Aaron Sorkin nos deleitó el año pasado con una excelente película (The Trial of Chicago 7).  Ahora ha vuelto con otro filme donde también vuelve como director y guionista, tomando de tema una semana concreta en que Lucille Ball, aquella actriz que dio luz a Lucy en la serie “I Love Lucy”, tuvo que lidiar con una crisis que podría terminar con su carrera.

Lo extraño a todo esto es que el director en una declaración ha dicho que la sitcom es “caduca y sólo apta para nostálgico” dejando en evidencia su poco gusto hacia ella, algo que para nosotros tal vez ahí es que está el problema que arrastra “Being the Ricardos”.

Being the Ricardos

Deja una visión condescendiente de la serie, la cual inventó la gramática formal para las demás sitcoms -iluminación cenital del plato, grabación con tres cámaras, decorados fijos, etc-.  Y claro, no seremos nosotros quienes le llevemos la contraria, pero ¿qué tan interesante puede hacer una obra una persona que no se sienta agusto con la fuente original?

Muy poco, la verdad, porque Sorkin separa a la Lucille Ball visionaria y perfeccionista, de la cómica experta del slapstick más destructor, y no solo eso, sino que arropa a su “Lucy” de tener un discurso socio político aún más descabellado que certero.

A Sorkin le gusta describir los procesos de creación, y aquí en «Being the Ricardos», no es la excepción.  Se encarga de hacer énfasis en ella en una escena sin gracia, llena de diálogos punzantes poco creíbles de una escena sobre lectura del guión donde los personajes se dividen entre “clones de Sorkin” y personajes vacíos sin ningún tipo de inteligencia (de ningún tipo), y que para colmo, no aporta nada de verdad al relato (a pesar de tener unas escenas fuera de tono que parecen de documental).  Y el problema no es la falta de realidad al filme, sino la falta de ficción a ella, culpa del director.

Nicole Kidman y Javier Bardem no tienen química, y los demás actores están ahí para dar uno que otro diálogo filoso e irse de escena.

Claro, como no todo es malo, el maquillaje y vestuario son una maravilla.  Y la puesta en escena ayuda un poco a sentir que estamos en esos años, al menos por poco tiempo.  Entonces «Being the Ricardos» se convierte en solo eso, un gran personaje bien elegante pero vacio por dentro.

Veredicto

Aaron Sorkin logra que “Being the Ricardos”, basada en la divertida sitcom “I Love Lucy” se convierta en dos horas de poco entretenimiento, diálogos forzados y personajes tan vacíos como el argumento para acusar a Lucille Ball de comunista.  Es una lástima, porque prometía muchas cosas.

4 / 10

El cine existe para varias cosas.  Desde dar un simple entretenimiento como lo es Spider-Man: No Way Home, a brindar una visión y discurso de la vida como lo es Soul.  The Matrix Resurrections busca agarrar todas, aunque se quede a medias con algunas.

Si bien es cierto que Matrix en 1999 cambió todo el concepto de lo que es la ciencia ficción, planteando un mundo y unos personajes entrañables, también es cierto que sus secuelas poco aportan al mundo y a los personajes, y ahora que las hemos vuelto a ver nos quedamos con unas lagunas argumentales bastante fuertes.  Dicho esto, nos preguntamos; ¿22 años después, de verdad necesitábamos una “secuela”?

El único problema de esta película, no es lo que plantea, sino el porqué está aquí.  Explicamos: Lana Wachowski quería volver a esta historia y a estos personajes porque significan mucho para ella. Pero ya. No sabemos si alguien más esperaba y deseaba otra secuela de Matrix en sus vidas, por decepcionante que fuera Revolutions pero lo que se intuye en The Matrix Resurrections es que esto ha sido sencillamente un capricho de Lana, porque ella quería volver a este mundo y con estos personajes.  Y ese es su verdadero problema.

Claro, hay que reconocer a Lana, que ha hecho un enorme esfuerzo por no repetirse y no dar lo mismo de siempre. De hecho, es un logro mayúsculo, teniendo en cuenta que los trailers apuntaban a todo lo contrario y a una especie de remake no declarado de la primera parte. Pero no. Esto no es Matrix, ni tampoco Reloaded ni Revolutions. De hecho, no es el Matrix que todos recordamos. Si alguien va buscando la profundidad metafísica, psicológica y filosófica de la trilogía original, que se olvide porque no la va a encontrar.  Esta “Matrix” es más suelta, más sarcástica, y humorística, pero ojo, mucho más crítica que sus tres secuelas juntas.

Escenas como las iniciales, que nos describen el trabajo actual de Thomas Anderson y la creación de un nuevo videojuego de su saga, están pensadas de hecho para reírse precisamente de lo que los fans y la industria esperan, y es de admirar el sentido del humor, la autoparodia y los dardos ácidos que ha puesto ahí la directora.  También es de admirar como el filme plantea este nuevo mundo, retrata el romance de Neo y Trinity dándoles un desarrollo muy interesante y el personaje de Jessica Henwick.  Hasta el Morfeo es algo que puede tragarse, porque tiene su truco, y no es una mala idea.

Sin embargo, que la película haya querido distanciarse tanto, pero tantísimo, del material original da como resultado una cinta extraña, como decíamos, que a ratos no sabe muy bien adónde apuntar.  Algo que tampoco la anterior hacía bien, pero al menos no llamó tanto la atención de los más ácidos.

La acción no llama tanto la atención como entonces (de hecho, es bastante inferior a todo lo que vimos en su día, aunque sí entretiene muchísimo, todo sea dicho) y en general hay una sensación de dejà vu (concepto maestro donde los haya en la saga) que no ayuda para nada a que The Matrix Resurrections se vaya a convertir en una película memorable. Muy al contrario, es de sospechar que será olvidada muy pronto, porque Lana Wachowski es la única que de verdad quería esta película, y por tanto la única espectadora ideal para la misma. Los que entren en el juego la disfrutarán, y tiene suficientes elementos interesantes como para no lamentar el visionado, pero esto no es el Matrix que muchos esperaban para recibir respuestas, y menos la que hoy en dia necesitamos, pero, ¿acaso alguien queria volver a la Matrix?

Veredicto

Nos ha gustado bastante el nuevo camino de Matrix, porque siendo honestos, es un camino arriesgado que va contra la corriente pero no deja de ser lo que la Matrix ha estado vendiendo.  ¿No nos dijeron que lo que veíamos era la sexta reencarnación de Neo? Está fácilmente puede ser una de ellas.

6 / 10

No hay spoilers, tranquilos.  No pensamos dañar la experiencia de Spider-Man: No Way Home a nadie, porque es una película que se disfruta sin saber qué es lo que vas a ver.

Tal vez sobre decir de qué va, pero por si alguien aun no lo sabe, pues esta película se conecta exactamente en la misma última escena del final de Spider-Man: Far From Home, donde públicamente en televisión acusaban al Hombre Araña de haber asesinado a Mysterio.  Peter Parker se ve envuelto en problemas cuando todos saben quien es, por lo que va donde Doctor Strange para que haga un hechizo donde todos los que saben quien es en realidad, se olviden de ello.  Sin embargo, el hechizo sale mal y hace que los villanos de otros universos vengan a matar a este Hombre Araña, abriendo el tema del multiverso (que lo vimos ligeramente en WandaVision y Loki).

Lo hemos dicho siempre, que los anteriores filmes protagonizados por Tom Holland nunca nos convencieron.  Si la primera pecaba de infantil, la segunda se olvida de hacer algún desarrollo.  Holland funciona muy bien en los Vengadores, pero en solitario no veíamos un avance.  Y entendemos claramente que una adaptación es eso, una adaptación.  No tiene que ser identico al comic, pero Andrew Garfield le daba algo de personalidad y Tobey Maguire le daba un tono tonto y santurron que encajaba bien con el personaje.  Holland era una especie de niño divertido que saltaba de aquí para allá.

Pero por fin estamos ante un Peter Parker del MCU reivindicado.  Uno de sus grandes problemas anteriores era que en sus películas estaba siempre bajo la sombra de los Vengadores o de alguno de ellos, pero lo que tiene No Way Home y lo que la hace interesante, es que con todo y que salga Strange, estamos ante una película de Spiderman al uso.  Y sí, es espectacular visualmente, y Doctor Strange sale, y cuando sale lo disfrutas, pero no se roba la película.  Pero no solo es un filme donde Peter destaca, sino que también TODOS los que salen, absolutamente TODOS destacan.  La Tia May interpretada por Marisa Tomei ha demostrado una vez más que es una excelente actriz y que es una genial Tía May.  Y por cierto, M.J. y Ned están absolutamente rescatados después de su paso por Far From Home, y aquí los dos personajes están geniales. Te crees la relación que se establece entre los tres.

Spider-Man: No Way Home

Es difícil hablar de ella sin entrar en destripes argumentales, porque a su manera es una carta de amor a más de dos décadas del hombre araña en el cine.  La dificultad de Jon Watts -como director- y del equipo de guionistas era equilibrar todo y sobre todo, por primera vez, poner en el centro de gravedad a Parker/Spidey sin ahogarlo ni proyectarlo y la dirección lo logra en todo momento.

Son tantas las cosas positivas que las malas quedan bastante empañadas y no se sienten tan molestas.  El guión, por ejemplo, peca demasiado en ser complaciente y tener elementos que solo sirven para que la trama pueda avanzar, porque por sí sola es difícil hacerlo.  ¿En serio necesitábamos una máquina que hace cosas en una habitación abandonada? ¿De verdad había dudas para presionar el botón de la caja? Y así como están esos, hay otros que son un total absurdo.

Pero al final estamos claros que tiene algunos problemas aquí y allá o cosas que podrían estar mejor desarrolladas, pero Spider-Man: No Way Home es un film que funciona muy bien, que durante dos horas y media te mantiene enganchado y que cumple perfectamente lo que un blockbuster quiere lograr y es entretener.  Recomendable como cierre de la trilogía, de los personajes y abre un nuevo camino que promete ser bastante interesante.

Veredicto

Da gusto ver como los realizadores han apostado de verdad por un desenlace distinto, mucho más agridulce y melancólico que el final feliz que todos esperábamos, y que abre un gran número de posibilidades para seguir expandiendo la saga en el futuro.  Es interesante de principio a fin.

7 / 10

El director de «Belfast», Kenneth Branagh (el villano en Tenet para quien este perdido) no es alguien que se menciona a la ligera.  Además de ser un excelente actor, también es guionista, músico, productor y director (tanto de televisión como de cine).

Este 2021 ha estrenado una propuesta bastante personal llamada “Belfast”, donde nos trasladan a un barrio de Belfast en 1969, en plena guerra entre protestantes y católicos.  Vamos viendo todo desde el punto de vista de Buddy, un niño de nueve años, interpretado por Jude Hill, un roba pantallas absoluto y lo mejor de la película.

El filme tiene esa mirada personal e íntima de aquella época, mezclado con la inocencia del niño, nos da un punto de vista más humano y ese es el gran acierto del director, logrando mantener ese punto de vista que los niños tienen a pesar de las circunstancias.  También esto ayuda a que muchas personas, podamos empatizar con la historia, inclusive los que no conocen la historia de Irlanda.

Las interpretaciones son todas correctas, destacando a Judi Dench y Caitriona Balfe, quienes logran darle mucho peso a sus personajes como la abuela y la madre del pequeño Buddy.  Ciarán Hinds tampoco se queda atrás e imprime muchas de las mejores escenas de la película, con esas conversaciones con el niño muy de adultos pero desde la perspectiva infantil que tanto mantiene la película.  Hasta el algo soso de Jamie Dornan está perfecto, quien seguimos pensando que no ha podido encontrar un género donde pueda explotar su potencial oculto.

La impresionante fotografia en blanco y negro de Haris Zambarloukos es una delicia, representando el verdadero amor tanto al cine como a la ciudad que le tiene el director, y con la musica de Van Morrinson pues, esto se convierte en una de las mejores del 2021.

Veredicto

Branagh crea momentos de humor y emotividad que tienen un impacto duradero.  Los personajes principales están tan bien diseñados e interpretados que es imposible no interesarse por su lucha diaria.

8 / 10

Si estas aquí, leyendo esto, sabes que para nosotros “Succession” es una de las mejores (cuidado si la mejor) serie actual.  Es decir que estas aquí porque la has visto y quieres ver qué podemos decir a favor de ella o en su defecto, quieres averiguar el porqué pensamos esto.  Claro, hay otras que estan topando el excelente, como por ejemplo «Better Call Saul«.

No hay ningún error en la puntuación ni en lo que decimos.  Pero ojo, que “Succession” no tiene efectos especiales, no tiene efectismo barato ni nada por el estilo.  ¿Que si tiene? Diálogos bien elaborados, personajes extremadamente desarrollados, trama simple pero interesante y bien creada.

Logan Roy (interpretado magistralmente por Brian Cox) es un magnate empresarial que controla una de las empresas más importantes del entretenimiento y la televisión en el mundo.  Este señor tiene cuatro hijos; Roman (Kieran Culkin), Siobhan (Sarah Snook), Kendar (Jeremy Strong) y Connor (Alan Ruck).  Todos los problemas llegan cuando Logan tiene un problema de salud que hace que los hijos se pregunten; ¿quién será el sucesor que controle todo?.

El guión está tan bien elaborado que analiza la toxicidad de hoy en día y los verdaderos pecados capitales, de una forma tan realista y ridícula, que hasta da miedo.  Y hacemos énfasis en la palabra “ridícula” porque si, la serie ridiculiza muchas veces pero sin caer en lo banal o lo burdo.  Es creíble en todo momento y está tan bien desarrollado que sientes que es parte del personaje.

En cuanto a las actuaciones, pues, todas las alabanzas.  Nadie desentona, nadie sobra, nadie siente que exagera o sobreactúa.  Todos los personajes enganchan, caen bien y funcionan y sus actores son quienes logran esta genialidad.

En cuanto a la fotografía de Andrij Parekh, Chris Norr y Patrick Capone, es una belleza tanto en los planos cerrados dentro de los edificios o casas, como aquellas hermosas vistas de la ciudad.  Algo curioso es que se empeñaron en que todo esté full HD, y no solo lo mencionan los mismos creadores de la serie, sino que los de la fotografía, y es que se busca reflejar la mayor realidad posible.  Que los espectadores se adentren lo mayor posible dentro de esta trama llena de traiciones y giros.

Avisados están: se están adentrando a una trama familiar llena de personajes hijos de puta dispuestos a hundir a los demás y a traicionarse, con tarde llegar a ocupar el puesto de su padre, y que ojo, su padre no se queda atrás tratando de joderlos a ellos.  Succession no es una de las mejores series de la actualidad, sino, la mejor serie, de la actualidad.

Veredicto

La mejor serie de la televisión que merece visualizarse.  No tenemos más palabras que elogios hacia ella.

9 / 10

Cuando en el 2012 se estrenó “Los Vengadores” nadie se esperaba que a estas alturas estaríamos ante uno de los universos cinematográficos más rentables en la actualidad.  Por eso no sorprende que Marvel haya querido darle despedida a uno de sus personajes originales para darle la bienvenida a otro, con similares poderes.  “Hawkeye” o como se le conoce en español, “Ojo de Halcón”.

Ya van tres miniseries de Marvel con esta (Loki se convirtió en una serie regular) y como hemos mencionado en nuestra reseña de “Black Widow”, sentimos que estamos en un punto muerto donde Marvel se empeña en querer hacer una historia que conecte y avance cosas para su universo pero al mismo tiempo quiere tomar libertad para desarrollarse como algo aparte.

La serie nos narra como Kate Bishop se convierte en la sucesora de Hawkeye, en una trama sobre criminales de poca monta, pandilleros, mafiosos y crimen organizado, que funciona muy bien por la naturaleza de los personajes, ya que Clint y Kate, son personajes más terrenales que se pueden mover con facilidad por esos ambientes y es creíble.  El guión tampoco es que quiera complicarse, y no lo necesita, porque es una serie de Marvel que solo busca entretener en víspera navideña.

Las actuaciones son bastante correctas, destacando los dos protagonistas: Jeremy Renner y Hailee Steinfeld, esta última dando más capas de drama a su personaje lo que le da cierta empatía.  Tony Dalton en cambio hace el mismo personaje que ya hemos visto en “Better Call Saul” pero un poco más light.

Los efectos, la música y todo los demás complementos están ahí, bien justos para poder lograr una serie entretenida, y eso está bien.

¿Entonces hay algo más que contar? Pues la verdad, no.  No hay mucho que contar y tampoco que destacar.  Todo está tan bien aderezado y bien mezclado que fácilmente puedes mirar un rato el celular y luego volver a mirar la escena que tienes de frente y no te pierdes.

Veredicto

Miniserie que no propone nada demasiado revolucionario, pero que en su acumulación alcanza cierta empatía con los personajes y una espectacularidad y un vértigo que los fans de Marvel seguramente celebrarán.

5 / 10

En 1961, Robert Wise estrenó un musical llamado “West Side Story”, que narraba la historia de dos bandas callejeras que luchaban por el territorio de un barrio.  Uno de estos pandilleros tiene una hermana llamada Maria, que se enamora de un joven de la banda enemiga.  A estas alturas es todo un clásico absoluto del cine, por eso nos preguntamos: ¿Vale la pena haber hecho un remake de una obra que todavía a día de hoy sigue intacta?  ¿Es posible hacer una nueva versión con una nueva visión pero que mantenga todas las luces del clásico?

Hay dos respuestas y las dos son un rotundo “si”.

La maestría de Steven Spielberg se ratifica en una nueva versión de (en español) “Amor sin Barreras” y que por momentos supera a la original en todos los aspectos posibles que se les pueda ocurrir.  Fotografía, dirección, puesta en escena, guión, e incluso hasta en actuación.  Obviamente Spielberg no hizo como Haneke, que hizo un remake de su propia película y lo único que cambió fue el póster y los actores.  Aquí Spielberg se esmera y cambia para bien y modifica para mejor.

Las coreografías del inicio de Amor sin barreras (1961) eran perfectas. Spielberg decide ser mucho más cinematográfico y que todo fluya de manera más realista, aun siendo un musical. Prefiere dejar los momentos coreográficos para más adelante. Sabe que la teatralidad ya no es aceptable. El punto es que todo en el director está pensado al dedillo. Su cámara siempre se mueve con un ritmo y montaje.  Steven Spielberg es CINE en mayúscula y no hay duda de ello.

¡Dios mio! Si hasta los exteriores se ven como si fuesen los años cincuenta o sesenta, al igual que el vestuario y hasta la forma de actuar.  Todo exalta a clásico (moderno).

Y como mencionamos, las canciones son todas interesantes y divertidas.  Ninguna aburre, inclusive las lentas y ninguna sobra, agradeciendo el oído musical de David Newman, quien es el encargado de este apartado.  ¿Pero y las actuaciones? Rachel Zegler está impecable como Maria, demostrando que hay nuevos talentos con mucha preparación.  Ansel Elgort también destaca y ni hablar de los últimos 20 minutos donde todo es actuación de primera.

Su cine es uno de los pocos que logra emocionar por la construcción visual, no porque la escena sea para llorar o dramática. Dan ganas de aplaudir cuando termina esa escena.  Esto es cine.

Veredicto

Esto es cine.  Simplemente cine.

8 / 10

Hollywood ha sabido sacarles partido a numerosas historias.  Desde las más rocambolescas como “Bad Education” hasta las más indignantes como es “El Juicio de los 7 de Chicago”.  Por eso cuando la directora Janicza Bravo decide hacer “Zola”, basada en un hilo de la red social Twitter (y uno corto de Reddit) pues las cosas eran claras: o salía totalmente mal o salía totalmente bien.

Para que haya algo de contexto, la película narra cómo una joven de nombre Zola, es engañada por una amiga para ser controlada por un proxeneta.  Como la veracidad de la historia, para muchos es nula, la directora basa su guión a una primera persona ya que todo lo que vamos viendo es desde el punto de vista de Zola y lo que es mejor, muchas veces rompe la cuarta pared para enmarcar uno que otro comentario de la situación dándole más énfasis en ella.

Esto logra que el guión sea genuinamente una maravilla llena de momentos que no sabemos si reír o llorar, y que en pocas escenas podamos tener unos buenos desarrollos de personajes combinados con un buen desarrollo de historia.

Técnicamente tampoco es que se quede atrás.  El tratamiento de la imagen y el color, consiguiendo también esa transición de tonos cálidos a fríos entre escenas, en función de lo que está sucediendo al momento es algo bien manejado.  Porque la fotografía, muy parecida a las películas de los 90 ‘s donde se destacaban las sombras y altas luces en la edición, mostrando el filme más onírico en su forma, pero también la importancia a la hora de tratar las emociones, la fotografía es esencial.  Porque ver a Zola, que la mayor parte del tiempo no está nada cómoda y eso se nota, tanto en su interpretación como en las paletas de colores y encuadres de cámara, es algo que debe ser OBVIO.

En lo narrativo funciona todo a la perfección en cuanto a manejo del tiempo narrativo, un drama grabado a modo de road-trip, pero permitiéndose licencias del mejor cine de suspense.  Las actuaciones por parte de las protagonistas son impresionantes, principalmente Riley Keough, cómo maneja el slang es para admirar.  Sobre todo, cuando se nos plantea su personaje al principio en el bar y en dos frases y una pausa de cámara, ya sabemos el contexto, y es precisamente eso lo que la hace buena; cuando se ve cómo trabaja con las elipsis y juega con ellas, donde es el espectador es quien rellena el contexto de todo sin darle explicaciones o detalles de sobra.

Zola es una de las mejores películas de este año y una gran sorpresa, que vale la pena disfrutar.

Veredicto

Un viaje por carretera salvaje que es tan divertido como los tweets en los que se basa.  Una película agradable e inquieta que es más interesante si cabe porque está basada en hechos reales.

7 / 10

Ridley Scott vuelve a traernos un filme basado en algún hecho histórico de la vida real, y este año por partida doble.  Hace unos meses con “El Ultimo Duelo” y ahora con “House of Gucci”, la cual narra el asesinato de Maurizio Gucci en 1995 por orden de su ex mujer, Patrizia Reggiani.

El filme se enfoca más que nada en la relación de Maurizio y Patrizia, y los elementos que desencadenaron el fatídico final de aquel empresario, dando dos horas en donde se pierde poco el interés, y que se apoya en cortes rápidos, humor absurdo y una buena edición para mantener la atención del espectador.  En cuanto a su guión también se le concede algunas licencias (ya Tom Ford ha tenido algunas quejas) pero es de agradecer y comprensible, ya que estamos ante una historia que inicia a finales de los años 70 ́s y termina a inicios de los 90 ́s.

El director cuenta esta historia con un tono de sátira, optando por el exceso y la caricatura, recreándose en los aspectos grotescos, retratando a los protagonistas como a tipos despreciables, egocéntricos y, principalmente, torpes.  Por eso una de las mayores fuerzas del filme están en las actuaciones.  Todos, absolutamente TODOS destacan.  Lady Gaga como Patrizia está impresionante con todo su tono italiano, mientras que Adam Driver logra conectar desde la primera escena, imprimiendo un personaje muy humano aunque estamos claros que no explotaron todo su potencial.  Y ni hablar de Al Pacino o Jared Leto, quien este último sorprenderá a muchos.  Gracias a esto, Scott se desenvuelve con maestría y consigue contar una historia lenta, sin aparentemente ritmo pero con estilo.

Muy acertada la fotografía de Dariusz Wolski, que mezcla el brillo con una apariencia de época desvaída para lograr un efecto decadente.  Constantemente se siente estar en un ambiente rico, poderoso y lleno de glamour (como debe ser el mundo de la moda) pero con cierta decadencia como si todo eso fuese anticuado o estuviésemos ante un bello retrato pero sucio.  Fabuloso diseño de vestuario y producción de época.  Totalmente impecable y a quien más le brilla este aspecto es a Lady Gaga y Jared Leto, quienes son los personajes que más aprovechan estos tecnicismos.

Su pecado está en el guión, poco estructurado y momentos de la dirección que Scott nos regala sin sentido.  ¿Cómo Patrizia hace su primer viaje a Nueva York sin que su marido sospeche? ¿La idea del asesinato como llego a la mente de Patrizia y como se desarrollo? ¿Un día dijo que hay que matarlo y sencillamente alguien le busco los asesinos? Scott nos hubiese dado más detalles en responder esas preguntas y no en una escena de un padre y su hijo buscando un vehículo en el parqueo.

En definitiva, “House of Gucci” es una película con una puesta en escena bastante soberbia y con unas actuaciones para enmarcar, pero que peca un poco en su argumento y su desarrollo.

Veredicto

Ridley Scott nos trae un drama criminal bastante entretenido al cual si se le exige puede caerse a pedazos, pero por suerte, el director sabe llevarlo con solvencia para hacer que las más de dos horas que dura sean entretenidas.

7 / 10

Hubo un tiempo en que el spaghetti western estaba saturando el cine.  Solamente en 1965, en Italia, salieron más de 13 películas.  Ahora en la actualidad el género (que supuestamente no se le debería llamar “género” pero para darle más formalidad) de superhéroes va por el mismo camino, y Venom: Let There Be Carnage, es la prueba de ello.

Tom Hardy vuelve al papel del personaje Eddie Brock/Venom, después de una primera parte que ya de por sí fue un milagro el éxito que tuvo, porque estaba llena de CGI desastroso, una trama aburrida, chistes insulsos, diálogos penosos y actuaciones dignas de pasar a un película serie B.

Otra vez nos cuentan lo mismo que en la primera, pero con unos ligeros giros que se ven venir desde que inician los créditos.  Ahora Venom es un personaje gracioso que no para de dar chistes a diestra y siniestra, e imaginense lo fuera de tono que se siente que una bestia de casi siete metros con unos dientes afilados como agujas, se la pase casi los 80 minutos que dura esto haciendo chistes y tratando de sacar la risa fácil.

De actuación ni nos preocupamos.  Michelle Williams vuelve para cobrar el cheque e irse, y más en estos tiempos de pandemia donde el cine se ha visto muy afectado.  Naomi Harris y Stephen Graham quieren tomarse esto con seriedad, y se sienten fuera de tono constantemente.  Mientras que Woody Harrelson sabe que esto no es para tomárselo en serio y anda con un peluquín y haciendo muecas todo el filme.

Parece que los responsables de Venom: Let There Be Carnage creen que lo idóneo era hacer una comedia involuntaria de este personaje, y efectivamente así lo han hecho.  Dicho esto, es indudable que la película es ridícula, con unos personajes poco menos que idiotas, y unos diálogos que pretenden ser hilarantes, pero que causan rubor y vergüenza ajena.  Y entendemos que lo más probable es que buscaban algo que sea disfrutable para la familia (más para los adolescentes) donde el espectador pueda reírse, disfrutar del personaje y emocionarse, pero es que es imposible y más cuando tienen una escena como la de la discoteca que hacen que ya no tengas ganas de seguir viendo la película.

Y eso, que Tom Hardy estaba tan mal de cómo quedó la anterior que en esta oportunidad decidió también ser guionista y mira lo que nos ha terminado dando, una película peor que la primera y eso es mucho.

En conclusión, una secuela que hace buena a la anterior, y un subproducto que debería quedar relegado al olvido.

Veredicto

Por suerte es corta.  Solo tiene 80 minutos.  Al menos Naomi Harris y Michelle Williams intentan hacer algo y por eso se ha llevado su dos.

2 / 10