongruentes y con un guión bastante conveniente, el sentido desaparece.  Lleva hacia delante esto sin mucha importancia y luego le exige al espectador que lo tome con la seriedad que amerita, pero el espectador se ve forzado constantemente a hacerse preguntas en el camino acerca de cómo sucedió o cómo se llegó a ese recorte y brevedad de situaciones que le dan una incorrecta orden de seguir su camino saltándose partes fundamentales para ser consecuente con ella misma.

En cuanto a los personajes, quitando las excelentes actuaciones de Zoe Saldaña (Guardians of the Galaxy) y Karla Sofia Gascón quienes abordan sus personajes con la seriedad posible y la fuerza necesaria, están cubiertos de un desconocimiento y sin sentido que hace poner las manos en la cabeza a cualquier con dos dedos de frentes.  ¿Como puedo tomar en serio a un personaje que cuatro años atrás acabó con varias personas de la forma más fría posible y ahora está indignada de que nadie hace nada por esas personas? ¿Como puedo tomar en serio que un personaje enterró vivo a muchos inocentes y ahora hace activismo por esos inocentes? Encima el director quiere, con una escena final en modo musical, que sintamos algo de pena por un personaje en particular cuando en realidad lo que hace es que estemos confundidos de como llegamos aqui.

Como género musical su suerte es dispar, ya que por momentos funciona como debería para impulsar la trama y brindarle una razón de ser, mientras que por otras ocasiones se suscitan esas necesidades de musicalizar que la vuelven inverosímil e innecesaria para con su construcción como historia, etapas en las que ni siquiera las canciones tienen relación con lo que van sintiendo los personajes y tampoco le aporta como colchón al relato para nutrirlo y darle una extensión sobre los hechos que se van trazando en esas fases, además de ser enormemente desacertadas las decisiones de mechar su idioma original (español) con pequeños trayectos en inglés, aspecto que no hace más que exponer las enormes dificultades de su elenco para poder hablar en español naturalmente como se hubiese querido conseguir, y muchísimo más evidente sería sumando el inconveniente de lograr un acento mexicano que pueda convencer.  Ver a Selena Gomez interpretar a una mexicana que no sabe ni decir algunas palabras básicas del léxico mexicano, es casi un insulto, y es más insultante toparnos con escenas donde esta leyendo claramente lo que debe decir (la escena de la llamada) o notar que se le puso la voz en postproducción (la escena del sofá).

Pero volvemos a mala dirección de un director, que claramente no conoce el material que tiene entre manos por su falta de investigación y su falta de interés, cuando en el momento final el tiroteo y la guerra de narcos se detiene por completo, sin explicación alguna llevándonos a una escena que es difícil de entender.

Visualmente, se le debe aplaudir la fotografia a Paul Guihaume, quien no utilizo el horrendo filtro amarillo para representar a Mexico que Hollywood esta acostumbrado a usar, al igual en su trabajo con cada uno de los cambios cinematograficos a nivel musical, destacando los negros y los colores de neon en momentos claves.  Un trabajo impresionante.

“Emilia Perez” es un producto de Jacques Audiard, un director que claramente no investigó nada y que encima busca plasmar su visión errónea ante varios temas serios.  Que haya tomado relevancia y aplausos, deja en evidencia dos cosas importantes: Hollywood y los festivales solo quieren personajes mártires con los cuales poder hacer activismo falso y llenar una cuota social que han implementado ellos y de la cual no saben como salir, y que la fanaticada de Selena Gomez es tan grande que aseguran que ha sido la mejor actuación del año.

Veredicto

Es cierto que no buscamos una verosimilitud absoluta en una película, pero un poco más de sutileza y coherencia no estaría de más.

3 / 10

Es tan raro ver una película totalmente serie, pausada y con todos los elementos de antes, como lo hace “Juror #2”.

Clint Eastwood ha demostrado AMAR el cine y no es cualquier cine, sino un cine reposado, como se hacía de antaño en donde se dejaba a la trama avanzar a fuego lento, la dirección no busca planos increíbles para llamar la atención, sino guiar al espectador.  Lo mismo con las actuaciones donde no se buscan momentos clímax en el final, sino que se le da espacio a cada quien pero dándole todo el peso al protagonista.  De hecho, hasta carece de momentos “de gracia” como todo filme actual tiene.

Estas virtudes nada tiene que ver con el academicismo propio de los Oscar, y también es ciertamente independiente de su condición de clásico —que sigue manteniendo—, pues la poseen otros realizadores como Lynch, sin ir más lejos, cuyo cine siempre ha rebosado inteligencia y madurez por muy vanguardista que se presente. En cualquier caso, esa reconfortante sensación de que Eastwood se dirige al espectador de adulto a adulto —presente desde siempre en su filmografía—, la habitual honestidad que acompaña al clasicismo de su estilo, el complejo sistema de valores que despliega, el respeto por sus personajes y por el espectador, o la emoción y humanidad que transmite progresivamente su narración son algunos de los aspectos que convierten a “Juror #2” entre el excesivo blockbuster disfrazado de serio y los filmes falsos de festivales.

El director se siente menos idealista que en filmes anteriores como “Unforgiven” pero mantiene la ambigüedad moral de sus personajes, y esta vez, tal vez por la edad, su personaje es más oscuro, casi dispuesto en abrazar esa oscuridad.  Pero lo mejor es que sus personajes, excelentemente desarrollados, están propensos a evolucionar mientras avanza la trama.  Todo esto con una dirección a los actores que juega con sus puntos de vista.

La historia narra como Justin Kemp, un escritor de revistas quien ha pasado por problemas con el alcohol, es llamada a ser jurado de un juicio de asesinato.  Mientras esta escuchando los inicios del juicio, Justin se dara cuenta que en realidad al que acusan de asesinato es inocente porque la persona la victima en realidad murio por culpa de Justin en un accidente.  Nicholas Hoult (Nosferatu) con una interpretación soberbia, junto a una Toni Collette extraordinaria como la fiscal.  Pero es Chris Mesina quien está estupendamente e incluso circunstancial con un personaje con algunas capas de sentimentalismo.  Hasta un J.K. Simmons en sus escasos minutos logra atrapar al público rápidamente.

Si bien este es el habitual discurso libertario de Eastwood, que no duda en poner a un policía utilizando atajos para lograr lo que la burocracia no permite, hay en la elección de su protagonista un principio de duda sobre los héroes impecables y de clase media u obrera que nos ha estado mostrando la última década. Pareciera como si en los últimos momentos de su vida, hubiera recapacitado sobre el papel de las herramientas del estado para garantizar la justicia, pese a que en principio solo valga el «quién lleva la razón».

La conversación final, frente a una estatua de la justicia con sus dos balanzas, tiene una carga de poder implícito que aumenta, y así está llena la película de momentos implícitos donde el director nos dice su pensar abiertamente.

“Juror #2” es una excelente película que duele cuando sabemos que puede ser una de las últimas escenas rodadas por el director de ‘Sin perdón’, que se atreve a ofrecer un duelo a todos sus héroes reales de su filmografía reciente cuando nos plantea que la justicia que falla también puede ser la única solución.

Veredicto

El nonagenario Eastwood continúa dirigiendo de manera justa e impecable.

8 / 10

«Too many people in this room and each one wants me to be something different»

En los últimos años se ha hecho costumbre entre los estudios el producir un biopic sobre alguna figura musical para ganar premios.

Tales han sido los casos de Bohemian Rhapsody con Freddy Mercury (2018), Rocketman con Elton John (2019), Elvis (2022) y Maestro con Leonard Bernstein (2023), convirtiéndose en un género que prácticamente garantiza un espacio entre las nominaciones. Todos han apuntado a llevar a su protagonista a alcanzar el premio en la categoría de actor principal, aunque la única en lograrlo ha sido la controversial actuación de Rami Malek en Bohemian Rhapsody. Este año, le ha tocado a Timotheé Chalamet protagonizar A Complete Unknown, la historia sobre el ascenso a la fama del ícono del Folk, el Rock n’ Roll, y Nobel de Literatura, Bob Dylan.

Desde su llegada a la ciudad de Nueva York hasta su vindicación como la voz de su generación, las canciones de Dylan se convierten en himnos al cambio y la paz en una década caracterizada por el exceso, convulsión política e incertidumbre ante los conflictos bélicos de la época.

Y es precisamente la falta de excesos que hace en parte poco creíble la historia. Los sesenta fueron de justicia social y cambio, pero también de consumo de todo tipo de drogas indiscriminadamente, antes y durante cada presentación. Y Dylan está muy lejos de haber sido la excepción. La película se cuida de mostrarlo, mostrando una narrativa sanitizada.

A Complete Unknown

Somos introducidos por medio de Woody Guthrie (Scott McNairy) y Pete Seeger (Edward Norton) al joven Bobby, 19 años y recién llegado a Nueva York, quien con su guitarra y canciones que impresionan a los músicos por su frescura y originalidad. En cuestión de pocos años, las mismas le catapultarán a la fama en la escena musical del Greenwich Village en Nueva York (capital del folk), además de distintos festivales. Así mismo, conocemos a dos de las mujeres más importantes en la vida de Dylan: Sylvie Russo (Elle Fanning), basada en su novia y musa de la época, Suze Rotolo, y la también cantautora Joan Báez (Monica Barbaro), con quien mantuvo una tumultosa relación. Ambas ofrecen interpretaciones creíbles qué complementan la presencia en pantalla de Chalamet sin robarle protagonismo en ningún momento.

Más que un biopic, A Complete Unknown (el título, además de referenciar los comienzos de Dylan, viene de un verso de su canción Like a Rolling Stone) se centra en lo que se conoce como «la controversia de Bob Dylan» cuando éste decidió utilizar instrumentos eléctricos en el festival de Newport de 1965, evento que hasta ese entonces se había caracterizado por mantener la «pureza» del género: un cantante con una guitarra, o en su defecto una banda acústica. Dylan, siendo el artista despreocupado por las normas que siempre ha sido, decidió romper las reglas, pagándolo caro: su actuación fue recibida por un público enfurecido que prácticamente lo expulsó del género. Había nacido el Bob Dylan rockero.

Aunque el filme hace un recorrido por la vibrante escena musical de principios de los 60 con apariciones de figuras como Johnny Cash y Lead Belly, Timothée Chalamet se convierte en el ancla en una historia predecible y que juega a lo seguro en muchas ocasiones, siendo salvada por los momentos musicales en los que se nota la dedicación del actor en hacerle justicia a los temas de Dylan con una voz y gesticulación fieles al artista.

Podemos decir que A Complete Unknown sí puede tener una oportunidad en darle alguna estatuilla a Chalamet, quien, al igual que su personaje, ha logrado moverse en distintos géneros y salir victorioso en cada ocasión.

Veredicto

Pese a la brillante actuación de Timothée Chalamet y sus fantásticos momentos musicales, A Complete Unknown no logra salvar por completo una historia previsible y suavizada, pero será sin duda del agrado de los fanáticos del Folk y del Rock n’ Roll. 

7 / 10

100 Años de Soledad” es un clásico libro del autor Gabriel Garcia Marquez y del cual NO VOY A ESCRIBIR.  Mi entera reseña será exclusivamente hacia la obra realizada por Netflix.

Para quien no sepa (o no recuerde) la historia narra como Jose Arcadio Buendia y Ursula Iguaran, dos primos que se enamoran, se casan a pesar de que sus padres se rehusaban.  En búsqueda de una felicidad y una nueva vida, emprenden un viaje que los llevará a un remoto lugar en donde nacerá el pueblo llamado Macondo, y todo lo que veremos es desde el inicio hasta el final de la estirpe de los Buendía.

La serie se abraza a la mitología y la forma de narrar, que tiene el libro y de hecho, hasta tuvo la osadía de invitar a la interpretación por parte del espectador, algo que, en cines es muy difícil de lograr, ya que al ser un medio visual tienen más dificultades a la hora de dejar al espectador con su propia interpretación ya que en cines lo que vemos es la interpretación del director (por esa razón es que van a ver distintos Batman, por ejemplo).  Esto es gracias a los productores ejecutivos que son nada más y nada menos que Gonzalo Garcia y Rodrigo Garcia, hijos del autor de la novela y que han tratado de mantener intacta la historia y sus componentes.

Para esto también el dúo de hermanos hacen de directores, que tampoco es que se hagan falta de experiencias, ya que en el caso de Rodrigo Garcia, ha dirigido capítulos de la grandiosa serie “Los Sopranos” o “Six Feet Under” (que algun dia escribire de esta joya televisiva).  Mientras su hermano Alex Garcia ha dirigido capítulos de series británicas como “MisFits”, “Utopia” (de la cual también quisiera escribir) y de parte de Netflix con “Witcher” (que asumo que a partir de aquí ha surgido su relación).  También se les une la directora Laura Mora Ortega, está más experimentada en dirigir contenido colombiano como “Pablo Escobar”.  Dicho esto, la dirección de la serie es sublime, llena de magia y con el más mínimo cuidado posible tanto a la mitología y la historia, como a la dirección de personajes y su desarrollo.  Comprendemos a cada uno de los personajes de una manera extraordinaria y no solo los comprendemos, sino que también empatizamos con ellos, algo que también es muy difícil en el cine.

Para los guiones de “100 Años de Soledad”, también hubo un equipo estrella que no dejó nada al azar.  Desde el puertoriqueño Jose Rivera, pasando por Camila Bruges o Maria Camila Arias, todos expertos en series y películas, y que fueron supervisados por los directores/productores, para que no se escape nada.

100 Años de Soledad

A nivel actoral la mayoría son nuevos actores, en donde solo se puede reconocer a Claudio Cataño, Viña Machado o Ruggero Pasquarelli.  Una grata sorpresa, por ejemplo con Marco Gonzalez como Jose Arcadio Buendia quien lo hace excelente o Susana Morales como Úrsula.

Ya para concluir en lo técnico a nivel musical Camilo Sanabria, compositor de filmes como “Amazona”, vuelve con sus melodías llenas de violines y cellos pero dándole toques más mágicos con percusión y tornamesa para la creación de nuevos sonidos.  Una producción espectacular.  Y la fotografía a nivel de filmes de gran presupuesto, con hermosos paisajes y un sin número de momentos bien desarrollados como la pesadilla apocalíptica del pueblo, y esto es gracias a Paulo Perez y Maria Sarasvati Herrera.

Lo más impresionante de todo esto, es que es mano latinoamericana completa, haciendo que este producto cinematográfico sea made in latam en donde hay mexicanos, puertorriqueños, colombianos, peruanos y todo un equipo de la región.

Un punto muy particular es la voz en off que nos acompaña desde el minuto uno de toda la serie, y que soy muy crítico en ello, ya que en mi opinión, deben ser justificadas y no deben ser obvias.  Por ejemplo, en la serie “Disclaimer” la voz en off está para decirme lo obvio (con el total descaro nos dice en una escena que la protagonista está molesta ante lo que sucede y al mismo tiempo lo vamos viendo).  Con “100 Años de Soledad” no sucede esto, ya que la voz en off nos sirve para explicarnos algo más allá de lo que estamos viendo y que nos ayuda a darle contexto y desarrollo a la situación.

“100 Años de Soledad” es sin duda una de las mejores series del 2024 y que si no fuese porque “Shogun” se estrenó este año, que le pasa por un poquito, se hubiese convertido en la mejor.

Veredicto

Lo que se pensaba imposible de filmar, se ha conseguido y de que forma.  Espectacular y magico, una serie que merece todo el exito posible.

9 / 10

Basada en una novela de Rachel Yoder, “Nightbitch” es un filme que narra la historia de una madre primeriza que ha tenido que poner pausa a su carrera de artista para cuidar a su hijo mientras su esposo trabaja.

El filme dirigido por Marielle Heller es un filme que mezcla el drama con el humor ácido y cínico, explorando la angustia, la identidad perdida, e incluso el machismo (real), en una madre de tiempo completo en donde el agotamiento físico y emocional cada dia la llevan más al borde de un desprendimiento de identidad al pasar 24 horas cuidando a su hijo sin tener tiempo para ella.  Con una actuación extraordinaria de Amy Adams quien engordo para el personaje e incluso le podemos ver una que otra escena sin nada de maquillaje.  Le acompaña un Scoot McNairy (Speak No Evil) que destaca más que nada en el tercer acto, y luego todos los demás son secundarios que apenas aparecen en pantalla.

La fotografía de Brandon Trost es bastante simple y la música de Nate Heller apenas se percibe.

Nightbitch

El gran peso que tiene “Nightbitch” es el guión y la actuación de Amy Adams, ya que es la única que sale en pantalla constantemente.  De hecho, lleva el filme en sus hombros sin muchos problemas y con un compromiso con su personaje extraordinario.

El gran problema que tiene el filme de Heller es su dirección, la cual queda por momentos muy por debajo de lo que apuesta.  Momentos en donde no se aprovecha el humor negro, momentos donde no se aprovecha ir hacia mas alla en cuanto a la critica y otros en los que Amy Adams parece estar sin control de la directora, ya que la escena se mueve por un lado y el personaje por otro (como la escena cuando llega llena de tierra y se baña, en donde esta manejada de forma humoristica pero todo lo que desprende la actriz es subiendo al drama erotico).

“Nightbitch” es un buen filme que cumple su requisito y es un verdadero filme feminista que es bueno que tanto hombres como mujeres vean, ya que maneja un tema sobre la maternidad en las mujeres muy delicado y que como hombres desconocemos.  Además de que siempre es bueno vera  Amy Adams demostrando lo gran actriz que es.

Veredicto

Una película curiosa y arriesgada que pudo aproximarse al cine de terror, ya que la protagonista se ve atrapada en una nueva realidad que percibe como pesadilla, como al humor mas acido o a cualquier otro genero.

7 / 10

Nosferatu” de Robert Eggers es una verdadera joya del terror.  El director de “Northman” y “The Witch”, logra condensar el terror gótico, fantástico y hasta más puro y clásico en un film absorbente.

Nosferatu

Un remake del clásico de 1922, donde la trama nos ubica en Alemania de 1838, donde Thomas Hutter y su recién esposa Ellen, se verán amenazados por el Conde Orlok, el cual tiene una extraña conexión psíquica con Ellen desde su adolescencia.  Nicholas Hoult sobresale con creces como Thomas, y demostrando por tercera vez este año, que tiene lo suficiente para ser un excelente candidato a los premios de la Academia de este año.  Por otro lado Lily-Rose Depp es impresionante, principalmente en esos momentos en que Orlok conecta mentalmente con ella.  La verdad es que la actriz logra llevar el gran peso en gran parte del filme sin inmutarse.  Willem Dafoe cumple por igual, Aaron Taylor-Johnson también destaca y Emma Corrin cumple con creces.  Pero la tercera sorpresa actoral está en las manos de Bill Skarsgard, a quien vimos este año en la infumable “The Crow”.  El actor no solo por el excelente maquillaje sino hasta la voz y su mirada.  Es un camaleón.

Impregnada de una atmósfera densa y poesía macabra, gracias a la fotografía de Jarin Blaschke, ya un viejo compañero del director que ha estado en todos sus proyectos, pero que aquí dio catedra de como hacer una fotografía sea protagonista.  Lo que separa a esta obra de las demás, es en la profundidad en la que explora las imágenes oscuras y con muchos detalles, destacando los grises y las sombras, y mostrando ese mundo gótico y vampírico.

Naturalmente esta “Nosferatu” en cuestión de guión se toma ciertas licencias que, para quien espera encontrar algo similar al clásico, se decepcionara un poquito pero es que además de que se aceptan estos cambios que eran necesarios, son totalmente inteligentes.  El guión se elabora con maestría y van mostrando todas sus capas mientras avanza la película.  Se toma su tiempo para desarrollar a cada uno de sus personajes y encima para evolucionar a otros.

A nivel musical, Eggers vuelve a contactar con Robin Carolan, esta vez para hacer uso de un sonido y una música mucho más fantasmal y clásica.  Casi es una declaración de intenciones.

¿Que mas se puede decir positivo de una obra impresionante como es “Nosferatu”? La verdad que me ha dejado sin palabras y es una de las mejores películas del año y tal vez una de las mejores de terror del 2020 a la fecha.

Veredicto

Es cine clasico traido a la modernidad.  Es terror gotico actualizado.  Es puramente cine.

9 / 10

Los años de gloria del director Ridley Scott han desaparecido y con “Gladiador 2” se confirma.  Un título que parece más a videojuego que a secuela de una obra maestra.

Primero que nada, no estamos ante la peor película del año ni del director, sin embargo siendo secuela de una tan querido filme sobre Maximus, por allá en el 2000, y que, en honor a la verdad, no era necesaria.  Tampoco era necesario su estreno en estas fechas, ya que es un digno entretenimiento de verano, pero al estudio le pareció perfecto tirarlo para estas fechas para aprovechar el empuje de los premios y festivales.

Gladiador 2

El filme trata sobre Lucio, quien después de ver cómo el Imperio Romano atacó su pueblo y los hace esclavos, se ve obligado a luchar como gladiador en el coliseo, y que poco a poco va a ir descubriendo una secreto que hará que Roma tiembla.  Aquí no tenemos al general que es gladiador, sino a un gladiador que supuestamente es general y a otro general.  Tampoco tenemos a un villano loco como lo fue Cómodo, sino que tenemos a dos villanos locos.  En la primera el coliseo servía como puente para la interacción de Maximus y Cómodo, aquí el coliseo funciona como una especie de “Juegos del Hambre”.  “Gladiador 2” es un exceso de cosas que funcionan y otras que no funcionan.

Las intrigas políticas, absolutamente inverosímiles, carecen de interés cuando sabemos que el conflicto se acabará resolviendo a espadazos. El que un esclavo desafíe a un imperio constituye un concepto poderoso, pero si pasa lo mismo en cada película la cosa pierde eficacia.  Y este es el problema mayor de esta secuela: que repite lo mismo en exceso.  Que busca ser una conexión pero carente de fuerza.  Que busca sorprender con giros de guión, pero son tan inverosímiles y a veces hasta ridículos, que uno lo asume entre risas nerviosas.  Tampoco ayuda que muchas cosas el trailer lo desvele, además de que viendo la película toma fuerza el rumor de que se buscaba que sea una miniserie.  El guion es un autentico momento que no se sabe si es serio o una parodia.

“El sueño de Marco Aurelio era una Roma libre…” y si, todo eso está perfecto, pero, ¿por qué lo estoy viendo de nuevo?

En cuanto a las actuaciones, “Gladiador 2” tiene a un Denzel Washington actuando entre las sombras y gusta con mucha diferencia.  Lo mejor de la película sin duda alguna.  Luego un Joseph Quinn (Stranger Things, A Quiet Place: Day One), quien ha demostrado con creces que es un buen actor.  Paul Mescal no está mal pero tampoco es que vayas a recordarlo a pesar de ser protagonista.  Pedro Pascal hace de Pedro Pascal, mientras que Connie Nielsen parece que tiene un cameo.  Fred Hechinger y Matt Lucas son parodias de sus personajes, porque en cada escena que salen son mas extravagantes a niveles de alarma.

Música de Harry Gregson-Williams que cumple y funciona, cinematografía de un viejo amigo de Scott: John Mathieson.

“Gladiador 2” es un entretenimiento aceptable si no se mira esperando nada o lo peor, pero que deja claro que no hay ideas.  ¿Por qué quiero ver, otra vez, a un esclavo querer convertirse en héroe y ganarse el cariño del pueblo? No hay razón para ello, más que el dinero.

Veredicto

Aquí se entrega al espectáculo palomitero más demencial. Pierde todo sentido dramático. La película tiene la profundidad de un charco, multitud de conveniencias donde no explican nada y suceden porque si.

4 / 10

Senna” es la nueva miniserie de Netflix basada en el piloto de carreras brasileño Ayrton Senna da Silva.  Leyendas del automovilismo en la Fórmula 1.

La serie, en seis episodios trata de seguir su vida abarcando parte de su niñez y su vida adulta, más que nada enfocada en el momento en que empieza a tomar con seriedad el ser piloto de carreras.  A lo largo de seis episodios de entre 50 y 65 minutos cada uno, “Senna” recorre de punta a punta su vida deportiva, mechando algunos apuntes sobre su esfera más íntima y familiar. Se sucederán, entre otros aspectos, los primeros pasos del piloto (Gabriel Leone) en el karting de Brasil, su excursión a Europa para debutar en la Fórmula Ford británica, los idas y vueltas con su padre sobre si continuar o no y las batallas en Fórmula 3 con el inglés (y local) Martin Brundle.

Que nadie espere mucha profundidad dramática ni personajes complejos. Mucho menos algo distinto al camino cronológico que ofrecen nueve de cada diez biopic. La diferencia, en todo caso, es que la propia lógica de la disciplina vuelve al relato dinámico y entretenido, lo que convierte a la serie en una correcta aproximación a los hitos de una de las grandes leyendas del deporte motor.

Dicho esto, “Senna”, tiene un aporte más bien correcto para quien no conoce nada de su vida o muy poco (como su servidor) y tal vez haga delicias a los más fans (que han crecido) de este deporte, pero a nivel cinematográfico es tan regular como cualquier de los tantos biopic deportivos que salen hoy en dia (King Richard, Air).

Gabriel Leone quien en “Ferrari” tiene un personaje, aquí es Senna, también le acompañan otros como Steven Mackintosh, o Matt Mella, todos con buenas y creíbles actuaciones, cada quien destacando en su momento.

A nivel técnico, la cinematografía se divide con Azul Serra y Kaue Zilli, quienes le dan su propio toque cuando hay exteriores e interiores.  Se nota un poco el trabajo de la dupla en algunas de esas escenas.

En lo musical se divide en tres: Rogério da Costa Jr, Fabiano Krieger y Lucas Mercier.  El equipo logra unas buenas partituras que tampoco es que vayan a ser recordadas cuando acabe la serie.

En cuanto a puesta en escena, aquí está el fallo más grande (junto con los desarrollos).  Momentos que anticipan por el espectador creando una sensación de deja vu al dejar la música in crescendo en una carrera intensa.  Lo idóneo hubiese sido mantener las escenas de carreras lejos en silencio para poder apreciar el poder del motor y el vehículo y creernos que estamos ante un verdadero carro Formula 1, sin embargo logra que no solo sepamos el resultado gracias a la música sino que hasta no nos sorprende cuando “al final” pareciera que el personaje principal no conseguirá ganar.  Momentos en que sientes que estás en la época actual y te olvidas que esto sucedió hace más de 30 años.  Situaciones y diálogos aterrizados a la época actual, algo que encima de no ser cierto es poco creíble.  La puesta en escena choca constatemente.

Dicho esto, “Senna” es un buen entretenimiento de un biopic que le hace justicia al personaje y que hará que muchos se entretienen, pero no pasa de ser algo que pudo ser mucho mejor y más después de que sabemos que «Rush» se hizo hace mas de 10 años.

Veredicto

Visualmente espectacular y destaca en gran parte de lo tecnico, pero «Senna» a pesar del gran reparto que da todo lo que puede, queda atrapada cuando la produccion y directores deciden hacerla aterrizarla a nuestros dias.

5 / 10

Hay críticos dedicados exclusivamente a festivales. Ese tipo de críticos son los que han aplaudido a “Anora”, el último filme de Sean Baker.

Con esto no quiero decir que el filme sea malo, o que las críticas de festivales sean buenas o malas, sino más bien para hacer hincapié en que la visión de ellos es muy distinta a la visión del público en general (y de la crítica en general), muchas veces llegando a crear debates de si el público y la crítica están alineados a la hora de evaluar peliculas.  Más allá de todo esto, “Anora” es un filme que desde el primer segundo no te dejará indiferente, sea por su puesta en escena muy particular, como su fotografía de neón, sus personajes tan caricaturescos o su exceso del desnudo casi rayando en la pornografia.

El filme narra como Anora, una chica stripper de 23 años, empieza a salir con un chico millonario ruso.  Lo que inicia como una transición económica, donde el chico le paga para estar con él, se va convirtiendo en un caos cuando se descubre que los padres del chico no están de acuerdo con esto y envían a sus “matones” a ponerle fin a esta relación.  Luego de 45 minutos de escenas sexuales de toda índole, o escenas donde la pareja actúa como niños adolescentes, por fin tenemos un avance al llegar los matones en casa y dejando desconcertados al espectador cuando el director Sean Baker decide hacer unos cambios radicales a la situación.

Imagino que si hubiese visto “Anora” con las mismas expectativas con las que estuve esperando “Nosferatus” pues estaría ahora mismo molesto, pero la verdad que, a pesar de haberme gustado la película anterior del director (“Red Rocket”), esta película no me creaba un gran interés y me ha parecido más un drama cómico del grupo a la gran obra maestra que los críticos de festivales han querido vender.  Se podría decir para empezar (y casi para acabar porque de ahí sospecho que deriva todo lo demás) que “Anora” adolece de uno de los grandes males endémicos del cine contemporáneo, y ese mal no es otro que el de una duración excesiva. Ciento cuarenta minutos para contar algo que se puede contar en bastante menos, y que además en este caso sí que se corresponden con un auténtico director´s cut, pues, como suele ser habitual en su cine, Sean Baker se responsabiliza una vez más de la edición del film.

Y es que encima hay escenas que se alargan sin necesidad, gags que se estiran hasta perder la gracia, o que se repiten produciendo ese mismo efecto de “deja vu”. Todo ello redunda además en cierta caracterización de la mayoría de las situaciones y los personajes, haciendo que toda la seriedad que tal vez podría tener, se pierda descaradamente.

Baker, que suele acertar con el retrato de seres marginales y underground que van más allá incluso del tópico de la América profunda, no hila aquí en mi opinión tan fino al apostar por ese estilo tan exageradamente hiperbólico, que incluso emparenta su película con la comedia más verde posible.

Anora

Incluso en algunos momentos, donde el director pudo desarrollar suficiente e irse por un camino más profundo donde las personas poderosas pueden hundirte la vida y destruirla para siempre, solo porque no están de acuerdo contigo, es desaprovechado para incluir un gag que se extiende y encima actitudes de los personajes que no tiene explicación alguna.

En cuestiones técnicas como mencione, la fotografía excelente muy al estilo de «Zola«(esta gustandome muchisimo mas) y “Euphoria” ya que es el mismo director de fotografía, Drew Daniels.  Fue una verdadera maravilla ver esas luces de neón y esa fotografía fosforescente.

La música es interesante pero pasa desapercibida.  Matthew Hearon-Smith, deja algunos toques electrónicos con un estilo muy de los 90’s a pesar de que la película no está ambientada en esa época.

La cámara nos hace partícipes, con su tono mate y origen analógico, de una historia de brillo deslucido. Los sueños, en pleno éxtasis, de una veinteañera atrapada en una red de difícil escapatoria.  Y un director al que se le ha ido la mano con esto y los festivales lo han celebrado.

Veredicto

No es un largometraje para todos los públicos, por lo que se cuenta y por la extraña manera que tiene de dirigir el director, que a mí personalmente no me gusta mucho en este caso.

5 / 10

La primera parte de la adaptación cinematográfica de ‘Wicked‘ dura más o menos lo mismo que dura el musical original, unas dos horas y media (sin contar créditos o descanso). Esto termina por ser un evidente problema dado que, en efecto, ‘Wicked: Parte uno’ se hace larga y pesada; especialmente para lo poco que cuenta… y sobre todo por la manera tan simple en la que lo cuenta.

La magia que, sin duda, a cuenta gotas aportan Cynthia Erivo y Ariana Grande, en especial cuando cantan. La magia de la música, y de un musical de un éxito incuestionable cuyo despliegue sobre el escenario es, a buen seguro, mucho más comedido y práctico que el expuesto en su adaptación a la gran pantalla. Una adaptación que además, promete (o amenaza) durar incluso el doble.

Quizá esté sonando demasiado duro… pero es que son dos largas y pesadas horas y media. Y aún queda una segunda parte ¿de también dos horas y media de duración?

Maldigo el día en que a Hollywood se le ocurrió la grandiosa idea de dividir en dos partes las películas y series.

Dicha mi queja, “Wicked” es sin duda la patada en la cara de Universal hacia Disney, con una Ariana Grande que cumple y una Cynthia Erivo que conecta perfectamente con el personaje dándole mucho más matices de sufrimiento, marginalidad y soledad.  Cynthia Erivo brilla como Elphaba, aportando una sensibilidad y profundidad emocional que hace que su transformación en la Malvada Bruja del Oeste sea tanto creíble como desgarradora. Su interpretación vocal es extraordinaria, que no solo impresiona, sino que toca fibras emocionales profundas.  Con Ariana Grande hay un sólida interpretación que es ayudada más que nada por la química con Erivo, ya que a pesar de ser parte del trayecto y desarrollo, la carga completa de la película la lleva el personaje de Elphaba.  A pesar de esto, la falta de profundización en los personajes y en su tipo de relación hace que uno entienda a un personaje más que otro, y se nota que parte de esta decisión fue para poder hacerlo en una segunda parte que ya se está trabajando.

Wicked

Poco hablaré de los demás actores porque todo el peso de la trama lo llevan las protagonistas.

Jon M. Chu, conocido por su habilidad para plasmar historias musicales en la pantalla grande, demuestra aquí un enfoque visionario. Su dirección equilibra momentos de intimidad emocional con grandiosas secuencias de fantasía. Las escenas en la Universidad Shiz son un claro ejemplo de cómo Chu logra capturar tanto el drama adolescente como el esplendor visual de un mundo mágico.  Sin embargo el proceso de estudio en la escuela está desdibujado, ni es un lugar con gran personalidad, haciendo que por momentos uno vea el reloj a ver cuando avanzamos.

Desde un punto de vista técnico, es impresionante. La dirección de arte y el diseño de producción crean un Oz que es a la vez fantástico y creíble. Los detalles en los vestuarios y escenarios reflejan la evolución de los personajes y el tono de la historia, con un equilibrio entre lo exuberante y lo oscuro.

La música, basada en las composiciones originales de Stephen Schwartz, se presenta con nuevos arreglos que mantienen la esencia del musical, pero aprovechan las posibilidades del cine para añadir un impacto mayor. Sin embargo, algunas transiciones musicales se sienten algo forzadas, rompiendo ligeramente la inmersión.

Por último, la cinematografía explota la paleta de colores de Oz, haciendo un contraste visual entre el brillo de la popularidad de Glinda y la oscuridad simbólica de la trayectoria de Elphaba, es majestuosa ya que utilizan a la perfección estos detalles mientras la historia avanza.

En resumen, “Wicked” es una ambiciosa adaptación que logra capturar la magia y el espíritu del musical original, aunque no sin algunos tropiezos en su ejecución. La dirección de Jon M. Chu y las potentes actuaciones de Cynthia Erivo y Ariana Grande aseguran que la película mantenga a los fans comprometidos, mientras que los aspectos visuales y sonoros elevan la experiencia cinematográfica.

Veredicto

Aunque su ritmo puede decaer en ciertos momentos y algunas elecciones narrativas podrían dividir opiniones, consigue ser una entrada digna en el universo de Oz.

6 / 10