Cuando Baran bo Odar y Jantje Friese crearon “Dark” (una de las mejores series) sin duda alguna más de uno se quedó tentado en que otra serie o película los alemanes iban a traernos.  La espera ha terminado y 1899 está aquí con nosotros.

La trama es simple: un barco lleno de inmigrantes con destino a New York, empieza a ser parte de sucesos inexplicables.  Todos los personajes tienen un trauma y esto se verá reflejado en los sucesos que van sucediendo.  Más que uno podría comparar esta serie (e incluso a Dark) con LOST, aquella creada por J.J Abrams y Lindelof, pero nada que ver.  Al contrario que estas dos, 1899 es un thriller de época con toques a la ciencia ficción y pinceladas existencialistas envueltas en una trama que también toma muchos elementos del noir clásico y del suspenso.

Los personajes son de diferentes procedencias, hablan distintos idiomas y no siempre logran comunicarse entre sí, aunque algunos establecen vínculos entre ellos pese a esa barrera. Esto hace un poco pesada la interacción entre los personajes, un poco árida, pero a la vez plantea la posibilidad de acercamiento con otros más allá del lenguaje.  Entre ellos se destaca a Andreas Pietschmann como el Capitan Eyk, Miguel Bernardeau quien consigue lograr un personaje enigmático y sentimental, y Maria Erwolter como Iben, la madre religiosa extrema quien se roba cada una de las escenas.

Lamentablemente los desarrollos de estos personajes secundarios no es más que una excusa para llevarnos a ningún lado ya que, a diferencia de “Dark”, en donde todos estaban conectados, aquí no lo están y es simplemente una cantidad de personajes yendo y viniendo con historias en las cuales no están conectadas ninguna.

1899, propone cuestiones filosóficas interesantes como el mito de la caverna de Platón, la prisión donde los personajes se sienten encerrados, en su pasado, en su presente y en el barco.  O la idea del lobo, propuesta por los trabajadores de los hornos del barco.  Posee mucha simbología como las cartas, los triángulos, los nombres crípticos como «Prometheus» o «Kerberos» o incluso la mística del mar; y recursos literarios, que son parte de la gracia para enriquecer la historia.

En definitiva, 1899 es una apuesta sólida que tiene muchas posibilidades interesantes. Consigue crear una atmósfera e identidad propias que enganchan desde el primer capítulo. De momento, no, no es una obra maestra y no está a la altura de Dark. En algunas ocasiones puede caer en lo pretencioso o didáctico. Muy disfrutable si te gustan las historias misteriosas, la ciencia ficción y los rompecabezas.