El cine existe para varias cosas.  Desde dar un simple entretenimiento como lo es Spider-Man: No Way Home, a brindar una visión y discurso de la vida como lo es Soul.  The Matrix Resurrections busca agarrar todas, aunque se quede a medias con algunas.

Si bien es cierto que Matrix en 1999 cambió todo el concepto de lo que es la ciencia ficción, planteando un mundo y unos personajes entrañables, también es cierto que sus secuelas poco aportan al mundo y a los personajes, y ahora que las hemos vuelto a ver nos quedamos con unas lagunas argumentales bastante fuertes.  Dicho esto, nos preguntamos; ¿22 años después, de verdad necesitábamos una “secuela”?

El único problema de esta película, no es lo que plantea, sino el porqué está aquí.  Explicamos: Lana Wachowski quería volver a esta historia y a estos personajes porque significan mucho para ella. Pero ya. No sabemos si alguien más esperaba y deseaba otra secuela de Matrix en sus vidas, por decepcionante que fuera Revolutions pero lo que se intuye en The Matrix Resurrections es que esto ha sido sencillamente un capricho de Lana, porque ella quería volver a este mundo y con estos personajes.  Y ese es su verdadero problema.

Claro, hay que reconocer a Lana, que ha hecho un enorme esfuerzo por no repetirse y no dar lo mismo de siempre. De hecho, es un logro mayúsculo, teniendo en cuenta que los trailers apuntaban a todo lo contrario y a una especie de remake no declarado de la primera parte. Pero no. Esto no es Matrix, ni tampoco Reloaded ni Revolutions. De hecho, no es el Matrix que todos recordamos. Si alguien va buscando la profundidad metafísica, psicológica y filosófica de la trilogía original, que se olvide porque no la va a encontrar.  Esta “Matrix” es más suelta, más sarcástica, y humorística, pero ojo, mucho más crítica que sus tres secuelas juntas.

Escenas como las iniciales, que nos describen el trabajo actual de Thomas Anderson y la creación de un nuevo videojuego de su saga, están pensadas de hecho para reírse precisamente de lo que los fans y la industria esperan, y es de admirar el sentido del humor, la autoparodia y los dardos ácidos que ha puesto ahí la directora.  También es de admirar como el filme plantea este nuevo mundo, retrata el romance de Neo y Trinity dándoles un desarrollo muy interesante y el personaje de Jessica Henwick.  Hasta el Morfeo es algo que puede tragarse, porque tiene su truco, y no es una mala idea.

Sin embargo, que la película haya querido distanciarse tanto, pero tantísimo, del material original da como resultado una cinta extraña, como decíamos, que a ratos no sabe muy bien adónde apuntar.  Algo que tampoco la anterior hacía bien, pero al menos no llamó tanto la atención de los más ácidos.

La acción no llama tanto la atención como entonces (de hecho, es bastante inferior a todo lo que vimos en su día, aunque sí entretiene muchísimo, todo sea dicho) y en general hay una sensación de dejà vu (concepto maestro donde los haya en la saga) que no ayuda para nada a que The Matrix Resurrections se vaya a convertir en una película memorable. Muy al contrario, es de sospechar que será olvidada muy pronto, porque Lana Wachowski es la única que de verdad quería esta película, y por tanto la única espectadora ideal para la misma. Los que entren en el juego la disfrutarán, y tiene suficientes elementos interesantes como para no lamentar el visionado, pero esto no es el Matrix que muchos esperaban para recibir respuestas, y menos la que hoy en dia necesitamos, pero, ¿acaso alguien queria volver a la Matrix?