Cuando salió la temporada 2 de The Boys, nunca se pensó que iban a superar las mil y una locuras que se vieron en la serie, pero llegó la temporada 3 y se ha confirmado que sí, que se ha superado a sí misma.

La serie, que está basada en un cómic del mismo nombre, narra cómo el mundo está lleno de superhéroes los cuales son (casi) todos corruptos, egoístas y mentirosos.  Y sí, aunque estamos saturados ante las propuestas de superhéroes que se convierten en sagas que parecen interminables o provienen de universos conectados, esta propuesta es totalmente diferente y arriesgada.

En esta temporada hay más lecturas que en todas las anteriores, y el conjunto de showrunners (Eric Kripke, Seth Rogen y Evan Goldberg) no se dejan nada a medias.  Críticas ácidas hacia las ideologías de izquierda y derechas, hacia el marketing salvaje de las empresas, el libre mercado, la industria de Hollywood, e incluso algunas ONG.  El guión no se limita a la hora de decir lo que quiera y como lo quiera, sin importar qué personaje sea el que lo diga (como la escena de Ashley haciendo comentarios racistas hacia un herido A-Train, o Soldier Boy atacando con filo a la izquierda).

Pero además de todo esto, están los desarrollos de los personajes.  No es casualidad que Soldier Boy sea un tipo joven que no envejece pero que estuvo encerrado desde los 70 hasta la fecha y de buena a primera todo lo que veía en su época como malo, ahora es “bueno”.  Eso en particular, toma un rumbo totalmente increíble para no solo desarrollar al personaje (diciéndonos cómo es y cómo piensa) sino que también critica fuertemente esas posturas entre las personas.  Porque The Boys no contiene a superhéroes haciendo de las suyas, sino que es una metáfora alucinante sobre lo que somos las personas a día de hoy.

Kripke y su grupo de guionistas pegan por todos lados, especialmente a la cultura corporativa que juega con la población como si fueran marionetas, por derecha o por izquierda.  Pero The Boys raramente se siente como una serie que machaca ideas en la cabeza de los espectadores sino que sabe manejarlas y distribuirlas en la trama de un modo más o menos lógico y hasta natural, en función del tipo de personajes que tiene y del mundo que presenta. Y la otra manera en la que la serie se aleja de ser solo una «reflexión» sobre los superhéroes, está en la acción y la violencia en sí, que están usadas con enorme inteligencia, ya que sirven como entretenimiento puro y también como un ligero comentario sobre la naturaleza cruenta de ese entretenimiento.

Sin embargo, la serie no se salva de cosas malas y en este caso la falta de creatividad y el riesgo para con otros personajes se nota.  La serie ha desaprovechado oportunidades para seguir explotando su mundo y las críticas, como pudo haber pasado con el pastor Ezekiel o Stormfront, quienes brindaban una visión más cínica y salvaje a otros temas.  Todo termina llegando a Homelander, alargando cada vez más su inestabilidad y autocontrol.

En cuanto a actuaciones, pues todas, absolutamente TODAS están geniales, destacando a Antony Starr como Homelander demostrando ser un actor con todas las luces.  Lo mismo con Karl Urban, Karen Fukuhara, Laz Alonso, Tomer Kapon y la impresionante Colby Minifie que se superan temporada tras temporada.

Veredicto

The Boys sigue siendo salvaje, cínica y bastante divertida.  Un entretenimiento más que agradable, pero se nota una repetición en su fórmula y una necesidad de irse a lo seguro que pueda afectar.  De todas formas, la temporada 3 está bien construida y es disfrutable en sus ocho capítulos.

7 / 10

Mientras que Thor y Thor: Dark World daban una visión más teatral del personaje en cuestión, Thor: Ragnarok y Thor: Love and Thunder tiran por la comedia.  Y es que la nueva película del personaje toma los mismos elementos de la anterior para multiplicarlo por tres y entregar una continuación menos fiel pero más desenfadada.

La primera parte de Thor: Love and Thunder es una auto parodia que por momentos suele ser graciosa y en otras bastante vergonzosa, ya que Waititi, confunde el humor inteligente con la burla descarada.  Porque el humor de Waititi se nota a leguas (mucha exageración, mucho humor físico y chistes infantiles disfrazados de humor negro) y aunque si pueden sacar cierta risa, no es que este bien elaborado.  Entonces, ¿lo más grande que tiene Thor: Love and Thunder es su humor? Si, y lamentablemente este falla.

Thor: Love and Thunder

Porque el guión tampoco es que sea un ejercicio bien estructurado.  Últimamente Marvel parece no importarle mucho lo que tenga que contar sino con quien tenga que contarlo, y aquí no es la excepción.  La historia es casi tan absurda como su puesta en escena, y aunque la película tiene sus momentos que pudieron ser mejor desarrollados (todo el contexto de Gorr o la enfermedad de Jane), tampoco es que sea algo que haya que prestarle toda la atención del mundo.

En su segunda mitad la película trata de tomar un rumbo un poco más dramático el cual hace que vaya desinflándose totalmente, porque todo el tema sobre el duelo, amor, culpa y redenciones es tan genérico y tan simple que es casi un chiste que quieran hacernos pasar eso como serio.  El humor sigue, eso sí, pero más medido porque Waititi quiere conseguir un momento similar al de los zapatos de Jojo Rabbit pero lejos de eso, consigue varios momentos largos de drama innecesario.

En cuanto a las actuaciones pues como siempre Chris Hemsworth se hace con el personaje una vez más y destaca en todo momento gracias a su gran carisma.  Tessa Thompson también sabe brillar en sus grandes momentos y podría convertirse en una excelente sidekick del personaje o tener una película/serie para ella sola.  No corren con la misma suerte una Natalie Portman a la que Waititi no sabe cómo guiar y un Christian Bale que pudo haber dado muchísimo y haberse convertido en uno de los mejores villanos de Marvel pero solo se conforma con ser otro más de la lista.

Al final del día, Thor: Love and Thunder tiene algo de gracia, entretiene como blockbuster y consigue momentos visuales muy interesantes, pero es otra película del UCM que parece estar destinada a ser simplemente el conector de algunos personajes con otros proyectos y ya.

Veredicto

Pone en riesgo su historia a cambio de humor y diversion, llevando al personaje al humor sin sentido y la gracia facil.

5 / 10

Con un estreno en el 2020, y que se vio en streaming en el 2021, Beasts That Cling to the Straw es un filme coreano del director Kim Yong-hoon que bebe mucho del estilo de directores como Quentin Tarantino, Guy Ritchie y David Fincher.

El filme narra cómo seis historias de distintas personas se van entrecruzando, todas por un elemento en común: una bolsa llena de dinero en efectivo.  Estas historias no van a ir de forma cronológica pero no es que sea un inconveniente ya que la puesta en escena ayuda a que se entiendan cada una de las historias sin necesidad de perderte.  Un trabajador de un sauna encuentra una bolsa llena de dinero y lo ve como una escapatoria para todos los problemas que tiene, pero cuando este le cuenta a su esposa lo encontrado, esta huye con el dinero y su amante creando un problema para su esposo quien es buscado por el dueño del dinero y por un agente de la policía.

Superando cierto bache central, que resulta reiterativo y no aporta verdaderamente nada a la historia, la cinta remonta bastante en su parte final, cuando explica muchas de sus incógnitas, tanto estéticas como argumentales, con un excesivo número de cadáveres a sus espaldas, pero resolviendo el puzzle humano de manera satisfactoria.

Algo interesante es como el exceso plasmático cumple su función de alejarnos del drama para tocar el humor negro y por momentos mezclarlos para hacerlo más real posible.

En sus actuaciones pues todos están bien, y no hay uno que destaque más que otro o menos ya que aunque no tienen el mismo tiempo en pantalla tienen la oportunidad necesaria para poder hacer lo suyo.

Al final Beast That Cling to the Straw es una interesante película que está bien contada y puede dejarse ver.  Los estilos que el director toma para hacer su película, aunque no sean originales son muy bien recibidos y divertidos.

Veredicto

Esta historia de avaricia con toques de los Coen es más inteligente de lo que la crudeza de su ejecución puede hacerla parecer.

6 / 10

The Umbrella Academy (la reseña de la temporada dos esta AQUI) cuenta con una premisa bastante curiosa.  Un señor adopta a varios niños con poderes y crea una organización llamada La Academia Umbrella, la cual lucha contra el mal.  Lo que es más interesante es que estos “hermanos” que se criaron juntos, son tan disfuncionales a más no poder.

La serie a la hora de decidir qué contar y cómo contarlo, parece tan disfuncional como sus protagonistas.  Porque algo que sí ha hecho gala esta serie, es de tener una necesidad de querer contar tantas cosas de manera muy atropellada, pero que por suerte no deja de ser entretenida.  Y lo digo porque por momentos, y es algo muy marcado en esta tercera temporada, la serie quiere que te despreocupes y la disfrutes pero luego cambia tan radical y busca ser extremadamente seria.  Y esto es un problema que arrastra el showrunner, Jeremy Slater, porque de esto mismo peca Moon Knight, serie creada por él.

Las actuaciones están bien, esta vez dando más protagonismo a Elliot Page y un poco más de profundidad al personaje de Ritu Arya y Emmy Raver-Lampman.  Robert Sheehan, un actor muy talentoso, vuelve su personaje a ser una especie de alivio cómico exagerado y mal aprovechado aunque en sus capitulos finales muestra un gran desarrollo, mientras que el personaje David Castañeda también le pasa el filtro del humor absurdo en muchas escenas.  Solo Tom Hopper y Aidan Gallagher a pesar de, siguen manteniendo un nivel interesante entre seriedad y humor, mientras que al mismo tiempo se siguen desarrollando.  Mencionar a los demás personajes de la dimensión alterna, es perder el tiempo porque la serie trata de darle desarrollarlos a medias, y no funciona muy bien (¿De verdad con el fin del mundo tan cerca, la mayor preocupacion de Ben es discutir con un grupo que aparecio de la nada y no son una amenaza?)

Ir mostrando lo que al director le interesa para generar intriga y ocultar cosas al espectador es un recurso muy utilizado en cine, pero siempre que se use de manera justificada.  Es decir, no vale que nos enseñes al grupo de personajes desayunando y teniendo una conversación vacía y que no aporta absolutamente nada para el espectador, porque hace que se aburra y pierda el hilo de lo que es importante, algo de lo que The Umbrella Academy acostumbra.  O en su defecto, regalarnos, una vez más, las quejas de los personajes con sus poderes (que todavía siguen descubriendo a pesar de que fueron entrenados para ello), y la “maldición” que ellos cargan con eso.

En definitiva, The Umbrella Academy es una serie que se queda a media en lo narrativo, y no es que sea algo nuevo y eso es lo peor.  Entretiene en una que otra escena de acción, de comedia o incluso de drama, pero es algo que no dura la temporada completa.  Una lástima porque su premisa siempre ha tenido potencial y sus dos ultimos capitulos son bastante interesantes.

Veredicto

The Umbrella Academy es divertida pero no aporta nada nuevo.  Se conforma con ser algo pasajero cuando tiene el potencial de ser una de las mejores series actuales.

5 / 10

En 1970 el director David Cronenberg presentó el mediometraje “Crimes of the Future”.  Con esto el director mostraba que el cine convencional no era lo suyo y esto funciona como un cine experimental.  No es que estemos ante la joya del cine, sino más bien un producto que sirve como tesis para entender al director y su estilo.

Años más tarde (y con mejor presupuesto) el director ha vuelto a traer su mediometraje, esta vez como largometraje.  “Crimes of the Future” narra a Saul Tenser y Caprice (interpretados por un Virgo Mortensen adecuado y una Léa Seydoux que por momentos se siente perdida), quienes son una especie de artistas, los cuales se modifican órganos de sus cuerpos con el objetivo de hacer una especie de arte.  Todo esto es en un futuro lejano, y aquí es donde entra Timlin (Kristen Stewart) quien estará investigando estas prácticas hasta que un extraño grupo aparece profetizando la nueva etapa de la evolución humana.

El delirio argumental, con cierta estructura narrativa que puede recordar al cine negro en algunos pasajes, es la gran excusa de Cronenberg para hablar de forma metafórica de la sociedad actual (como siempre ha hecho). Del impacto de los desastres ecológicos en el planeta, del imparable avance tecnológico y sus posibles consecuencias en la mente humana, de la pérdida de valores éticos y morales de la sociedad, del vacío existencial de nuestras vidas y de la banalidad y estulticia en la que algunos convierten el arte. Una amalgama de ideas que se yuxtaponen y entrelazan en diferentes capas cual nervios, órganos, sangre y pus.  Un filme que obviamente no es para todo el mundo y mucho menos para los que tienen el estómago sensible.

El director busca a Howard Shore para la musica, logrando que este consiga algo mas parecido a la musica utilizada en el cine negro pero con tonos mas oscuros, y en la fotografia a Douglas Koch, dando un estilo bastante oscuro y tenebroso, algo que a veces no me concuerda con el futuro distopico que el director quiere mostrar.

En definitiva, “Crimes of the Future” no es una mala película, si eres fan del director.  Incluso, me atrevo a decir que es la más cercana a su estilo, el cual ha puesto un poco a un lado en los últimos años.  Sin embargo tampoco es que sea una película redonda y quien no sea fan del director, fácilmente terminará el filme (si acaso lo logra) con un mal sabor de boca.

Veredicto

Crimes of the Future es adictiva, hipnótica, oscura, transgresora y perversa que nos atrapa en sus 107 minutos pero si y solo si, somos fans del director o al menos estamos interesados en el mismo.

6 / 10

A estas alturas el actor Nicolas Cage es una leyenda, y The Unbearable Weight of Massive Talent lo sabe y lo aprovecha.

La historia se centra en Nicolas Cage (valga la redundancia), que es un actor ya en decadencia artística y profesional que anda detrás de un papel en alguna película blockbuster que lo vuelva otra vez la estrella que era.  Sin embargo un día, se ve obligado a tomar un millon de dolares para asistir a una fiesta de un misterioso español, de nombre Javi Gutierrez (Pedro Pascal).

Lo que pareciera ser un viaje efímero, sosegado, termina convirtiéndose en la aventura ideal que nos permite disfrutar en su justa medida esta comedia que no teme cruzar de la comedia simple al humor absurdo.  El director y guionista Tom Gormican construye este personaje basándose en la vida del actor, con muchas referencias a sus películas y con muchas ganas de burlarse de sí mismo sin problema.  Tampoco es que estamos ante un guión sólido, porque por momentos flaquea (principalmente en las escenas de acción o en sus tramas más dramáticas, aunque puede ser adrede).

Pedro Pascal y Nick Cage construyen una buena relación y se les nota que tienen buena química, también lo hace muy bien Paco León quien es una clara burla a los villanos que ha tenido el gran Nic Cage que son exageradamente histriónicos y burlescos.

The Unbearable Weight of Massive Talent no pasa de ser una serie B agradable, con un (como siempre) exagerado Nicolas Cage y un Pedro Pascal divertido.  No puedo negar que he estado la hora y cuarenta y cinco minutos de duración con una sonrisa de oreja a oreja y, de hecho, en algunos momentos me he reído a carcajadas porque, en el fondo, todo lo que veo me encaja.  Porque veo un filme que funciona en partes iguales como comedia, drama, homenaje y quién sabe qué más.

Tal vez el final de The Unbearable Weight of Massive Talent quiere contentar al público en general y mandar un bonito mensaje, o tal vez fue el mismo Nic Cage que quiso ese final, quien sabe, pero es, tal vez, lo más flojo del filme pero no daña para nada la experiencia de estar ante una meta película con aires de serie B y con muchas intenciones de ser lo más salvaje que pueda.  ¿Pudo haberlo sido un poco más? pero claro que sí, y tal vez hubiese funcionado mucho mejor, pero aun así no hay queja de haber pasado un gran rato con estos dos personajes y disfrutado cada momento.

6 / 10

“Basados en hechos reales” es una frase utilizada en cines para dejar claro que lo que van a narrar, ha sucedido “en realidad”.  Perejil no es la excepción y se basa en la masacre ocasionada en 1937 por orden del dictador Rafael Trujillo, quien buscaba “limpiar” la zona fronteriza de la cantidad de haitianos que se había cruzado para la parte dominicana de la isla.

Que si el hecho sucedió o no, es algo que no me enfocare porque no somos historiadores, pero el filme de Jose Maria Cabral narra específicamente la historia de Marie (interpretada con muchas luces por Cyndie Lundy), una joven haitiana embarazada que vive con su esposo Frank (Ramón Candelario), un dominicano que trabaja en la agricultura.  El filme se basa en un dia y una noche, donde su protagonista tratara de sobrevivir al genocidio ya antes mencionado y, que dicho sea de paso, tambien salvar a su hijo quien esta en su vientre y del cual empieza a tener contracciones.

Algo a destacar es sin duda la música de Jorge Magaz, quien consigue composiciones totalmente criollas y mezclan las dos culturas en una sola música.  Interesante el uso de las cuerdas en muchas escenas casi como un augurio de lo que está por venir.

Por otro lado las actuaciones, y como mencione, destacando a nuestra protagonista Cyndie Lundy, quien se toma totalmente en serio este papel y consigue transmitir el terror y la incertidumbre que puede haber en situaciones como esas.

En cuanto a la dirección de Jose Maria Cabral, pues lo usual en Jose Maria Cabral.  No estamos ante tomas muy estrambóticas (tal vez porque el filme no lo amerite) sino de algo de corte pausado, y que aprovecha los momentos de silencio, algo que se agradece.  Es un recurso que no suele utilizarse en el cine dominicano y cuando se hace, muchas veces es exageradamente largo, pero el director sabe que Perejil lo necesita, cuando lo necesita y el tiempo clave que se necesita para dejar al espectador en la misma incertidumbre de la protagonista.

Otro punto a favor al director, están en los mensajes ocultos, que no se si fueron adrede o con intenciones, pero están muy bien logrados y dicen lo suficiente sin decirlo con diálogos (como la escena de la gallina, o la escena inicial del funeral, por poner dos ejemplos, aunque viendo el poster, me hace creer que si sabia lo que hacia, ya que el poster simula un corazon entre un dominicano y una haitiana).  Me hubiese gustado ver un poco más de riesgo, o tal vez planos ocultos, donde parezca como si acechamos a la protagonista y podamos sentir mucho más el peligro en el cual está envuelta.

En cuanto al guión, pues seis personas trabajaron en ello y la verdad que es un poco chocante que todos estuviesen de acuerdo en incluir un texto que para ser honestos, se lee con indiferencia y no se nos queda grabado al ser un poco anticlimático.

En resumen, “Perejil” es un filme maduro y bien interesante sobre una de las partes históricas de República Dominicana y Haití, la cual es vista desde los ojos de una protagonista muy interesante.  Es un filme que aleja los prejuicios e invita a la reflexión, pero que pudo arriesgarse un poco más.

Veredicto

Perejil cumple su propósito y se convierte en un buen drama reflexivo.  Sus actuaciones, su música y algunos elementos del director, consigue un buen filme, pero así como tiene sus luces también tiene sus sombras.

6 / 10

Pasaron 3 años después de que Stranger Things estrenará su tercera temporada (que podría funcionar sin ningún problema como final de la serie) y que ahora dividen en dos partes como han hecho con Ozark.

Los Hermanos Duffer no han querido seguir extendiendo la trama, y deciden optar por cerrar el círculo explicando con más detalles elementos que quedaban en el aire, como por ejemplo, ¿donde estaban los demás niños dentro del laboratorio? ¿Por qué Once es tan importante? y otras que surjan.

Esta vez la maduración se hace presente en Hawkins. Gran trabajo es el que realizan sus creadores en esta nueva temporada, en donde, nos brindan un punto de madurez a nuestros protagonistas. Cada niño tiene un punto nuevo para brindarnos y así cada integrante que participa de la serie. Los arcos de aprendizaje que van obteniendo sus personajes y que se van adecuando también al paso del tiempo de sus protagonistas. Cada arco está pensado para que se una a la trama principal y así ir redondeando cada trama de forma efectiva, a pesar de que algunos arcos sean más simples que otros.

Técnicamente la serie sabe aprovechar sus recursos, algunos mejores que otros, pero es una serie que te impacta visualmente y sonoramente. Los Duffer también tienen su punto de maduración y brindan una dirección auténticamente renovada también para darle un toque actual a una serie que jamás ha perdido las referencias a la década en que transcurre. Es quizás el paso del tiempo y el crecimiento físico de su reparto el que le pone desafío a sus directores, sin embargo, siempre saben sacarlo adelante.  Todos en sus personajes están correctos, pero la gran sorpresa se la lleva Joseph Quinn quien interpreta a Eddie Munson, el encargado de dirigir el club oficial de Dragones y Mazmorras llamado The Hellfire Club, y quien es el personaje más divertido de esta temporada.

Se nota el presupuesto que hay detrás de Stranger Things, y se agradece que no escatimen en momentos esenciales, pero por otra parte también se pierde un poco ese sentimiento de pandilla de amigos con momentos de alivio cómico. Todavía los hay, pero en menor medida. El personaje de Mike por ejemplo, parece un poco fuera de lugar. Como si ya estuviera un poco cansado de este show. Y parece que alguien de producción se haya percatado de ello, porque sus apariciones parecen más bien anecdóticas, cuando era prácticamente uno de los pilares de la primera y segunda temporada junto con Will.

A falta de ver los últimos dos episodios que saldrán en julio (Netflix preferirá que su serie sea trending topic dos fines de semana mejor que uno), esta temporada me parece un salto notable en cuanto ambición se refiere. Pero también creo que esta historia dividida en tres tramas podría haber dado más de sí.

Veredicto

Stranger Things vuelve otra vez y de la mejor forma.  Es bastante divertida y presenta una maduración tremenda en todos los aspectos, y se agradece.

7 / 10

Son pocas las series de televisión que rozan la perfección.  Dark es una de ellas, también Ozark y casi lo lograba Westworld.  Better Call Saul al igual que Breaking Bad, lo logran.  Logran ser perfectas en todo el sentido de la palabra.

La premisa, de antemano, es sencilla. Se trata de contemplar las vivencias y motivaciones que llevaron a Jimmy McGill a convertirse en Saul Goodman. Y aunque, a priori, puede parecer menos interesante que Breaking Bad, nada más lejos de la realidad.  Better Call Saul muestra unos personajes sólidos y un guión totalmente fuerte que soporta todos sus capítulos e incluso pueden funcionar como un universo alterno, es decir que no necesitas ver una para entender la otra.

Esta temporada, ya en su recta final, se encargará de fomentar las bases para conectar una serie con la otra y también explicar los flashforward que vimos en los inicios de las temporadas pasadas.  Y como siempre, para eso hay que prestar mucha atención a los detalles que se presentan en diálogos que enriquecen la profundidad de los personajes y un lenguaje audiovisual que ya quisieran muchas películas.

Porque Better Call Saul se trata de una serie que busca los detalles.  Su épica no está en la pirotecnia para conseguir el impacto y la emoción inmediata y rápida, sino en la construcción de sus personajes, sus inteligentes diálogos, en una banda sonora acertada y una fotografía y uso del color fantásticos, en unas actuaciones llenas de matices en la que el humor no está reñido con el drama, en unos encuadres y movimientos de cámara que siempre acentúan situaciones para querer transmitir algo, en la riqueza y madurez de un guión al alcance de muy pocos y en una puesta en escena de envidia.  La serie quiere que tu sorpresa sea definitiva y contundente y ya los creadores demostraban eso con Breaking Bad con escenas tan épicas como la del mellizo asesino arrastrándose en el hospital.

Esta sexta temporada sigue subiendo la intensidad en cuanto a calidad y cuidado del detalle, aportando crecimientos de personajes como Kim Wexler (interpretada con soltura por una impresionante Rhea Seehorn), Lalo Salamanca (quien se roba la pantalla con la interpretación de Tony Dalton) y Nacho Varga (Michael Mando) y Howard Hamlin (Patrick Fabian), estos dos últimos que son los que no dejan indiferente a nadie en esta temporada.

Sin duda y sin miedo a equivocarme, Better Call Saul es la mejor serie estrenada en lo que va de año.

Veredicto

No hay duda de que es una obra maestra de guion de inicio a fin, con conexiones de trama que responden a cosas sucedidas en Breaking Bad y con incógnitas que, por supuesto, se van resolviendo. ¿Y el resto de personajes? No sobra ni uno.

9 / 10

Cuando se anunció que Marvel traerá a Doctor Strange in the Multiverse of Madness, se pensó que veríamos un cóctel de situaciones con nuestros protagonistas de turno en todos los multiversos posibles.  Sin embargo no ha sido así, pero no hay que preocuparse, que “Everything Everywhere All at Once” si es lo que se esperaba y con creces.

Evelyn, quien es interpretada por una excelente Michelle Yeoh, se ve envuelta en viajes con sus diferentes versiones en búsqueda de salvarse y salvar a sus seres queridos.

En actuaciones no se puede sacar mucho, porque quienes hacen gran parte del trabajo es Michelle Yeoh, quien ya dijimos esta excelente y Jamie Lee Curtis que sabe brillar en cada una de sus escenas y logra una antagonista bastante creativa, imaginativa y divertida, pero al mismo tiempo bien desarrollada.

El guión del filme utiliza como punto de partida, una inspección tributaria la cual obligará al personaje a buscar las formas de evitarla.  A partir de aquí, todo vale.  Su nivel de absurdo llega a tales momentos que explota en géneros tan dispares y aun así, no se siente pesado porque los directores, Dan Kwan y Daniel Scheinert, inteligentemente convierten la historia en un conflicto personal y no desvían a sus personajes ni tampoco su desarrollo narrativo.

Tocando el drama, la comedia, la acción y hasta la ciencia ficción, y quién sabe qué más, todo lo que toca “Everything Everywhere All at Once” es sobre crecimiento personal y aceptación.  explorando tendencias existencialistas con una sinceridad abrumadora que es imposible no sentir algo por los personajes y sus mundos.

En el apartado visual, la película también aprueba con nota. Tal vez esas referencias a Wong Kar-wai sean, por transparentes, algo descafeinadas y casi al borde del fan service, pero el montaje, que va acelerado, es brillante y está lleno de energía.  Planos bien logrados, coreografía moderna y bien interesante y hasta la música de Son Lux es algo que vale la pena escuchar aparte por lo emotiva pero dinámica que se torna.

Al final “Everything Everywhere All at Once” es uno de los mejores filmes de este año sin duda alguna y que alegría que asi sea.  Es un viaje con retorno a distintos mundos pero del que no queremos llegar a salir.

Veredicto

Sin duda de lo mejor que ha salido en este año y que, lo más probable y sin miedo a equivocarme, se convertirá en una película de culto.

8 / 10