Las películas basadas en videojuegos cada día están mejorando.  “Mortal Kombat” a pesar de sus defectos no está nada mal, “The Witcher” es una muy entretenida serie con buen apartado técnico.  “The Last of Us” , basada en el famoso videojuego de Naughty Dog para la consola Playstation, es la serie insignia para este año por parte de HBO.


La historia hace homenaje al videojuego constantemente, para los más puristas, y tal vez sea aquí donde se pierda porque a pesar de ser la misma historia son medios distintos para presentarlos.  Pero déjame darles un contexto para que tengan una idea:  Era el 2013 y un guionista de videojuegos llamado Bruce Straley crearon “The Last of Us”, el cual fue una idea compartida en conjunto de otro guionista que estaba en su equipo llamado Neil Druckmann.  Este videojuego fue tan exitoso que Druckmann fue ascendido a “co-guionista”, por lo que para una segunda parte que se hizo esperar hasta ocho años, pero, ¿por qué tanto tiempo?

La dupla de Bruce y Neil era excelente, ya que Neil era un caos pero creativo, y Bruce sabía controlarlo para darle estructura y sentido, darle narrativa estructurada, arcos a los personajes, argumento definido y desarrollo a todo.  Algo para que te quedes enganchado.  Pero tanto había escalado Neil y su ego subió tanto que se vendió como si fuese el único creador de la misma y la segunda parte dejó a todos fríos, porque unos decían que era una obra maestra y otros que no, entonces la respuesta corta es esta: los guionistas chocaron bastante, principalmente por culpa de Neil, al punto de que Bruce abandonó la empresa a mediados del 2019.


Volviendo al cine, HBO ha decidido comprar los derechos y contar con Neil para que sea guionista junto a Craig Mazin, quien es el showrunner, director de algunos capítulos y creador de “Chernobyl”, la miniserie excelencia del 2019.  ¿Qué sucede? Tenemos un mismo caso que en los videojuegos, donde se siente que gracias a Craig Mazin tenemos una historia coherente y que podemos seguir, pero por alguna razón se introducen elementos que cualquier jugador se dará cuenta que son parte de videojuegos y que no cuadran en lo que nos están contando.  Y ahí es donde reside uno de los problemas más marcados de la serie, o tal vez, para ser honestos y en honor a la verdad, el único problema.

Porque son pocos los dramas de ciencia ficción que cuenten con este calibre de actuaciones para mantener los nueve capítulos, casi en su totalidad, cargados solo por ellos.  Bella Ramsey como Ellie es una de las mejores actuaciones de series actuales.  Mientras que Joel, interpretado por un Pedro Pascal que sobresale y cumple con creces, ayuda a cargar la serie en sus hombros.

El excelente (y paranoico) primer episodio dirigido por el propio Mazin (casi un largometraje en sí mismo con una duración de 81 minutos) tiene un prólogo ambientado en 1968 en el que unos científicos advierten sobre los efectos devastadores que un virus podría tener en la humanidad. Y esa hecatombe se desata en 2003, cuando un hongo parásito llamado Cordyceps se propaga entre los humanos, convirtiendo a muchas personas en una suerte de zombies ya sin cerebro pero con ansias de devorar todo.

No conviene adelantar demasiado de una historia que tiene unas cuantas subtramas, saltos temporales y geográficos, y derivaciones dentro de diversos géneros, logrando que que por momentos cierto minimalismo conspire contra la atención del público más adepto a los estímulos constantes, pero volviéndose en un prodigio de serie, donde el despliegue visual y musical (a cargo de Gustavo Santaolalla, al igual que el videojuego) es perfecto.

The Last of Us, cuenta con distintos directores durante todos sus capítulos logrando crear un sin número de emociones distintas en cada uno.  La serie no apuesta, al menos no del todo, a la ambigua complejidad de otras de similar temática como Dark o Severance, pero se caracteriza por su humanidad, sus destellos de nobleza y un carácter épico sostenido en la solidaridad y la conexión que se genera entre un posible padre y una posible hija frente un mundo que los abraza y los expulsa al mismo tiempo.