Cuando se habla de Noah Baumbach, se habla de un director sosegado.  Su filme “Historia de un Matrimonio”, me pareció de lo mejor del 2019 en todo el sentido de la palabra.  Ahora con “White Noise”, pues vuelve a repetir como una de las mejores obras del año 2022, aunque por el momento no sabe qué rumbo tomar.

Un accidente industrial causa un incidente medioambiental que hace que una familia que vivía en un buen barrio, deba dejar todo atrás e irse para salvarse, pero en el camino las seguridades que le rodeaban ya se tornan secundarias.  Este es el argumento donde Adam Driver y Greta Gerwig, toman rienda suelta, donde el primero derrocha un carisma impresionante mientras que Gerwig por momentos quiere dar más de lo que el guión y el director le permiten.

El guión se utiliza como radiografía de una sociedad elitista donde lo más importante es nada y como no saber nada es la respuesta a todas las preguntas (increible la escena donde los hijos le preguntan cómo sabe que todo está bien y el solo responde en base a lo que él siente y no lo que en realidad es, tomando esa visión como si fuera la de todos).  No se esmera en desarrollar personajes porque no los necesita, y aun así trata de hacerlo para no dejar al espectador en el aire.  Su historia se desarrolla constantemente y de paso la cuestiona, como la escena donde se compara a Hitler con Elvis, en base a mitos y leyendas, nada concreto.

La puesta en escena es correcta pero se tropieza.  En momentos tan extraños donde toca el terror elaborado, o el suspenso con temática de caos, para pasar de golpe y bruscamente al humor slapstick, o al drama crítico.  Sin embargo a pesar de todo esto, el director ha entendido que “White Noise”, que más allá de lo coyuntural, lo que funciona en la novela de Don DeLillo (el filme está basado en una novela), es efectivamente, el miedo a la muerte, y lo plasma de la mejor forma y con la madurez posible para que el espectador no lo olvide en ningún momento.

No cabe duda que estamos ante la obra más madura de Baumbach, donde mide hasta el timing del filme, convirtiendo escenas domésticas en una versión madura de una sitcom.  Lo mismo en las escenas dentro del vehiculo donde desborda todo el humor negro y absurdo para envolverlo con varias criticas sociales sin tapujos.

La película crece en esos momentos en los que se ríe del cine de catástrofes, de cómo Hollywood ha condicionado a la clase media americana en el miedo y en la gestión de una catástrofe. También en las escenas del supermercado, donde el temor a la muerte se combate comprando.  “Temanle a la multitud” dice el personaje de Adam Driver en uno de los discursos más estrambóticos del filme, pero todas estas alabanzas, quedan disipadas de mala manera cuando el director hace el cambio de género y tono o cuando el director deja pasar las oportunidades de Greta Gerwig, y así otros motivos que empañan un poco la experiencia.

“White Noise” es un buen filme, de hecho, es uno de los mejores de este año, pero que entre tantas capas se siente un tanto perdida.

Veredicto

Es una correcta adaptación que no encuentra el tono adecuado.  Toca muchos elementos como la sátira, relato de terror, distopía apocalíptica, sitcom familiar, pero de todas toca un poco y no toca nada.

7 / 10

Una de las sorpresas del 2019 fue la película de Rian Johnson, “Knive Out”, la cual dirigió después de una controvertida “Star Wars Episode VII: The Last Jedi”, la cual terminó de dividir el fandom.  Glass Onion: A Knives Out Mystery es la secuela que no se siente ser parte de la anterior en ningún punto.

En esta ocasión Benoit Blanc vuelve como el detective que intentará descifrar quien ha sido el asesino del multimillonario Miles Bron (un Edward Norton bastante agradable).  De entrada decir que me gusta la filmografía de Johnson, a quien no considero un mal director.  Incluso su Star Wars me parece lo bastante interesante de forma visual como para poder compensar sus huecos argumentales, que aquí sí es otra historia.  Lamentablemente los guiones de Johnson tienen demasiados huecos argumentales y esta no es la excepción.  El desarrollo de la historia es caótico y lleno de clichés, que hacen que la puesta en escena se sienta algo apresurada e incluso un poco forzada.  A todo esto el desarrollo de los personajes es inverosímil y salvo en momentos, podemos realmente entender y empatizar con los personajes.  No muy bien se ha llegado a terminar el primer acto y ya uno sabe cómo terminará la película, lo sucedido con algunos personajes e incluso tentar (y tal vez fallar) con quien es el asesino, recurso bastante sobado y de guionista perezoso el desenlace.

Daniel Craig está bastante correcto e incluso se siente cómodo con el personaje.  Todos estos años como James Bond y ahora viéndose hacer otros papeles, hace que se note su entusiasmo.  Edward Norton es el siguiente que aprovecha cada momento en pantalla y no es que tenga la mejor actuación de su carrera, pero no está nada mal.  Kathryn Hahn y Kate Hudson, junto a Dave Bautista desatado son quienes logran hacer el viaje más entretenido de la cuenta.

La historia de Glass Onion: A Knives Out Mystery intenta mezclar también suspense con comedia, tiene una idea argumental interesante, cierto entretenimiento en su desarrollo, se inicia de modo atractivo y éste se mantiene un tiempo, pero según avanza la trama empiezan a acontecer giros demasiado forzados, reacciones de personajes y sucesos propios de comedias muy alocadas con esos clichés que tampoco ayudan mezclado con personajes que en ocasiones actúan de modo incoherente haciendo cosas que no terminan de encajar o se explican de modo poco convincente, y desembocando todo ello en un salvaje efectismo.

En definitiva, Glass Onion: A Knives Out Mystery, parece que es una película que busca aprovechar el éxito de la anterior, con la intención de crear franquicia, pero se confía demasiado en que el publico gusto de la anterior antes de crear un producto que se esfuerce doblemente ya que el público va preparado.  Mientras que la anterior era un misterio que a veces mezclaba escenas cómicas pero mantenía su argumento serio, esta parece una parodia de aquella.  Si la anterior iba desenmascarando el misterio poco a poco, esta va engañando al espectador ocultando pistas para luego mostrarla, pero no vale porque estaba fuera de cámara.

Veredicto

No es que sea la peor película, pero en comparación de la anterior, deja mucho que desear.  El guión tiene huecos argumentales bastante obvios que dejan al espectador con un sabor agridulce.

6 / 10

El tema de la pérdida se ha manejado en Hollywood en los últimos meses.  “1899”, la tercera temporada de “Barry” y “The Banshees of Inisherin” son algunas de ellas.  La paternidad ha sido otro tema que se maneja muy bien en “Sea Beast”.  Y de estos dos puntos es que se trata “Guillermo del Toro Pinocchio”.

Este año Disney trató de llevar la historia del personaje de madera pero sin éxito, aunque contaba con Tom Hanks en el frente como el padre y creador del personaje.  Tal vez por la falta de alma que llevaba el filme, algo que Del Toro, por suerte, mantiene.  Una visión algo diferente que se desarrolla en medio de la segunda guerra mundial, en una Italia fascista, con Benito Mussolini siendo una de las gracias del filme, n Geppeto alcohólico, deprimido con el corazón roto por la pérdida de su hijo pequeño en un bombardeo, y un prólogo final de lo más triste pero claramente humano.  “Guillermo del Toro Pinocchio” trata de ser súper honesta, emotiva y sobre todo, real.

Ya todos saben de qué va el cuento, así que explicarlo es innecesario.  Solo queda dejar claro (una vez más) que esta historia no es la que habrán visto de la mano de Disney, ya que tiene modificaciones.  Eso le permite al guión jugar con todos los elementos posibles para desarrollar mucho mejor su historia.  Cuál es el valor de la amistad con esa hermosa escena de Pinocho y Candlewick.  Todas llenas de simbolismos hermosos como el derrame de pintura en los zapatos de Podestá, también cuando unen las dos banderas en el campamento haciendo alusión de que somos iguales aunque seamos diferentes, o la más curiosa que es (literalmente) como Sebastian ve aplastada sus ambiciones literarias.

El apartado técnico es absolutamente brillante, una creatividad espectacular en su realización hace que permanezcas clavado a la pantalla, una pequeña joya inolvidable, que, aunque se aparte un poco del cuento original, es una pieza única en el universo de Guillermo del Toro.  La técnica para narrar la historia es la animación por ‘stop motion’, ese alarde de plastilina solo al alcance de virtuosos, y por eso comparte en los créditos la dirección con Mark Gustafson, auténtico maestro en esta animación sincopada.

Claro que el deslumbrante diseño de las entidades, criaturas y demás personajes alude a la extravagancia y diversos aspectos mitológicos para sacarles de las convenciones establecidas por otras versiones mucho más ligeras. Pero lo que hace por momentos la gran diferencia es la manera en que se mueven, empezando por el muñeco de madera en cuestión cuya articulación llega a ser inquietante y hasta siniestra.  Y esto es porque Del Toro quiere que tengamos claro que Pinocchio es diferente y como dicen en un momento en los diálogos, “debemos amar a los demás aunque sean diferentes a nosotros”.

“Guillermo del Toro Pinocchio” es una obra brillante, atrevida y sobre todo ambiciosa que al final tiene sus frutos.  Es mucho más compleja de lo que parece y es sin duda, una maravillosa obra, de la cual pasaré por alto sus pequeños puntos negativos porque es más hermoso y vale la pena.

Veredicto

Es tan hermosa que no vale la pena mencionar sus puntos negativos.  El guion, la historia, los personajes, su mundo, todo es hermoso y vale la pena viajar a ella.

8 / 10

Cuando Baran bo Odar y Jantje Friese crearon “Dark” (una de las mejores series) sin duda alguna más de uno se quedó tentado en que otra serie o película los alemanes iban a traernos.  La espera ha terminado y 1899 está aquí con nosotros.

La trama es simple: un barco lleno de inmigrantes con destino a New York, empieza a ser parte de sucesos inexplicables.  Todos los personajes tienen un trauma y esto se verá reflejado en los sucesos que van sucediendo.  Más que uno podría comparar esta serie (e incluso a Dark) con LOST, aquella creada por J.J Abrams y Lindelof, pero nada que ver.  Al contrario que estas dos, 1899 es un thriller de época con toques a la ciencia ficción y pinceladas existencialistas envueltas en una trama que también toma muchos elementos del noir clásico y del suspenso.

Los personajes son de diferentes procedencias, hablan distintos idiomas y no siempre logran comunicarse entre sí, aunque algunos establecen vínculos entre ellos pese a esa barrera. Esto hace un poco pesada la interacción entre los personajes, un poco árida, pero a la vez plantea la posibilidad de acercamiento con otros más allá del lenguaje.  Entre ellos se destaca a Andreas Pietschmann como el Capitan Eyk, Miguel Bernardeau quien consigue lograr un personaje enigmático y sentimental, y Maria Erwolter como Iben, la madre religiosa extrema quien se roba cada una de las escenas.

Lamentablemente los desarrollos de estos personajes secundarios no es más que una excusa para llevarnos a ningún lado ya que, a diferencia de “Dark”, en donde todos estaban conectados, aquí no lo están y es simplemente una cantidad de personajes yendo y viniendo con historias en las cuales no están conectadas ninguna.

1899, propone cuestiones filosóficas interesantes como el mito de la caverna de Platón, la prisión donde los personajes se sienten encerrados, en su pasado, en su presente y en el barco.  O la idea del lobo, propuesta por los trabajadores de los hornos del barco.  Posee mucha simbología como las cartas, los triángulos, los nombres crípticos como «Prometheus» o «Kerberos» o incluso la mística del mar; y recursos literarios, que son parte de la gracia para enriquecer la historia.

En definitiva, 1899 es una apuesta sólida que tiene muchas posibilidades interesantes. Consigue crear una atmósfera e identidad propias que enganchan desde el primer capítulo. De momento, no, no es una obra maestra y no está a la altura de Dark. En algunas ocasiones puede caer en lo pretencioso o didáctico. Muy disfrutable si te gustan las historias misteriosas, la ciencia ficción y los rompecabezas.

Veredicto

Atmosférica, cinematográfica y totalmente adictiva. Los creadores de ‘Dark’ han regresado con otro críptico rompecabezas.

Es difícil acusar a Luca Guadagnino de repetirse.  Después de la historia romántica (Call Me by Your Name), pasó a un remake clásico del terror giallo (Suspiria) para saltar a una serie sobre la construcción de identidad (We Are Who We Are) y ahora un filme sobre una pareja de caníbal que terminan devorando a todos los que aman.  de una novela romántica adolescente de Camille DeAngellis, Bones and all, al menos su filme no se avergüenza del material de partida, sino que lo trata con la misma seriedad y sobriedad con la que realizó la de Call me by your name. Lo que se echa en falta es que detrás de esta hubiera un guionista como James Ivory, que ganó el Oscar al mejor guión adaptado por aquella versión. El encargado del libreto es David Kajganich, colaborador habitual de Guadagnino en, precisamente, los dos peores trabajos de su carrera: Suspiria y A Bigger Splash.

El director se enfoca en demostrar cómo la película es una meditación sobre el amor entre criaturas que viven al margen de la sociedad. Eso explica por qué el canibalismo, considerado como uno de los mayores tabúes de la sociedad occidental, funciona no tanto como metáfora sino como pretexto argumental. Guadagnino no parece interesado en el género fantástico, ni en sus posibilidades subversivas: si la comparamos con “Titane”, donde Julia Ducournau planteaba una revisión de la identidad o en “Crudo” donde ponia en relación el despertar sexual, en “Bones and All” da la impresión de que el director de “Call Me By Your Name” no confía en su propuesta.

Guadagnino realiza una película correcta, que comienza con fuerza y va perdiendo gas hasta convertirse en un convencional y anodino drama romántico adolescente cuya única peculiaridad es que ambos son caníbales. Esto da rienda suelta al director para rodar unas escenas con un punto gore que son de lo mejor del filme, especialmente la primera, cuando se descubre la condición de su protagonista, la joven Mare (Taylor Rusell), que tras desatar sus instintos con el dedo de una compañera emprenderá un viaje para encontrar a su madre, que la abandonó hace tiempo. Es fácil deducir que es una fuga hacia sí misma, y que el filme representa una especie de road movie donde anda buscando encontrarse.

Lo que queda es una película que quiere ser demasiadas cosas al mismo tiempo: una de “lovers on the run” con rebeldes atormentados al volante (y con carisma: a Chalamet se le añade Taylor Russell); una ‘road movie’ que atraviesa la América profunda de los ochenta, una reformulación caníbal del cine ‘teen’, y una película generacional, que reflexiona sobre lo que los padres dejan en herencia a sus hijos, y cómo estos sobreviven a las heridas de ese legado sin que éstas cicatricen del todo.

Guadagnino nos invita a reflexionar de forma radical sobre lo crudo y eso, siempre según la ciencia antropológica estructural, es el mejor camino para entender el extremadamente complicado mundo en el que vivimos.  Pero lamentablemente en este viaje, el director no termina de convencer y “Bones and All” se pasa de forma agradable pero no por eso en una película redonda.

6 / 10

Martin McDonagh conquistó a la crítica internacional y a un público selecto con su “In Bruges”, luego conquistó a todos con “Three Billboards Outside Ebbing, Missouri” y ahora vuelve con “The Banshees of Inisherin”, la cual es igual de buena que su anterior película.

Cabe destacar que el filme de McDonagh es una parábola sobre la crueldad de las personas ante una guerra.  Habrá quien se quede sólo en la superficie y tilde la película de absurda, pero los que busquen la lectura que hay debajo encontrarán una potente historia situada en un microcosmos que refleja todo un país -cualquier país o sociedad-, enfatizada por el tiempo en que transcurre.  Tenemos dos protagonistas, grandes amigos y siempre unidos, que por una nimiedad unilateral rompen su relación.  No importa que no exista un motivo o que los alegados sean absurdos. Es una parábola, y nos habla de lo absurdo de las guerras civiles, entre hermanos, entre amigos íntimos. Los motivos son lo de menos, el resultado es lo de más.

Rodada en la pintoresca isla de Inishmore en Irlanda, el paisaje es un gran aliado de esta historia triste que consigue hacerte sonreír en multitud de ocasiones. El guión de McDonagh analiza muy bien la obstinación y el orgullo de las personas al mostrarnos esta pequeña pelea sin motivo alguno entre amigos de toda la vida, mientras que cerca están luchando en la guerra.

Colin Farrell (The Batman) y Brendan Gleeson, vuelven a trabajar con el director de forma solvente, principalmente Gleeson que se alzó con el premio a mejor actor en el Festival de Venecia junto a mejor guión que se llevó la película.  Los dos actores están perfectos, con unas interpretaciones muy sentidas, que hacen que te metas de lleno en esta extraña y a la vez conmovedora historia llena de humor negro. 

La rudeza de los comportamientos genera unos cuantos momentos de violencia inolvidables, pero también de humor que funciona de manera aceitada. Y ello sin perder la mirada empática y cariñosa hacia el devenir de los protagonistas de The Banshees of Inisherin.

Veredicto

Mezcla de drama y comedia negra manejada con calma y mucho dominio del tono por el realizador y dramaturgo irlandés.

La directora y guionista Marie Kreutzer decide volver con un drama inventado como biografico ambientado en el siglo XIX y rozando el humor absurdo y un poco del humor negro, llamado Corsage.

En la navidad de 1877, Isabel de Austria, mujer del emperador Francisco Jose I, no tiene derecho a expresarse y debe mantenerse por todos los medios posibles, hermosa siempre, la cual está sometida a un estricto régimen de ayuno, ejercicios, maquillaje y demás, lo cual poco a poco van cansando a la emperatriz logrando llevarla a rebelarse.  Este es otro intento de mostrar los sufrimientos y traumas de mujeres ante un pensamiento machista, tal como lo hizo hace poco Netflix con su “Blonde”.

Lo primero es que hay que reconocer que la película es impecable a nivel técnico y musical, con un gran trabajo en la recreación de escenarios o en el diseño de vestuario.  Corsage luce mucho a nivel estético, el filme es maravilloso.  La fotografía de Judith Kaufmann con esos degradados hace que luzca como si de un video viejo estuviesemos viendo mientras que el vestuario y la puesta en escena mantiene la idea al espectador de estar realmente en la época viendo con todo su esplendor los escenarios y vestuarios.

Una película que no es sencilla, por su ritmo pausado, y por mostrar una Sissy emperatriz diferente a la que nos habían mostrado anteriormente. Creo que puede gustar a los aficionados al cine de época, aunque avisando que no es una película biográfica al uso, sino que la directora ha cogido a ese personaje para crear su propia historia.  Y tal vez aquí está el punto flaco de la película.  Que a pesar de que se vea con agrado y se consiga conectar con ella, es difícil no caer en la monotonía que esta presenta por un guión que prefiere dar vueltas en las mismas situaciones para marcar o dejar claro su parábola, que en desarrollar a los personajes y sus historias.

La directora Marie Kreutzer para acentuar el feminismo adelantado a su tiempo se permite el lujo de utilizar continuamente anacronismos de nuestro tiempo muy lejanos a aquella época, evitando totalmente la sensiblería y la maravillosa historia de amor que encandiló las películas de Romy Schneider en la Sissi que todos recordamos ver de niños en los cines, la película desmonta completamente ese mito, incluso cambia muchas cosas de la historia incluida su propia muerte, para dejar en claro una parábola sobre la crisis existencial de los 40.

El otro aspecto destacado es la gran actuación de Vicky Krieps, que realiza una de las mejores interpretaciones femeninas del año, y su simple presencia justifica su visionado por ser un personaje que le va como anillo al dedo a la actriz luxemburguesa, y que vuelve a demostrar el talento de esta intérprete europea. Una interpretación que no es sencilla, llena de matices, en donde consigue meterse en la piel de esa emperatriz de una gran popularidad, con unos cambios de actitud radicales, pasando de la alegría a la tristeza, de una situación cómica a otra oscura, y que Krieps saca adelante con una gran naturalidad y credibilidad.

Al final Corsage es un filme bastante entretenido y que se puede ver.  Pudo ser mejor y más contundente y es una lastima que no lo haya sido.

Veredicto

Aunque ‘Corsage’ hace un valioso intento de reconstruir a Elisabeth como independiente de sus limitaciones, su nota final hace que parezca su propio defecto.

7 / 10

Una de las películas más esperadas por mí ha sido TAR.  En quizás una de las mejores escenas de este año y del filme, Cate Blanchett, interpretando a Lydia Tar, da un discurso sobre separar la vida del artista con su obra, mientras un muchacho se levanta y se va del aula con indignación.  Y es que el guión del filme Todd Field no se va por las ramas.

Desgraciadamente, la película deriva, a partir de la primera media hora, hacia los coqueteos, los celos, las tragedias, los favoritismos y el escándalo esbozado en una de las conversaciones anteriores. Y aunque Cate Blanchet lo hace fenomenal, su sola actuación no es capaz de levantar la pesadez de la narrativa a lo largo de unos extensos, exagerados e innecesarios 150 minutos de metraje cargados de clichés, simbolismos y situaciones secundarias que, ciertamente, no aportan mucho a la historia. Más bien, restan.

TAR conquistó a la prensa, pero tal vez divida al público que cuestione si esta es solo una película de actuaciones (lo de Blanchett es digno de premios), dado que su ritmo y lo que nos cuentan, pueden no resultar interesantes para varios espectadores, porque la verdad sea dicha, el guión no da lo suficiente.  Al elegir a una mujer lesbiana como protagonista, Field «disminuye» el problema y lo ataca de raíz, dejando al descubierto un planteamiento que puede sonar obvio, pero también es arriesgado. ¿Y si el abuso no es cuestión de género, sino de poder?, y me gusta que la respuesta se la deje al espectador, pero no me gusta que utilice eso solo para estirar el guión.

La puesta en escena en cambio es magistral, la dirección por igual.  El plano secuencia de casi 10 minutos es fenomenal.  Además de esto tiene unos largos planos mezclados con paneos suaves que hace el filme una especie de partitura larga de música clásica la cual acelera en sus últimos 20 minutos con unos excesos inexplicables.

¿Es Tár una película perfecta?  Claro que no, pero Todd Field nos ha bombardeado con su proyecto más ambicioso, y no satisface plenamente todas sus pretensiones, pero es culpa de un guión que lamentablemente se extiende demasiado.

Veredicto

Aunque ocasionalmente es frustrante ver cómo da vueltas en territorios repetitivos y monótonos, la atracción magnética de ver a Blanchett en el centro de la pantalla es innegable.

Cuando Netflix anunció una serie basada en “La Familia Addams”, las alarmas se dispararon.  Luego anunciaron que estaría protagonizada por Wednesday (que así se llama la serie) y que Tim Burton sería el director.  Esto último a pesar de ser verdad, invita a la confusión y me gustaría aclarar antes de entrar en detalle.  Si bien es cierto que el estilo extremadamente gótico de Burton ya tenemos tiempo sin verlo, no significa que este sea mal director.

De hecho, el director dirige los cuatro primeros capítulos con bastante solvencia, aunque honestamente si hubiesen dicho que es cualquier otro director pues lo creo.  Aquí vienen mis diferencias con los directores invitados a las series, donde los showrunners enfocan toda la fuerza posible en mantener un estilo más allá de una visión.  Pero ese es otro tema, porque el actual está en que la serie Wednesday funciona como un producto bastante correcto.

Creada por Alfred Gough y Miles Millar, la historia nos lleva a una Wednesday que ha tenido varios problemas en las escuelas que ha estado y donde ha sido expulsada, ya que se ha metido en varios problemas por su actitud sádica.  Esto nos lleva a la ultima opcion de sus padres llevandola hacia la escuela Nevermore la cual se encarga de ser el instituto para aquellos chicos con poderes y en donde nuestra protagonista sera testigo de un asesinato la cual investigara.  La premisa no es que sea lo más original, ya que recuerda mucho a Harry Potter y todas estas tramas de institutos alejados de la civilización donde ocurren cosas extrañas y donde la química entre estudiantes es fundamental (muy a lo Sex Education).  No vamos a mentir, el guión es flojo.  Entretenido pero flojo, porque todo el proceso de la investigación, de los estudiantes, de las rivalidades, es algo que ya estamos cansados de ver y que en cuestión de dos capítulos ya sabes por dónde irán los tiros y cómo acabará este embrollo, o al menos lo supones.

Lo más fuerte que tiene la serie son las interpretaciones.  Jenna Ortega es fenomenal, y por suerte la serie le saca todo el provecho posible dejándola en muchas ocasiones suelta donde la improvisación de la actriz es notable e increíble.  Luego sigue una Gwendoline Christie (Sandman) que como siempre, cumple con creces con un personaje que aparenta ser simple pero no es así.  Despues los demas son correctos, incluyendo personajes que apenas aparecen como es Catherine Zeta-Jones como Morticia y Luis Guzmán como Gomez, y una Christina Ricci que tiene un pequeño papel más allá del cameo (recordando que ella fue quien interpretó al personaje de Wednesday en las dos películas de los 90´s).

Lamentablemente sus problemas pesan más que sus virtudes, convirtiéndola en una serie simplemente agradable cuando tiene todo el potencial de ser muchísimo mejor.  No es suficientemente terrorifica, tampoco misteriosa, y mucho menos tiene el suficiente humor negro que uno esperaria a pesar de que el personaje suele empujarse hacia alla para luego devolverlo a un humor mucho mas light y pasable.

Veredicto

Es entretenida pero cuando vemos lo que nos presentan, nos da la sensación de que pudo ser mucho mejor.

5 / 10

Christopher Storer es un productor muy poco conocido.  Más que nada tiene especiales de comedia en su filmografía y la serie “Ramy”.  Ahora se le suma “The Bear” lo cual no es poca cosa.

La serie narra como Carmy, vuelve a su ciudad natal, Chicago, para hacerse cargo del restaurante de su hermano después de que este se suicidara.  Carmy es un excelente chef que ha ganado premios y fama a nivel nacional, y dentro de este restaurante (que es apenas de sandwich y una que otra comida simple) encontrará a varios personajes tan extremos que pondrán a prueba su estabilidad emocional, la cual obviamente depende de un hilo después del suceso.  Aquí sí de actuaciones hablamos TODOS y cada uno de estos actores sobrepasan y de hecho, me atrevo a decir que son todos excelentes candidatos para ser nominados para los Emmys o cualquier premio porque estamos ante las mejores actuaciones del año.  Jeremy Allen White es INCREÍBLE y se nota como cada capítulo va cayendo más y más profundo.  Ebon Moss-Bachrach es otro que está perfecto, Ayo Edebiri y Liza Colon-Zayas increíbles a más no poder.

The Bear no es una serie cualquiera, sino una que se cocina a fuego lento.  Es sencilla, es original, está bien escrita, es creativa.  El capítulo 7 es un plano secuencia casi los 30 minutos que dura el capítulo, donde vemos como poco a poco las cosas se van saliendo de control y como cada uno de los chef son responsable de ello y sus reacciones.  El capítulo merece una nominación obligatoria.  Esa honestidad brutal que desprende cada uno de sus episodios. Una serie limpia, sin maniqueísmos, sin melodramas.

The Bear es una metáfora culinaria. Como la buena comida, se saborea sin empalagar. Cada pizca, cada aderezo, está allí para enaltecer el sabor del plato, no solo para adornarlo.  Porque ojo, la serie no es solo de la vida de unos individuos tratando de llevar un restaurante adelante, claro que no, la serie es una metáfora sobre el duelo y como cada uno de ellos maneja el duelo y cómo esto les afecta.

Apenas tiene efectos especiales.  Apenas tiene música que vaya más allá de un buen jazz.  Lo que sí tiene de sobra, es un guión solvente que sabe cuándo y cómo desarrollar sus personajes, cuando es necesario dejarlos en pausa, reposando y cuando es necesario hacerlos avanzar.  Es sin duda una de las mejores series de este 2022 (con el permiso de Better Call Saul) y que, como si se tratase de un buen plato, recomiendo sin titubear.

Veredicto

¿No te convence todo lo que se ha escrito de esta maravilla? Pues espero que la puntuación pueda hacerlo.

8 / 10