Existen adaptaciones que son difíciles de realizar, aunque existan directores capaces de lograr titánica tarea.  Como ejemplos está “Doom Patrol” “Dune” y en este caso “The Sandman”.

Explicar de qué trata la obra original es algo complejo, pero en la serie trata de enfocarse en que Sandman, Morfeo o el Dios del Sueño, como quieran llamarlo, ha sido secuestrado por unos humanos.  Durante el tiempo en que Sandman es cautivo, la tierra y su reino empiezan a colapsar, por lo que tendrá que buscar una forma de arreglar todo antes de que sea demasiado tarde.

Primero es de agradecer que la serie no tenga miedo de ir a los extremos y busca por todos los medios no caer en los ganchos de los clichés, y sin ningún tipo de miedo va hacia el horror, la brutalidad, la crueldad, el maltrato y otros.  En el guión se nota la mano del creador, quien estuvo en todo momento revisando los trabajos de David S. Goyer y Allan Heinberg, y si era necesario hacer modificaciones, pues las hacía, para así presentar un trabajo a la altura y que se nota en cada capítulo donde la coherencia y la estructura están bien manejadas, pero también el desarrollo tanto de los personajes como de la historia.  Conocemos perfectamente y tenemos empatía con las razones de los captores de Sandman, pero también nos sucede lo mismo con el mismo protagonista.  Y así con todos los personajes de la serie, quienes al tener sus respectivos desarrollos entendemos a la perfección todo lo que hacen y les rodea.

En la elección del casting pues todo una maravilla.  Tom Sturridge cae perfectamente como aquel dios antropológico y su actuación es perfecta.  Lo mismo con Charles Dance quien en su poca intervención sabe ser lo suficientemente poderoso para atraparnos con su actuación.  Sin embargo entre las sorpresas de actores que aparecerán en pantalla logrando que todo fluya a la perfección (la serie tiene algunas sorpresas actorales bastante interesantes) quienes logran conseguir atraparnos totalmente además del protagonista, es Gwendoline Christie como Lucifer, Jenna Coleman como Constantine y Boyd Holbrook como Corinthian.  Perfección absoluta.

Como es usual en las series, la dirección de los capítulos viene de varios directores pero en realidad todo el peso visual va a manos de los showrunners que en este caso son los guionistas David S. Goyer y Allan Heinberg.  El primero ya es conocido en el mundo de las adaptaciones de cómics, y quienes no sepan, este señor fue el que hizo el guión de Man of Steel, Batman Vs Superman, The Dark Knight, y hace poco estuvo detrás de Foundation.  Mientras que en el caso de Heinberg, ya es un viejo conocido a la hora de ser showrunner de series y hace poco estuvo muy involucrado en la creación de los personajes y parte de la historia de Hawkeye.

Al final Sandman es una excelente serie que sin duda a quienes les guste la fantasía terrorífica y/o el cómic, encontrarán un buen entretenimiento, y a quien no pues que se abra a este increíble mundo fantástico.

Como dato extra, el personaje interpretado por Gwendoline Christie llamado “Lucifer” es el mismo de la serie del mismo nombre que era interpretado por Tom Ellis.  De aquí es que surge el personaje, y que el mismo Neil Gaiman había creado un spin off de cómics con su historia fuera de la tierra, pero obviamente la serie de CW ha sido desvirtuada a la obra original del creador.  Esta versión de la serie es la que originalmente Gaiman se imaginó que haría CW.