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‘El Espia’ – Elegante y bien lograda.
Inspired by a remarkable true story
Publicado el 15 septiembre, 2019
Hollywood nos tiene mal acostumbrado con respecto al cine de espías. En su mayoría están cargadas de una acción exagerada, utensilios modernos de alta gama y muchas, pero muchas explosiones. Pero la verdad es otra, y la vida de un agente secreto muy pocas veces se ve envuelta en este tipo de artilugios efectistas.
Por eso con el estreno de ‘El Espía’ (‘The Spy’), la mini serie de Netflix y a manos de Gideon Raff (‘Rescate en el Mar Rojo’) es lo más cercano a lo que un verdadero espía hace. Basada en el personaje israelí, Eli Cohen, quien en la década de los 60’s se infiltro en las altas esferas políticas del gobierno Sirio bajo la identidad de Kamel Amin Thaabet, logrando conseguir información clasificada que le sirvió a Israel no solo para ganar una victoria en la “Guerra de los Seis Días” (Junio de 1967) sino que también lograron prevenir muchos ataques que pudieron ser de gran gravedad para Israel tanto en la ciudad como en su frontera.
La serie abarca desde el reclutamiento del agente secreto Eli Cohen, interpretado por un Sasha Baron Cohen fenomenal y que esperamos verlo continuamente en proyectos similares, hasta su fatídico final en Siria. Un acierto impresionante por parte del director y guionista, es eliminar toda subtrama que no haga impacto en la historia central del personaje Cohen, evitándonos malos ratos y aburrimiento innecesarios. Lo decimos porque el primer episodio suele ser algo tropezado y fácilmente puede alejar a cualquier persona que espere ver algo de acción desenfrenada. Naturalmente el guión se toma ciertas licencias para ser más digerible y entretenido, pero sin caer en vulgaridades.
Porque la historia busca ser lo más real posible y que las situaciones puedan parecer reales. Eli Cohen es un tipo casado, con las problemáticas del día a día, y con una familia ya establecida. Su propósito, es meramente el patriotismo e interés por ser reconocido. Algo que notamos desde el inicio de la serie, con la escena de la fiesta, en donde es confundido por un simple camarero. Eli Cohen quería ser mas, ser recordado y admirado, y esa soberbia se ve en los últimos momentos del capítulo final. Aquí la actuación de Cohen es soberbia y admirable, más para ser un hombre que viene totalmente de la comedia.
En lo técnico es maravillosa, aunque es bien cierto que hacen falta ciertos planos exteriores de la época para poder aprovecharla mejor y sentir esa tensión que existía entre las personas. La fotografía de Itai Ne’eman (‘Tyrant’) juega entre los colores sobrios y alegres de una forma extraña pero placentera. Uno que otro tributo a ‘Casablanca’ en el episodio final, y emulación del cine noir de los 50’s. La música totalmente desapercibida por el francés Guillaume Roussel, que podía dar momentos de más tensión pero se siente abandonada.