En un momento dado, el personaje de Elliot Alderson (interpretado por un increible Rami Malek) empieza a dar un discurso sobre cómo las empresas nos controlan, todo esto intercalando con Mr. Robot en las voces.

Creada por Sam Esmail y estrenada en el año 2015, es una de las series más relevantes de la década pasada. Los tópicos tratados en ella apuntan directamente a los problemas que conlleva ser un sujeto contemporáneo: poder del ciberespacio, aislamiento, injusticia social, y las patologías psicológicas son pilares del argumento de la serie, los que parecen marcar una negativa tendencia en lo que resume los problemas de nuestra sociedad actual.  Pero además de eso, los códigos cinematográficos con los que cuenta son de alta calidad.

La serie sigue a Elliot Alderson, un joven y brillante programador que en su tiempo libre se dedica a hackear personas como justiciero cibernético.  Un día sin saberlo, se verá envuelto en un grupo de hackers terroristas que están preparando un ataque a una de las multinacionales más grandes del mundo, pero las consecuencias de estas acciones podrían traer un caos del que nadie podrá salir.

El piloto es uno de los mejores que he tenido la dicha de ver (y he visto varios, créanme), y a pesar de ser un buen capítulo piloto y algo largo no se hace aburrido. Entrar en la mente de Elliot es una tarea que Sam Esmail ha conseguido muy bien con el guión y con la música, una trama muy bien presentada, con un ritmo más que aceptable y una fotografía que refleja perfectamente el ambiente y el estilo que la serie quiere plasmar.  Tal vez por momentos el guión de la serie cometa el pecado de ser algo ingenuo o en su defecto, un tanto simplona con argumentos y resoluciones simples.  ¿De verdad el CEO de una empresa irá directamente a contratar a una empresa de seguridad cibernética tan pequeña de esa forma? ¿O la muerte de una persona en un techo será algo tan simple que la policía dure días sin tener una pista concreta?


Sin embargo, esto no afecta en nada lo que al final la serie quiere contarnos, como nos lo cuenta y los elementos que utiliza para ello.

Por ejemplo, y aunque suene evidente, cabe mencionar que el lenguaje cinematográfico se compone de varios elementos: dirección, guión, actuación, diseño de vestuario, diseño escenográfico, audio, entre otros. Ahora, se debe entender que todos los factores están constantemente dialogando tanto entre ellos como con el espectador, y hay algunos que en ocasiones pueden hablar más que otros: en el caso de Mr. Robot, la fotografía constituye lo esencial de su lenguaje.

Al echar un vistazo a Mr. Robot es fácil notar como la constitución de las escenas deja una sensación de desazón y malestar extraño: se percibe que algo no encaja del todo. Rostros relegados solo a una esquina inferior de la escena son pasajes comunes de la serie, y son una muestra evidente de la característica principal de la fotografía de Mr. Robot: quadrant framing.  De hecho, la fotografía es tan importante, que incluso nos muestra con ella el estado de ánimo de los personajes, que personaje interactúa, o algo tan simple y básico como saber lo que ocurrirá.


En el caso del quadrant framing, es un método que se utiliza para componer una imagen de forma desbalanceada, y en la serie se utiliza para que la atención este particularmente en la mitad inferior del encuadre.  Éste recurso es poco habitual en el lenguaje cinematográfico, pues nuestro ojo está acostumbrado a leer composiciones en la regla de los tercios, donde en los puntos clave de aquella cuadrícula invisible se puede crear una imagen balanceada y agradable por su familiaridad.  La serie busca lo contrario, y quiere que las imágenes obedezcan a un régimen tradicional para que sirvan de respiro pero también desesperación.

En las fichas actorales pues ya dijimos que está Rami Malek (No Time To Die), quien destaca en todo momento, junto a un Christian Slater comprometido y siendo la contraparte extraordinaria.  Carly Chaikin junto a Portia Doubleday, tienen buenas interpretaciones pero a veces el guión les juega en contra.  Martin Wallstrom y Grace Gummer, son otros que logran grandes cosas con sus personajes aunque su desarrollo tropiece en algunos momentos.

Mr Robot es una de las mejores series, que cuenta con solo cuatro temporadas y es un disfrute de inicio a fin.  No es que estamos ante la mejor serie de la historia pero si es una serie importante que vale la pena su visionado.

Veredicto

Si crees que una serie sobre hackers te aburrira…pues dejame decirte que no es asi.

7 / 10

Fue en el 2014 que James Gunn (el director de The Suicide Squad) apostó todo lo que tenía con Guardians of the Galaxy Vol 1, y ahora en el 2023 se despide de aquellos incomprendidos héroes de la galaxia en Guardians of the Galaxy Vol 3.

El argumento es sencillo: el filme inicia tiempo después de la batalla contra Thanos en donde Gamora perdió la vida.  Aquí Star Lord aún sufre la pérdida (recordando que existe otra Gamora de otra dimensión que no le recuerda), mientras que los demás tratan de instalarse en Knowhere, aquel “planeta” abandonado.  Ahí reciben el ataque de Adam Warlock, quien hiere de gravedad a Rocket y será este el detonante para que los Guardianes salgan a buscar por el espacio todo lo necesario para salvar a su amigo.  Ahora bien, esta película llega en un momento delicado para la compañía.  Su último gran éxito rompedor fue Spider-Man: No Way Home, luego tanto en series como películas ninguna han logrado alcanzar el éxito de costumbre.  De hecho, “Ant Man and the Wasp: Quantunmania” es considerada un fracaso, siendo esta la primera película abiertamente sobre el multiverso y con el main villain.  Entonces con un UCM que parece que se le gastaron las ideas (o que no tiene un rumbo claro o llamativo, como quieran ponerle) y este cierre a una de sus más grandes franquicias, acentúa un tono de despedida.

James Gunn para esta Guardians of the Galaxy Vol 3, ha eliminado la frescura, la camaraderia, ha reducido los guiños de los ochentas, el humor absurdo (y a veces negro) fueron tambien eliminados, y en cambio nos entregan una historia un poco mas madura (aunque no mejor trabajada) sobre las perdidas, el perdon y el seguir adelante.  También un humor que funciona por momentos, siendo esto bastante ligero pero no por eso bueno (dañan dos grandes momentos para lucir al personaje de Warlock por una comedia metralla).

Da la sensación de ser, por una parte, una fiesta de cosplay carísima inundada de individuos a cual más extravagante, y por otra una consolidación de todo lo que salió en una tormenta de ideas muy loca de la que no se descartó ni una sola de ellas. 

El gran protagonista no es Peter Quill esta vez, sino que el foco recae en Rocket Raccon a quien se le da una historia de origen bastante conmovedora e inteligente.  En esto la película no se pierde, en sus desarrollos (a pesar de faltarle profundidad).  Cada personaje va evolucionando a como lo vimos al inicio del filme a como termina, y si bien es cierto que algunos están más atropellados que otros (Mantis pudo mejorar), ninguno se queda fuera.  A pesar de estos detalles, y también de un deseo a veces contraproducente de intentar abarcar más de lo que puede o necesita, porque en sus más de dos horas, tiene momentos que pudieron reducirse o en su defecto, eliminarse y la película no se ve afectada en nada (los casi 20 minutos que llegan a ContraTierra son totalmente innecesarios).


En cuanto a lo técnico, pues lo de siempre: John Murphy en la música, nada nuevo ya que es un gran colaborador de Gunn.  Henry Braham en la fotografía, que tampoco es nuevo.  Y bueno, después todo lo de siempre.  Las actuaciones, pues, no es que sean una maravilla aunque Karen Gillan como Nebula, Pom Klementieff como Mantis y Chukwudi Iwuji como El Alto Evolucionador estan abordados con mucha altura.  Sin duda los mejores.

Guardians of the Galaxy Vol 3 es una divertida película que, si te gusta Marvel la disfrutaras, y más si eres de los que prefieren los filmes de EndGame para atrás.  De no ser así, pues es una película correcta con unos cuantos defectos, que no dejarán buen sabor a boca.

Veredicto

Entretiene el cierre de la trilogia pero, ¿que mas se puede pedir a algo tan irregular?

6 / 10

No todos saben hacer humor negro.  Ese humor característico por ser ácido y que saca la risa culpable.  División Palermo sabe hacerlo con creces y de la mejor manera.

Unidad Palermo

La historia es simple: Felipe Rozenfeld se queda sin trabajo, sin novia y sin dinero, y en un arranque de desesperación por un mal entendido toma el trabajo en la Division Palermo, creada exclusivamente para ser una unidad inclusiva.  Tal vez alguien pensaría que una comedia no necesita un guión estructurado, pero esta serie demuestra lo contrario (así como otras veces lo hace Doom Patrol, por ejemplo).  El desarrollo de los personajes es interesante, y aunque tal vez el personaje de Santiago Korovsky peca de repetirse, tiene su desarrollo de personaje.

Sin miedo a lo políticamente incorrecto, si bien hay muchos chistes con eje en las discapacidades y minorías, el guión tiene la habilidad de construir los personajes de tal forma que resultan más que alejados de transmitir burla o pena. Ya de entrada nos encontramos con multitud de gags, algunos muy logrados, a la vez que la trama va fluyendo hacia la resolución de un misterio, con giros y situaciones eficazmente resueltos. Lo que sí he encontrado es cierta falta de fluidez en la interacción de los personajes.  Por momentos parecen estar conectados, luego es lo contrario, después parece que si, luego no.  Es algo que hace que el espectador difícilmente conecte con todos, cuando esa es la idea ya que de entrada nos lo venden como un equipo.


Técnicamente cumple, y de hecho, me sorprende encontrar la fotografía de Roman Kasseroller en esta serie, como un buen uso de la dirección, o al menos en lo más correcto posible.

En un momento en el cual el humor está bajo la lupa, y que películas y series muy queridas del pasado, pueden ser cuestionadas desde el prisma con el que se analiza el presente, División Palermo se anima a hacer reír a partir de temas muy delicados, como el racismo o las capacidades diferentes. No es un humor negro con miras a destruir (como el humor de Ricky Gervais), porque no prioriza el gag desde la burla gratuita, sino que, Division Palermo reflexiona a través de situaciones que interpelan al espectador.

Veredicto

División Palermo es por momentos muy graciosa, y resuelven con ingenio el complicado escenario que usan para hacer humor y, a la vez, aportan muy inteligentes ideas sobre determinados comportamientos sociales, además de buenas resoluciones visuales para algunos gags.

“Love & Death” está basado en el caso real de 1980 en Texas, Estados Unidos, donde una mujer llamada Candy Montgomery asesina con un hacha a su amiga y vecina Betty Gore.  El caso fue bastante polémico porque Candy era una mujer religiosa y dentro del juicio empezaron a salir secretos que no la dejaban muy bien parada, y si bien, y no es spoiler, ella se libró de la cárcel, nunca pudo librarse del repudio de las personas de su comunidad.



A Hollywood le gusta muchas veces tirar las mismas tramas pero por distintas compañías, por la razón que sea (algunos dicen que es para competir, otros para mantener derechos, etc).  “Love & Death” se supone que debió salir el año pasado y junto con Candy, la cual salió por parte de Hulu y que cuenta con Jessica Biel interpretando magistralmente a Candy, y si bien no quiero comparar será totalmente inevitable.  Y es que esta versión a cargo de HBO, su showrunner Lesli Linka Glatter, y directora (con experiencia en la televisión) apuesta por basarse en el libro de Jim Atkinson llamado “Evidencias de Amor: La Historia Real de Pasión y Muerte en los Suburbios” y de paso tener a David E. Kelley (quien fue el guionista de The Undoing y Big Little Lies), para esto.  Pudiendo claramente haberse basado en los hechos y no en un libro que hable de los hechos, la miniserie pierde fuerzas, porque en vez de explorar las consecuencias y el porqué Candy hace lo que hace, decide contarnos por encima lo sucedido y ya visto.

Elizabeth Olsen absorbe el personaje, pero se siente por momentos bastante perdida sin un rumbo aparente y no es culpa de la dirección, sino de que el guión no ofrece mucho de donde agarrarse.  Jesse Plemons también es otro al que se le pudo sacar mejor partida, pero queda por encima.  En mejor posición queda Krysten Ritter quien logra conectar más fácil en pantalla y Lily Rabe.

Lo que menos ayuda a “Love & Death”, y lo hace un producto un tanto pesado, es, encima de todo, ir contracorriente al tratar de convertir a Candy Montgomery en una víctima dejando a un lado a Betty Gore, quien es la verdadera víctima de todo esto.  Porque la decisión de la directora es culpar a terceros de este acto, pero irónicamente cuando muestra a la verdadera Candy es cuando la serie mejor brilla, algo que la versión de Jessica Biel supo hacer y aprovechó en todo momento (aunque también falla gravemente en algunas cosas).

Veredicto

“Love and Death” es una miniserie que desaprovecha varios de sus recursos y oportunidades sobre un personaje bastante interesante y lleno de matices.  No es que tampoco sea lo peor que se haya estrenado, pero si es desaprovechada.

5 / 10

Algo muy particular en el filme “Renfield” es el cuidado que se le tiene al personaje de Drácula.  Los vampiros no son nada nuevo para Hollywood, de hecho, lo último que Netflix estrenó sobre estos personajes ha sido “Midnight Mass” que (spoiler) la amenaza es un vampiro que parece ser Drácula, aunque sin la parafernalia.

Aquí el personaje está mucho más orientado al personaje dramático de “Drácula” de 1931, interpretado por Béla Lugosi y donde Dwight Fyre hace del asistente Renfield.  De hecho, este filme del 2023 se pudiese decir que es una secuela directa de aquella cinta y puede funcionar perfectamente.  Chris McKay, el director, se apoya en un guion escrito por Robert Kirkman (si, el que creo “The Walking Dead” e “Invencible”) y Ryan Ridley, para dar rienda suelta al humor negro y malsano, como a la violencia exagerada, donde parte de su humor se apoya.


El director es tosco al momento de hacer las escenas de acción, pero se nota claramente que es adrede, ya que no es el tipo de película que amerite tener escenas de acción bien rodadas.  Le basta con poner todo en pantalla, lo más rápido posible, a través de un montaje histérico y bañadas de un gore exageradisimo para causar gracia o molestia, pero con el objetivo de causar algo.  Pero McKay no se conforma con utilizar algo de acción es una comedia llena de momentos gore, sino que da paso al drama con una trama secundaria sobre una pareja, y otra cuando decide que su personaje de Renfield busque salir de su relación tóxica.
El filme narra cómo el personaje de Renfield, está harto de ser el asistente de Drácula, quien lo manipula y maltrata constantemente.  Después de asistir varias veces a un un grupo de soporte para ayudar a superar las parejas tóxicas, decide que es hora de ponerle fin a su relación de sirviente con el Conde Drácula, pero este no pretende dejar ir a lo que ha sido su mano derecha en los últimos tiempos.  Aquí Nicolas Cage disfruta mucho interpretando a este personaje y se le nota, haciéndolo suyo y mostrando muchas referencias a la actuación del primer Drácula en 1931.  Nicholas Hoult es otro que sabe aprovechar a su personaje, el cual tiene un desarrollo algo torpe, pero que gracias al actor no se percibe lo suficiente.  Y el elenco se cierra con Awkawafina, quien esta mas medida que de costumbre pero muy bien aprovechada, Shohreh Aghdashloo como la madre que lidera una organización criminal y Ben Schwartz que esta genial.

Al final del dia, el filme es bastante entretenido y como filme de humor negro, cumple su cometido, aunque este humor lamentablemente es mas una excusa para utilizar la violencia libremente.

Veredicto

Parece entender el equilibrio entre el terror, la accion y el «camp», aprovechandose de un Nicolas Cage que disfruta por todo lo alto al personaje.  Al final consigue una alocada comedia negra que aunque le falte fuerza, no deja insatisfecho a nadie.

Beef es simplemente un caso tan curioso como real a día de hoy. 

Al igual que sucede en “The Banshees of Inisherin” donde las cosas se van saliendo de control porque los protagonistas no saben lidiar con la situación, la serie creada por Hikari (uno de los creadores de Tokyo Vice), Lee Sung Jin y Lee Isaac Chung, es un desarrollo de personajes bastante curioso, pero al mismo tiempo es una serie que le falta algo.


Me explico mejor: Beef tiene todo para ser una serie que guste mucho, como son personajes bien desarrollados y estructurados, es provocadora, su historia es interesante (recuerda mucho a “Falling Down” en su primer capítulo), está producida por A24 (asegurando calidad y creatividad), las interpretaciones son todas increíbles (incluyendo la niña), y su soundtrack es una maravilla.  Sin embargo es una serie tan calculada, tan forzada, tan enamorada de su mirada despiadada, desencantada y cínica del mundo, que resulta un auténtico vía crucis, un ejercicio agotador y abrumador para quienes no la compartimos.

Es una acumulación de personajes solitarios que sacan a relucir lo peor de sí mismos, y a los que no son como ellos, terminan forzandolo a constantes humillaciones con tal de convertirlos en uno de ellos.

Ali Wong y Steven Yeun, son los protagonistas y quienes llevan con una solvencia interpretativa la serie en sus diez capítulos.  De hecho, sus interpretaciones son lo suficientemente buenas para, en los momentos en que sus desarrollos se ven empañadas, uno pueda pasarlo por alto.  A ellos se le suman Joseph Lee, Young Mazino y David Choe quienes consiguen estar al nivel de la pareja protagonista e incluso, por momentos, superarlos.


Beef trata sobre Daniel quien saliendo de un estacionamiento de un centro comercial, es insultado por Amy, quien también salió del estacionamiento.  Esto provocará que los dos se vean enfrascados en un enfrentamiento automovilístico que se saldrá de control totalmente cuando Daniel investigue donde vive Amy.  Durante sus primeros seis episodios las cosas se mantendrán, digamos, dentro del orden de lo manejable y, digamos, realista. Las agresiones de ida y vuelta serán cada vez más densas pero estarán jugadas desde la comedia y tendrán límites en cuanto a su alcance.  En los últimos episodios las cosas ya pasarán a mayores y la serie entrará, a la vez, en una zona inquietante y otra bastante absurda, haciendo que los personajes no solo pierdan el control, sino que el espectador se pierda con ellos.

Esos problemas –y algunas subtramas innecesarias de esas que suelen estirar todo en los episodios del medio– impiden que Beef tenga la bestial fuerza que pretende tener desde su propuesta.  De todas formas no es una mala serie.

Veredicto

Beef tiene elementos para convertirse en la serie del año, pero se queda a medio camino por unas cuantas decisiones creativas un tanto extrañas, pero que aun así, no la convierte en la peor serie, de hecho, es bastante interesante.

6 / 10

Hace poco es que Hollywood ha empezado a realizar mucho mejor las adaptaciones de videojuegos al cine.  Super Mario Bros: The Movie es el ejemplo perfecto (y hasta extraño) de que hay cine para todos y para todo.  ¿Es mala adaptación? Claro que no.  De hecho, es muy interesante, a pesar de sus debilidades.

Su intención es clara: apelar al fandom del videojuego, sean niños o adultos.  Escribiendo con honestidad, el filme no merece un 7.  Y es por el guión, que no solo es simple sino básico, no se esfuerza en hacer absolutamente nada.  Su esquema -Bowser quiere conquistar el mundo y raptar a la princesa, y Mario y Luigi están para evitarlo- es tremendamente malo.  Y su desarrollo no es mucho más complejo que esto. Al final, estamos en una película que ha apostado más por la forma que por el fondo y esto se nota en el guión. Que es muy básico y que parece más la excusa para ir enseñándonos distintos mundos y videojuegos por los que transitar que algo más complejo.  De hecho, a veces se siente como si estuvieras viendo un anuncio publicitario muy bien hecho y con mucho dinero detrás, pero que te aleja emocionalmente de la cinta porque te sientes más un cliente que un espectador.

Super Mario Bros: The Movie

Entonces, ¿por qué el 7?, pues, además de que visualmente en el cual Illumination Entertainment no decepciona en ningún momento y luce músculo en cada escena. Tanto en las “set pieces” rápidas de combate o de “plataforma”, como en la creación de universos y localizaciones, destacando por encima de muchas animaciones con un presupuesto bien alto.  También la puntuación es porque logra lo que el cine ha estado perdiendo desde hace un tiempo, y que vivimos nuevamente después de mucho tiempo con películas como “Top Gun: Maverick”: vivir la experiencia del cine.  Todo el que estaba en la sala, adulto o niño, se sorprendía y maravillaba con todas las escenas.  Nos dedicamos a reconocer guiños, aplaudir, reir, tararear melodías e incluso vaticinar personajes o escenas.  ¿Eso es malo? No: de hecho, creo que es francamente bueno, porque desde hace mucho tiempo no sucede.  Y se que pueden decir que “Marvel” lo logra, pero no es así.  Marvel está para un nicho muy particular de amantes de los cómics y de Marvel, pero Super Mario Bros: The Movie está pensada para TODO público.

Dejándonos de excusas, si, es un fallo terrible y es una sensación agridulce como crítico de cine porque he reconocido un guión totalmente nefasto e incluso, que se cae a pedazos mientras avanza, pero The Super Mario Bros: The Movie, hizo que me desconectara del mundo, como lo logro Tom Cruise como Maverick.  Y durante esas horas, fue vivir nuevamente mi niñez, y eso es lo que el cine también puede hacer.

Veredicto

Creo que había que pedirle más a esta película, pero tambien creo que en el escapismo que brinda el cine.

7 / 10

El tema del exorcismo en el cine, es muy manejado.  “The Pope Exorcist” no es la excepción.

Esta película, dirigida por el australiano Julius Avery, quiere mostrar el inicio del padre Gabriele Amorth, interpretado por un maduro y espléndido Russell Crowe, como exorcista en el Vaticano. Amorth ejerció su labor hasta su muerte a los 91 años en 2016.

Fue ordenado sacerdote católico en 1954 y se convirtió en exorcista oficial en junio de 1986, cuando empieza la cinta. Amorth es autor de numerosos libros sobre la temática específica del exorcismo. No cuentan como documentos oficiales de la Iglesia Católica, sino que son anotaciones personales de su oficio como tal. Los escritos usan relatos de testigos oculares y su experiencia personal. Realizó más de cien mil exorcismos a lo largo de su vida.

Aunque, obviamente, el largometraje cambia datos históricos e incluso puede exagerar las reacciones demoníacas con buenos efectos especiales, está basado en hechos reales. Aquí se centra la curiosidad del film. No sólo es una propuesta de exorcismos y terror religioso, sino que toca muchos elementos propios del género de acción.

El film de “The Pope Exorcist” usa como leitmotiv todo lo relacionado a los exorcismos, pero por suerte el director huye, acertadamente, de planteamientos metafísicos para centrarse en lo que verdaderamente es un exorcismo. Es en este punto que se va tornando a la acción con todo lo bueno y lo malo que esto conlleva. Entre lo positivo, un ritmo trepidante que cuenta con una sucesión de imágenes magníficamente rodadas que hacen que se nos pase volando.

El guión está muy bien estructurado. Une al ya comentado ritmo, una sucesión de escenas que impresionan por lo bien rodadas que están. En su contra, algunos elementos que, suponemos que están utilizados para hacerla más entretenida, chirrían bastante con algún que otro salto que nos puede parecer incomprensible (la escena cuando Amorth sale de Italia para llegar a España y parezca que solo ha pasado 2 minutos, es una de ellas).

Con el reparto encabezado por Russell Crowe en el papel de padre Gabriele. Es chocante y a la vez agradable, escucharle hablar italiano. Solvente en su papel al cien por cien.  De hecho, es quien levanta la película en TODO su metraje, junto a un Daniel Zovatto solvente y que va creciendo y desarrollándose mientras avanza el filme.  Los demás son convincentes en lo que puede darles el guión.

“The Pope Exorcist” no es “El Conjuro” pero no lo necesita.  Es una película que hará las delicias de todo aquel al que le fascinen los films de exorcismos. En este aspecto destaca sobremanera. A los poco habituados o poco complacientes con cintas de estas características decirles que le den una oportunidad. Sin duda pasarán un buen rato.

Veredicto

El exorcista del papa supondrá un visionado satisfactorio para los fanáticos del terror, y supone una buena ocasión para descubrir e iniciarse en la jugosa vida de Gabriele Amorth.  Con sus errores y virtudes, es un buen entretenimiento.

6 / 10

Tetris es uno de los juegos más famosos que existe, y como bien dicen en la película, “es algo que jugarían tanto niños como adultos”.  La película dirigida por Jon S. Baird, que particularmente a mi me gusta muchísimo “Filth”, uno de sus filmes, se une a Noah Pink como guionista (ya experto en escribir guiones biograficos para la serie de Nat Geo “Genius”).

El filme presenta de entrada un tono entre lo nostálgico y ligero, y con una estética muy similar a los juegos de la época (los 80´s).  Henk Rogers (interpretado por Taron Egerton), es un empresario que vive en Japón y lidera una empresa de videojuegos, que está buscando cómo sobrevivir en el mercado.  Mientras el filme avanza, va tomando un tono de espionaje contra la USSR (Unión Soviética), contando cómo lograron conseguir los derechos de este singular videojuego y las peripecias que tuvieron que suceder.

Antes que nada, es claro saber que Tetris se toma varias libertades con la historia real.  Algunas ideas bastante atractivas y otras un poco fuera de tono, que sacan del filme porque se siente que es una crítica política directa, y por más divertido que la estemos pasando, no hay gracias en aquellas escenas con un establishment político muy a la clara.  Entonces nos regalan dos horas de un filme, que a simple vista va funcionando pero que poco a poco se empieza a tornar algo agotador, aunque el director inteligentemente logra pisar el acelerador para llevarnos al final, en un clímax gracioso que hace que no le prestemos atención a esos huecos de guión y deus ex machina que se van repartiendo en ese tercer acto.

La película intenta crear una tensión cómica entre las partes muchas veces usando un recurso casi teatral de ir y venir entre cuartos y negociaciones, jugando a dos o tres puntas con los implicados, a quienes los soviéticos tratan de manipular para conseguir más dinero. El problema, quizás, es que el conflicto en términos concreto es tan pero tan específico (digamos que todo se concentra en la diferencia entre derechos para computadoras, para Arcade Games y para portátil (en este caso Game Boy), que a veces se torna confuso.

Baird intenta resolver este problema creando personajes muy marcados desde la caracterización y los acentos: Maxwell, su hijo Kevin, Stein, los soviéticos –que se dividen entre los más serios que pertenecen a la empresa y los más corruptos de la KGB–, Henk y sus aliados de Nintendo.  La familia japonesa de Henk, y la familia del creador del juego como el creador del juego.  Y entre todos estos, algunos caricaturizados, otros doblemente caricaturizados (el hijo de Maxwell interpretado por Anthony Boyle).

Esta historia hubiese quedado perfecta en las manos de un director del calibre de David Fincher, quien tal vez hubiese reducido la dosis de humor (que no es que esté mal) para hacerla más un thriller político mezclado con espionaje.  Pero al final, Tetris quedó como quedó, con momentos bien logrados (con una música muy interesante a manos Lorne Balfe con Guadalupe Barbara) y una visión limitada, dejando claro que muchos no sabían cómo narrar esta historia y salió lo que salió.

Veredicto

Es una convincente historia sobre el origen de un videojuego que pudo haber sido muchisimo mejor.

5 / 10

Quien diría que aquella película de bajo presupuesto y con miras a ser una obra menor, iba a lograr evolucionar el género de acción y se convertiría en una saga exitosa.  John Wick: Chapter 4, inicio, por si alguien lo olvida, como un proyecto de una sola entrega para los amantes del género de acción.

Como es Hollywood, cada segunda, tercera, cuarta, quinta o hasta décima parte de una película, tiende a ser más grande, más cara, más larga, más espectacular, pero no necesariamente mejor que la primera.  John Wick: Chapter 4, rompe con eso y si bien su argumento y guión nunca fue algo de maestría, cumple su propósito con creces y hasta lo supera.  Y si bien, al final de la tercera (la cual considero que es un simple interludio para esta cuarta parte), las cosas quedaban un tanto repetitivas (John Wick luchaba hasta la eternidad, siendo herido pero sobreviviendo, mientras que aparecían personajes mas y mas fuertes y exagerados, como si de un videojuego se tratase), no es para nada una mala película.  De hecho, con todo y sus pegas, funciona para aportar otro granito más al mundo mafioso de este universo.

Ahora bien, más allá de las set pieces apoteósicas y ese imaginario entre el heroic bloodshed (el director John Woo debe estar orgulloso) y el goticismo ochentero (con muchos, pero muchos momentos que recuerdan a “Black Rain” de Ridley Scott), el filme protagonizado por un Keanu Reeves en estado de gracia, no es que sea lo más original.  De hecho, uno mira hacia atrás y se da cuenta que hemos estado viendo de una forma u otra la misma temática, pero no importa porque esas coreografías interminables y tiroteos exagerados, ayudan a mitigar toda coherencia y nos entregan más de hora y media de entretenimiento donde en más de una ocasión abriremos los ojos sorprendidos por haber desafiado la física.

Alabado sea el plano secuencia con una cámara cenital o la escena de vehículos en Francia.  Al duelo spaghetti western muy a lo Sergio Leone, que tiene la película o los elementos de tributo a “The Warriors”.  John Wick: Chapter 4 es un entretenimiento digno y una de las sagas de acción que han aportado tanto al género.

En las actuaciones pues cada quien en lo suyo.  Keanu Reeves, que ha demostrado actuar mejor con su cuerpo que con su rostro, hace lo que mejor sabe hacer.  Destacando en esta entrega está un Bill Skarsgard más pasivo que de costumbre, Hiroyuki Sanada que se le vio hace poco en Bullet Train, un Scott Adkins irreconocible y la cereza del pastel, un Donnie Yen que cada una de sus escenas es oro puro.

En cuanto a la música, vuelve Tyler Bates con esa electrónica mezclada con sonidos muy propios del rock pero no es industrial como logra Junkie XL, sino algo muy particular de él.  La fotografía de Dan Laustsen, como dije, es muy goticismo ochentero que recuerda mucho a “Black Rain” o a “Lethal Weapon”.

John Wick: Chapter 4 es brutal y violenta, pero no se regodea en la sangre sino que tiene la estructura acumulativa y la lógica de un videojuego para mantener al espectador entretenido.

Veredicto

Si uno se entrega y se abre a la propuesta sin ponerse a cuestionar la amplia suspensión de incredulidad que requiere se encontrará con la película de sus sueños, un film de acción para acabar con todos los films de acción.

7 / 10