El cine antibélico es un género que si no se hace con determinación, se puede perder su mensaje.  Hace unos años el director Sam Mendes logró con “1917” levantarnos del asiento ante esa maestría técnica, pero en su guión el mensaje queda algo perdido.  Y es algo que el director aleman Edward Berger no quiere perder con “All Quiet on the Western Front”.

El filme está basado en un libro con el mismo nombre, el cual también ha sido adaptado en numerosas ocasiones.  En 1979 en una miniserie.  En el 2008 en un programa de radio por capítulos en la BBC, y en 1930 en una película de culto dirigida por Lewis Milestone y que no parece haberse hecho en dicha época en donde el cine no tenía la madurez que tiene hoy en día.

En esta versión, el director no se va por las ramas y va directo a lo más crudo que las guerras pueden pasar.  Basada en la aterradora experiencia de un soldado alemán en la Primera Guerra Mundial, en donde el director sabe distinguir a los soldados en la miseria de la guerra mientras que aquellos “patrióticos” obsesivos desde un escritorio dan órdenes y deciden quienes son héroes y quienes no.  El desengaño progresivo que sufren estos jóvenes alemanes durante los años que están en el frente, está narrado exquisita y magistralmente por escenas inolvidables: cuando ven a un grupo de chicas campesinas caminar a lo lejos y se dan cuenta que tal vez no vivan la experiencia de hablar con una de ellas, cuando van al frente en ataque a los franceses y deben retirarse asustados o, la más fuerte de todas, cuando faltando una hora para un cese al fuego, el comandante en su orgullo los envía a luchar una vez más.

Actuaciones correctas y para nada sobreactuadas, llegando al nivel de que parece todo totalmente natural como si estuviésemos viendo un documental grabado.  Sus miedos, sus momentos felices, e incluso hasta los de incertidumbre y angustia.

Pero, ¿y en lo técnico, que puede decir All Quiet on the Western Front? pues todo es una verdadera maravilla.  La fotografía de James Friend llena de suciedad y oscuridad, pero ojo, en los momentos en batalla porque se las arregla para brindar una limpieza visual en los momentos de las negociaciones entre los comandantes para que sepamos dónde está el patriotismo.  La puesta en escena del director junto a la escenografía es de una calidad impresionante y parece que estamos directamente en una trinchera.

En cuanto al guión, pues una verdadera delicia aunque a honestidad, tiene sus momentos Spielberg que aunque le dan un aire muy emblemático y motivacional, hacen que la crudeza que vemos se empañe pero bastante poco la verdad.

Al final del día All Quiet on the Western Front es una película excelente y que cumple con todo lo que se propone y un poco más.  Con un mensaje tan poderoso, es una de las mejores de este año.

Veredicto

Un filme bastante poderoso con un mensaje antibélico tan actual como desgarrador.  Una de las mejores películas de este año.

8 / 10

Yo no enfocare mi reseña hacia los libros o si se parece o no a la obra de Tolkien.  La reseña de Lord of the Rings: The Rings of Power es exclusivamente hacia la serie como si la hubiesen sacado de la imaginación de un guionista después de ver las obras de Peter Jackson.

Y es que al parecer hay ciertos fans y críticos que enfocan su reseña en sí en el libro sale o no sale algo, o como ha salido eso, y la verdad es que las obras del autor las leí en mi adolescencia y entiendo que su visión era bastante particular y estaba muy influenciada por la época.  Y tal vez por eso las obras de George R.R. Martin, como sucede con “House of the Dragon” o las de Neil Gaiman con “The Sandman” se sienten una fantasía moderna a pesar de tener los mismos elementos.

La serie de Amazon Prime, de entrada, es una belleza visual y auditiva.  El apartado técnico es de primera y se nota desde su primer minuto iniciado.  El vestuario, el maquillaje, la puesta en escena, ambientación, efectos especiales (CGI) y todo lo técnico es una maravilla increíble que invita al espectador a un mundo mágico y lleno de personajes ricos en mitología.  Pero lo técnico no solo está en lo visual, porque también en el audio está la maravilla.  Amazon contó con Howard Shore, creador de las canciones originales de Lord of the Rings de Peter Jackson para su serie, acompañado de un Bear McCreary en estado de gracia que sabe tomar lo mejor de las composiciones de Shore y hacerlas más modernas.  Lo mismo sucede con los efectos de sonidos que son de primera calidad y es demostrado en la escena cuando Galadriel inicia su viaje de venganza en el prólogo.  Sumamente espectacular como lo visual y auditivo se juntan para hacer un espectáculo.

En cuanto a la actuación pues, nada mal la verdad.  Galadriel es interpretada por Morfydd Clark quien demostró lo gran actriz que es con Saint Maud.  Todos los demás cumplen bastante bien sus roles y son muy creíbles, incluyendo Lenny Henry con quien tenía algo de duda ya que es un actor muy enfocado en la comedia.  Sin embargo quien es el que más destaca es Ismael Cruz Córdova, como Arondir y quien se le saca todo el provecho.

Lord of the Rings: The Rings of Power

Además de las direcciones que van desde Wayne Yip (quien ha participado en varios capítulos de Doom Patrol) como J.A. Bayona, y lo interesante es que a pesar de que los showrunners (Patrick McKay y John D. Payne) tienen una idea clara de lo que buscan pero eso no evita que los directores marquen sus estilos en los capítulos que dirigen, algo poco común en las series de televisión.

Lastima que eso mismo no se vea reflejado en el guión el cual es un poco caótico y bastante dispar.  Es como si el plan hubiese sido contar todo lo posible en poco tiempo, abrumar al espectador entre nombres, localizaciones y eventos a montones, sin contar las razas que hacen que sea aún más confuso.  Al iniciar con un interesante prólogo a cargo de Galadriel, el filme empieza a mostrar localizaciones, personajes y otras cosas que es difícil caerle atrás, algo que en Games of Thrones fueron inteligentes y evitaron.  Por si alguien no recuerda el primer capítulo de la serie de ejemplo, en la hora que dura solo vemos 3 casas: Starks, Targaryen y Lannister.  No bombardean al espectador con los demás personajes algo que aquí debieron tener previsto.

Lo mismo sucede con su historia, que sí es bastante interesante es un poco confusa y difícil de digerir, y que a más de uno le hará repetir una escena para entender perfectamente que dijo o pasarla por alto.  Decir completamente lo que sucede en el capítulo uno después de haberla visto una sola vez, es un ejercicio complicado.

Veredicto

En definitiva, Lord of the Rings: Rings of Power es una serie muy interesante que vale la pena ver.  Tiene sus defectos y no es perfecta, pero es una maravilla visual y de entretenimiento.

6 / 10

James Cameron es un director experto en blockbusters.  Mucho antes de cualquier película de Marvel como Avengers, ya este señor estaba dando cátedra de cómo romper la taquilla y llenar salas completas durante meses.  Avatar se estrenó en el 2009 y marcó un antes y un después en la industria del cine, más que nada por sus efectos especiales.

Mucho antes de ese estreno, los filmes 3D no existían abiertamente y lo que había era un tanteado juego de escenas con unos lentes rojos y azules.  Luego llegó Cameron con su motion-capture, su CGI y su 3D bien estabilizado sin mencionar que abrió las puertas a que los píxeles sean más vistos y más claros.  Pero ya, no hay nada más.

Recuerdo la primera vez que vi No Country for Old Men, donde hay una escena en particular que se va bastante desfigurada, no porque este mal dirigida, sino que los efectos se ven algo desfasado, sin embargo la pelicula no merece menos de un 9 porque el guion es una joya, la direccion es una bestialidad y las actuaciones van por encima.  Sin embargo, el espectáculo de James Cameron carece de esencia.  Es como una casa bien bonita y pintada por fuera, pero por dentro está vacía y donde tiene algo, está desorganizada.

Aunque hay que admitir que la creación de su mundo (flora, fauna, lenguaje, cultura, etc) ha sido un trabajo titánico del cual Cameron ha estado bastante motivado (tanto asi que duró años trabajando en la secuela y ha prometido todo una saga), al final del día el guión es de lo más convencional y estereotipado posible.  No hay riesgo.

Hace años que la vi y volver a ver a estos muñecos azules ha sido una experiencia un tanto extraña, porque a pesar de recordar gran parte de la película había otras como los diálogos que me han parecido una verdadera barbaridad ya que son tan insulsos y acartonados que sorprende que hayan estado nominados en varias premiaciones.  Sin contar la falta de desarrollo de los personajes y aunque se entiende que parte del objetivo del director es hacer una crítica al medio ambiente, no les conviene a los personajes, porque por ejemplo, tenemos al villano que su propósito es más que risible y absurdo.

Avatar no es que tampoco sea una experiencia terrible, porque seamos honestos, es entretenida y verla en cines es una experiencia que al menos funciona en su más de hora y media, pero nadie puede esperar estar ante la octava maravilla del cine, porque no lo es.

Veredicto

Al final del día Avatar es una película entretenida y que dio su aporte a la industria del cine, más que nada a los blockbusters pero no es que sea la mejor de Cameron ni tampoco el mejor blockbuster.

5 / 10

Lo que logra Andrew Dominique con su película “Blonde” es caótico e (de forma extraña) hipnótico.  Desde el 2008 el director ha estado trabajando en este proyecto que tiene mucho más tiempo moviéndose por Hollywood como si de una paloma se hablase.

La historia de Joyce Carol Oates, la cual le llevó casi dos años en poder realizarla, es la base del guión de Dominique para su película.  Basado entre los años 50 y 60, la película es la historia de la sex symbol, Marilyn Monroe la cual es contada bajo una mirada moderna y no se enfoca en todo momento en ser una biografía exacta, dando rienda suelta al director de jugar con todos los elementos que se les ocurra.  Y esto podría ser lo interesante del filme, porque el director se plantea que un artista desde el momento en que se convierte en artista (o en icono, como es el caso de Monroe), ya aquella persona no pertenece a sí misma, sino a su público, pero la forma en que el director maneja esto es como un álbum de fotografías que no tiene una línea a seguir.  Y es una lástima porque pudo ser interesante como el personaje es desdibujado y se convierte en un nombre, algo como hizo Pablo Larrain en “Spencer”.

Y al igual que sucede con el filme de Larrain, en “Blonde” tenemos a una actriz que mueve la película gracias a su increíble actuación.  Esa es Ana de Armas, quien absorbe el personaje con mucha maestría y lo convierte en ella, llegando incluso a cambiar su característico acento para hacerlo un poco más “neutro”.

El filme de “Blonde” no busca que sepamos de ella con exactitud, pero sí que podamos entenderla, empatizar y conectar con sus sentimientos, los cuales en ese aspecto del guión la película funciona a la perfección.  Podemos sentir lástima, ira e incluso alegrarnos en cada momento de la vida de Norman Jean/Marilyn Monroe.  También funciona bastante bien la puesta en escena del director, con unos apartados bastante logrados de un Nueva York de mediados de los 60 ́s.  Visualmente tampoco se queda corta, porque el director ha trabajado la pelicula como si de un album de fotos se tratase donde mezcla una fotografia colorida pero con un poco de opacidad, junto a una fotografia en blanco y negro gracias a la gran labor del director de fotografia Chayse Irvin quien hace un trabajo formidable.

Pero todo esto puede verse interesante si lo mencionamos como un individual, pero cuando lo vemos como un todo es bastante inconexo e incluso puede parecer caótico.  Porque la dirección no ayuda lo suficiente a seguirle el hilo a la historia de Monroe y solo vemos lo que el director le interese.  De forma diminuta, y tal vez como uno de los problemas del filme, está el interés político y la crítica del director hacia una industria de Hollywood que es capaz de devorar a las estrellas para convertirlos en espectáculos.  El director no sabe como y donde enfocar esos puntos y parecen diversos y hasta fuera de tono junto con el resto.

En definitiva, “Blonde” es una película que no dejará indiferente a nadie. Ana de Armas convierte al personaje en una profunda reflexión sobre la codificación de una industria liderada por hombres y dispuesta a convertir a todos en una máquina de dinero, pero después de ahí el director no ayuda a que se convierta en el clásico que estaba destinada a ser.

Veredicto

Ana de Armas lleva en sus hombros una pelicula con fallos notables en su direccion, pero que en algunos de sus apartados tecnicos brilla tanto como la joven actriz.

5 / 10

Nada nuevo bajo el sol.  Las películas en una sola localidad, principalmente en un lugar de peligro donde todos los elementos que le rodean pueden desencadenar un fatídico final.  “127 Horas”, “Buried” o “The Room” son ejemplos bastante claros.  Hace poco en esa misma estela, salió “Old”, hoy tenemos “Fall”.

El filme narra cómo una chica después de la muerte de su esposo, en una depresión es convencida por su amiga para escalar la antena más alta de un desierto.  Lo que inicia como una prueba de superación, se convierte rápidamente en una prueba de vida o muerte al llegar hasta más de 600 metros y darse cuenta que no tienen escaleras para bajar.

Entre las bajas expectativas, Fall cumple su propósito de la mejor manera y el guión trata de no caer en trivialidades ni clichés del género, aunque otros es inevitable no tocarlos.  Eso es un punto a su favor, porque el guión está bien elaborado.  Desarrolla poco a poco a los personajes en su primer acto, para luego en el segundo y tercero desarrollar la situación y enfocarse en el problema que tienen encima.  Agrega elementos bastante interesantes como los buitres o la falta de personas alrededor ya que es un desierto.  A pesar de todo, es un poco cuesta arriba creer que todo lo sucedido y de la forma en que sucede es creíble y esto es culpa de la dirección.  No había necesidad de forzar la relación o pintar más problemas donde no eran necesarios sólo para poner al público agobiado.

Así mismo el director Scott Mann comete el gravísimo error de saturarnos con una música que en vez de crear suspenso, lo que hace es crear molestia, ya que se repite constantemente, algo que hubiese quedado mejor manteniendo el silencio.

Por momentos los efectos se suelen ver algo toscos, pero el director logra tapar eso con la rápida edición, pero sin duda los buitres se ven totalmente reales e interesantes.

Las actuaciones están perfectas.  Virginia Gardner cumple con creces como la joven dispuesta a todo con tal de conseguir validación en redes sociales, mientras que Grace Caroline Currey absorbe el personaje sin problema alguno.  Mason Gooding y Jeffrey Dean Morgan apenas salen en pantalla y probablemente fueron un día al set y cobraron el cheque.

Fall es una película interesante que cumple para ser un entretenimiento bien interesante, pero tampoco es que sea una película memorable.  Hay otras similares a esta que están muchísimo mejor logradas y crean mucha más tensión (como “Buried”) y es una lastima, porque esta pudo llegar a eso si hubiese tomado pequeñas decisiones de otra manera.

Veredicto

Cumple el proposito de entretener y se atreve a dar al menos unos cuantos giros interesantes.

5 / 10

El director Chris Williams no es que sea el amo de la animación como ocurre con otros.  En su haber la más conocida es Big Hero 6 y pasó con más penas que glorias.  Después de varios filmes, llega agarrado de manos de Netflix para hacer una de las mejores películas animadas de los últimos años y la mejor (hasta ahora) del 2022: The Sea Beast.

El filme narra las aventuras de un barco cazador de monstruos en una época entre el siglo X al siglo XIV (la película no especifica época) llamado El Inevitable.  El barco liderado por el Capitan Crow y su mano derecha Jacob Holland y Sarah Sharpe, quienes un día al no cazar el monstruo más temible son amenazados por el reinado de que si no lo capturan antes que su embarcación imperial se quedan sin trabajo.  Al mismo tiempo se cuela en el barco una pequeña e intrépida niña llamada Maisie quien es admiradora del barco y su tripulación y pondrá a prueba todo lo que los demás conocen con respecto a los monstruos.

Y es que The Sea Beast lo tiene TODO: Una animación impresionante y hermosa en donde hasta el más mínimo detalle está cuidado, unos personajes perfectamente descritos y con los que se empatiza rápidamente al tener el desarrollo perfecto para poder comprenderlos, un guión fenomenal que está repleto de giros bien inteligentes y reales, como también sabe alternar entre la acción y los momentos de reposo (mientras que la acción no la hace llena de cortes y se entiende perfectamente, los momentos de reposo sabe no hacerlos aburridos o forzando humor).  Mantiene sus discursos dejando que el espectador sea quien saque sus propias conclusiones y piensen por sí mismos.

Las comparaciones son odiosas pero siempre es útil ver como dos obras desarrollan de forma distinta el mismo concepto. En este caso a la saga “Cómo Entrenar a tu Dragón” (2010) que tiene grandes semejanzas con The Sea Beast (2022). Ambos argumentos son prácticamente iguales con tonos y estilos parejos enfocados para todos los públicos. Pero es en sus diferencias es donde The Sea Beast se enriquece y gana un poso de madurez en su mensaje.

Mientras que la del 2010 aborda la relación animal-humano de forma bien intencionada y sin llegar a ser ingenua, mientras que The Sea Beast desarrolla animal-humano con algo de distancia. Son verdaderamente animales salvajes en su propio ecosistema al que el ser humano es ajeno. El conflicto viene dado por la ambición colonialista humana, representada por una suerte de imperio británico del siglo XIX. Las connotaciones van más hacia la explotación ballenera de la época que al adiestramiento de caballos vikinga que pudiera ser en como entrenar a tu dragón.

La filosofía de la película es, valga la redundancia, pura filosofía. El mensaje más importante que lanza es el planteamiento crítico ante el conocimiento ponderante en una sociedad. Se mete en el berenjenal de la reescritura histórica para alienar a las distintas generaciones y lo hace bien. La perspectiva lo es todo, y desde el principio de la película el mundo gira en torno al heroísmo de los cazadores marinos.

Al final The Sea Beast es una obra bastante interesante y que vale la pena su visualización varias veces, porque lo vale.  Asi como sucedio el año pasado con The Mitchell vs The Machines.

Veredicto

Una maravilla visual, de guion y de direccion.

9 / 10

Dragon Ball es uno de los animes por excelencia de toda una generación.  Dragon Ball y Dragon Ball Z son clásicos, y cuando salió el trago amargo de Dragon Ball GT (con buena animación, todo hay que decirlo) nos quedamos pasmados.  Por eso cuando se anunció que Toriyama volvió a recuperar su universo, somos muchos los que nos alegramos y hasta ahora mirando el camino que hemos recorrido otra vez, ha sido un camino lleno de altibajos y Dragon Ball Super: Super Hero no parece marcar un futuro brillante.

Si la película anterior Dragon Ball Super: Broly estaba dirigida a los fans y su propósito era hacer una revisión del personaje y su historia (en la original la razón por la cual se convierte en enemigo es totalmente absurda y era necesario cambiar eso), en Dragon Ball Super: Super Hero está orientada a los fans también, pero de los personajes Piccolo y Gohan, porque son quienes se llevan todo el protagonismo.  Toriyama enfoca toda la trama del guión en que se revalúe la razón del porque el hijo de Goku y su entrenador de toda la vida, son personajes fuertes y a los que hay que temer y aunque todo esto por momentos entretiene mucho no deja de sentirse como una llegada tarde.

Por otro lado trae de vuelta a viejos enemigos para combatir, los cuales ya se sienten desgastados y caen en lo ridículo.  La historia narra cómo La Patrulla Roja (otra vez) ha creado dos androides definitivos (otra vez) llamados Gamma 1 y Gamma 2, los cuales se auto proclaman superhéroes y deciden atacar a Gohan y Piccolo.  Hay varios cameos fan services que causan algo de gracia y otros que dan sorpresa pero que se convierten a los dos segundos en un trago amargo de forma innecesaria.

En cuanto a la animación pues casi similar a la anterior película pero tirando al CGI (casi) completo, entiendo que es una decisión del estudio y el director Tetsuro Kodama, para adaptarse a estos tiempos.  No es que esté mal, pero se le extraña a esa animación clásica de Toriyama que se veía en los mejores capítulos de Dragon Ball Z o que al menos esté muy orientada a la Dragon Ball GT ya que sin duda era lo mejor de esa saga.

Al final Dragon Ball Super: Super Hero funciona como un preámbulo para lo que viene (que según Toriyama, será lo último para siempre) y entretiene si te dejas llevar y te gusta este mundo de Goku y sus amigos, pero no por eso termina de ser un buen filme de la franquicia.  Y como dijimos en el análisis de la creación de Dragon Ball y Dragon Ball Z (darle click aquí para verlo), Toriyama por momentos se repite a sí mismo y antes era divertido sin embargo ahora se ha hecho un poco tedioso.

Veredicto

Entretiene si se es fan de la saga y se busca pasar un buen rato, pero rapidamente ese entretenimiento empieza a bajar al sentir que estas viendo algo que ya tienes tiempo viendo pero con otra animacion.

5 / 10

Hace unos años, el guionista, director, productor y showrunner Dustin Lance Black, estuvo involucrado en una serie (que tuvo sus menciones de forma underground) llamada Big Love, más tarde ganaría varios premios incluyendo uno de la Academia (Oscar) por su guión de “Milk” y ahora está devuelta con una serie llamada “Under the Banner of Heaven”.

El detective Jeb Pyre vive en el estado de Utah, que es bien conocido por ser un estado de mormones.  Una mañana acude a una llamada en donde al llegar se topa con la muerte de una joven y su hijo de meses.  Aparentemente el caso es sencillo: el marido las mató, y más cuando este aparece lleno de sangre.  Sin embargo lo que inicia como un caso fácil, se empieza a complicar mientras empieza a descubrir que la muerte de esta joven no ha sido pasional, sino en sacrificio algo que pondrá en duda todas sus creencias.

Esta miniserie, escrita por Dustin Lance Black, ha intentado coger todo lo posible del libro de Krakauer, pero la mezcla no termina de ser perfecta. La historia de Mormonismo y su escisión en cientos de sectas fundamentalistas es demasiado extensa como para ser explicada en una miniserie de siete capítulos, y las pinceladas que se dan sobre Joseph Smith, la masacre de Mountain Meadows y algunos otros momentos cumbre de la historia de los Santos de los Últimos Días no son suficientes para hacerse una verdadera idea.

La serie trata de poner foco en la narración, algo que no está mal y que ayuda muchísimo a desarrollar de mejor forma a los personajes, incluyendo a Andrew Garfield quien es, por mucho, lo mejor de la serie y lo que sin duda alguna hace que valga la pena entrar en ella (en caso de que no sean fans de las investigaciones policiacas).  A Garfield se le siente la duda invadir su mente con cada una de las pistas que va encontrando, ante un fanatico que ha visto esta religión desde que era niño.  El actor incluso llega a desprender una dulzura exagerada ante las escenas con su madre que son dignas de cualquier premio.  Por otro lado están Sam Worthington y Wyatt Russell como los hermanos fanáticos que brillan por sí solos.  Ya en el caso de Wyatt lo hemos visto como el villano US Agent en Falcon and the Winter Soldier.

La fotografía a manos de Gonzalo Amat es correcta, dejando sentir esos espacios desérticos de Utah o cercanos al estado, sin necesidad de hacer dobles lecturas.

Su único defecto está en una dirección que por momentos parece caótica, mezclando escenas del pasado con el presente en transiciones un tanto caóticas, al igual que la necesidad de abundar en sobre el pasado de algunos personajes referente a la religión que se sienten más bien panfletarias y no terminan de cuadrar del todo con el esquema de duda del personaje de Jeb, sino que parecen un ataque gratuito aunque no deje de ser real (como la escena del pasado en el último capítulo cuando Jeb le cuenta a su compañero sobre cómo ocultaron los mormones un acto horrendo, haciendo que pierda fuerza la historia porque si Jeb sabía esto, sorprende que lo haya pasado por alto y justificado).

Under the Banner of Heaven es una buena miniserie investigativa con un Andrew Garfield que funciona a la perfección y con una historia que con cada capítulo sorprende, a pesar de tener algunas ligerezas.

Veredicto

Under the Banner of Heaven es una miniserie bastante interesante con un Andrew Garfield que cumple con creces.

6 / 10

El caso del director Jordan Peele es un caso interesante.  Es un director que se le ama o se le odia, pero no hay partes medias, y lo mismo pasa con sus películas.  En esta ocasión, “Noup” no es la excepción y cuenta con las mismas críticas dispares por parte del público.

Primero debemos dejar claro que el género del “terror” u “horror” va más allá de un ente paranormal matando personas, o algún asesino loco, o una casa embrujada.  De hecho, puede ser tan amplio como los subgéneros que tiene la música metal en donde la más mínima inclusión de algún elemento nuevo puede abrir la puerta a otro género.  Jordan Peele juega mucho con las inclusiones de otros géneros dentro de su cine.  Todas convergen en el terror psicológico, y en el caso de “Noup” también tiene ciencia ficción, algo de aventura y un poco del característico humor del director y de paso, de sus respectivas críticas.

En “Get Out” criticaba abiertamente el racismo, donde en resumen, los blancos quieren ser dueños de los cuerpos de los negros por sus condiciones físicas y dejándolos a ellos como meros espectadores, pero en “Us” (“Nosotros”) la crítica iba hacia el privilegio americano, donde criticaba de forma contundente las clases sociales y en donde dividía a las mismas personas por ello.  Aquí en “Nope” la crítica es, y valga la ironía, la necesidad de querer convertir todo en espectáculo y como vivimos en una sociedad carente de criterio y de consumo rápido y fácil.

El estilo del director es el de siempre.  Un estilo único, bien cuidado, lleno de colores y matices, de hermosos encuadres geométricos y actuaciones multifacéticas.  Donde el timing del terror y el humor está medido al milímetro.  Su estilo no busca el miedo fácil por algo que apareció en pantalla, sino que busca el horror en el miedo generalizado de que estamos viviendo en ello.

Decir de qué trata es desvelar mucho, e invitar a ver el tráiler es dañar momentos que son mejor verlos en el filme (por eso solo voy a poner aquí debajo el teaser).  Esta película en realidad ofrece un cuestionamiento irónico de la idea de espectáculo, de la peligrosa relación que hemos desarrollado con aquello que desafía nuestra razón y que queremos controlar y mercantilizar. Nos invita a hacernos varias preguntas: ¿hasta qué punto es ética nuestra insaciable afición por la imagen?, ¿hasta dónde podríamos llegar para documentar con los ojos o la cámara aquello que trasciende lo ordinario? Es por la naturaleza de estas preguntas que «Nope» debería entenderse por lo menos en un doble plano.

El director estira el esquema clásico del cine de intriga y sostiene las dudas del espectador hasta bien entrado el segundo acto. Hasta entonces, solo vemos, oímos y -sobre todo- intuimos pedacitos de una historia. Todo perfectamente aderezado con muy buenos diálogos, grandes personajes, brillantes toques de humor y un uso magistral del sonido. El desenlace del segundo acto es antológico. Las dudas se disipan en cuestión de minutos. En el tercer acto la película ya va lanzada y su formalización es, a mi modo de ver, lo más convencional del film.  Porque Peele, lo mismo que está criticando lo establece aquí para que el espectador sienta el engaño y de paso, la burla del director.

“Nope” es sin duda una interesante película que invita al espectador a pensar, analizar y ver mas allá de lo convencional para leer lo que el director establece.

Veredicto

Nope es sin duda un trabajo formidable que esta lleno de lecturas interesantes, sin embargo entre las tres de Jordan Peele, se siente como si buscara llenar el metraje de metaforas que contar una historia, aunque lo extraño es que esto pueda ser parte del juego.

7 / 10

Cuando Westworld se estrenó, su propuesta era sin duda algo interesante y novedosa.  Un parque de atracciones con temática de vaqueros, en donde los humanos pueden pagar y tener una experiencia de cómo se vivía en ese entonces.  Además de los humanos hay unos robots que están programados para no herir a los humanos, sin embargo un robot en particular empieza a mostrar recuerdos y poco a poco deja de ver la línea entre herir a los humanos y matarlos.

Algo interesante en la trama es que no sabíamos quien es humano y quién es robot, por lo que el juego se hace mucho más interesante a la hora de adivinar si algún personaje es o no es, y obviamente como los guionistas juegan con esto.  Sin embargo eso fue en la temporada uno y ya para una cuarta temporada el chiste se ha hecho largo y tedioso.  Westworld fácilmente se debatía el mismo concepto que el anime de Ghost in the Shell: ¿Qué nos hace humanos? ¿Un alma es suficiente para ello? Y otras preguntas filosóficas, que al menos en el anime se sienten fluidas y parte de su universo, y que en Westworld aunque de inicio se podía intuir algo de interés, termina diseminándose en una necesidad de los creadores de sorprender al público con quien es quien.

Aun seguimos los pasos de una Dolores Abernathy (Evan Rachel Wood) que entiende que la humanidad es un virus que hay que erradicar, al igual que seguimos dando vueltas con los demás personajes interpretados por Jeffrey Wright, Thandiwe Newton o Angela Sarafyan.  Tal vez el único personaje interesante, por momentos, ha sido el de Tessa Thompson pero que ha caído en repetirse constantemente y en justificar ser una villana, mientras que Ed Harris se ha perdido en convertirse en solo un espectador de lo sucedido y hacer preguntas ambiguas a temas incongruentes.  Tal vez el más afectado en todo esto es Aaron Paul, quien no se desarrolla ni justifica, sino que está ahí haciendo cosas.

En cuanto al guión, pues lo mismo que ya hemos visto una vez más.  No hay novedad, ni tampoco un interés de avanzar, sino otra vez dando vueltas en lo mismo.  Y es algo curioso, porque parte de su deseo de ser filosófica recuerda mucho a Dark, pero obviamente más forzada que filosófica.  La música a cargo de Ramin Djawadi como siempre es una maravilla y no tiene desperdicios.  Y los efectos, pues todos correctos.

Al final del día, Westworld se ha convertido en un viaje interminable que ha perdido parte de su esencia.  Lo mismo que planteaba en sus inicios, y que Ghost in the Shell plantea, es lo que ahora es: un cascarón vacío que anda vagando por ahí solo haciendo lo que le piden pero sin alma.

Veredicto

No estoy seguro si es frustrante, el hecho de que la cuarta temporada de Westworld es exactamente igual que la anterior, y que por más que se juegue con el montaje, lo que fue no volverá.

4 / 10