Mark Mylod es un director y guionista conocido por grabar varios capítulos de “Juego de Tronos” y de “Succession”, y ahora dirige y escribió “The Menu”.

Esto más allá de ser una película sobre la cocina, es una crítica hacia las clases y hacia las influencias (de todo tipo).  Y películas con esa temática han habido varias: “The Triangle of Sadness”, “White Noise” y “The White Lotus”, por poner uno que otro ejemplo.  La cinta está estructurada por fases -al más puro estilo de un menú en un restaurante de alto standing- y su historia se nos va contando a medida que avanzan los distintos platos del servicio -entrantes, primer plato, segundo, etc.-.  Al articular toda la estructura de esta manera la película consigue, no solo ir aumentando la tensión en base a los hechos que van a ir ocurriendo, sino que tengamos la sensación, como espectadores, de estar asistiendo a una “degustación” nosotros también.

Con este recurso, que me parece sumamente original, creo que el director consigue que la película funciona francamente bien gracias a la capacidad para ir cambiando la puesta en escena de los distintos platos y al manejo de un guión que, si bien tiene sus errores en algunos puntos lógicos, si que funciona muy bien a la hora de que la dinámica sea mucho mejor y ayude a que el espectador no se aburra.

Hay que dejar claro, y sin entrar en muchos detalles para no dañar la experiencia a nadie, que es interesante como el director conjuga muy bien los géneros tan dispares haciendo que funcionen todos.  Desde la comedia negra, hasta el drama, pasando por el suspenso y tocando el thriller y en algunos momentos el terror psicológico.  Estamos ante una película que puede hacerte reír mientras que a los siguientes segundos te mantiene preocupado, algo que a pesar de, no es tan fácil de conseguir.


Lo que sí puede ser negativo en The Menu, es que el espectador que intente buscar una coherencia en todo (y explicaciones detalladas) podrá salir decepcionado ya que tanto los personajes como la misma historia, tratan de ser más superficiales dando al espectador la oportunidad de conectar el mismo los puntos.  Algo que tal vez su guión, como se mencionó anteriormente, no pueda llegar a la altura por fallos que contienen en su propia estructura.  Y son cosas que no busco desvelarle a nadie porque la verdad la experiencia debe ser única, pero son algo notables, principalmente en la segunda parte del filme.

En cuanto a las interpretaciones pues pocas cosas negativas se le puede sacar a un cast de profesionales como los que se pasean por este filme.  Destacan un Ralph Fiennes en estado de gracia, Hong Chau quien lamentablemente no le dan más rienda suelta, Anya Taylor-Joy perfecta y un Nicholas Hoult que no dejará al espectador indiferente.  La música con muchos tonos clásicos, como si de una presentación culinaria bastante exclusiva se tratase a cargo de Colin Stetson, y la fotografía de Peter Deming donde se juega mucho con los momentos oscuros.