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Las películas de Walt Disney Studios de los 2000s son un género en sí mismas. Solo hay que pensar en sus mayores éxitos: High School Musical sentó un precedente que al sol de hoy continúa siendo influyente. Camp Rock y las Cheetah Girls, fueron repetidas una y otra vez en El Maravilloso Mundo de Disney, y grabadas de esta manera en la mente de toda una generación. Otra de las películas más recordadas de esos años dorados es, dependiendo de dónde hayas crecido, Un Viernes de Locos, o Freaky Friday.

La Dra. Tess Coleman (interpretada por la ganadora del Oscar por Everything Everywhere All at Once, Jamie Lee Curtis), terapeuta y viuda, se prepara para casarse de nuevo, pero tiene problemas con su hija Anna (Lindsay Lohan), una talentosa guitarrista y rebelde adolescente. Por medio de magia china, en el fin de semana de la boda intercambian cuerpos y tienen que vivir la vida de la otra, descubriendo así sus luchas, problemas y retos, llevándolas a comprenderse mejor.

Hollywood, manteniendo su tendencia hacia revivir su gloria pasada con remakes y secuelas, echó mano de esta amada película para ofrecer a la audiencia una segunda parte dos décadas después, con una Lindsay Lohan renovada tras años de escándalos y una laureada Jamie Lee Curtis. ¿Y el resultado? Sorprendentemente bueno.

Anna Coleman, veinte años después, es madre soltera (por elección) de una adolescente llamada Harper (Julia Butters de The Gray Man). Tiene una magnífica relación con Tess y hace malabares como productora musical de una cantante pop llamada Ella y su rol como mamá. Un día, un experimento fallido de Harper hace que Anna conozca a al padre de su compañera Lily, el chef Eric Reyes, interpretado por Manny Jacinto (Top Gun: Maverick). Ambos se enamoran instantáneamente y tras un montaje de unos pocos meses deciden casarse. Pero hay un pequeño problema: Lily y Harper no se soportan.

Y hay otro problema: Se supone que Eric y Lily venían a Los Ángeles solo por un año, tras el cual regresarían a Londres. Anna y Eric no han decidido si quedarse en Los Ángeles, o irse; y Lily está renuente a dejar Londres y los recuerdos de su madre fallecida.

La noche de la despedida de soltera de Anna, Harper y Lily conocen a una polifacética médium (que también es barista, gestora financiera e instructora de reiki, un reflejo de la “gig economy”), quien les da un misterioso mensaje. A la mañana siguiente, como podremos imaginar, hubo un cambio de cuerpos, pero esta vez, al doble: Tess ahora es Lily, Lily es Tess, Harper es Anna y Anna es Harper. Doble cambio, doble diversión.

Las niñas haciendo de Harper y Lily no lo hacen mal, pero ver a las veteranas Jamie Lee Curtis y Lindsay Lohan interpretar a dos adolescentes es divertidísimo. En el caso de Curtis, llega a niveles estrambóticos, teniendo en cuenta que es quien lleva el cambio más fuerte. Lohan hace de adolescente como en los papeles que le hicieron una estrella en los 2000: divertida, despreocupada, y esencialmente cool.

Freakier Friday apela efectivamente a la nostalgia manteniendo a casi todo el elenco original, trayéndolos de vuelta aunque fuera en pequeñas escenas. Los trae de una manera fresca, adaptada a la década, pero priorizando el entretenimiento y sin detenerse a perder su ritmo efectivo. En ocasiones disparatada, es precisamente el estilo de humor desenfadado que caracterizó la época de la original.

Al mismo tiempo, ofrece un mensaje muy empático sobre el valor de la familia, el amor y enfrentar el duelo. El rol de Tess como terapeuta permitió llevar a una conversación madura al respecto sin que se sintiera forzado, y el resultado es un momento genuinamente emotivo que balancea muy bien el resto de la historia y nos permite empatizar con cada uno de los personajes y comprenderlos mejor.

Esta película llega en un momento en el que el contenido “tween”, dirigido a preadolescentes, ha empezado a escasear. Las producciones se han enfocado en crear contenido para adolescentes, que cada vez presentan situaciones más maduras y sexualizadas. La falta de opciones de entretenimiento para toda la familia es cada vez mayor, y de ahí que la propuesta de Freakier Friday se sienta diferente.

Te sientes cómodo llevando a tu mamá y a tus sobrinas, o a tu abuela. Es un buen rato, sin momentos incómodos, y risas garantizadas. Junto con Superman, Fantastic Four: First Steps y The Naked Gun, parece que en 2025, la industria ha encontrado el balance para continuar historias con una mirada nueva.

Veredicto

Freakier Friday es una secuela bien redonda, una comedia divertida y sumamente entretenida que se atiene a la nostalgia pero con la frescura de nuestra actual década. Freakier Friday es Disney Channel y, en vez de avergonzarse de ello, lo abraza por completo.

7 / 10

Para nadie es secreto que Pixar atraviesa una crisis pospandemia de la que no se ha podido recuperar, y sigue dando tumbos buscando revivir su gloria (y ganancias) pasadas. Y es que desde el 2020, propuestas como Onward, Turning Red, Soul y Luca dejaron pérdidas millonarias, y solo Lightyear y Elemental lograron recuperar su inversión, con críticas más bien mixtas y siendo en general, filmes poco memorables; Inside Out 2 siendo el único éxito rotundo de la década. Elio, lamentablemente, continua con la tendencia de los últimos años.

Elio Solís es un niño que, se nos infiere, es autista. Sus padres, que trabajaban en una base espacial de California, fallecieron, y él quedó a cargo de su tía Olga, quien también forma parte de la base, y a quien la ganadora del Oscar por Emilia Pérez, Zoé Saldaña, le presta su voz. Sintiendo que no encaja en su nueva vida, Elio añora que los extraterrestres lo abduzcan para así encontrar un lugar donde sea amado, y no sea considerado raro. Así que todos los días va la playa y hace grandes letreros en la arena, para indicarle a todo el extraterrestre que vea desde arriba que se lo pueden llevar.

Un día, gracias a los shenanigans propios de Disney, Elio logra contactar con la vida extraterrestre, pero es rápidamente descartado y disciplinado. Tomando referencias que recuerdan por momentos a los clásicos ochenteros y las series que los emulan, Elio cumple su sueño de ser abducido y llega a una especie de senado intergaláctico, a la Lilo y Stitch y Star Wars, en el que se hace pasar por el líder absoluto del planeta Tierra y un experto en negociación. También hará amistades significativas, especialmente con un pequeño alienígena llamado Glordon.

Pese a presentar una historia simpática donde la amistad juega un papel primordial, Elio falla en crear elementos narrativos que logren captar la atención de su joven audiencia durante su extensión y crear una línea narrativa coherente, memorable y con un mensaje claro. Parece más bien una combinación de ideas y escenas que funcionaban bien individualmente, pero que no terminaron de cuajar al ser llevadas a la gran pantalla; se mezclan buenas escenas que crean tensión y hasta un poco de horror con los montajes reconfortantes de una inocente amistad como solo dos niños pueden hacerlo. Esto tiene sentido cuando vemos que tiene tres directores: Adrián Molina, quien inició el proyecto tras su éxito con Coco, y quien se inspiró en sus experiencias personales creciendo en una base militar. Molina fue reasignado, y el proyecto pasó a ser dirigido por Domee Shi ( directora de Turning Red) y Madeline Sharafian (guionista de We Bare Bears).

Elio busca apelar a los personajes hispanos para atraer público latino, el segmento que más hijos tiene en Estados Unidos continental actualmente. Específcamente es domínico-mexicano, y el primer personaje dominicano en una película de Pixar. Escucha a Vicente García. Y sin embargo, esta identidad no le aporta nada a la complejidad ni el desarrollo de sus personajes. No hay una comunidad tras de él más allá de su tía, algo inusual. Y así, intenta tocar muchos temas específicos sin profundizar en el resultado: aunque la condición de su protagonista (y sus consecuencias, como la soledad y el aislamiento) guía la historia, el duelo tras su pérdida y la lucha interna de sus personajes por renunciar a la tradición son temas que deberían tener mucho más impacto del que tienen.

Su debilidad narrativa parece querer compensarse con una dirección de arte vibrante y colorida. Para sus personajes humanos, Elio, al igual que Turning Red y Luca, utiliza el estilo de diseño que se conoce como Cal Arts, con formas simplificadas y rasgos exagerados, distintos a las formas más estilizadas y personalizadas que habían caracterizado la animación del estudio. Sin embargo, el diseño para los extraterrestres y otras criaturas, como la enciclopedia intergaláctica OOOOO, es creativo e imaginativo.

En términos estrictos, hay nada malo con Elio: es una historia adorable en la que pasas un buen rato; pero no es formidable. No tiene elementos que años después seguirán siendo discutidos, no hay escenas icónicas. Más bien parece una mezcla hetereogénea de ideas que promete perderse entre todo el contenido al que nos exponemos – y se exponen los niños – día tras día. Elio tiene una voz propia, solo no tiene nada interesante que decir.

Veredicto

En Elio encontramos una historia con color y corazón que no supo ser desarrollada, prometiendo más de lo entregado, apelando a una audiencia que ni compró la idea. Tiene a su favor que cumple la función de entretener mediante una historia para pasar el rato. En contra, tiene el hecho de ser francamente olvidable.

6 / 10

Recuerdo vívidamente cuando vi Lilo y Stitch en el cine con mi madre y mi hermano. Un mega éxito que se tradujo en millones de ventas en VHS y la nueva tecnología del momento, los DVDs, ser una de las favoritas en El Maravilloso Mundo de Disney, y hasta tener no uno sino tres programas de televisión. La idea de mezclar una historia de ciencia ficción de extraterrestres con el paisaje paradisíaco de Hawaii y soundtrack de Elvis Presley era tan creativa e inesperada que, o funcionaba muy bien, o era un desastre. Y, con suerte para Disney, fue lo primero.

Así que era obvio que tarde o temprano llegaría la hora en la que la compañía de Mickey querría contar esa historia de nuevo, siguiendo su tendencia de adaptar sus éxitos dorados a live actions como Mufasa y Blancanieves. Estos, como todos los demás, han estado acompañados desde el día uno con controversias sobre el cast, las decisiones artísticas y los cambios en la historia.

Escapando de una condena segura, el experimento 626, un adorable monstruo híper inteligente, fuerte y programado para la destrucción huye al planeta tierra. Llega a Hawaii, donde, para escapar de sus perseguidores, su creador Jumba (Zach Galifianakis) y el agente Pleakley (Billy Magnussen de Roadhouse y No Time To Die), se convierte en la mascota de Lilo, una peculiar niña que vive con su hermana mayor Nani, la cual batalla para mantener su custodia legal. Lilo nombra Stitch a su nueva mascota, y juntos sembrarán caos en la isla, a veces de manera intencional, otras veces no tanto.

 Como adaptación, veremos una historia fiel con ligeros cambios hasta la mitad, luego del cual toma decisiones artísticas más divorciadas del material original. Es entretenida porque se basa en proyecto sólido que demostró funcionar, divertir y emocionar una vez. Debo decir que el casting hizo un trabajo estupendo al encontrar a Sydney Agudong como Nani e introducir a Mia Kealoha como la pequeña Lilo, la perfecta niña hawaiana peculiar y llena de energía.

El diseño de personajes se mantuvo igual en casi todos los casos, con la excepción de que tanto Jumba y Peakley, ambos extraterrestres bastante llamativos, se transformaron en humanos para pasar desapercibidos en Hawaii. Una explicación que quizás era bastante innecesaria en la caricatura original, ya que parte del chiste era que nadie cuestionaba su obvia apariencia alienígena. Precisamente este punto se presta para explicar por qué esta versión es menos funcional: al presentar este tipo de fisiologías en vida real, la vista es más amenazante y, por ende, menos llamativa para su público infantil (un saludo a la Gran Concejala). Quizás esa es la razón por la que el capitán Gantu, el mastodóntico villano original que captura a Lilo y Stitch, no aparece en esta entrega. Y ese, precisamente, es el mayor error.

El convertir a Jumba, el creador de Stitch, en el villano es una decisión perezosa en cuanto a escritura y economía de la duración, especialmente considerando que esta versión sigue siendo más larga que la del 2002. Quitándole todos sus matices como personaje, lo vuelve un ser plano y carente de complejidad más allá de sus intenciones de destruir. Un “científico loco”, que es precisamente lo que Jumba no es. O no del todo, como bien le dice Nani a Lilo sobre su comportamiento.

Como recordaremos, el desarrollo central de la historia gira en torno al concepto de Ohana, que significa familia. Y la familia nunca te abandona, ni te olvida. En estos días ha habido mucha controversia sobre la que fue la mayor variación de esta versión. La película concluye con Nani, que era una joven promesa de la biología marina, yéndose a Estados Unidos continental para estudiar, y visitando a Lilo, que ahora está en un hogar de crianza, a través de un portal.

Cuando lo leí me pareció una tragedia, y mató mis ganas de verla. Sin embargo, debo admitir que es una de las partes que mejor trabajadas y establecidas están desde el principio, por el simple hecho de que Lilo no pasa a una casa de acogida con desconocidos, sino que vive con su vecina Tūtū, quien era ya parte de su vida y fungía como una especie de abuela para ella y Nani. Es decir, Tūtū y David, el interés romántico de Nani, ya eran parte de su Ohana. Nani lo seguía siendo, aunque en ese período de su vida estaría más lejos de Lilo. No fue una decisión popular, y sigue siendo estúpido enviar a un residente de Hawaii, que tiene una de las mejores universidades de Biología Marina del mundo, a Estados Unidos continental. Pero Ohana puede verse diferente en algunas temporadas, y el mensaje sobre la importancia de mantenerse juntos, aunque sea de otra forma, permanece. Y esa es la realidad para muchas familias que es válido comunicar a su joven audiencia. Lo que quiero decir es que puedo entender de donde viene la decisión, puedo entender que Nani no tenîa las herramientas en ese momento de su vida que Tūtū sí tenía, y que no por eso deja de ser su familia. Aunque al final, la historia se quede corta de matices.

Algo que noto también es la necesidad constante de Disney explicar a la audiencia lo que sucede en cada escena dejando atrás todo subtexto. Por ejemplo, Cobra Bubbles dice que está para defender a las personas de Estados Unidos, a lo que Tūtū responde “¿y qué cree que somos nosotros?” En una nada sutil crítica al trato que reciben los locales de parte de los ciudadanos americanos. En contraste, la versión original utilizaba ejemplos más agudos, como el hobby de Lilo fotografiar a los turistas más estrafalarios.

Sin embargo, creo que considerando todo lo anterior, podemos concluir que Lilo y Stitch se mantiene como una de las mejores adaptaciones live action, lo cual no es muy difícil porque la barra es muy baja. Pero logra entretener, encantar y conmover. Stitch permanece como uno de los personajes más queridos de Disney, y eso, quizás, salva este remake.

Veredicto

Lilo y Stitch es una película disfrutable para pasar un buen rato, que no llega a estar a la altura de su versión original y que seguirá haciendo millones de dólares, porque todo lo que lleve el sello de Disney tiene una audiencia fiel que llegará por falta de más opciones.

6 / 10

Para nadie es secreto que Disney ha dedicado los últimos años a explotar la nostalgia de sus éxitos. Por esa razón hemos visto remakes en live action de Dumbo, La Sirenita, Pinocho y Mulán, así como la próxima en salir, Lilo y Stitch. En esta ocasión, Disney apuesta a El Rey León, uno de sus mayores éxitos de todos los tiempos, tanto a nivel de taquilla como por su legado cultural. Así, decide hacer una precuela “live action” (realmente animada) narrando la historia de Mufasa, el noble e inspirador padre de Simba, su protagonista.

Mufasa, dirigida por Barry Jenkins (Moonlight), como es de esperar, toma mucho de la original para traer de nuevo una estructura narrativa que, aunque predecible, funciona en última instancia, pese a un fotorrealismo tan intenso que desconecta a la audiencia. Y es que parecemos estar ante un documental de Animal Planet o NatGeo, implementando simulaciones físicas en las que los elementos interactúan con la cámara virtual, pero todo esto, con animales que hablan. Y cantan. Dicho realismo también les juega en contra: llegan momentos en los que se dificulta saber quién es quién, ya que perseguir la exactitud hace que todos los leones se parezcan bastante, con excepción de los villanos.

Las canciones, compuestas por Lin Manual Miranda, quien ya ha colaborado con Disney en Moana, The Little Mermaid y Encanto, no son malas, pero tampoco podemos destacan ni llegan a ser sombras de los clásicos Hakuna Matata o I Just Can’t Wait To Be King. No son mediocres; simplemente son fáciles de olvidar, incluso el viral en TikTok I Always Wanted a Brother (“That’s not a stray, that’s my brotha”).

Mufasa

En la música también viene lo que yo personalmente considero su mayor fallo, no tanto artístico, sino técnico: en muchas canciones, apenas podemos entender lo que dicen los personajes ya que el volumen de la orquestación está muy por encima de las voces; no sé si esto haya sido exclusivo del cine donde la vi, pero en ese sentido, la experiencia fue muy distrayente.

No pueden faltar los icónicos Timón y Pumba en su rol de alivio cómico, aunque con un humor obviamente más pensado para los adultos nostálgicos que para las jóvenes nuevas audiencias, lo cual nos hace preguntarnos: ¿para quién es esto? ¿realmente es para nuevas generaciones o para los niños que crecieron con ellos? ¿para ambos? Rafiki, en cambio, se mantiene como un personaje más ecuánime, con momentos divertidos, y se presenta como el narrador una historia obviamente pensada muchos años después de El Rey León. Esto es especialmente notable en algunas decisiones narrativas que contradicen el desarrollo que personajes como nuestro protagonista, debería tener al momento de la película original.

En general, Mufasa es una precuela que nadie pidió, una más de varios intentos de Disney revivir su gloria pasada a través de sus clásicos, con pocos elementos destacables, pero que funciona como entretenimiento familiar y confort para quienes aman la franquicia.

Veredicto

Mufasa intenta desesperadamente aferrarse al legado de El Rey León, y trata de compensar con su fotorrealismo la falta de impacto emocional, sus canciones olvidables y momentos en los que no podemos ni distinguir a los personajes.

6 / 10

Nadie llegó a pensar que el impacto de las series iba a ser tal, que fácilmente la cantidad de estrenos pueden casi ir equivalente a los estrenos de películas (solamente contando a los blockbusters, porque no somos exagerados).  Por esa razón hemos vuelto a hacer nuestro top 12 de las mejores series del 2021, al igual que como hicimos con el 2020.

Fuera del fenómeno calamar, el resto de la producción televisiva internacional se ha mantenido en un perfil más bajo, reflejo de una industria lastrada en la primera mitad del año por las consecuencias de la ralentización provocada por la pandemia.  Y mientras que la televisión se afana por encontrar el nuevo Juego de tronos o el nuevo Stranger Things (el éxito de El juego del calamar debería hacernos entender, de una vez, que el nuevo gran fenómeno televisivo mundial llegará de donde menos lo esperemos), vamos a dar nuestra lista de las mejores 12 series del 2021.

Succession - Temporada 3

La tercera temporada de este drama sobre la familia Roy, sus negocios, crímenes y miserias fue uno de los estrenos del año y no ha decepcionado.  Grandes personajes y diálogos filosos. Hace tiempo que la serie es mucho más que porno de ricos, bellas estampas de Nueva York o un relato de cómo viven y sufren los multimillonarios, ahora es una de las mejores series sobre guerras internas de la televisión.  OBLIGATORIA.

Mare of Easttown - Miniserie

La serie policial protagonizada por Kate Winslet agotó muy rápido los elogios. Un pueblo pequeño de EE UU como escenario; una detective que vivió tiempos mejores, bebe de más, está divorciada y sufre mucho; una chica desaparecida un año antes en circunstancias nunca aclaradas; odios, miserias, infidelidades. ¿Cómo vuelve a triunfar un esquema tan manido? Porque la historia está contada de manera distinta, trasciende el policial en el que se apoya en su estructura y llega, comandada por una inmensa Winslet, a un punto de obra que permanece. Si quieren ver una serie que no se eterniza, muy bien contada y mejor interpretada, piérdanse un rato en este pueblo y con estos personajes.  Luego nos lo agradecerán.

It´s a Sin - Miniserie

Una fórmula al alza en 2021 fue aplicar miradas nuevas a universos ya conocidos.  En la excelente It’s a Sin, Russell T. Davies (Queer as Folk, Years and Years) vuelve a los años ochenta del sida en la comunidad LGTBI de Londres, pero no para mostrar muertes prematuras, sino vidas fascinantes.  Luminosa y solemne, consciente del poder de la dignidad, es una de las joyas de este año.

Ted Lasso - Temporada 2

Un entrenador de un equipo de fútbol americano, es contratado para entrenar a un equipo de fútbol soccer, algo totalmente diferente a lo que hace.  Lejos de ser la típica serie de pez fuera del agua, esta se las arregla para ser carismática, positiva y bondadosa.

Sus personajes son TODOS, increíbles y llenos de situaciones emocionales con las cuales fácilmente nos identificamos.  Recomendada para pasar uno de los mejores ratos viendo una serie muy humana que buscará mostrar lo mejor de nosotros mismos.

The White Lotus - Miniserie

Nadie iba a pensar que una serie sobre un grupo de familias que se van de vacaciones a algún hotel en el caribe iba a ser tan interesante.  Actualiza sabiamente lo que son las familias y parejas disfuncionales, al mismo tiempo que se plantea temas sociales actuales y los responde con lógica (impresionantes las escenas de conversación de la hija con sus padres) y sentido común.

Pero tampoco es que sea un simple entretenimiento.  Es bastante profunda (todo el arco narrativo del hijo) y ocasionalmente hilarante.  Teje entre los personajes el buen desarrollo y en sus historias por igual.  Las actuaciones son impresionantes, principalmente Jennifer Coolidge y Murray Bartlett.

Rick and Morty - Temporada 5

¿De verdad vale la pena seguir hablando maravillas de esta serie animada? Justin Roiland y Dan Harmon han logrado seguir haciendo guiones interesantes que exploran a los personajes y lo desarrollan.  Los gags son inteligentes y el ritmo narrativo es frenético.

Solo tenemos alabanzas con esta temporada y más con sus dos últimos capítulos que llevan la serie a un nuevo nivel.

Only Murders in the Building - Temporada 1

Es sorprendente la capacidad intergeneracional de una serie que une con éxito a Martin Short, Steve Martin y Selena Gomez. Sus tres personajes, cobijados (y atrapados) en un lujoso edificio de apartamentos aferrado al pasado, conectan en su pasión común por algo tan reciente como los podcasts centrados en asesinatos reales.

La serie pasa de la comedia física clásica, hasta el cine mudo (entregando un capítulo completamente mudo).  Los personajes están tan bien desarrollados en sus capas de melancolía y soledad y el desarrollo de su historia gracias a un guión competente hace que el misterio sea solo el centro pero no la historia.

The Handmaid's Tale - Temporada 4

A pesar de que su narrativa está repitiendo, y que en sus primeros capítulos pareciera que no sabe a dónde ir, la serie pisa el acelerador y empieza a salir de su zona de confort.

Elisabeth Moss sigue destacando por encima de todo y la fotografía del trío compuesto por Colin Watkinson, Zoe White y Stuart Biddlecombe es de primer nivel.  El drama distópico da bastante fuerte (principalmente en sus últimos minutos de la última temporada) y abre el camino a un nuevo discurso, que con gusto queremos cruzar.

The Chair - Miniserie

Desde que Sandra Oh pudo salir de “Grey ‘s Anatomy” hemos podido ver en realidad de qué está hecha esta actriz.

La serie como narrativa y sátira, de una academia anticuada con profesores anticuados es una ventana interesante al abanico de personajes con desarrollos cortos pero bien estructurados.  Su humor es agradable y coqueto y sus discursos sobre problemas actuales son honestos y bien logrados.

Doom Patrol - Temporada 3

Por tercer año consecutivo “Doom Patrol” está en nuestro top por su irreverencia, su interesante forma de contar sus historias y por ser una serie que sabe cuando y donde tomarse en serio, pero más que nada, por sus desarrollos de personajes tan bien estructurados que ya quisieran muchas otras series o películas.

WandaVision - Miniserie

La primera serie de Marvel fue todo una explosion.  Desde “Juego de Tronos” se tenía tiempo que en internet no se debatía sobre lo que se iba a ver en los siguientes capítulos y esta serie lo consiguió.  WandaVision es un entretenimiento muy interesante e inteligente.  Toma al personaje de Wanda/Bruja Escarlata (interpretada por una Elizabeth Olsen impresionante) y se dispone a hablar de un tema poco explorado: la salud mental.

Cada episodio es un viaje visual a través de distintas épocas de la cultura pop y la evolución de la televisión, que funciona como nostalgia y un hermoso tributo.

Loki - Temporada 1

De la mano de Disney+, la serie sobre el villano (o antihéroe, depende la perspectiva) más carismático de Marvel era una incógnita.  ¿Que nos pueden contar que expanda el universo? Pues por lo visto mucho, porque la serie sabe atar cabos satisfactoriamente para abrir las posibilidades del multiverso, pero al mismo tiempo la serie profundiza para intentar entender a su protagonista, tanto en el lado bueno como en el malo.

Con buenas actuaciones de parte de Sophia Di Martino u Owen Wilson, quienes son los más brillantes, Tom Hiddleston como Loki vuelve a encantar corazones, y la música de Natalia Holt ayuda a que este viaje sea tan estimulante como divertido.

Después de la increíble “Vengadores: Endgame”, para muchos el Universo Cinematográfico de Marvel (UCM) ha estado sin un rumbo fijo.  Los Eternals llegan para darle un punto a favor de los que piensan que ya esto anda sin rumbo.

En un género, como es el de superhéroes, donde día a día tenemos más y más producciones, es difícil, principalmente para Marvel, salir del cascarón donde los chistes y los colores, son parte de su identidad.  Originalidad no existe, pero es cierto que el público pide ver algo más refrescante.  Por esa razón “Shang-Chi y la Leyenda de los Diez Anillos” se sintió un poco “diferente”, porque nos sacaba totalmente del arquetipo de personaje que Marvel nos tiene acostumbrados.

Tampoco es que el género de cómics sea solo humor y acción.  Tiene para todo público, como es el caso de “Joker”, que contra todo pronóstico, se convirtió en una de las películas de orígenes más rentables y famosas del 2019.

Es por esa razón que Marvel apostó por Chloé Zhao para esta entrega.  La directora que tiene bajo sus brazos “Nomadland” y “The Rider”, ha logrado una película llena de hermosos paisajes, personajes carismáticos, el elenco de superhéroes más inclusivos y dinámicos hasta la fecha, y una puesta en escena reposada, pero con la gravísima falta de un guión que no se puede sostener.

Iniciando con un desarrollo penoso, porque los guionistas y la directora, se dan la tarea tratar de darles estructuras, a más de 6 personajes distintos, donde vemos sus dolores, sus alegrías, e incluso sus miedos, todo con escenas introductorias, flashbacks y diálogos un tanto insípidos, para culminar con que algunos de estos personajes no son relevantes ni en la trama ni en su universo (el UCM).  Esto hace que tengamos momentos que no aportan en el filme, pero tampoco ayudan a empatizar con ellos.

Mientras que en los Vengadores, cada uno además de tener su propia película donde se desarrollaban, todos eran igual de especiales para la trama poder continuar.  Dígase, que sin Hulk, tal vez Loki hubiese ganado, pero sin Thor, Hulk no hubiese aparecido.  Esto no sucede aquí.

Por otro lado tenemos el componente guión en la historia.  ¿Por qué seguimos viendo personajes antiguos que nunca hicieron acto de presencia en momentos claves cuando la tierra y el universo estaban en peligro? La historia está llena de lagunas dentro de su propio universo que es imposible conectar.  Quiere ser independiente de todas, pero al mismo tiempo no puede ser independiente.  Entonces, ¿para qué nos importa la historia de estos tipos? ¿Por qué deberíamos admirar, o al menos interesarnos por unos personajes que pasan mayor parte del tiempo escondidos?

El filme sacrifica dinamismo y la gracia de sus superhéroes, para cambiarlos por escenas donde estos celestiales hablan y hablan, ofreciendo lecciones de ética y moralidad, a un público que falta de adoctrinamiento.  Largas escenas donde hablan de la especialidad del humano, como el amor, la familia y otras cualidades que se hacen aburridas y vacías.

Los Eternals no pueden ni sostener una simple escena de pelea interesante, donde el momento de lucha y clímax pasa tan frío, que casi pensábamos que era una escena de pelea con un villano de turno, por la falta de epica.

Al final Los Eternals es un filme que no termina de arrancar y lo que es peor, es que tiene los elementos para ello.  Lamentablemente es una de las más flojas de Marvel y que deja en evidencia que sin su fórmula no son capaces de sostenerse.

Veredicto

Eternals es un desaprovechamiento para ampliar el UCM (Universo Cinematográfico de Marvel) y un intento fallido de querer irse por una vía menos cómica, que por lo visto, ellos no manejan del todo.  Se puede ver, pero no esperando que sea lo que nos tienen acostumbrados.

5 / 10

Cuando Disney anunció el producto de Star Wars: Visions, las críticas a favor y en contra no se hicieron esperar.  Si bien es cierto que antes de criticar algo debemos verlo y ser totalmente subjetivos, el fandom de la franquicia Star Wars es bastante celoso y Disney no ha podido dar en el clavo con ellos.  Ejemplo de ello es Star Wars Episodio IX.

Que sí, que Mandalorian es un producto muy interesante y que al fanatico le gusta, es cierto, pero la saga no puede vivir solamente de eso.  Por eso en un intento de abordar distintas visiones (por eso el título) y de ampliar el universo, Disney ha sacado una serie antológica de Star Wars donde ningún capítulo sostiene al otro.

Algo muy arriesgado, pero que de una manera algo extraña, funciona.  Porque la caracterización Jedi y Sith, basada en una filosofía samurai, pega muchísimo y es algo que sí aporta a este universo.  Creatividad hay de sobra en cada capítulo, principalmente los que acompañan estos encuentros.

La mayoría de capítulos beben mucho del cine de Akira Kurosawa, más que nada de “Los Siete Samurais”, mientras que otros toman muchos otros elementos del cine de kung fu, de animes famosos y hasta de clásicos del cine japonés.  Lo cual no está nada mal.

En cuanto a lo visual, pues, poco que decir.  Algunos bien interesantes, como el primer capítulo o el quinto, donde la animación parece a los animes de antaños pero mucho mejor, mientras que otros como el episodio tres son bastante extraños, pareciendo que está orientado a un público infantil.

Al final: ¿Aporta algo al universo de Star Wars todos estos capítulos e historias? ¿Vale la pena sentarse a verlo?

Star Wars: Visions
Pues, sí y no.  Si es cierto que es entretenido y por esa razón funciona como un entretenimiento digno, por ende vale la pena, pero no aporta absolutamente nada a este gran mundo creado por George Lucas.  Las mismas historias dentro del capítulo, se sienten algo gastadas.

En definitiva, Star Wars: Visions es entretenida y visualmente agradable.  No estamos ante las mejores animaciones o las historias más creativas de este universo, pero tampoco es que sea algo que nos haga perder el tiempo.

Veredicto

Star Wars: Visions es, como lo dice el título, una visión distinta de este universo desde la perspectiva del anime y su esencia.  No está mal, y entretiene, que ya es algo ganado.

5 / 10

Es increible que esta sea la película número 59 de la factoría Walt Disney.  Cine de animación que ya a estas alturas todos conocemos y no necesita ningún tipo de introducción.  “Raya y el Último Dragón” es la película que nos ocupa, la cual tenía previsto su estreno en cines en el 2020 pero ya por condiciones que conocemos la tenemos en su plataforma de streaming.

Y es que el filme dirigido, principalmente por Don Hall y con un guión en donde participan un gran grupo de personas, no es nada original y es bastante predecible.

Ambientada en una ciudad ficticia (que parece ser China), nos trasladan a un suceso antiguo que como es usual, se volverá a repetir y que nuestros protagonistas tendrán que resolver.  Tampoco se nos escapa el drama paterno filial del que Disney siempre aboga, eliminando (cada vez más) el componente romántico.  Aquí, el filme consigue ser lo suficientemente interesante con el desarrollo de sus personajes, alimentándose de personalidad.  Raya es enérgica, decidida y bastante carismática, y sus objetivos son claros.  Lo mismo sucede con los personajes secundarios los cuales tienen un desarrollo bastante completo, en donde todos están unidos por los dos temas principales de la película: la hermandad y la confianza.  Tal vez quien carece un poco de desarrollo es el personaje de Namaari, quien a pesar de presentarnos con dudas e ideales influenciados por otro personaje, por momentos son poco creíbles.

En cuanto al apartado técnico pues ninguna sorpresa.  Disney tira la casa por la ventana y la animación es de primer nivel, destacando esos hermosos planos aéreos de esas increíbles ciudades que componen ese mundo.  Lo mismo sucede con la música de James Newton Howard en donde destacan esas partituras de piano bastante hermosas y que juegan mucho con la ambientación.

Como mencionamos anteriormente, su mayor defecto está en un guión que parece realizado para videojuegos, donde el “vamos a x lugar a buscar esto y luego ir a este otro lugar a buscar lo otro” resulte repetitivo y si a eso le sumamos que cada viaje trae consigo un personaje nuevo al que desarrollar, pues, la temática del videojuego está presente.

Veredicto

En resumen, “Raya y el Último Dragón” es una película bastante entretenida y con un hermoso mensaje, que lamentablemente no se escapa del guión fácil, pero que cumple las expectativas.  No es la mejor película de animación ni la mejor película de Disney, pero cumple.

6 / 10

Ya Hollywood ha dado por perdido este año con respecto a estrenos de películas.  Grandes producciones como “Fast and Furious 9”, “A Quiet Place 2” o “007: No Time to Die” han sido movidas para otras fechas cuando sus estrenos eran entre Marzo y Mayo.

Ahora Disney ha preparado un calendario donde sus estrenos más grandes que se pensaba estrenar este año 2020, pero el cual no se ha podido.  Y la verdad es que el objetivo de Disney ha sido tal que cada uno de sus estrenos no choquen o al menos tengan el tiempo suficiente entre sus propios productos, porque hay que recordar que Disney maneja Marvel, Pixar, LucasFilms, y sus propios productos.

Mulan: El live-action del clásico animado que narra la historia de una joven china que se hace pasar por hombre para convertirse en un soldado que luchará contra las tropas mongolas, pasa a estrenarse el 24 de Julio del 2020.

Jungle Cruise: Dirigida por Jaume Collet-Serra, la cinta de aventuras protagonizada por Dwayne Johnson y Emily Blunt, que narra el viaje de estos dos personajes a una jungla llena de misterios y un tesoro escondido, se estrenará el 31 de Julio del 2021.

Indiana Jones 5: Ya se tenía esperanza con el inicio de la producción y una fecha de estreno del 9 de Julio del 2021, pero con el retraso que pasara y la detención de la grabaciones tiene ahora fecha del 29 de Julio 2022.

Viuda Negra: Sin duda la más afectada es la división Marvel la cual presenta su calendario de varias películas, incluso con estrenos que sobrepasan los 3 años.  La película protagonizada por Scarlett Johansson pasa a estrenar para el 6 de Noviembre, a una semana antes de “007: No Time to Die”, por lo que la batalla en taquillas será bastante fuerte.

The Eternals: Pasan para el 12 de Febrero del 2021 después de que se le entregue a “Viuda Negra” su fecha (6 de Noviembre).

Shang Chi Y la Leyenda de los Siete Anillos: Se reajusta para el 7 de Mayo del 2021.

Doctor Strange: El Multiverso de la Locura: 5 de Noviembre 2021.

Thor: Love and Thunder: 18 de Febrero 2020.

Capitana Marvel 2: 8 de Julio 2022.

Pero hay casos no tan agradables y donde las peliculas salen afectadas fuertemente.  Como es el caso de “Artemis Fowl” la cual se estrenará directamente en Disney+ (aún sin fecha) y “Los Nuevos Mutantes” que ha sido totalmente excluida del calendario de estreno sin fecha o mención sobre ella.

Sin muchos rodeos, el final de la saga de los Skywalkers que inició hace 40 años, de esta peculiar familia que eran los guías de la luz en medio de una oscuridad tremenda, pues es flojo (no se acerca a ser decente) y muy vago.

JJ Abrams pasa parte de la película queriendo crear un nuevo misterio (que debe terminarlo antes de acabar la película), buscando la forma de recuperar los misterios del Episodio VII y tratando de arreglar los cambios del Episodio VIII.  Y a pesar de la difícil tarea, JJ se las ingenia para lograrlo, pero ¿funciona?, pues en algunos momentos no funciona. Porque de nada sirve cerrar arcos si lo hace mal.  Hay escenas que no cuadran con lo que hemos visto o con lo que veremos, y en muchos momentos, parece como si fuesen varios guiones y varios montajes de película en una sola.

En el renglón de los efectos especiales, pues es normal que Disney invierta en crear algo destacable.  Los efectos son totalmente geniales, brindando un sin número de planos que son una maravilla audiovisual, y que las mismas hacen compás con una banda sonora a mano del ya veterano John Williams quien conoce a la perfección este impresionante universo y sus personajes, logrando una conexión con mucha empatía por parte del personaje y sus sentimientos.

Las actuaciones tampoco están mal, que no era algo de qué preocuparse en este tipo de películas y en esta saga en general.  Daisy Ridley, Adam Driver, John Boyega, Oscar Issac y los demás cumplen con mucha gracia con sus personajes.

El problema de la saga radica en su guión que es desastroso.  Momentos de comedia infantil, personajes poco desarrollados, situaciones sin desarrollar, resoluciones incompletas o muy mal resueltas.  La historia se nota que ha venido arrastrando unos problemas que vienen desde el Episodio VII (¿de dónde Rey tiene esa fuerza? ¿Por qué el casco de Kylo Ren? ¿De donde la Primera Orden tiene ese poder cuando fue reducida al final del Episodio VI?) pero también tiene los problemas que el Episodio VIII ha creado (la muerte del villano principal, los padres de Rey, los cambios de Luke) y esto hace que se sienta difícil de seguir en cuestión de historia, y de paso, que debe llenar con un exagerado de batallas que muchas se sienten innecesarias.

En definitiva, Star Wars Episodio IX: El Ascenso de los Skywalkers es una película que busca contentar a todos, desde los fans que se molestaron con el Episodio VIII como los fans que le gusto ese mismo episodio.  La épica narrativa es reducida a una épica visual que agota en muchos momentos y que no parecen tener el más mínimo sentido, en conjunto con muchas otras escenas de la película, que le quitan protagonismo al desarrollo en general.  Hubiese funcionado a la perfección, si no estuviésemos hablando de una saga que carga con un universo rico en detalles e historias y con más de 30 años de vigencia.

Veredicto

Insustancial, floja y en momentos sin sentido, es lo que brinda esta película de Star Wars que busca complacer a los fans de la anterior película y recuperar a los fans que se molestaron.  El guión es totalmente vacío y sin ninguna de las características principales de la saga como son la lucha entre el bien y el mal en un aspecto espiritual y psicológico, la corrupción del poder o sencillamente la batalla entre Jedis y Siths.  JJ Abrams y Disney logran una película que puede entretener en un gran parte del filme, pero no pasa de ahí.

4 / 10