Este año el universo de Marvel ha tenido muchas producciones pero no todas interesantes.  Black Panther Wakanda Forever se une al largo grupo de producciones que dejan claro que la fórmula está comenzando a gastarse y que al mismo tiempo no parece que tengan intenciones de cambiar.  Esta Fase 4, a pesar de los riesgos (todos desde lo controlable), ha salido una que otra bastante interesante (te veo a ti Ms Marvel).

Tras el fallecimiento de T ́Challa (Chadwick Boseman), Wakanda queda sin protección y todos buscan la forma de llegar al vibranium, sin embargo un pueblo submarino se ve afectado por todo esto y su rey, Namor, no dudará en salir y defenderlos.

De entrada Ryan Coogler vuelve como director y co guionista, de un filme que presenta con madurez el duelo (tanto del actor como del personaje) y el homenaje, siendo sin duda lo mejor del filme pero fallando en todo lo demás.  Black Panther Wakanda Forever es una contradicción exagerada y encima irónica de sí misma, porque mientras en la trama nos muestran como todos quieren capitalizar el mundo de Wakanda, Marvel no duda en ningún momento en sacar el mayor provecho a la muerte de Boseman para vendernos un producto débil y anodino.  Carente de alma.  Mientras su primera película (que no la considero la mejor del MCU), manejaba tensiones internas donde cuestionaba a sus personajes y plantea una idea con aires de geopolítica sobre cómo funciona el estado, la monarquía y la sociedad, este filme solo son muchas escenas dramáticas, de acción y de comedia (muchas de comedia) en un universo que parece saturado de sí mismo y en donde su supuesta crítica a la colonización y el imperialismo, se ven afectadas por la misma marca.

El diseño de producción es interesante.  Vestuarios, mundos, cultura.  Todo rebosa un interés de saber cómo funciona, cómo es, o más explicaciones que no sean solo mostrarlo en las casi tres horas que dura el filme.

En las actuaciones pues pilotos automáticos.  Danai Gurira se siente estancada, mientras que Lupita Nyong ́o está dando vueltas.  Michaela Cole, quien se introduce ahora, tiene una interesante exposición pero pasa rápidamente a ser otro personaje secundario de la casa Marvel.  Nos quedamos con un Tenoch Huerta que hace todo lo que puede con su personaje y tal vez sea lo mejor del filme y una Letitia Wright que parece que no termina de arrancar para tomar el mando.

En lo musical Ludwig Goransson vuelve a crear sonidos bastante interesantes que mezclan desde lo exotico y tribal, hasta lo moderno, logrando momentos épicos como la aparición de Namor.

Black Panther Wakanda Forever es un filme que pudo ser bueno, pero que no le ha quedado otro remedio que ser una mezcla de cosas mal puestas, tal vez por la inesperada situación con su actor principal o tal vez es que Marvel se está quedando exhausta (o cómoda) en su posición, lo que sí es cierto que ni Ryan Coogler, ni sus nuevos protagonistas, son capaces de hacer que estas tres horas valgan la pena.  Apenas los nuevos personajes se presentan, no causan la impresión que deberían, entonces, ¿a dónde vamos?

Veredicto

Black Panther Wakanda Forever se siente exhausta y muy perdida, queriendo ser todo en pocas cosas.

4 / 10

The Woman King está ambientada en África, entre el siglo XVIII y el XIX.  Estamos viendo la historia de una unidad militar femenina llamada Agojie y que está bajo las órdenes de Nanisca, una general implacable que está al servicio del rey.  Y lejos de alinearse con otras epopeyas recientes (The Northman, The Green Knight) esta película huye de la violencia explícita y de cualquier asomo de suciedad que pudiera herir la sensibilidad del espectador, a pesar de darse varias batallas que podrían propiciar escenas de ese calibre. Las muertes en las refriegas son difusas o directamente fuera de cámara, apenas se ve sangre y hay una pulcritud estética que lejos de parecer un problema, es una virtud.

Puede ser que esté inspirada en hechos reales, pero queda la sensación que se han mandado uno de esos blockbusters de antaño, llenos de la épica que nos tenía acostumbrado el cine y con mensajes bastante claros y contundente y por sobre todo contar con un reparto que es una absoluta delicadeza.

Esa sensación de antaño es a donde nos transporta Gina Prince-Bythewood en la dirección, que vuelve a demostrar que es una más que interesante directora que a su vez sabe sacarle partido a un guión que firma Dana Stevens, que tiene sus defectos pero que aun asi es lo suficientemente bueno para mantener al espectador en raya.

La propuesta visual por parte de su directora y el gran trabajo de personajes de su guionista, invitan a que tengamos una película bastante contundente y entretenida. Que nos transporta a la cultura africana más profunda, con sus bailes y con su tradición más salvaje que caracteriza a un continente lleno de riquezas que vale la pena siempre conocer.

Al final, The Woman King es una película de acción con uno que otro elemento de épica.  Sus momentos más flojos son cuando busca el lado romántico con una relación que se siente forzada y fuera de tono constantemente, además de no aportar absolutamente nada ni para la historia ni para la evolución de los personajes.

Ya como punto final para The Woman King, las actuaciones son correctas y nadie duda de la calidad actoral de Viola Davis quien lleva la película en sus hombros sin problema alguno, pero John Boyega y Lashana Lynch se convierten en los preferidos.  No es que tengan la mejor evolución (que de hecho, Boyega no la tiene) pero si están bien tratados sus personajes.

Veredicto

Una pelicula de accion y epica bastante interesante y con buenas interpretaciones.  Facilmente puede llegar a competir entre las mejores del año aunque tenga sus defectos.

7 / 10

Películas y series sobre la monarquía inglesa son muchas.  El año pasado “Spencer” fue la candidata a representar el tema.  Este año, vuelve la serie por excelencia con respecto al tema: The Crown.

La serie (que era) más cara de la historia (ese mérito ya se lo acaba de llevar Rings of the Power), vuelve con su perfectas interpretaciones, perfectamente ambientada, bien dirigida y bien escrita.  Nos ofrece intrigas dinásticas, intrigas políticas, escándalos, luchas por el poder, todas ellas reales e históricas (tal vez exageran una que otra).  La temporada pasada estaba enfocada en el momento en que Charles conoce a Diana, como se forma su relación y como avanza, todo desde el punto de vista de la Reina Isabel, ojo a esto.  En esta temporada busca enfocarse en los finales de su relación, qué fue lo sucedido para llegar a su final y, no spoiler, el trágico final de Lady Di y sus respectivas consecuencias tanto políticas como emocionales, en los protagonistas.

En cuanto a la descripción de la relación de Carlos (un excelente Dominic West) con Lady Di es sorprendentemente franca. Elizabeth Debicki resulta una verdadera revelación, dotando a su personaje de muchas facetas, que van desde la ingenuidad y la fragilidad hasta lo encantador o exasperante.  Pero Imelda Staunton como la Reina Isabel y Jonathan Pryce como el Principe Philip, rozan la excelencia con una soltura impresionante.

Este drama palaciego está lleno de intrigas que nos mantienen en vilo. Cierto es que, que The Crown se trata de una serie histórica, y que en teoría hay bastantes acontecimientos de los que podemos estar al día; pero también es cierto que los detalles y los entresijos de cada hecho se escapan a los libros de Historia. Cada rincón oscuro de la historia se va desvelando con esmero gracias a una puesta en escena majestuosa.  Un guión fantástico, refleja una profundidad acertada, llega hasta los mismos cimientos del poder no solo de la monarquía sino del primer ministro de Gran Bretaña.

Y hablando de lo técnico, pues la gran banda sonora [Rupert Rupert Gregson-Williams + Hans Zimmer] perfectamente encastrada y ayudando en los momentos enfáticos, mientras que la impresionante fotografía a manos de Adriano Goldman con Ole Bratt es simplemente INCREÍBLE.

En definitiva, la temporada 5 de The Crown es simplemente impresionante y exquisita.  Netflix sigue teniendo en sus manos una de las mejores series históricas actuales.

Veredicto

Continúa siendo uno de los máximos lujos de Netflix, brillantez narrativa, ambientación primorosa, guiones impecables, intérpretes muy buenos, situaciones complejas, mezcla inteligente de ficción y realidad.

7 / 10

Los primeros 15 minutos de Athena es un plano secuencia de cómo un grupo de personas invade y ataca una estación de policía para robarse unas cajas fuertes. Esto no ha sido aleatorio sino adrede. El director Romain Gavras quiere que el espectador no cree una línea divisoria entre el bien y el mal, la autoridad y la anarquía.

Mediante una elección específica de diversos personajes activistas, la trama se concentra en sus intentos, cada vez más precarios, por mantener el control del motín. Athena se transforma en una trinchera y las alarmas de guerra civil sacuden Francia. Hay un especial énfasis en mostrar el desequilibrio emocional de los que luchan por la causa. Aquí el guión entra en bucle: nadie parece tener el control de nada. Todo se ha salido de control, el contexto social y específico del incidente termina importando menos que la impotencia que muestran los personajes. Sin duda hay mucho de “Los miserables” de Ly en esta “Athena”, pero siendo esta mucho más barroca desde el punto de vista visual, llegando a ser casi un redoble de tambores en un intento válido de superar el “plano secuencia” ya célebre de la oscarizada “1917” de Mendes.

Puede que la simiente, en este caso, provenga de “The Warriors (Los amos de la noche)”, de Hill, polémico film en su día, con problemas de censura en varios países y acusado de exceso de violencia gratuita. No es el caso del filme francés, cuya violencia es parte fundamental de la historia y totalmente creíble.

Desde el arranque, que deja en estado de estupefacción, a su final, el dinamismo (gracias también a un notable montaje) es incontestable y por supuesto, la mejor baza del film es el trabajo de fotografía, una coreografía absolutamente apabullante que pocos directores hubieran sido capaces de plantear y, mucho nos tememos, en un futuro no muy lejano tendrá sus imitadores, aunque no con la misma justificación dramática.

Para contrarrestar la balanza, la banda sonora corre a cargo de Surkin, un joven compositor francés de música electrónica, DJ y productor musical, que ya había trabajado con Romain Gavras y cuya influencia de la música planeadora es notoria.

A pesar de que en el reparto no haya nombres conocidos su nivel es muy bueno, lo cual demuestra una vez más que para un buen resultado nada más que hace falta buscar a los actores que puedan dar el personaje, y no necesariamente renombres para vender taquilla, que en este caso, tal vez no hubiese tenido el mismo impacto con la verosimilitud que se buscaba.

Hay quien le achaca a “Athena” que no cuenta con detalles los antecedentes que suceden y que es un “no parar”. Falso, En base a la propuesta no hay lugar para entretenerse en vaguedades, el tiempo va comprimido y todo está perfectamente explicado. Que es un “no parar” es cierto. No hacía falta más, al menos en esta ocasión, donde Gavras hace un buen trabajo en todas sus facetas, especialmente en la de director.  No es un videoclip, aunque haya quien lo quiera ver así. Es un buen ejercicio de intentar dar una óptica diferente el cine de acción en el que Francia parece tomar la delantera, aunque no se le quiera reconocer los méritos que tiene, tanto por parte de la crítica como de ciertos espectadores, que luego alucinan con cualquier basura que les planten.

Veredicto

Una coreografía de la violencia que acompaña a sus personajes protagonistas con agilidad, elegancia, espectacularidad y criterio. Quizá con tanta brillantez que, en algunos momentos, acaba sepultando un tanto el relato.

7 / 10

A estas alturas uno espera que The Handmaid’s Tale empiece a ir puliendo el argumento para dar final a su historia.  Sin embargo aquí estamos, esperando a ver que sucede.

No me malinterpreten.  Me gusta la serie y está en el top de lo mejor del año pasado, pero esto va para largo.  Ya desde la temporada pasada había dicho que a pesar de encontrarla buena, tenía pocas ganas de avanzar y se sentía estancada.  Y es que el guión ya no tiene la suficiente fuerza para mantener la historia.  ¿No será la salvación de June el escapar de Gilead? ¿Que ahora que escapó y está en Canadá su plan es volver y ella misma es quien piensa derrocar y destruir Gilead?

Y es que, durante las demás temporadas se notaba un avance significativo tanto en la trama de Jules, su evolución como personaje, la evolución de las demás mujeres dentro y fuera de Gilead, y lo más importante: como era el mundo antes de esto.  Y ojo a eso, porque estamos en el punto en que nuestro personaje está en otro país donde hay otras reglas, por ende el espectador necesita la comparación y saber, ahora más que nada, cómo se llegó a donde se llegó.  La serie podía haber aportado más hechos del presente, pasado de este mundo, teniendo en cuenta que contamos con 10 horas de metraje.  Porque esta sociedad queda escasamente descrita, más que unos pocos uniformados con jerarquías y misiones no tan claras.  ¿En serio no pueden revelarse los cientos de miles de mujeres y hombres en contra de esta dictadura y derrocarlos? ¿Por qué no? Se nos dijo que llegaron a tomar Estados Unidos en su totalidad, pero, ¿cómo? ¿bajo qué amenaza tienen al pueblo tan sumiso? Pero aún tenemos más, porque Canadá no quiere verse en esa situación, entonces, ¿cómo es que se llega ahí?

La serie en esta temporada se ha enfocado exclusivamente en crear una lucha psicológica entre la protagonista y la villana principal, la cual si funciona perfectamente pero se extiende demasiado dejando pasar otras oportunidades de desarrollo con objetivos más claros.

Hablar de The Handmaid’s Tale y sus protagonistas es hablar de calidad.  Elisabeth Moss es una roba pantalla por excelencia.  Una actriz completa.  Mientras que Yvonne Strahovski no deja de sorprender y también se roba la pantalla.  Los papeles de los demás han sido relevados a un segundo plano de forma tan descarada, donde se ha dado un empuje exagerado al personaje de Nick, interpretado por Max Minghella con solvencia y a Bradley Whitford, que a veces uno suele olvidar a todos los demás que no sean June o Serena.

En cuanto a lo cinematográfico, pues lo de siempre.  Todo momento de primeros planos y primerísimos planos, a menudo con contrapicado, panorámicas fluviales y planos cenitales, para buscar esa atmósfera claustrofóbica que lo consigue.  La fotografía siempre interesante invita al espectador a deleitarse con muchas imágenes.  En la dirección están tan contentos con Moss, que ha servido para dirigir uno que otro capítulo y bastante interesante los planos y decisiones que toma.

En definitiva, The Handmaid’s Tale no cae en una serie mala, pero si cae en que esta temporada podría haber brindado mucho mejores cosas que las anteriores y empezando a pulir el camino para la temporada que viene que será la final.

Veredicto

No es que sea mala serie, pero el repetirse una vez mas hace que se note algunos desperfectos que tal vez traia desde hace tiempo.

6 / 10

Tess es una joven que tiene una entrevista de trabajo en el estado de Detroit, por lo que, al estar lejos de su casa decide alquilar una casa por una noche, pero al llegar se encuentra que ya ha sido alquilada por un extraño joven.  Sin muchas opciones decide quedarse para darse cuenta que ha sido un grave error.  Esta es la sinopsis de Barbarian la cual con una propuesta, evidentemente simple se va convirtiendo en algo mucho más complejo.

La primera hora de Barbarian es un buen cine de terror. Tensión in crescendo, mucho silencio y pocos jumpscares (no pienso que estos sean malos por sí solos, simplemente creo que son más efectivos cuanto menos se usen). Tampoco es que tenga una gran identidad, no es nada que no hayamos visto en este género, pero definitivamente está bien ejecutada. La información se sugiere más de lo que se revela; se lanzan un montón de preguntas al aire y la sensación de incertidumbre es maravillosa.

Quizá la estructura es lo que resulta más novedoso de la película y lo que te mantiene en vilo hasta el último tramo.  Porque el director Zach Cregger sabe cómo llevar todo esto con buen pulso, pero por alguna extraña razón es en su tercer acto que todo lo construido empieza a tambalearse y la coherencia que se había establecido se empieza a perder, aunque no tan acelerado ni tan grave para perder gran parte del sentimiento que nos ha generado el filme.

Algo que sí mantiene claro es una ley fundamental del cine de terror: insinúa pero no muestres, hasta que se muestre.  Es decir que Barbarian no busca mostrar lo obvio, porque espera que sea el mismo espectador que vaya formando las ideas y el rompecabezas.

El guión tiene sus cositas pero está bien construido, así que no existe queja en ello.  Sabe cuáles son sus defectos y procura no tomar más tiempo del debido.  Y en las actuaciones pues todos son perfectos.  Bill Skarsgard (IT) siempre está bien, Georgina Campbell impresionante, Justin Long siempre es bueno verlo y Zach Cregger está muy bien.

En definitiva, Barbarian es una buena película de suspenso que deja al espectador al filo del asiento.  Hay momentos bien logrados y tiene muchos detalles interesantes e inclusive lecturas, pero se desinfla en su tramo final.

Veredicto

Barbarian logra enfocar todo en los miedos más clásicos del cine de terror y suspenso donde logra bastante sobresaliente hacer algo distinto, pero lastima que casi en la meta muestre sus defectos.

7 / 10

El universo de DC a día de hoy es bastante inestable.  Desde una interesante The Suicide Squad pasan abiertamente a una extraña Wonder Woman 1984, y lo que hace peor el asunto para los fans es que no parece que haya una conexión de una y otra, logrando buenas películas como The Batman pero que nada tiene que ver ninguna de todas las demás.  Más o menos quieren arreglar este tipo de cosas en Black Adam pero al final del día es mejor la idea que llevarlo a realidad.

Que este inicio no les resulte engañoso: Black Adam no es mala película.  De hecho es un filme entretenido que sin uno darse cuenta se pasa las más de hora y media que dura, pero claro, siempre y cuando se tenga cierta tolerancia a este género de superhéroes.

No es una revolución y le falta mucho para ser tan buena como otras del mismo género.  La banda sonora a cargo de Lorne Balfe, quien se encargó de lo que fue “Misión Imposible: Fallout”, logrando una nota sobresaliente en ella, aquí pone parte de esa esencia que queda bastante bien en las peliculas de accion aunque hubiese sido bueno que el director haya decidido regalarnos más momentos en silencio.  Y ya que hablamos del director, Jaume Collet-Serra nos lleva ante una trama que tiene muchos sobresaltos y en su tercer acto casi está por desmoronarse pero le salva que el director aprovecha las virtudes de la misma y las saca a relucir lo más que pueda para sostenerla.

Dwayne Johnson y Pierce Brosnan son quienes más destacan durante todo el filme, el primero que se debate entre ser un héroe, un anti héroe o un villano, ya que visto lo visto, Johnson no quiere dañar su imagen de bonachón pero tampoco quería desvirtuar al personaje, mientras que Brosnan por otro lado sabe aprovechar sus momentos y brilla por sí solo gracias a un carisma impresionante.

Su guión por otro lado es lo más flojo de toda la película (junto a un exceso de CGI abusivamente malo), ya que tiene una idea bastante interesante sobre el tratamiento que se les da a los dioses, pero es convierte rápidamente en unas casi dos horas de golpes, explosiones, destrucción y uno que otro chiste que causa poca gracia.  Lo típico de DC.

En fin, la película es entretenida y desenfadada, con muchos momentos de acción interesantes, una banda sonora bien agradable y con dos actores que saben sacar partido a sus personajes, aunque con una puesta en escena, un exceso de CGI y un guion pésimo, que hace que la experiencia se empañe.

Veredicto

Black Adam es mala peeerooooo entretiene.  No es que estamos ante la mejor pelicula de DC, pero tampoco es que estaras aburrido durante esas casi dos horas.

3 / 10

Game of Thrones presenta un antes y después en la historia de la televisión y ha sido un éxito que pocas veces se ha visto.  Por eso, en esta ocasión HBO fue más cautelosa a la hora de cancelar proyectos basados en la saga de George R.R. Martin, y de ahí nace House of the Dragon.  Y es obvio, los Targaryens son los personajes con más fama entre los fanáticos de estas historias.

La historia se ambienta 172 años antes de los acontecimientos de Game of Thrones y en lo que en los libros es mencionado como “La Danza de Dragones”, donde el rey Viserys Targaryen tiene conflictos porque su línea de sucesión se ha visto en peligro con la muerte de su esposa e hijos, y lo que conlleva a que otros familiares exigen (hasta por la fuerza) ser los herederos del trono.

Algo interesante es que si estamos viendo un verdadero “Juego de Tronos” ya que a diferencia de su predecesora que llegó a estar un poco enfocada en la magia y los aspectos de fantasía, House of the Dragon si es una lucha de poder por el trono en la cual tienen traiciones, cambios de bandos y hasta asesinatos igual de dramáticos e impactantes que la otra.

En las actuaciones todos están geniales.  Paddy Considine se roba la pantalla en todas sus escenas, pero Emma D´Arcy y Matt Smith (Morbius), son quienes saben hacer suyos a los personajes.  La primera hace sentir la duda de su personaje de si hace lo correcto o no, bastante visible, mientras que Matt Smith desde su primer momento en escena es un roba pantallas absoluto.  El episodio tres demuestra de que es capaz el actor y al nivel que lleva todo esto.  Pero no puedo terminar este párrafo sin darle una mención especial a Rhys Ifans quien tiene uno de los personajes más enigmáticos e interesantes de la serie.

Esta vez para evitar los líos que sucedieron anteriormente, los guiones están a mano de Ryan Condal quien sirve de Showrunner y es un fan de las historias, Miguel Sapochnik quien ha brindado los mejores capítulos de Game of Thrones (“Battle of Bastards”, por ejemplo) (y que de paso ha cambiado la forma de hacer luchas medievales en Hollywood, algo que no todo el mundo logra) y Sara Hess, que es la mano derecha de George R.R. Martin, creador de todo este universo y que revisa los guiones (supuestamente junto con Martin, pero no sabemos en realidad) para que sean lo más coherente y exactos posibles.

Pero ¿se acerca House of the Dragon a Game of Thrones? Si el espectador sabe que está ante dos productos distintos a pesar de tener casi el mismo empaque y que vienen de la misma casa, pues, al menos hasta ahora, lo logra.  Se siente la esencia de la anterior y se siente haber vuelto a este mundo, a pesar de que ahora está un poco más oscuro y con más planos abiertos para que podamos ver mejor las ciudades, bosques y demás.  Aun así, es una excelente serie que compite muy bien por conseguir un puesto entre las mejores porque, al menos hasta ahora dudo que tendrá el mismo éxito e impacto que de donde viene.

Tal vez lo más visible y que molesta un poco es lo referente al maquillaje y los saltos temporales.  Si bien esta vez se esmeran el doble, se nota algo de falsedad entre las pelucas de color blancas o grises, con parte del maquillaje.  También se le siente un poco de avance en sus primeros capítulos, como si sabe a dónde va pero no sabe si llevarnos lentamente o a toda velocidad, teniendo capítulos como el segundo donde van lentos o el cuarto, pero en el primero y tercero totalmente acelerados.  Y mencion aparte al cambio de años de entre un capitulo y otro, que solo causa confusion en el espectador.

House of the Dragon es una muy buena serie que nos trae de vuelta a Westeros, ese mundo donde pasamos un largo rato y ahora está mejor que nunca.  No sabemos cómo será su camino, si tocara las mieles de la grandeza pero lo que sí es claro es que el viaje será formidable.

Veredicto

La vuelta a Westeros es magnífica y muy entretenida.  Un viaje del que estamos muy contentos de tomar y agradecidos de volver a este mágico mundo.

7 / 10

Esta será la primera vez que escriba sobre una serie en general y no por su temporada.  Cada vez que veía una temporada de Atlanta, siempre me interesaba escribir sobre lo genial que es la serie, pero por algún motivo que desconozco siempre pasa de ello.  Ya con la cuarta y última temporada acaba, sin duda alguna no puedo dejar pasar la oportunidad de plasmar algo sobre ella aquí.

La serie es un drama cómico que sigue a Earn, interpretado por un Donald Glover en estado de gracia, quien no encuentra un trabajo que le proporcione la estabilidad económica que busca y el cual se siente un fracasado en la vida.  Este se entera que su primo, a quien tiene tiempo que no ve, está incursionando en el mundo del rap y le va bien por lo que decide convencerlo de que lo contrate como su manager.  Este es Alfred aka Paper Boi, quien lo interpreta un Brian Tyree Henry que sobresale al igual que su buen amigo Darius (Lakeith Stanfield) quienes son lo mejor de la serie, por mucho.  A esto le termina de completar la novia de Earn, Vanessa (Zazie Beetz) quien es el punto reflexivo de la serie.

Con la serie hay que olvidarse totalmente de que veremos la tipica comedia y el tipico drama que acompañan las series, que, por poner un ejemplo son como Better Call Saul, que sin desmeritarla , manejan el humor negro y su drama con seriedad a pesar de que este rozando el chiste negro.  Atlanta se enfoca más en el humor absurdo y en un drama mucho más profundo de lo que parece, donde los temas van más allá de lo que el espectador está acostumbrado a ver en pantalla.  Es increible como la serie maneja, por ejemplo, la rivalidad entre mujeres amigas desde una perspectiva profunda sobre cómo va a algo no tan simple como el mero machismo sino que es una competencia humana de imponerse ante el otro, o como transparenta la complejidad de una negociación tan simple como la venta de una espada entre su humor, dejando claro que toda fortuna viene con un precio.

Y ni hablemos de las críticas aparte que hace a lo que sea.  Desde lo más simple como es la falsa empatía de las estrellas todo con el objetivo de ser tendencia y seguir vendiendo, como algo tan complejo como es que el racismo es manejado por blancos quienes deciden que es racismo y que no, cuando los verdaderos afectados no tienen voz, suprimiendo una falsa idea de que es y no es con tarde sentirse superiores.

ATLANTA Robbin’ Season — «North of the Border» — Season Two, Episode 9 (Airs Thursday, April 26, 10:00 p.m. e/p) Pictured: (l-r) Lakeith Stanfield as Darius, Donald Glover as Earnest Marks, Brian Tyree Henry as Alfred Miles. CR: Guy D’Alema/FX

La serie es creada por el mismo Donald Glover, quien es también guionista y director de algunos capítulos, cuenta también con Hiro Murai en la producción y dirección como también Stephen Glover, quien es guionista y hermano del ya mencionado Donald.

Atlanta es una serie que innova en muchos aspectos. Cómo se hace transmedia, es decir, contar historias no solo en formato tradicional, buscando nuevas fuentes de narración. Algunas tramas, por inverosímiles que parezcan, se inspiran en hechos reales de Donald Glover. En la segunda temporada, por ejemplo, lleva el título de Robin’ season. El motivo es que sucede en la época previa a Navidad, cuando más robos y crímenes se producen en Atlanta. Y en el capítulo 6 de esta temporada, Donald Glover interpreta a Teddy Perkins, quien es una visión de Michael Jackson y el cual utilizan para plasmar la soledad por la que el artista pasó, o al menos la mayoría pasan.

Sin duda Atlanta es una de las mejores series en la actualidad y merece un visionado obligatorio.  Pueda ser que el primer capítulo (todos duran 25 minutos, pero algunos pueden llegar a tener 30 minutos y hasta 40 minutos de duración) no haga todas las preguntas que el espectador esperaría o que al menos leas aquí, pero es a partir del segundo que el absurdo arranca y su nivel de crítica va en aumento llevando consigo al espectador a un punto de no retorno.

Veredicto

Atlanta es una joya de serie que se recomienda completamente.  Esto es un nivel de surrealismo que es imposible explicar a alguien que no haya visto aunque sea dos capítulos.

8 / 10

Halloween es una de las sagas más famosas del género de terror, específicamente de la categoría “slasher” porque fue uno de los precursores, por no decir “el precursor”.  La primera ya es todo una película de culto y después de varias secuelas fallidas, decidieron meterse en el ya famoso “soft reboot” que está haciendo Hollywood, creando una secuela directa que también funciona como remake de la original.  Su remake del 2018 fue todo una sorpresa y aunque tenía sus fallos funcionaba, mientras que su secuela, Halloween Kills que salió en el 2021 era perfectamente una genialidad.  Sin embargo con Halloween Ends el bajón ha sido extremo logrando una película que cae en lo ridículo en numerosas ocasiones.

Claro, no nos confundamos que cuando digo que Halloween Kills es “una genialidad” es en cuanto a lo que la saga ha brindado.  Por eso con Halloween Ends se pensaba que aunque tal vez no esté a la altura de lo que debería ser, por lo menos que mantenga la misma esencia que la anterior.

El problema de la película es enteramente guión, y tranquilos que yo no desvelaré nada, aunque les estaría haciendo un favor, pero es que esto no hay por donde tomarlo.  Una cosa es que se rían contigo y otra es que se rían de ti, y eso es lo que han hecho los cuatro (si, cuatro) guionistas, incluyendo al director David Gordon Green, quienes han tenido todas las ideas y la han plasmado aquí, en una pelicula de mas de una hora que no responde nada y parece que está aparte de la secuela anterior.

En la reseña de la Halloween Kills escribí que hubiese sido interesante que Myers haya muerto en una escena en particular 10 minutos antes de acabar, y que hubiese sido una forma perfecta de acabar la saga por lo que esa acción representa, sin embargo no ha sido así y aquí estamos, donde se demuestra una vez más la oportunidad desaprovechada de la anterior.  Y ojo, entiendo las intenciones de sus responsables, con su reflexión sobre el mal, algo que ya se presentaba en las anteriores entregas y que no hacía falta plasmar en un nuevo personaje, pero es que el filme es aburrido y los personajes no tienen nada de sentido.

Jamie Lee Curtis es una secundaria en su propia película dejando a un lado todo el desarrollo que se estaba llevando de ella, lo mismo sucede con Michael Myers que brilla por su ausencia.  Los nuevos personajes como Corey (interpretado por un insípido Rohan Campbell que tal vez sea culpa del director) y una ya vista pero no desarrollada Allyson (Andi Matichak), no aportan ni frescura ni interés en un filme que en sus ya 20 minutos comienza a cansar.

En definitiva Halloween Ends es un cierre nefasto, y una de las peores de la saga que ya es mucho decir.  Si de aquí a Diciembre no se estrena algo peor, fácilmente puede caer en lo peor de este año.

Veredicto

Halloween Ends es bastante mala.  Lo poco que se puede salvar es la música de John y Cody Carpenter y la fotografía de Michael Simmonds.  Bueno, y Jaime Lee Curtis que siempre está genial en todo lo que hace, aunque esto sea comer una ensalada durante dos horas.

2 / 10