Dragon Ball es uno de los animes por excelencia de toda una generación.  Dragon Ball y Dragon Ball Z son clásicos, y cuando salió el trago amargo de Dragon Ball GT (con buena animación, todo hay que decirlo) nos quedamos pasmados.  Por eso cuando se anunció que Toriyama volvió a recuperar su universo, somos muchos los que nos alegramos y hasta ahora mirando el camino que hemos recorrido otra vez, ha sido un camino lleno de altibajos y Dragon Ball Super: Super Hero no parece marcar un futuro brillante.

Si la película anterior Dragon Ball Super: Broly estaba dirigida a los fans y su propósito era hacer una revisión del personaje y su historia (en la original la razón por la cual se convierte en enemigo es totalmente absurda y era necesario cambiar eso), en Dragon Ball Super: Super Hero está orientada a los fans también, pero de los personajes Piccolo y Gohan, porque son quienes se llevan todo el protagonismo.  Toriyama enfoca toda la trama del guión en que se revalúe la razón del porque el hijo de Goku y su entrenador de toda la vida, son personajes fuertes y a los que hay que temer y aunque todo esto por momentos entretiene mucho no deja de sentirse como una llegada tarde.

Por otro lado trae de vuelta a viejos enemigos para combatir, los cuales ya se sienten desgastados y caen en lo ridículo.  La historia narra cómo La Patrulla Roja (otra vez) ha creado dos androides definitivos (otra vez) llamados Gamma 1 y Gamma 2, los cuales se auto proclaman superhéroes y deciden atacar a Gohan y Piccolo.  Hay varios cameos fan services que causan algo de gracia y otros que dan sorpresa pero que se convierten a los dos segundos en un trago amargo de forma innecesaria.

En cuanto a la animación pues casi similar a la anterior película pero tirando al CGI (casi) completo, entiendo que es una decisión del estudio y el director Tetsuro Kodama, para adaptarse a estos tiempos.  No es que esté mal, pero se le extraña a esa animación clásica de Toriyama que se veía en los mejores capítulos de Dragon Ball Z o que al menos esté muy orientada a la Dragon Ball GT ya que sin duda era lo mejor de esa saga.

Al final Dragon Ball Super: Super Hero funciona como un preámbulo para lo que viene (que según Toriyama, será lo último para siempre) y entretiene si te dejas llevar y te gusta este mundo de Goku y sus amigos, pero no por eso termina de ser un buen filme de la franquicia.  Y como dijimos en el análisis de la creación de Dragon Ball y Dragon Ball Z (darle click aquí para verlo), Toriyama por momentos se repite a sí mismo y antes era divertido sin embargo ahora se ha hecho un poco tedioso.

Veredicto

Entretiene si se es fan de la saga y se busca pasar un buen rato, pero rapidamente ese entretenimiento empieza a bajar al sentir que estas viendo algo que ya tienes tiempo viendo pero con otra animacion.

5 / 10

Hace unos años, el guionista, director, productor y showrunner Dustin Lance Black, estuvo involucrado en una serie (que tuvo sus menciones de forma underground) llamada Big Love, más tarde ganaría varios premios incluyendo uno de la Academia (Oscar) por su guión de “Milk” y ahora está devuelta con una serie llamada “Under the Banner of Heaven”.

El detective Jeb Pyre vive en el estado de Utah, que es bien conocido por ser un estado de mormones.  Una mañana acude a una llamada en donde al llegar se topa con la muerte de una joven y su hijo de meses.  Aparentemente el caso es sencillo: el marido las mató, y más cuando este aparece lleno de sangre.  Sin embargo lo que inicia como un caso fácil, se empieza a complicar mientras empieza a descubrir que la muerte de esta joven no ha sido pasional, sino en sacrificio algo que pondrá en duda todas sus creencias.

Esta miniserie, escrita por Dustin Lance Black, ha intentado coger todo lo posible del libro de Krakauer, pero la mezcla no termina de ser perfecta. La historia de Mormonismo y su escisión en cientos de sectas fundamentalistas es demasiado extensa como para ser explicada en una miniserie de siete capítulos, y las pinceladas que se dan sobre Joseph Smith, la masacre de Mountain Meadows y algunos otros momentos cumbre de la historia de los Santos de los Últimos Días no son suficientes para hacerse una verdadera idea.

La serie trata de poner foco en la narración, algo que no está mal y que ayuda muchísimo a desarrollar de mejor forma a los personajes, incluyendo a Andrew Garfield quien es, por mucho, lo mejor de la serie y lo que sin duda alguna hace que valga la pena entrar en ella (en caso de que no sean fans de las investigaciones policiacas).  A Garfield se le siente la duda invadir su mente con cada una de las pistas que va encontrando, ante un fanatico que ha visto esta religión desde que era niño.  El actor incluso llega a desprender una dulzura exagerada ante las escenas con su madre que son dignas de cualquier premio.  Por otro lado están Sam Worthington y Wyatt Russell como los hermanos fanáticos que brillan por sí solos.  Ya en el caso de Wyatt lo hemos visto como el villano US Agent en Falcon and the Winter Soldier.

La fotografía a manos de Gonzalo Amat es correcta, dejando sentir esos espacios desérticos de Utah o cercanos al estado, sin necesidad de hacer dobles lecturas.

Su único defecto está en una dirección que por momentos parece caótica, mezclando escenas del pasado con el presente en transiciones un tanto caóticas, al igual que la necesidad de abundar en sobre el pasado de algunos personajes referente a la religión que se sienten más bien panfletarias y no terminan de cuadrar del todo con el esquema de duda del personaje de Jeb, sino que parecen un ataque gratuito aunque no deje de ser real (como la escena del pasado en el último capítulo cuando Jeb le cuenta a su compañero sobre cómo ocultaron los mormones un acto horrendo, haciendo que pierda fuerza la historia porque si Jeb sabía esto, sorprende que lo haya pasado por alto y justificado).

Under the Banner of Heaven es una buena miniserie investigativa con un Andrew Garfield que funciona a la perfección y con una historia que con cada capítulo sorprende, a pesar de tener algunas ligerezas.

Veredicto

Under the Banner of Heaven es una miniserie bastante interesante con un Andrew Garfield que cumple con creces.

6 / 10

El caso del director Jordan Peele es un caso interesante.  Es un director que se le ama o se le odia, pero no hay partes medias, y lo mismo pasa con sus películas.  En esta ocasión, “Noup” no es la excepción y cuenta con las mismas críticas dispares por parte del público.

Primero debemos dejar claro que el género del “terror” u “horror” va más allá de un ente paranormal matando personas, o algún asesino loco, o una casa embrujada.  De hecho, puede ser tan amplio como los subgéneros que tiene la música metal en donde la más mínima inclusión de algún elemento nuevo puede abrir la puerta a otro género.  Jordan Peele juega mucho con las inclusiones de otros géneros dentro de su cine.  Todas convergen en el terror psicológico, y en el caso de “Noup” también tiene ciencia ficción, algo de aventura y un poco del característico humor del director y de paso, de sus respectivas críticas.

En “Get Out” criticaba abiertamente el racismo, donde en resumen, los blancos quieren ser dueños de los cuerpos de los negros por sus condiciones físicas y dejándolos a ellos como meros espectadores, pero en “Us” (“Nosotros”) la crítica iba hacia el privilegio americano, donde criticaba de forma contundente las clases sociales y en donde dividía a las mismas personas por ello.  Aquí en “Nope” la crítica es, y valga la ironía, la necesidad de querer convertir todo en espectáculo y como vivimos en una sociedad carente de criterio y de consumo rápido y fácil.

El estilo del director es el de siempre.  Un estilo único, bien cuidado, lleno de colores y matices, de hermosos encuadres geométricos y actuaciones multifacéticas.  Donde el timing del terror y el humor está medido al milímetro.  Su estilo no busca el miedo fácil por algo que apareció en pantalla, sino que busca el horror en el miedo generalizado de que estamos viviendo en ello.

Decir de qué trata es desvelar mucho, e invitar a ver el tráiler es dañar momentos que son mejor verlos en el filme (por eso solo voy a poner aquí debajo el teaser).  Esta película en realidad ofrece un cuestionamiento irónico de la idea de espectáculo, de la peligrosa relación que hemos desarrollado con aquello que desafía nuestra razón y que queremos controlar y mercantilizar. Nos invita a hacernos varias preguntas: ¿hasta qué punto es ética nuestra insaciable afición por la imagen?, ¿hasta dónde podríamos llegar para documentar con los ojos o la cámara aquello que trasciende lo ordinario? Es por la naturaleza de estas preguntas que «Nope» debería entenderse por lo menos en un doble plano.

El director estira el esquema clásico del cine de intriga y sostiene las dudas del espectador hasta bien entrado el segundo acto. Hasta entonces, solo vemos, oímos y -sobre todo- intuimos pedacitos de una historia. Todo perfectamente aderezado con muy buenos diálogos, grandes personajes, brillantes toques de humor y un uso magistral del sonido. El desenlace del segundo acto es antológico. Las dudas se disipan en cuestión de minutos. En el tercer acto la película ya va lanzada y su formalización es, a mi modo de ver, lo más convencional del film.  Porque Peele, lo mismo que está criticando lo establece aquí para que el espectador sienta el engaño y de paso, la burla del director.

“Nope” es sin duda una interesante película que invita al espectador a pensar, analizar y ver mas allá de lo convencional para leer lo que el director establece.

Veredicto

Nope es sin duda un trabajo formidable que esta lleno de lecturas interesantes, sin embargo entre las tres de Jordan Peele, se siente como si buscara llenar el metraje de metaforas que contar una historia, aunque lo extraño es que esto pueda ser parte del juego.

7 / 10

Cuando Westworld se estrenó, su propuesta era sin duda algo interesante y novedosa.  Un parque de atracciones con temática de vaqueros, en donde los humanos pueden pagar y tener una experiencia de cómo se vivía en ese entonces.  Además de los humanos hay unos robots que están programados para no herir a los humanos, sin embargo un robot en particular empieza a mostrar recuerdos y poco a poco deja de ver la línea entre herir a los humanos y matarlos.

Algo interesante en la trama es que no sabíamos quien es humano y quién es robot, por lo que el juego se hace mucho más interesante a la hora de adivinar si algún personaje es o no es, y obviamente como los guionistas juegan con esto.  Sin embargo eso fue en la temporada uno y ya para una cuarta temporada el chiste se ha hecho largo y tedioso.  Westworld fácilmente se debatía el mismo concepto que el anime de Ghost in the Shell: ¿Qué nos hace humanos? ¿Un alma es suficiente para ello? Y otras preguntas filosóficas, que al menos en el anime se sienten fluidas y parte de su universo, y que en Westworld aunque de inicio se podía intuir algo de interés, termina diseminándose en una necesidad de los creadores de sorprender al público con quien es quien.

Aun seguimos los pasos de una Dolores Abernathy (Evan Rachel Wood) que entiende que la humanidad es un virus que hay que erradicar, al igual que seguimos dando vueltas con los demás personajes interpretados por Jeffrey Wright, Thandiwe Newton o Angela Sarafyan.  Tal vez el único personaje interesante, por momentos, ha sido el de Tessa Thompson pero que ha caído en repetirse constantemente y en justificar ser una villana, mientras que Ed Harris se ha perdido en convertirse en solo un espectador de lo sucedido y hacer preguntas ambiguas a temas incongruentes.  Tal vez el más afectado en todo esto es Aaron Paul, quien no se desarrolla ni justifica, sino que está ahí haciendo cosas.

En cuanto al guión, pues lo mismo que ya hemos visto una vez más.  No hay novedad, ni tampoco un interés de avanzar, sino otra vez dando vueltas en lo mismo.  Y es algo curioso, porque parte de su deseo de ser filosófica recuerda mucho a Dark, pero obviamente más forzada que filosófica.  La música a cargo de Ramin Djawadi como siempre es una maravilla y no tiene desperdicios.  Y los efectos, pues todos correctos.

Al final del día, Westworld se ha convertido en un viaje interminable que ha perdido parte de su esencia.  Lo mismo que planteaba en sus inicios, y que Ghost in the Shell plantea, es lo que ahora es: un cascarón vacío que anda vagando por ahí solo haciendo lo que le piden pero sin alma.

Veredicto

No estoy seguro si es frustrante, el hecho de que la cuarta temporada de Westworld es exactamente igual que la anterior, y que por más que se juegue con el montaje, lo que fue no volverá.

4 / 10

“Bullet Train” es una película de acción y humor negro que narra como Ladybug (Brad Pitt) es encomendado para una simple misión dentro de un tren, y que por coincidencia se sale de control gracias a otros pasajeros.

El director David Leitch, quien ha día de hoy se ha convertido en un buen director del género de acción, se encarga de llevar esta historia repleta de personajes estrambóticos a la pantalla y que, para este servidor, lo hace bastante bien aunque hubiese preferido menos metraje, ya que las más de hora y media que dura la película, se hacen ya en su tercer acto, un poco pesada y sientes en varias escenas que ese será el fin, pero la película continúa dando la sensación de desgaste en el espectador.

Brad Pitt como Ladybug convence muchísimo y es bueno volverlo a ver en esos papeles tan relajados que tenía hace mucho que no tomaba y que recuerdan a ese Brad Pitt de los 90´s bien desenfadado.  En realidad todos están muy bien y se les nota bastante relajados, como si disfrutaran cada momento.  Aaron Taylor-Johnson, Brian Tyree Henry y Joey King son quienes tienen mejor empatía y fácilmente conectan con el público, a pesar de sus personajes, porque sin duda lo logran completamente.  Zazie Beetz y Karen Fukuhara (The Boys) están reducidas a un simple cameo, y es una pena.

La acción es divertida y está bien rodada, pero muchas veces se corta para dar paso al humor absurdo y llega un momento en que se hace difícil de digerir, ya que molesta el hecho de que la corten bruscamente para hacer uso del humor.  Lo mismo sucede con los flashback para explicar detalles, que se sienten un poco forzado (como toda la trama de Zazie Beetz), la cual pudo haber sido eliminada y cambiada por un personaje de los ya presentados y no habría sido problema.

Tampoco es que el guión sea lo más original, así que se entiende el porque buscaba apoyarse demasiado del humor.  La música por otro lado, tanto el soundtrack como la banda sonora, es impecable a manos de Dominic Lewis, quien se enfoca mucho en sonidos electrónicos muy pop como si fuese sacado de un anime y es que la ambientación en Japón lo amerita.

Al final “Bullet Train” es una película muy divertida con la cual se pasará buen rato, a pesar de su duración algo exagerada para un filme de esta magnitud, pero que tampoco es que nos vaya a molestar demasiado.

Veredicto

Una película que quiere parecer libre y alocada, pero por momentos se agrieta y deja ver cartón. Pero a pesar de cualquier chirrido en las vías, la película es divertida, ligera y un buen rato a pasar.

6 / 10

Existen adaptaciones que son difíciles de realizar, aunque existan directores capaces de lograr titánica tarea.  Como ejemplos está “Doom Patrol” “Dune” y en este caso “The Sandman”.

Explicar de qué trata la obra original es algo complejo, pero en la serie trata de enfocarse en que Sandman, Morfeo o el Dios del Sueño, como quieran llamarlo, ha sido secuestrado por unos humanos.  Durante el tiempo en que Sandman es cautivo, la tierra y su reino empiezan a colapsar, por lo que tendrá que buscar una forma de arreglar todo antes de que sea demasiado tarde.

Primero es de agradecer que la serie no tenga miedo de ir a los extremos y busca por todos los medios no caer en los ganchos de los clichés, y sin ningún tipo de miedo va hacia el horror, la brutalidad, la crueldad, el maltrato y otros.  En el guión se nota la mano del creador, quien estuvo en todo momento revisando los trabajos de David S. Goyer y Allan Heinberg, y si era necesario hacer modificaciones, pues las hacía, para así presentar un trabajo a la altura y que se nota en cada capítulo donde la coherencia y la estructura están bien manejadas, pero también el desarrollo tanto de los personajes como de la historia.  Conocemos perfectamente y tenemos empatía con las razones de los captores de Sandman, pero también nos sucede lo mismo con el mismo protagonista.  Y así con todos los personajes de la serie, quienes al tener sus respectivos desarrollos entendemos a la perfección todo lo que hacen y les rodea.

En la elección del casting pues todo una maravilla.  Tom Sturridge cae perfectamente como aquel dios antropológico y su actuación es perfecta.  Lo mismo con Charles Dance quien en su poca intervención sabe ser lo suficientemente poderoso para atraparnos con su actuación.  Sin embargo entre las sorpresas de actores que aparecerán en pantalla logrando que todo fluya a la perfección (la serie tiene algunas sorpresas actorales bastante interesantes) quienes logran conseguir atraparnos totalmente además del protagonista, es Gwendoline Christie como Lucifer, Jenna Coleman como Constantine y Boyd Holbrook como Corinthian.  Perfección absoluta.

Como es usual en las series, la dirección de los capítulos viene de varios directores pero en realidad todo el peso visual va a manos de los showrunners que en este caso son los guionistas David S. Goyer y Allan Heinberg.  El primero ya es conocido en el mundo de las adaptaciones de cómics, y quienes no sepan, este señor fue el que hizo el guión de Man of Steel, Batman Vs Superman, The Dark Knight, y hace poco estuvo detrás de Foundation.  Mientras que en el caso de Heinberg, ya es un viejo conocido a la hora de ser showrunner de series y hace poco estuvo muy involucrado en la creación de los personajes y parte de la historia de Hawkeye.

Al final Sandman es una excelente serie que sin duda a quienes les guste la fantasía terrorífica y/o el cómic, encontrarán un buen entretenimiento, y a quien no pues que se abra a este increíble mundo fantástico.

Como dato extra, el personaje interpretado por Gwendoline Christie llamado “Lucifer” es el mismo de la serie del mismo nombre que era interpretado por Tom Ellis.  De aquí es que surge el personaje, y que el mismo Neil Gaiman había creado un spin off de cómics con su historia fuera de la tierra, pero obviamente la serie de CW ha sido desvirtuada a la obra original del creador.  Esta versión de la serie es la que originalmente Gaiman se imaginó que haría CW.

Veredicto

The Sandman es una excelente adaptación y una muy buena serie que merece la pena su visionado y más si se es fan del terror fantástico y la fantasía.

8 / 10

El cine de monstruos en Hollywood actualmente no pasa por un buen momento.  El último caso que hemos tenido ha sido la serie de Netflix, “Resident Evil”.  Por eso cuando Hulu anunció otra historia del universo de Predator, esta vez llamada “Prey”, el desinterés general fue obvio.

Y es que en los últimos años han querido revivir algunas series, las cuales muchas no pasan ni hacen proyectos medianamente “buenos” y terminan convirtiéndose en filmes malos y difíciles de digerir.  Sin embargo hay casos como este donde el producto final es bastante placentero.

Para poner en contexto, la historia está ambientada en 1719 en una nación Comanche.  Naru (Amber Midthunder) es una joven guerrera que quiere ser reconocida como cazadora, por lo que sale junto a parte de su tribu a realizar una caza, pero los cazadores se convierten en presa cuando un Predator los señala como sus próximas víctimas.  La película no busca inventar la rueda y se va por el camino ya conocido en lo que a películas de este alíen se refiere.  Sin embargo su ambientación es lo que la hace novedosa e interesante, porque podemos apreciar como nuestra protagonista y sus amigos buscarán métodos ingeniosos para poder hacerle frente a la feroz enemigo que tienen.

La dirección de Dan Trachtenberg (10 Cloverfield Lane) es interesante, destacando los momentos de acción donde el director prefiere mantener más la cámara fija que hacer cortes, y agradecidos estamos.  Por otro lado la fotografía de Jeff Cutter, por esos hermosos paisajes de bosques y ese verdoso mezclado con gris, le da un toque misterioso muy interesante.  Como si algo nos acechara pero no podemos ver que es.

Como punto negativo, ya mencionamos el guión que no es que sea lo más original y también tiene sus huecos bastante profundos, pero trata de mantener su coherencia y respetar sus propias reglas, como la actuación de nuestra joven Amber Midthunder quien en su primer acto, se nota totalmente perdida y es poco expresiva hasta en momentos en donde naturalmente debe serlo, y aunque mejora con creces en su tercer acto, ya nos ha perdido lo suficiente como para conectar con ella.

Al final Prey es un filme bastante entretenido que cumple y respeta el universo de Predator y que, a día de hoy, sin muchos problemas puede convertirse en una de las mejores de la saga.

Veredicto

La saga de Predator está bastante golpeada, ya que la primera ha sido la única interesante, pero esto cambia a partir de ahora con la inclusión de Prey, el cual cumple lo suficiente para convertirse en la segunda mejor de la saga.

7 / 10

No es nuevo que en el cine quiera hacerse una revisión sobre las consecuencias del abuso de las redes sociales y de las personas que buscan por todos los medios ser el centro de atención en ellas.  Antes de “Not Okay” lo hizo “Black Mirror” dando una visión pesimista del ello, “Disconnect” de Henry Alex Rubin también buscaba presentar algo, y David Fincher con su “The Social Network” presentando como un grupo de personas tenían la atención anhelada en redes pero en su vida personal estaban vacías y sin amigos con los cuales compartir.

El guión y la dirección del filme viene a manos de Quinn Shephard, quien lamentablemente juzga a su propio personaje llevando al espectador a un camino en vez de dejarle a que sea él mismo quien decida.  La trama nos lleva hacia New York, donde una Danni Sanders interpretada por Zoey Deutch con mucho dinamismo, en búsqueda de ser popular para llamar la atención de Colin (Dylan O’Brien) se inventa que ha estado en Francia, pero casualmente en el momento de crear la mentira se destapa que hubo un ataque terrorista haciendo que la fama de ella crezca como la espuma al ser una “sobreviviente”, momento que aprovechará.  Si bien es cierto que de entrada a ojos de algunos esto puede ser mal visto, la directora nos plantea constantemente lo horrible que es y justifica todo ataque hacia la misma, algo que hubiese sido más interesante que sea el mismo espectador que evalúe por sí mismo.

En cuanto a las actuaciones tanto Dylan O’Brien como Mia Issac (Rowan Aldren) son quienes se roban cada escena en la que salen y destacan.  El primero como un tipo adicto a las redes sociales y que vive y solo sabe de eso, mientras que la segunda es una activista en contra del gobierno y el uso de armas que con cada escena donde da un discurso, con la agresividad que lo hace parece hasta real.  Sin duda la joya de la película.

Lamentablemente el guión de “Not Okay” es engañoso y se va por caminos que pudo haber cruzado desde una perspectiva mucho mejor y no tan atropellada.  Quiere denunciar el uso de las armas en las escuelas con el personaje de Mía Issac, y aunque su discurso tiene sentido y es aprobado, la forma en la que lo vemos se siente como un momento lejano de la película.  O también cuando critica que tan vacías pueden ser las personas mainstream de las redes sociales, cuando Colín no sabe ni siquiera como iniciar un acto sexual, convirtiendo la escena en una violación y que para colmo la escena se siente regalada y fuera de sí, como si no fuese de esta película.  Y esto mismo le pasa al personaje de Zoey Deutch, quien por momentos se siente fuera de sí por su forma de estar escrita, siendo su padre el único empático.  ¿Deberíamos odiar y desear la muerte de todas las personas de las redes sociales? Para la directora, la respuesta es: sí.

Not Okay es un filme agradable con un mensaje interesante que puede leerse de distintas maneras pero que lamentablemente la directora no deja en la ambigüedad sino que se va directo a dejar claro su posición.  Todo lo demás funciona, inclusive la música, la edición y todo lo que le sigue, pero falla en un guión y una dirección más firme  y menos llevada de la mano.

Veredicto

Not Okay se puede ver y se disfruta.  Pueda ser que tenga 20 minutos de sobra, pero tampoco es que harán que uno se arranque la cabeza.

5 / 10

Los hermanos Russo vuelven a la acción trepidante del cual lograron su fama con esta The Gray Man, que es una especie de Jason Bourne con John Wick.

Si hace unos años cautivaron a todos con su Capitán América: Winter Soldier, logrando una cinta de redonda con muchos elementos del mejor thriller de espionaje, a muchos nos dejaron frío con su Capitán América: Civil War, la cual tenía varios errores que hacia parecer que no eran los mismos directores de la cinta pasada.  The Gray Man tiene esos errores de dirección del cual es difícil escaparse y disfrutarla al máximo.

No juzgaré el argumento simple que tiene, porque tampoco es que haya que buscarle mucha lógica.  Six es un preso que es reclutado por la CIA para un programa de asesinos a sueldo, pero cuando un nuevo director de la organización quiere tapar sus huellas, le pone precio a la cabeza de Six, quien debe buscar por todos los medios sobrevivir.  Nada nuevo bajo el sol, porque hemos visto este argumento en muchas películas.  No hace mucho la vimos con Kate de Netflix, o Extraction (esta última mucho más divertida).  Sin embargo, el problema cae en la dirección.

Los Russo constantemente nos están regalando escenas que no sirven absolutamente para nada y que lo único que hace es perder fuerza a su argumento, mientras que por otro lado bailan entre ser una película de acción al uso a ser una película de acción sería.  ¿Por qué Six entrega un arma sin municiones a una agente? Es una de las preguntas que te harás a mitad de la película y de la cual aparentemente no existe absolutamente una respuesta más que, “porque si”.  Por si fuera poco, tenemos un montaje que aunque funciona, no lo hace del todo, y lo único que consigue es que el espectador empiece a mirar el reloj.  Dos escenas de acción seguidas, sin justificación, y luego darnos una escena de pausa para una conversación vacía, no ayuda en lo absoluto.

En cuanto a las actuaciones, Ryan Gosling y Chris Evans disfrutan cada escena y se les nota.  Sin duda lo mejor de la película.  Evans le da una identidad chabacana a su villano de la cual se disfruta mucho.  Ana de Armas está correcta, no destacando pero tampoco pasando desapercibida.  Jessica Henwick y Regé-Jean Page son los peores personajes que tiene el filme.  La primera no tiene el mínimo sentido de su existencia y para ser de la CIA en una película de acción, parece no entender bien cómo se manejan las cosas.  El segundo parece una caricatura muy mal concebida.  Constantemente está gritando y tirando cosas, además de que en los momentos en que “parece tener el control” sus diálogos y su forma no ayudan a tomarse en serio al personaje (la escena cuando “interroga” a Ana de Armas, da vergüenza ajena).

En definitiva The Gray Man es una película muy mal aprovechada que deja la duda de si realmente los Russo son competentes en el cine de acción o en realidad Capitán América: Winter Soldier y Avengers: Infinity War fueron una suerte, o alguien estuvo detrás de ellos.

Veredicto

Nada resulta original o interesante.  Parece del tipo de acción realizada hace años y que ha pasado de moda, pero con nada de lo bueno que tenía la de antes.  El trío protagonista es divertido y sin duda lo mejor, pero poco se puede hacer con un filme en donde los directores no saben bien qué camino tomar.

4 / 10

Soy de los que piensan que las cosas deben evolucionar.  No pueden quedarse siendo lo mismo toda la vida.  Barry es un caso de ello.

Una de las mejores series de HBO de los últimos años, es sobre un asesino a sueldo que encuentra su pasión de vida en la actuación de teatro.  Es una comedia negra con tintes de suspenso en donde Bill Hader (protagonista, creador de la serie, director y guionista de algunos capítulos y productor) juega entre el surrealismo al tener a un personaje de ese calibre tomando clases de actuación.

El chiste no podía mantenerse mucho tiempo y en la segunda temporada, al menos en su último capítulo se empezó a notar.  Es por eso que para la tercera temporada han hecho algunos cambios.  Nada de que preocuparse, porque ese humor negro y ese surrealismo se mantienen, pero tambien dan paso al drama serio y lo envuelven en tragicomedia.

Sally (interpretado por Sarah Goldberg) pasa a tener más protagonismo y su personaje se convierte en una crítica al tóxico y machista ambiente de Hollywood, aunque por momentos queda algo ambiguo cual es el propósito de dicha crítica.  No se entiende bien si lo que busca es tener una posición seria ante ella o tomarla en broma.  Por otro lado Cussanoe (un Henry Winkler que tiene la mejor escena en el capítulo final), Fuches (Stephen Root) y Hank (Anthony Carrigan), pasan a tener menos tiempo en pantalla y menos tiempo de desarrollo y con este último personaje, no se sabe bien lo que se busca.

Barry sigue siendo una muy buena serie, que en esta tercera temporada ha evolucionado por buen camino, pero eso no quita que no se entienda bien el camino que quiera tomar y que esté bien desarrollado.  Barry sigue siendo un personaje con muchas capas y potencial para desarrollarlo, y espero así sea.

Veredicto

Sin duda una serie que va a mucho mas, aunque esta temporada haya tenido sus inconvenientes.

7 / 10