Al parecer es algo difícil para Hollywood hacer una adaptación para un videojuego, y de hecho, lo es porque los medios son distintos.  Hace poco salió la secuela de Sonic y el año pasado tuvimos una adaptación de Mortal Kombat.  Ahora Netflix hace el intento de sacar Resident Evil, el famoso videojuego de zombies.

 Esto es un “visión nueva” y nada que ver con las dos versiones anteriores (una que vio la luz en el año pasado por parte de Sony y la saga infame que inició en el 2001), por lo que Netflix apuesta por algo más orientado a la historia original donde la empresa Umbrella hace experimentos, algo sale mal y el mundo se llena de zombies, a tener que apostar por una visión de los videojuegos, algo inteligente si me preguntan.

Sin embargo su problema va más allá de tirar algo “nuevo”, porque su problema no solo está en el guión.

La serie está dividida en dos líneas temporales: una donde explican los hechos antes del virus y otra que se mueve en la actualidad ya con el virus propagado.  El problema de esto es que la línea temporal que se va al pasado, se le dedica demasiado tiempo cuando la misma se centra en todo tipo de boberías, menos lo que compete que es sobre el virus y su evolución.  Y cuando por fin la serie va hacia la línea temporal que nos interesa, donde están los zombies, cargamos con el dúo protagonista donde el desarrollo de los mismos es insoportable.  Dos adolescentes que ante todo lo sucedido tienen el desarrollo más lento y molesto posible.

En actuaciones nadie destaca, siendo cada una de ellas planas, incluyendo a Lance Reddick que hace lo mejor que puede con su personaje pero el guión no le ayuda en lo más mínimo.

La puesta en escena es devastadora, teniendo momentos bastante extraños donde se percibe claramente que estamos ante un escenario y es poco creíble que estamos ante un laboratorio subterráneo.

En fin, Resident Evil es una serie bastante mala que tiene muy pocas cosas para agradecer y quedarse enganchado en sus ochos capítulos o al menos esperando una segunda temporada (que aún no han confirmado si la tendrá, pero no lo dudamos).

Si algo debemos destacar, seria su musica, llevada por Gregory Reveret que utiliza muchos elementos EDM, logrando un sonido algo industrial que pega bastante con lo que la serie quiere transmitir.

Veredicto

Se pensaría que sería difícil hacer algo peor que la saga de Resident Evil dirigida por Paul W. Anderson, hasta que salió la Resident Evil del 2021 y actualmente se pensaría que podría salir algo peor que eso, pero ya vista la serie pues sí, ha salido algo peor.

3 / 10

El nombre de David Simon no es cualquier cosa.  Es el creador de varias series con una calidad increíble, aunque no todas tengan la fama que otras si tienen.  Hace años creó una de las mejores series que ha parido HBO: The Wire.

Una visión de cómo todo el sistema judicial es corrupto y como se manejaba la policía bajo unos políticos dispuestos a que todos sufran con tarde ellos no perder votos.  We Own This City (La Ciudad es Nuestra) narra un tema similar: como algunos policías están envueltos en una red de corrupción tan compleja como tan fácil de adentrarse.  Su escenario: Baltimore (una vez más).

La miniserie fija su atención de todos los acontecimientos en un agente policial interpretado por el carismático Jon Bernthal quien se roba la serie con todas sus escenas.  A partir de ahí a pesar de tener otros personajes, la serie se enfocará en su principal y como esté afecto a los demás, a pesar de que ninguno de los otros eran santos.

Al ser una serie más corta que otras de su estilo (The Wire, Deuce, etc.) obliga a resumir y a presentar los objetivos con mayor claridad, sabemos claramente a dónde va. No es que tenga más nervio crítico que series anteriores, sino que lo presenta de un modo más claro y contundente.

La serie nos ofrece una perspectiva panorámica amplia, llena de conexiones y reflexiones que nos permiten ver problemas de la organización social de los humanos con sus problemas estructurales endémicos y las múltiples dificultades para cambiarlos. Racismo, corrupción, cinismo, ambición, instrumentalización política, mafia policial, pusilanimidad y colapso institucional, etc. desfilan por la pantalla, obscenamente desnudos.  Su guión es contundente y no se va por las ramas.  Para David, el corrupto es corrupto sin tapujos.

Lo mismo no se puede decir de su puesta en escena, la cual es un poco caótica al inicio, ya que no sabes en qué tiempo está cada cosa.  Por ejemplo tenemos una escena donde el policía hace algo, para luego ir a otra escena donde ese mismo policía está ahora en otra situación, pero lo que no se nos dice es que son distintas líneas de tiempo, y es solo con el tiempo que uno va a sabiendo diferenciarlos.

En las actuaciones no hay queja, ya que todos están perfectos.  Se desaprovecha un poco a Josh Charles al darle un personaje con pocas líneas grises y a Wunmi Mosaku quien es un personaje que le falta aplomo ya que pasea de un lado a otro con ciertas quejas pero sin querer resolverla, haciendo que sea pesado volver a ver capitulo tras capitulo lo mismo.

We Own This City es una miniserie bastante entretenida que funciona por muchas cosas pero que no pasará a la historia como al menos se pensaba.

6 / 10

Pixar siempre ha sido referente al cine de animación.  Claro, hay otras productoras igual o mejor, pero en Hollywood Pixar es la principal.  Por eso cuando se anunció el proyecto de Lightyear las emociones estaban encontradas.

Primero hay que entender que Lightyear proviene de un personaje de la saga Toy Story, y la razón por la cual fue creado el juguete, a nadie, absolutamente a nadie, le importaba.  Porque esto es lo que cuenta el filme Angus MacLane (el mismo de Buscando a Dory), de tratar de explicar quién era en realidad Lightyear y su importancia, y ese es el mayor fallo que tiene el guión.  Además de lo previsible está el hecho de que es difícil empatizar con cualquier personaje que esté ahí (a diferencia del robot).

El personaje es plano y frío, pero no como está desarrollado, sino frío en su escritura y por más elementos que se le incluya para poder empatizar con él, no se consigue.

Lo segundo es su error a la hora de la dirección y la puesta en escena.  Debemos tener muy en cuenta que es una película de ciencia ficción y épica, y una está a medias (la ciencia ficción) y la épica no se siente.  El filme está lleno de momentos que se suponen que deben elevar las emociones del espectador pero solo consiguen que uno esté atento con indiferencia, casi esperando que acabe.

Lightyear no será la peor película animada como algunos quieren vender, pero si es una película con muchos problemas que no termina de arrancar en ninguno de los aspectos que trata de tocar.  Es la segunda de este 2022 (la primera película fue Turning Red) y en vez de tocar un tema o un personaje nuevo, apuestan por la nostalgia.

4 / 10

Otra serie de la factoría Disney/Marvel, esta vez con un personaje (relativamente) nuevo, como es Ms Marvel, quien debutó en el 2013.  La historia sigue a Kamala Khan, una joven perteneciente a la cultura pakistaní y la cual es fan de Capitana Marvel.  Un día la madre Kamala recibe una caja de joyas para utilizarse para la boda del hijo mayor de ellos, y dentro viene un brazalete mágico que le otorga poderes a Kamala.

Ms Marvel

La historia es sencilla a mas no poder, y su guion por momentos flojea haciendo que las resoluciones sean hiladas a la fuerza o en su defecto, que no tengan el impacto deseado ya que el espectador no es tonto, y después de haber visto lo mismo varias veces ya sabe por dónde van las cosas.  Pero, ¿Qué tanto importa en Ms Marvel? La verdad que muy poco, porque el producto final está tan lleno de vida, carisma y gracia que todo lo que van mostrando no es novedoso pero sí divertido.

Porque de eso se trata, de la diversión.  Kamala, quien es interpretada por una Iman Vellani que se roba al personaje y lo hace suyo, logra que el trayecto sea una maravilla por su encanto y diversión.  La adolescente nos recuerda mucho a esos momentos de la vida en donde soñar en ser algo grande y en estudiar, eran nuestro día a día y todo con una inocencia e ilusión bien creíble.  A ella le acompañan Matt Lintz, quien es uno de los mejores amigos de Kamala y quien le brinda la tecnología y el conocimiento necesario para mantener su identidad oculta, Zenobia Shroff como la madre (quien esta increíble), Mohan Kapur como el padre y alivio cómico de la serie y Saagar Shaikh, como el hermano de Kamala y quien no es que se robe la pantalla pero sus escenas están bien logradas.  Un poco desaprovechada están Yasmeen Fletcher como la amiga de Kamala y quien por momentos suele ser bastante molesta o Nimra Bucha, que no es que lo haga mal pero su papel queda desdibujado convirtiéndose en una especie de villano vacío y sin gracia.

Lo interesante de esta propuesta es el interés de Marvel por mostrarnos la cara más alegre de una cultura como la de Pakistán y lo logra.  Podemos ver parte de su día a día fuera de sus tierras en las escenas cuando están en Estados Unidos, pero hay una que otra escena en Pakistán mostrándonos más a fondo la cultura con todos sus pro y contras (destacando más los pro, obviamente) dando momentos tan divertidos como la escena del mercado y de paso, interesantes para quienes no la conozcan tan a fondo (como ha sido mi caso).

¿Qué es infantil? Puede pecar de ello, porque en su argumento una niña de algún colegio se ve con poderes, por lo que lo más normal es mantener ese espíritu adolescente infantil que acompaña al personaje en todo momento (y antes de que alguien se le ocurra comparar a Spider Man con ella, pues no funciona, porque Spidey ha visto a un familiar morir en el proceso de transformación a héroe, mientras que Ms Marvel continua bajo el manto protecto de su familia).

En definitiva, Ms Marvel es una divertida miniserie que se deja ver y se disfruta mucho.  No es como Moon Knight, que se toma totalmente en serio, sino más bien como Loki que disfruta de lo que es y aprovecha sus puntos fuertes.

Veredicto

Iman Vellani brilla como Kamala y es quien sostiene gran parte de los seis capítulos que tiene la serie.  Su entusiasmo es contagioso y lo que brinda es divertido, por ende vale la pena dejarse llevar por ella.

6 / 10

Cuando salió la temporada 2 de The Boys, nunca se pensó que iban a superar las mil y una locuras que se vieron en la serie, pero llegó la temporada 3 y se ha confirmado que sí, que se ha superado a sí misma.

La serie, que está basada en un cómic del mismo nombre, narra cómo el mundo está lleno de superhéroes los cuales son (casi) todos corruptos, egoístas y mentirosos.  Y sí, aunque estamos saturados ante las propuestas de superhéroes que se convierten en sagas que parecen interminables o provienen de universos conectados, esta propuesta es totalmente diferente y arriesgada.

En esta temporada hay más lecturas que en todas las anteriores, y el conjunto de showrunners (Eric Kripke, Seth Rogen y Evan Goldberg) no se dejan nada a medias.  Críticas ácidas hacia las ideologías de izquierda y derechas, hacia el marketing salvaje de las empresas, el libre mercado, la industria de Hollywood, e incluso algunas ONG.  El guión no se limita a la hora de decir lo que quiera y como lo quiera, sin importar qué personaje sea el que lo diga (como la escena de Ashley haciendo comentarios racistas hacia un herido A-Train, o Soldier Boy atacando con filo a la izquierda).

Pero además de todo esto, están los desarrollos de los personajes.  No es casualidad que Soldier Boy sea un tipo joven que no envejece pero que estuvo encerrado desde los 70 hasta la fecha y de buena a primera todo lo que veía en su época como malo, ahora es “bueno”.  Eso en particular, toma un rumbo totalmente increíble para no solo desarrollar al personaje (diciéndonos cómo es y cómo piensa) sino que también critica fuertemente esas posturas entre las personas.  Porque The Boys no contiene a superhéroes haciendo de las suyas, sino que es una metáfora alucinante sobre lo que somos las personas a día de hoy.

Kripke y su grupo de guionistas pegan por todos lados, especialmente a la cultura corporativa que juega con la población como si fueran marionetas, por derecha o por izquierda.  Pero The Boys raramente se siente como una serie que machaca ideas en la cabeza de los espectadores sino que sabe manejarlas y distribuirlas en la trama de un modo más o menos lógico y hasta natural, en función del tipo de personajes que tiene y del mundo que presenta. Y la otra manera en la que la serie se aleja de ser solo una «reflexión» sobre los superhéroes, está en la acción y la violencia en sí, que están usadas con enorme inteligencia, ya que sirven como entretenimiento puro y también como un ligero comentario sobre la naturaleza cruenta de ese entretenimiento.

Sin embargo, la serie no se salva de cosas malas y en este caso la falta de creatividad y el riesgo para con otros personajes se nota.  La serie ha desaprovechado oportunidades para seguir explotando su mundo y las críticas, como pudo haber pasado con el pastor Ezekiel o Stormfront, quienes brindaban una visión más cínica y salvaje a otros temas.  Todo termina llegando a Homelander, alargando cada vez más su inestabilidad y autocontrol.

En cuanto a actuaciones, pues todas, absolutamente TODAS están geniales, destacando a Antony Starr como Homelander demostrando ser un actor con todas las luces.  Lo mismo con Karl Urban, Karen Fukuhara, Laz Alonso, Tomer Kapon y la impresionante Colby Minifie que se superan temporada tras temporada.

Veredicto

The Boys sigue siendo salvaje, cínica y bastante divertida.  Un entretenimiento más que agradable, pero se nota una repetición en su fórmula y una necesidad de irse a lo seguro que pueda afectar.  De todas formas, la temporada 3 está bien construida y es disfrutable en sus ocho capítulos.

7 / 10

Mientras que Thor y Thor: Dark World daban una visión más teatral del personaje en cuestión, Thor: Ragnarok y Thor: Love and Thunder tiran por la comedia.  Y es que la nueva película del personaje toma los mismos elementos de la anterior para multiplicarlo por tres y entregar una continuación menos fiel pero más desenfadada.

La primera parte de Thor: Love and Thunder es una auto parodia que por momentos suele ser graciosa y en otras bastante vergonzosa, ya que Waititi, confunde el humor inteligente con la burla descarada.  Porque el humor de Waititi se nota a leguas (mucha exageración, mucho humor físico y chistes infantiles disfrazados de humor negro) y aunque si pueden sacar cierta risa, no es que este bien elaborado.  Entonces, ¿lo más grande que tiene Thor: Love and Thunder es su humor? Si, y lamentablemente este falla.

Thor: Love and Thunder

Porque el guión tampoco es que sea un ejercicio bien estructurado.  Últimamente Marvel parece no importarle mucho lo que tenga que contar sino con quien tenga que contarlo, y aquí no es la excepción.  La historia es casi tan absurda como su puesta en escena, y aunque la película tiene sus momentos que pudieron ser mejor desarrollados (todo el contexto de Gorr o la enfermedad de Jane), tampoco es que sea algo que haya que prestarle toda la atención del mundo.

En su segunda mitad la película trata de tomar un rumbo un poco más dramático el cual hace que vaya desinflándose totalmente, porque todo el tema sobre el duelo, amor, culpa y redenciones es tan genérico y tan simple que es casi un chiste que quieran hacernos pasar eso como serio.  El humor sigue, eso sí, pero más medido porque Waititi quiere conseguir un momento similar al de los zapatos de Jojo Rabbit pero lejos de eso, consigue varios momentos largos de drama innecesario.

En cuanto a las actuaciones pues como siempre Chris Hemsworth se hace con el personaje una vez más y destaca en todo momento gracias a su gran carisma.  Tessa Thompson también sabe brillar en sus grandes momentos y podría convertirse en una excelente sidekick del personaje o tener una película/serie para ella sola.  No corren con la misma suerte una Natalie Portman a la que Waititi no sabe cómo guiar y un Christian Bale que pudo haber dado muchísimo y haberse convertido en uno de los mejores villanos de Marvel pero solo se conforma con ser otro más de la lista.

Al final del día, Thor: Love and Thunder tiene algo de gracia, entretiene como blockbuster y consigue momentos visuales muy interesantes, pero es otra película del UCM que parece estar destinada a ser simplemente el conector de algunos personajes con otros proyectos y ya.

Veredicto

Pone en riesgo su historia a cambio de humor y diversion, llevando al personaje al humor sin sentido y la gracia facil.

5 / 10

Con un estreno en el 2020, y que se vio en streaming en el 2021, Beasts That Cling to the Straw es un filme coreano del director Kim Yong-hoon que bebe mucho del estilo de directores como Quentin Tarantino, Guy Ritchie y David Fincher.

El filme narra cómo seis historias de distintas personas se van entrecruzando, todas por un elemento en común: una bolsa llena de dinero en efectivo.  Estas historias no van a ir de forma cronológica pero no es que sea un inconveniente ya que la puesta en escena ayuda a que se entiendan cada una de las historias sin necesidad de perderte.  Un trabajador de un sauna encuentra una bolsa llena de dinero y lo ve como una escapatoria para todos los problemas que tiene, pero cuando este le cuenta a su esposa lo encontrado, esta huye con el dinero y su amante creando un problema para su esposo quien es buscado por el dueño del dinero y por un agente de la policía.

Superando cierto bache central, que resulta reiterativo y no aporta verdaderamente nada a la historia, la cinta remonta bastante en su parte final, cuando explica muchas de sus incógnitas, tanto estéticas como argumentales, con un excesivo número de cadáveres a sus espaldas, pero resolviendo el puzzle humano de manera satisfactoria.

Algo interesante es como el exceso plasmático cumple su función de alejarnos del drama para tocar el humor negro y por momentos mezclarlos para hacerlo más real posible.

En sus actuaciones pues todos están bien, y no hay uno que destaque más que otro o menos ya que aunque no tienen el mismo tiempo en pantalla tienen la oportunidad necesaria para poder hacer lo suyo.

Al final Beast That Cling to the Straw es una interesante película que está bien contada y puede dejarse ver.  Los estilos que el director toma para hacer su película, aunque no sean originales son muy bien recibidos y divertidos.

Veredicto

Esta historia de avaricia con toques de los Coen es más inteligente de lo que la crudeza de su ejecución puede hacerla parecer.

6 / 10

The Umbrella Academy (la reseña de la temporada dos esta AQUI) cuenta con una premisa bastante curiosa.  Un señor adopta a varios niños con poderes y crea una organización llamada La Academia Umbrella, la cual lucha contra el mal.  Lo que es más interesante es que estos “hermanos” que se criaron juntos, son tan disfuncionales a más no poder.

La serie a la hora de decidir qué contar y cómo contarlo, parece tan disfuncional como sus protagonistas.  Porque algo que sí ha hecho gala esta serie, es de tener una necesidad de querer contar tantas cosas de manera muy atropellada, pero que por suerte no deja de ser entretenida.  Y lo digo porque por momentos, y es algo muy marcado en esta tercera temporada, la serie quiere que te despreocupes y la disfrutes pero luego cambia tan radical y busca ser extremadamente seria.  Y esto es un problema que arrastra el showrunner, Jeremy Slater, porque de esto mismo peca Moon Knight, serie creada por él.

Las actuaciones están bien, esta vez dando más protagonismo a Elliot Page y un poco más de profundidad al personaje de Ritu Arya y Emmy Raver-Lampman.  Robert Sheehan, un actor muy talentoso, vuelve su personaje a ser una especie de alivio cómico exagerado y mal aprovechado aunque en sus capitulos finales muestra un gran desarrollo, mientras que el personaje David Castañeda también le pasa el filtro del humor absurdo en muchas escenas.  Solo Tom Hopper y Aidan Gallagher a pesar de, siguen manteniendo un nivel interesante entre seriedad y humor, mientras que al mismo tiempo se siguen desarrollando.  Mencionar a los demás personajes de la dimensión alterna, es perder el tiempo porque la serie trata de darle desarrollarlos a medias, y no funciona muy bien (¿De verdad con el fin del mundo tan cerca, la mayor preocupacion de Ben es discutir con un grupo que aparecio de la nada y no son una amenaza?)

Ir mostrando lo que al director le interesa para generar intriga y ocultar cosas al espectador es un recurso muy utilizado en cine, pero siempre que se use de manera justificada.  Es decir, no vale que nos enseñes al grupo de personajes desayunando y teniendo una conversación vacía y que no aporta absolutamente nada para el espectador, porque hace que se aburra y pierda el hilo de lo que es importante, algo de lo que The Umbrella Academy acostumbra.  O en su defecto, regalarnos, una vez más, las quejas de los personajes con sus poderes (que todavía siguen descubriendo a pesar de que fueron entrenados para ello), y la “maldición” que ellos cargan con eso.

En definitiva, The Umbrella Academy es una serie que se queda a media en lo narrativo, y no es que sea algo nuevo y eso es lo peor.  Entretiene en una que otra escena de acción, de comedia o incluso de drama, pero es algo que no dura la temporada completa.  Una lástima porque su premisa siempre ha tenido potencial y sus dos ultimos capitulos son bastante interesantes.

Veredicto

The Umbrella Academy es divertida pero no aporta nada nuevo.  Se conforma con ser algo pasajero cuando tiene el potencial de ser una de las mejores series actuales.

5 / 10

En 1970 el director David Cronenberg presentó el mediometraje “Crimes of the Future”.  Con esto el director mostraba que el cine convencional no era lo suyo y esto funciona como un cine experimental.  No es que estemos ante la joya del cine, sino más bien un producto que sirve como tesis para entender al director y su estilo.

Años más tarde (y con mejor presupuesto) el director ha vuelto a traer su mediometraje, esta vez como largometraje.  “Crimes of the Future” narra a Saul Tenser y Caprice (interpretados por un Virgo Mortensen adecuado y una Léa Seydoux que por momentos se siente perdida), quienes son una especie de artistas, los cuales se modifican órganos de sus cuerpos con el objetivo de hacer una especie de arte.  Todo esto es en un futuro lejano, y aquí es donde entra Timlin (Kristen Stewart) quien estará investigando estas prácticas hasta que un extraño grupo aparece profetizando la nueva etapa de la evolución humana.

El delirio argumental, con cierta estructura narrativa que puede recordar al cine negro en algunos pasajes, es la gran excusa de Cronenberg para hablar de forma metafórica de la sociedad actual (como siempre ha hecho). Del impacto de los desastres ecológicos en el planeta, del imparable avance tecnológico y sus posibles consecuencias en la mente humana, de la pérdida de valores éticos y morales de la sociedad, del vacío existencial de nuestras vidas y de la banalidad y estulticia en la que algunos convierten el arte. Una amalgama de ideas que se yuxtaponen y entrelazan en diferentes capas cual nervios, órganos, sangre y pus.  Un filme que obviamente no es para todo el mundo y mucho menos para los que tienen el estómago sensible.

El director busca a Howard Shore para la musica, logrando que este consiga algo mas parecido a la musica utilizada en el cine negro pero con tonos mas oscuros, y en la fotografia a Douglas Koch, dando un estilo bastante oscuro y tenebroso, algo que a veces no me concuerda con el futuro distopico que el director quiere mostrar.

En definitiva, “Crimes of the Future” no es una mala película, si eres fan del director.  Incluso, me atrevo a decir que es la más cercana a su estilo, el cual ha puesto un poco a un lado en los últimos años.  Sin embargo tampoco es que sea una película redonda y quien no sea fan del director, fácilmente terminará el filme (si acaso lo logra) con un mal sabor de boca.

Veredicto

Crimes of the Future es adictiva, hipnótica, oscura, transgresora y perversa que nos atrapa en sus 107 minutos pero si y solo si, somos fans del director o al menos estamos interesados en el mismo.

6 / 10

A estas alturas el actor Nicolas Cage es una leyenda, y The Unbearable Weight of Massive Talent lo sabe y lo aprovecha.

La historia se centra en Nicolas Cage (valga la redundancia), que es un actor ya en decadencia artística y profesional que anda detrás de un papel en alguna película blockbuster que lo vuelva otra vez la estrella que era.  Sin embargo un día, se ve obligado a tomar un millon de dolares para asistir a una fiesta de un misterioso español, de nombre Javi Gutierrez (Pedro Pascal).

Lo que pareciera ser un viaje efímero, sosegado, termina convirtiéndose en la aventura ideal que nos permite disfrutar en su justa medida esta comedia que no teme cruzar de la comedia simple al humor absurdo.  El director y guionista Tom Gormican construye este personaje basándose en la vida del actor, con muchas referencias a sus películas y con muchas ganas de burlarse de sí mismo sin problema.  Tampoco es que estamos ante un guión sólido, porque por momentos flaquea (principalmente en las escenas de acción o en sus tramas más dramáticas, aunque puede ser adrede).

Pedro Pascal y Nick Cage construyen una buena relación y se les nota que tienen buena química, también lo hace muy bien Paco León quien es una clara burla a los villanos que ha tenido el gran Nic Cage que son exageradamente histriónicos y burlescos.

The Unbearable Weight of Massive Talent no pasa de ser una serie B agradable, con un (como siempre) exagerado Nicolas Cage y un Pedro Pascal divertido.  No puedo negar que he estado la hora y cuarenta y cinco minutos de duración con una sonrisa de oreja a oreja y, de hecho, en algunos momentos me he reído a carcajadas porque, en el fondo, todo lo que veo me encaja.  Porque veo un filme que funciona en partes iguales como comedia, drama, homenaje y quién sabe qué más.

Tal vez el final de The Unbearable Weight of Massive Talent quiere contentar al público en general y mandar un bonito mensaje, o tal vez fue el mismo Nic Cage que quiso ese final, quien sabe, pero es, tal vez, lo más flojo del filme pero no daña para nada la experiencia de estar ante una meta película con aires de serie B y con muchas intenciones de ser lo más salvaje que pueda.  ¿Pudo haberlo sido un poco más? pero claro que sí, y tal vez hubiese funcionado mucho mejor, pero aun así no hay queja de haber pasado un gran rato con estos dos personajes y disfrutado cada momento.

6 / 10