Una de las películas más esperadas por mí ha sido TAR.  En quizás una de las mejores escenas de este año y del filme, Cate Blanchett, interpretando a Lydia Tar, da un discurso sobre separar la vida del artista con su obra, mientras un muchacho se levanta y se va del aula con indignación.  Y es que el guión del filme Todd Field no se va por las ramas.

Desgraciadamente, la película deriva, a partir de la primera media hora, hacia los coqueteos, los celos, las tragedias, los favoritismos y el escándalo esbozado en una de las conversaciones anteriores. Y aunque Cate Blanchet lo hace fenomenal, su sola actuación no es capaz de levantar la pesadez de la narrativa a lo largo de unos extensos, exagerados e innecesarios 150 minutos de metraje cargados de clichés, simbolismos y situaciones secundarias que, ciertamente, no aportan mucho a la historia. Más bien, restan.

TAR conquistó a la prensa, pero tal vez divida al público que cuestione si esta es solo una película de actuaciones (lo de Blanchett es digno de premios), dado que su ritmo y lo que nos cuentan, pueden no resultar interesantes para varios espectadores, porque la verdad sea dicha, el guión no da lo suficiente.  Al elegir a una mujer lesbiana como protagonista, Field «disminuye» el problema y lo ataca de raíz, dejando al descubierto un planteamiento que puede sonar obvio, pero también es arriesgado. ¿Y si el abuso no es cuestión de género, sino de poder?, y me gusta que la respuesta se la deje al espectador, pero no me gusta que utilice eso solo para estirar el guión.

La puesta en escena en cambio es magistral, la dirección por igual.  El plano secuencia de casi 10 minutos es fenomenal.  Además de esto tiene unos largos planos mezclados con paneos suaves que hace el filme una especie de partitura larga de música clásica la cual acelera en sus últimos 20 minutos con unos excesos inexplicables.

¿Es Tár una película perfecta?  Claro que no, pero Todd Field nos ha bombardeado con su proyecto más ambicioso, y no satisface plenamente todas sus pretensiones, pero es culpa de un guión que lamentablemente se extiende demasiado.

Veredicto

Aunque ocasionalmente es frustrante ver cómo da vueltas en territorios repetitivos y monótonos, la atracción magnética de ver a Blanchett en el centro de la pantalla es innegable.

Cuando Netflix anunció una serie basada en “La Familia Addams”, las alarmas se dispararon.  Luego anunciaron que estaría protagonizada por Wednesday (que así se llama la serie) y que Tim Burton sería el director.  Esto último a pesar de ser verdad, invita a la confusión y me gustaría aclarar antes de entrar en detalle.  Si bien es cierto que el estilo extremadamente gótico de Burton ya tenemos tiempo sin verlo, no significa que este sea mal director.

De hecho, el director dirige los cuatro primeros capítulos con bastante solvencia, aunque honestamente si hubiesen dicho que es cualquier otro director pues lo creo.  Aquí vienen mis diferencias con los directores invitados a las series, donde los showrunners enfocan toda la fuerza posible en mantener un estilo más allá de una visión.  Pero ese es otro tema, porque el actual está en que la serie Wednesday funciona como un producto bastante correcto.

Creada por Alfred Gough y Miles Millar, la historia nos lleva a una Wednesday que ha tenido varios problemas en las escuelas que ha estado y donde ha sido expulsada, ya que se ha metido en varios problemas por su actitud sádica.  Esto nos lleva a la ultima opcion de sus padres llevandola hacia la escuela Nevermore la cual se encarga de ser el instituto para aquellos chicos con poderes y en donde nuestra protagonista sera testigo de un asesinato la cual investigara.  La premisa no es que sea lo más original, ya que recuerda mucho a Harry Potter y todas estas tramas de institutos alejados de la civilización donde ocurren cosas extrañas y donde la química entre estudiantes es fundamental (muy a lo Sex Education).  No vamos a mentir, el guión es flojo.  Entretenido pero flojo, porque todo el proceso de la investigación, de los estudiantes, de las rivalidades, es algo que ya estamos cansados de ver y que en cuestión de dos capítulos ya sabes por dónde irán los tiros y cómo acabará este embrollo, o al menos lo supones.

Lo más fuerte que tiene la serie son las interpretaciones.  Jenna Ortega es fenomenal, y por suerte la serie le saca todo el provecho posible dejándola en muchas ocasiones suelta donde la improvisación de la actriz es notable e increíble.  Luego sigue una Gwendoline Christie (Sandman) que como siempre, cumple con creces con un personaje que aparenta ser simple pero no es así.  Despues los demas son correctos, incluyendo personajes que apenas aparecen como es Catherine Zeta-Jones como Morticia y Luis Guzmán como Gomez, y una Christina Ricci que tiene un pequeño papel más allá del cameo (recordando que ella fue quien interpretó al personaje de Wednesday en las dos películas de los 90´s).

Lamentablemente sus problemas pesan más que sus virtudes, convirtiéndola en una serie simplemente agradable cuando tiene todo el potencial de ser muchísimo mejor.  No es suficientemente terrorifica, tampoco misteriosa, y mucho menos tiene el suficiente humor negro que uno esperaria a pesar de que el personaje suele empujarse hacia alla para luego devolverlo a un humor mucho mas light y pasable.

Veredicto

Es entretenida pero cuando vemos lo que nos presentan, nos da la sensación de que pudo ser mucho mejor.

5 / 10

Christopher Storer es un productor muy poco conocido.  Más que nada tiene especiales de comedia en su filmografía y la serie “Ramy”.  Ahora se le suma “The Bear” lo cual no es poca cosa.

La serie narra como Carmy, vuelve a su ciudad natal, Chicago, para hacerse cargo del restaurante de su hermano después de que este se suicidara.  Carmy es un excelente chef que ha ganado premios y fama a nivel nacional, y dentro de este restaurante (que es apenas de sandwich y una que otra comida simple) encontrará a varios personajes tan extremos que pondrán a prueba su estabilidad emocional, la cual obviamente depende de un hilo después del suceso.  Aquí sí de actuaciones hablamos TODOS y cada uno de estos actores sobrepasan y de hecho, me atrevo a decir que son todos excelentes candidatos para ser nominados para los Emmys o cualquier premio porque estamos ante las mejores actuaciones del año.  Jeremy Allen White es INCREÍBLE y se nota como cada capítulo va cayendo más y más profundo.  Ebon Moss-Bachrach es otro que está perfecto, Ayo Edebiri y Liza Colon-Zayas increíbles a más no poder.

The Bear no es una serie cualquiera, sino una que se cocina a fuego lento.  Es sencilla, es original, está bien escrita, es creativa.  El capítulo 7 es un plano secuencia casi los 30 minutos que dura el capítulo, donde vemos como poco a poco las cosas se van saliendo de control y como cada uno de los chef son responsable de ello y sus reacciones.  El capítulo merece una nominación obligatoria.  Esa honestidad brutal que desprende cada uno de sus episodios. Una serie limpia, sin maniqueísmos, sin melodramas.

The Bear es una metáfora culinaria. Como la buena comida, se saborea sin empalagar. Cada pizca, cada aderezo, está allí para enaltecer el sabor del plato, no solo para adornarlo.  Porque ojo, la serie no es solo de la vida de unos individuos tratando de llevar un restaurante adelante, claro que no, la serie es una metáfora sobre el duelo y como cada uno de ellos maneja el duelo y cómo esto les afecta.

Apenas tiene efectos especiales.  Apenas tiene música que vaya más allá de un buen jazz.  Lo que sí tiene de sobra, es un guión solvente que sabe cuándo y cómo desarrollar sus personajes, cuando es necesario dejarlos en pausa, reposando y cuando es necesario hacerlos avanzar.  Es sin duda una de las mejores series de este 2022 (con el permiso de Better Call Saul) y que, como si se tratase de un buen plato, recomiendo sin titubear.

Veredicto

¿No te convence todo lo que se ha escrito de esta maravilla? Pues espero que la puntuación pueda hacerlo.

8 / 10

Este año el universo de Marvel ha tenido muchas producciones pero no todas interesantes.  Black Panther Wakanda Forever se une al largo grupo de producciones que dejan claro que la fórmula está comenzando a gastarse y que al mismo tiempo no parece que tengan intenciones de cambiar.  Esta Fase 4, a pesar de los riesgos (todos desde lo controlable), ha salido una que otra bastante interesante (te veo a ti Ms Marvel).

Tras el fallecimiento de T ́Challa (Chadwick Boseman), Wakanda queda sin protección y todos buscan la forma de llegar al vibranium, sin embargo un pueblo submarino se ve afectado por todo esto y su rey, Namor, no dudará en salir y defenderlos.

De entrada Ryan Coogler vuelve como director y co guionista, de un filme que presenta con madurez el duelo (tanto del actor como del personaje) y el homenaje, siendo sin duda lo mejor del filme pero fallando en todo lo demás.  Black Panther Wakanda Forever es una contradicción exagerada y encima irónica de sí misma, porque mientras en la trama nos muestran como todos quieren capitalizar el mundo de Wakanda, Marvel no duda en ningún momento en sacar el mayor provecho a la muerte de Boseman para vendernos un producto débil y anodino.  Carente de alma.  Mientras su primera película (que no la considero la mejor del MCU), manejaba tensiones internas donde cuestionaba a sus personajes y plantea una idea con aires de geopolítica sobre cómo funciona el estado, la monarquía y la sociedad, este filme solo son muchas escenas dramáticas, de acción y de comedia (muchas de comedia) en un universo que parece saturado de sí mismo y en donde su supuesta crítica a la colonización y el imperialismo, se ven afectadas por la misma marca.

El diseño de producción es interesante.  Vestuarios, mundos, cultura.  Todo rebosa un interés de saber cómo funciona, cómo es, o más explicaciones que no sean solo mostrarlo en las casi tres horas que dura el filme.

En las actuaciones pues pilotos automáticos.  Danai Gurira se siente estancada, mientras que Lupita Nyong ́o está dando vueltas.  Michaela Cole, quien se introduce ahora, tiene una interesante exposición pero pasa rápidamente a ser otro personaje secundario de la casa Marvel.  Nos quedamos con un Tenoch Huerta que hace todo lo que puede con su personaje y tal vez sea lo mejor del filme y una Letitia Wright que parece que no termina de arrancar para tomar el mando.

En lo musical Ludwig Goransson vuelve a crear sonidos bastante interesantes que mezclan desde lo exotico y tribal, hasta lo moderno, logrando momentos épicos como la aparición de Namor.

Black Panther Wakanda Forever es un filme que pudo ser bueno, pero que no le ha quedado otro remedio que ser una mezcla de cosas mal puestas, tal vez por la inesperada situación con su actor principal o tal vez es que Marvel se está quedando exhausta (o cómoda) en su posición, lo que sí es cierto que ni Ryan Coogler, ni sus nuevos protagonistas, son capaces de hacer que estas tres horas valgan la pena.  Apenas los nuevos personajes se presentan, no causan la impresión que deberían, entonces, ¿a dónde vamos?

Veredicto

Black Panther Wakanda Forever se siente exhausta y muy perdida, queriendo ser todo en pocas cosas.

4 / 10

The Woman King está ambientada en África, entre el siglo XVIII y el XIX.  Estamos viendo la historia de una unidad militar femenina llamada Agojie y que está bajo las órdenes de Nanisca, una general implacable que está al servicio del rey.  Y lejos de alinearse con otras epopeyas recientes (The Northman, The Green Knight) esta película huye de la violencia explícita y de cualquier asomo de suciedad que pudiera herir la sensibilidad del espectador, a pesar de darse varias batallas que podrían propiciar escenas de ese calibre. Las muertes en las refriegas son difusas o directamente fuera de cámara, apenas se ve sangre y hay una pulcritud estética que lejos de parecer un problema, es una virtud.

Puede ser que esté inspirada en hechos reales, pero queda la sensación que se han mandado uno de esos blockbusters de antaño, llenos de la épica que nos tenía acostumbrado el cine y con mensajes bastante claros y contundente y por sobre todo contar con un reparto que es una absoluta delicadeza.

Esa sensación de antaño es a donde nos transporta Gina Prince-Bythewood en la dirección, que vuelve a demostrar que es una más que interesante directora que a su vez sabe sacarle partido a un guión que firma Dana Stevens, que tiene sus defectos pero que aun asi es lo suficientemente bueno para mantener al espectador en raya.

La propuesta visual por parte de su directora y el gran trabajo de personajes de su guionista, invitan a que tengamos una película bastante contundente y entretenida. Que nos transporta a la cultura africana más profunda, con sus bailes y con su tradición más salvaje que caracteriza a un continente lleno de riquezas que vale la pena siempre conocer.

Al final, The Woman King es una película de acción con uno que otro elemento de épica.  Sus momentos más flojos son cuando busca el lado romántico con una relación que se siente forzada y fuera de tono constantemente, además de no aportar absolutamente nada ni para la historia ni para la evolución de los personajes.

Ya como punto final para The Woman King, las actuaciones son correctas y nadie duda de la calidad actoral de Viola Davis quien lleva la película en sus hombros sin problema alguno, pero John Boyega y Lashana Lynch se convierten en los preferidos.  No es que tengan la mejor evolución (que de hecho, Boyega no la tiene) pero si están bien tratados sus personajes.

Veredicto

Una pelicula de accion y epica bastante interesante y con buenas interpretaciones.  Facilmente puede llegar a competir entre las mejores del año aunque tenga sus defectos.

7 / 10

Películas y series sobre la monarquía inglesa son muchas.  El año pasado “Spencer” fue la candidata a representar el tema.  Este año, vuelve la serie por excelencia con respecto al tema: The Crown.

La serie (que era) más cara de la historia (ese mérito ya se lo acaba de llevar Rings of the Power), vuelve con su perfectas interpretaciones, perfectamente ambientada, bien dirigida y bien escrita.  Nos ofrece intrigas dinásticas, intrigas políticas, escándalos, luchas por el poder, todas ellas reales e históricas (tal vez exageran una que otra).  La temporada pasada estaba enfocada en el momento en que Charles conoce a Diana, como se forma su relación y como avanza, todo desde el punto de vista de la Reina Isabel, ojo a esto.  En esta temporada busca enfocarse en los finales de su relación, qué fue lo sucedido para llegar a su final y, no spoiler, el trágico final de Lady Di y sus respectivas consecuencias tanto políticas como emocionales, en los protagonistas.

En cuanto a la descripción de la relación de Carlos (un excelente Dominic West) con Lady Di es sorprendentemente franca. Elizabeth Debicki resulta una verdadera revelación, dotando a su personaje de muchas facetas, que van desde la ingenuidad y la fragilidad hasta lo encantador o exasperante.  Pero Imelda Staunton como la Reina Isabel y Jonathan Pryce como el Principe Philip, rozan la excelencia con una soltura impresionante.

Este drama palaciego está lleno de intrigas que nos mantienen en vilo. Cierto es que, que The Crown se trata de una serie histórica, y que en teoría hay bastantes acontecimientos de los que podemos estar al día; pero también es cierto que los detalles y los entresijos de cada hecho se escapan a los libros de Historia. Cada rincón oscuro de la historia se va desvelando con esmero gracias a una puesta en escena majestuosa.  Un guión fantástico, refleja una profundidad acertada, llega hasta los mismos cimientos del poder no solo de la monarquía sino del primer ministro de Gran Bretaña.

Y hablando de lo técnico, pues la gran banda sonora [Rupert Rupert Gregson-Williams + Hans Zimmer] perfectamente encastrada y ayudando en los momentos enfáticos, mientras que la impresionante fotografía a manos de Adriano Goldman con Ole Bratt es simplemente INCREÍBLE.

En definitiva, la temporada 5 de The Crown es simplemente impresionante y exquisita.  Netflix sigue teniendo en sus manos una de las mejores series históricas actuales.

Veredicto

Continúa siendo uno de los máximos lujos de Netflix, brillantez narrativa, ambientación primorosa, guiones impecables, intérpretes muy buenos, situaciones complejas, mezcla inteligente de ficción y realidad.

7 / 10

Los primeros 15 minutos de Athena es un plano secuencia de cómo un grupo de personas invade y ataca una estación de policía para robarse unas cajas fuertes. Esto no ha sido aleatorio sino adrede. El director Romain Gavras quiere que el espectador no cree una línea divisoria entre el bien y el mal, la autoridad y la anarquía.

Mediante una elección específica de diversos personajes activistas, la trama se concentra en sus intentos, cada vez más precarios, por mantener el control del motín. Athena se transforma en una trinchera y las alarmas de guerra civil sacuden Francia. Hay un especial énfasis en mostrar el desequilibrio emocional de los que luchan por la causa. Aquí el guión entra en bucle: nadie parece tener el control de nada. Todo se ha salido de control, el contexto social y específico del incidente termina importando menos que la impotencia que muestran los personajes. Sin duda hay mucho de “Los miserables” de Ly en esta “Athena”, pero siendo esta mucho más barroca desde el punto de vista visual, llegando a ser casi un redoble de tambores en un intento válido de superar el “plano secuencia” ya célebre de la oscarizada “1917” de Mendes.

Puede que la simiente, en este caso, provenga de “The Warriors (Los amos de la noche)”, de Hill, polémico film en su día, con problemas de censura en varios países y acusado de exceso de violencia gratuita. No es el caso del filme francés, cuya violencia es parte fundamental de la historia y totalmente creíble.

Desde el arranque, que deja en estado de estupefacción, a su final, el dinamismo (gracias también a un notable montaje) es incontestable y por supuesto, la mejor baza del film es el trabajo de fotografía, una coreografía absolutamente apabullante que pocos directores hubieran sido capaces de plantear y, mucho nos tememos, en un futuro no muy lejano tendrá sus imitadores, aunque no con la misma justificación dramática.

Para contrarrestar la balanza, la banda sonora corre a cargo de Surkin, un joven compositor francés de música electrónica, DJ y productor musical, que ya había trabajado con Romain Gavras y cuya influencia de la música planeadora es notoria.

A pesar de que en el reparto no haya nombres conocidos su nivel es muy bueno, lo cual demuestra una vez más que para un buen resultado nada más que hace falta buscar a los actores que puedan dar el personaje, y no necesariamente renombres para vender taquilla, que en este caso, tal vez no hubiese tenido el mismo impacto con la verosimilitud que se buscaba.

Hay quien le achaca a “Athena” que no cuenta con detalles los antecedentes que suceden y que es un “no parar”. Falso, En base a la propuesta no hay lugar para entretenerse en vaguedades, el tiempo va comprimido y todo está perfectamente explicado. Que es un “no parar” es cierto. No hacía falta más, al menos en esta ocasión, donde Gavras hace un buen trabajo en todas sus facetas, especialmente en la de director.  No es un videoclip, aunque haya quien lo quiera ver así. Es un buen ejercicio de intentar dar una óptica diferente el cine de acción en el que Francia parece tomar la delantera, aunque no se le quiera reconocer los méritos que tiene, tanto por parte de la crítica como de ciertos espectadores, que luego alucinan con cualquier basura que les planten.

Veredicto

Una coreografía de la violencia que acompaña a sus personajes protagonistas con agilidad, elegancia, espectacularidad y criterio. Quizá con tanta brillantez que, en algunos momentos, acaba sepultando un tanto el relato.

7 / 10

A estas alturas uno espera que The Handmaid’s Tale empiece a ir puliendo el argumento para dar final a su historia.  Sin embargo aquí estamos, esperando a ver que sucede.

No me malinterpreten.  Me gusta la serie y está en el top de lo mejor del año pasado, pero esto va para largo.  Ya desde la temporada pasada había dicho que a pesar de encontrarla buena, tenía pocas ganas de avanzar y se sentía estancada.  Y es que el guión ya no tiene la suficiente fuerza para mantener la historia.  ¿No será la salvación de June el escapar de Gilead? ¿Que ahora que escapó y está en Canadá su plan es volver y ella misma es quien piensa derrocar y destruir Gilead?

Y es que, durante las demás temporadas se notaba un avance significativo tanto en la trama de Jules, su evolución como personaje, la evolución de las demás mujeres dentro y fuera de Gilead, y lo más importante: como era el mundo antes de esto.  Y ojo a eso, porque estamos en el punto en que nuestro personaje está en otro país donde hay otras reglas, por ende el espectador necesita la comparación y saber, ahora más que nada, cómo se llegó a donde se llegó.  La serie podía haber aportado más hechos del presente, pasado de este mundo, teniendo en cuenta que contamos con 10 horas de metraje.  Porque esta sociedad queda escasamente descrita, más que unos pocos uniformados con jerarquías y misiones no tan claras.  ¿En serio no pueden revelarse los cientos de miles de mujeres y hombres en contra de esta dictadura y derrocarlos? ¿Por qué no? Se nos dijo que llegaron a tomar Estados Unidos en su totalidad, pero, ¿cómo? ¿bajo qué amenaza tienen al pueblo tan sumiso? Pero aún tenemos más, porque Canadá no quiere verse en esa situación, entonces, ¿cómo es que se llega ahí?

La serie en esta temporada se ha enfocado exclusivamente en crear una lucha psicológica entre la protagonista y la villana principal, la cual si funciona perfectamente pero se extiende demasiado dejando pasar otras oportunidades de desarrollo con objetivos más claros.

Hablar de The Handmaid’s Tale y sus protagonistas es hablar de calidad.  Elisabeth Moss es una roba pantalla por excelencia.  Una actriz completa.  Mientras que Yvonne Strahovski no deja de sorprender y también se roba la pantalla.  Los papeles de los demás han sido relevados a un segundo plano de forma tan descarada, donde se ha dado un empuje exagerado al personaje de Nick, interpretado por Max Minghella con solvencia y a Bradley Whitford, que a veces uno suele olvidar a todos los demás que no sean June o Serena.

En cuanto a lo cinematográfico, pues lo de siempre.  Todo momento de primeros planos y primerísimos planos, a menudo con contrapicado, panorámicas fluviales y planos cenitales, para buscar esa atmósfera claustrofóbica que lo consigue.  La fotografía siempre interesante invita al espectador a deleitarse con muchas imágenes.  En la dirección están tan contentos con Moss, que ha servido para dirigir uno que otro capítulo y bastante interesante los planos y decisiones que toma.

En definitiva, The Handmaid’s Tale no cae en una serie mala, pero si cae en que esta temporada podría haber brindado mucho mejores cosas que las anteriores y empezando a pulir el camino para la temporada que viene que será la final.

Veredicto

No es que sea mala serie, pero el repetirse una vez mas hace que se note algunos desperfectos que tal vez traia desde hace tiempo.

6 / 10

Tess es una joven que tiene una entrevista de trabajo en el estado de Detroit, por lo que, al estar lejos de su casa decide alquilar una casa por una noche, pero al llegar se encuentra que ya ha sido alquilada por un extraño joven.  Sin muchas opciones decide quedarse para darse cuenta que ha sido un grave error.  Esta es la sinopsis de Barbarian la cual con una propuesta, evidentemente simple se va convirtiendo en algo mucho más complejo.

La primera hora de Barbarian es un buen cine de terror. Tensión in crescendo, mucho silencio y pocos jumpscares (no pienso que estos sean malos por sí solos, simplemente creo que son más efectivos cuanto menos se usen). Tampoco es que tenga una gran identidad, no es nada que no hayamos visto en este género, pero definitivamente está bien ejecutada. La información se sugiere más de lo que se revela; se lanzan un montón de preguntas al aire y la sensación de incertidumbre es maravillosa.

Quizá la estructura es lo que resulta más novedoso de la película y lo que te mantiene en vilo hasta el último tramo.  Porque el director Zach Cregger sabe cómo llevar todo esto con buen pulso, pero por alguna extraña razón es en su tercer acto que todo lo construido empieza a tambalearse y la coherencia que se había establecido se empieza a perder, aunque no tan acelerado ni tan grave para perder gran parte del sentimiento que nos ha generado el filme.

Algo que sí mantiene claro es una ley fundamental del cine de terror: insinúa pero no muestres, hasta que se muestre.  Es decir que Barbarian no busca mostrar lo obvio, porque espera que sea el mismo espectador que vaya formando las ideas y el rompecabezas.

El guión tiene sus cositas pero está bien construido, así que no existe queja en ello.  Sabe cuáles son sus defectos y procura no tomar más tiempo del debido.  Y en las actuaciones pues todos son perfectos.  Bill Skarsgard (IT) siempre está bien, Georgina Campbell impresionante, Justin Long siempre es bueno verlo y Zach Cregger está muy bien.

En definitiva, Barbarian es una buena película de suspenso que deja al espectador al filo del asiento.  Hay momentos bien logrados y tiene muchos detalles interesantes e inclusive lecturas, pero se desinfla en su tramo final.

Veredicto

Barbarian logra enfocar todo en los miedos más clásicos del cine de terror y suspenso donde logra bastante sobresaliente hacer algo distinto, pero lastima que casi en la meta muestre sus defectos.

7 / 10

El universo de DC a día de hoy es bastante inestable.  Desde una interesante The Suicide Squad pasan abiertamente a una extraña Wonder Woman 1984, y lo que hace peor el asunto para los fans es que no parece que haya una conexión de una y otra, logrando buenas películas como The Batman pero que nada tiene que ver ninguna de todas las demás.  Más o menos quieren arreglar este tipo de cosas en Black Adam pero al final del día es mejor la idea que llevarlo a realidad.

Que este inicio no les resulte engañoso: Black Adam no es mala película.  De hecho es un filme entretenido que sin uno darse cuenta se pasa las más de hora y media que dura, pero claro, siempre y cuando se tenga cierta tolerancia a este género de superhéroes.

No es una revolución y le falta mucho para ser tan buena como otras del mismo género.  La banda sonora a cargo de Lorne Balfe, quien se encargó de lo que fue “Misión Imposible: Fallout”, logrando una nota sobresaliente en ella, aquí pone parte de esa esencia que queda bastante bien en las peliculas de accion aunque hubiese sido bueno que el director haya decidido regalarnos más momentos en silencio.  Y ya que hablamos del director, Jaume Collet-Serra nos lleva ante una trama que tiene muchos sobresaltos y en su tercer acto casi está por desmoronarse pero le salva que el director aprovecha las virtudes de la misma y las saca a relucir lo más que pueda para sostenerla.

Dwayne Johnson y Pierce Brosnan son quienes más destacan durante todo el filme, el primero que se debate entre ser un héroe, un anti héroe o un villano, ya que visto lo visto, Johnson no quiere dañar su imagen de bonachón pero tampoco quería desvirtuar al personaje, mientras que Brosnan por otro lado sabe aprovechar sus momentos y brilla por sí solo gracias a un carisma impresionante.

Su guión por otro lado es lo más flojo de toda la película (junto a un exceso de CGI abusivamente malo), ya que tiene una idea bastante interesante sobre el tratamiento que se les da a los dioses, pero es convierte rápidamente en unas casi dos horas de golpes, explosiones, destrucción y uno que otro chiste que causa poca gracia.  Lo típico de DC.

En fin, la película es entretenida y desenfadada, con muchos momentos de acción interesantes, una banda sonora bien agradable y con dos actores que saben sacar partido a sus personajes, aunque con una puesta en escena, un exceso de CGI y un guion pésimo, que hace que la experiencia se empañe.

Veredicto

Black Adam es mala peeerooooo entretiene.  No es que estamos ante la mejor pelicula de DC, pero tampoco es que estaras aburrido durante esas casi dos horas.

3 / 10