En el 2020, en medio de una pandemia, Netflix estrenó “Extraction” la cual fue todo un éxito, por lo que su secuela, Extraction 2, era algo inevitable.

Admito que al inicio pensé que nunca sucedería porque tanto su director Sam Hargrave como su guionista, Joe Russo, daban vueltas en las respuestas de si habría o no una secuela, pero a finales del año 2022 se anunció y ya aquí estamos.  Primero debemos tener claro que el filme es igual que su primera parte pero aumentado por dos: mas acción, mas tiros, mas personajes y mas todo.

Netflix anda detrás de su John Wick con esta saga y es bastante obvio (en los últimos 20 minutos la idea queda totalmente clara, y aunque el final sea abierto, invita a muchas cosas), pero no habría queja de ello si mantienen la misma calidad en cada una de las entregas.  Esto no es un cine para buscarle degustar sino para entretener.  De hecho, su interés por estrenarla en verano es una declaración de intenciones.


El guión de Joe Russo (uno de los hermanos Russo y director mas guionista de Avengers Infinity War y Endgame), sabe que no puede repetirse y decide desarrollar al personaje de Tyler Rake y cumple su propósito.  Entendemos ahora porque ha decidido hacer lo que hace, entendemos porque en la primera parte actúa de la forma en que lo hace con el niño e incluso llegamos a empatizar con el personaje casi en su totalidad.  Lo mismo con Nik Khan, el cual se agradece con creces porque ya deja de convertirse en un personaje que da órdenes sino que también ejecuta y de muy buena manera.  Sin embargo el guión no es que sea original y perfecto, y tiene sus defectos que se ven mucho más marcados por la dirección.

Porque es que el director, que repite en esta secuela (Sam Hargrave) sabe de acción.  Es una persona pulida en el género y que ha trabajado en distintas áreas (desde director de fotografía, hasta en cámaras) además de ser especialista de escenas de acción, por lo que en ese apartado no hay problemas, sino en cómo cuenta los momentos de pausa.  Al no verse, como en la anterior, que esas escenas eran cortas y no tan explicativas, se daba ciertos lujos, pero en esta secuela no sabe cómo manejarlas y al faltarle pulso el espectador se aburre con excesos.

Chris Hemsworth hace de Chris Hemsworth.  Solo al final es que se da el lujo de mostrar varias emociones, aunque tampoco es que su personaje lo necesite.  Golshifteh Farahani da lo más que pueda en un personaje que a pesar de tener mejor desarrollo, el director no sabe manejarla en los momentos más dramáticos (la escena del helicóptero está totalmente desperdiciada).  Por último Tornike Gogrichiani como el villano está a la perfección y cumple con el objetivo de este tipo de películas de ser un villano sin escrúpulos.

Para concluir, la música de Henry Jackman ni se siente y la fotografía de Greg Baldi cumple, principalmente en esos momentos en la prisión, están bien logrados.  Y de último, y no menos importante, es destacar el plano secuencia (con trampas) marca de la casa, el cual tiene más tiempo y que aunque tenga sus trucos, no deja de ser un plano secuencia y está bastante entretenido.  Dura más de 20 minutos y es un ejercicio impresionante tanto para el equipo como para el espectador.

En definitiva, Extraction 2, es una película bastante entretenida que tiene sus momentos más brillantes en la acción pero no en el drama, lo cual es una lástima porque esos momentos dramáticos, aunque estén llenos de clichés, hacen que uno pierda un poco el interés.

Veredicto

Un thriller de acción potenciado por la fuerza bruta antes que por un estilo y buenas ideas.  Entra rápida en materia, ofreciendo toneladas de sangre, balas y de explosiones de coches.  Es una película de acción muy interesante mientras hay accion pero cuando no hay nada de eso, resulta terriblemente aburrida.

6 / 10

Cuando anunciaron que Andy Muschietti sería quien dirigiese The Flash, muchos nos quedamos con algunas dudas porque el director argentino es más conocido por hacer terror.  De hecho, se le conoce más que nada por el remake de “It”, película de terror basada en el libro de Stephen King.

Así que sin duda, hablar de The Flash es un poco espinoso porque el filme ha pasado por tantas situaciones (como es costumbre en DC) que realmente hacen sorprendente que se haya estrenado.  Y es que contar todo lo sucedido en Warner/DC desde que iniciaron con Man of Steel (si, porque de alguna forma está conectada a ella) hasta la fecha, no se puede hacer en dos párrafos de una reseña.  Pero a lo que vinimos, ¿a pesar de todo, que tal es Flash?


Tomando en cuenta lo antes mencionado, y entendiendo cuál es el camino que está tomando DC, pues, la verdad que el filme no está nada mal.  De hecho, pensé que sería peor.

El filme está basado en el arco Flashpoint, que es donde Flash para poder salvar a su madre de la muerte, y salvar a su padre de la cárcel, decide viajar al pasado para evitar la muerte de su madre.  Pues aquí, aprovecharon el momento de Justice League de Zack Snyder en el que viaja al pasado para que el personaje se diera cuenta de esta habilidad y lo intente, algo que conecta directamente con aquella película.  Al viajar al pasado, obviamente Flash cambiará lo ocurrido y esto traerá consecuencias desastrosas que no solo afectará al nuevo mundo a que ha llegado, sino que también afectará de donde él viene.

Quitando en medio la controversia que empaña al actor, Ezra Miller es un buen actor, pero la verdad sea dicha: el personaje de Flash no va con él.  No se como Snyder cayó en que sería buena idea, o si lo que el director veía era otra cosa, pero Miller no tiene la gracia inocente que tiene el personaje y mucho menos el carisma, por lo que se nos pasea durante todo el metraje con cara de palo y de vez en cuando sonriente haciendo chistes, y es más cuesta arriba cuando tenemos otro personaje interpretado por él mismo pero “más divertido” según ellos.

Las actuaciones que realmente convencen y gustan son las de Michael Keaton como Batman (si, aquel Batman de 1989) al que se le da un cierre digno e interesante, y a Sasha Calle que es una lastima que no se explote muchisimo mas en DC.


En efectos visuales pues lo típico de este tipo de películas de superhéroes.  Hay mucho cgi, que en DC parece que no saben cuadrar bien, así que por un lado tenemos escenas que se ven bien y otras que se ven algo feas, pero por suerte no dañan nada la experiencia.  La fotografía de Henry Braham, quien es un amigo de James Gunn y trabajó en “Guardianes de la Galaxia Vol 3” o “The Suicide Squad”, le da suficiente colorismo como si de un cómic se tratase.  La música por otro lado va entre lo épico a lo dramático, manteniendo la línea y sin ser algo exagerado, lo cual se pasa bastante bien.

Pero, lo más importante obviamente para muchos (incluyéndome) es el guión y la pregunta es: ¿al menos el guión es lo suficientemente bueno para mantenernos durante 2 horas pegado a la pantalla? Increiblemente SI.  Obviamente y teniendo en cuenta que el filme sabe mantener un balance entre el humor y el drama, no exagerando en ninguna de las dos.  Además de que, aplicando la lógica de su mundo, pues es bastante coherente (hablamos de un tipo que corre rápido y viaja al pasado, así que, no es que esperemos sentido común científico).

Como siempre aparecerán detractores que dirán que no es cine y esas cosas, y es una lastima que solo crean que el cine debe ser un arte exclusivo de directores de renombre, pero no es así, y The Flash es un entretenimiento cinematográfico bastante divertido y que cumple como blockbuster para este 2023.  Claramente no es la película del año y aunque tal vez eran las intenciones de DC, lamentablemente no lo consigue, pero si consigue ser parte de una buena película del verano para ver, reír y disfrutar.

Veredicto

Puede que tenga un tercer acto difícil de llevar y que caiga demasiado en el fanservice, pero eso no significa que no sea una película de superhéroes entretenida y sólida. Decir que es una de las mejores películas de superhéroes jamás rodadas como apuntaban los primeros rumores, es exagerado, pero para pasar un buen rato, pues funciona.

6 / 10

Apple Tv está invirtiendo en buen material para series y películas.  Hace poco nos trajeron una de las mejores series del año pasado que es “Severance” y ahora parecen ir por el mismo camino con “Silo”.

El argumento es sencillo y atrapa de inmediato: en un futuro distópico la tierra sufrió un ataque ambiental que obligó a la civilización a vivir en un silo bajo tierra.  Actualmente viven diez mil personas en aquel silo desde hace más de 100 años y la ley dice que todo lo que ha pasado como libros, videos y demás, son ilegales.  La trama inicia cuando el sheriff, una de las mayores autoridades del silo pone a cargo a una joven llamada Juliette y el decide salir del silo, algo que está prohibido.  Así que cuando Juliette toma el cargo y decide investigar se da cuenta de un misterioso complot que existe y que las personas dentro del silo desconocen.


Rebecca Ferguson (Dune) es la protagonista de esta serie y la que controla la trama, y a ella le acompaña Common en un papel algo enigmático y del que parece estar bastante comodo, tambien Chinaza Uche, como el acompañante policía de Ferguson y personajes que salen de vez en cuando como son David Oyelowo, Rashida Jones, Iain Glen o Will Patton.  En las actuaciones nadie lo hace mal, aunque tampoco es que estamos ante una Succession donde las actuaciones eran la clave.

La dirección de Silo se mueve por dos líneas: por una parte nos presenta una sociedad retrofuturista (quien haya jugado los juegos de Fallout fácilmente verá muchas similitudes), en la que la tecnología parece haberse quedado congelada en el tiempo, y en donde la historia nos habla de nuestras debilidades como civilización, también sobre la necesidad de conocer nuestro pasado y de no prestarse a las palabras de “poderosos” quienes buscan controlarnos para su propio beneficio.  Por otro lado toma el camino del suspenso y thriller con los misterios que va desvelando la protagonista.  ¿Cómo llegaron a este silo? ¿qué es lo que hay fuera? ¿por qué no quieren que conozcan su pasado? ¿que ocultan?


En este punto, la dirección artística de la serie también es muy sólida con sus propias claves para crear un universo muy particular.  Es indudable que veamos un fotograma de la serie y no pensemos en ella, porque han logrado crear algo bastante fiel y único (aunque no por eso sea original).

Pero lo más importante para que todo esto funcione es el guión.  El gran eje en el que la báscula de la serie se mueve.  Y tal punto de partida quizás no sea lo más original del mundo –un alto porcentaje de la ciencia ficción distópica parte de situaciones parecidas–, pero en manos de Graham Yost (creador de la serie) las cosas funcionan bastante bien.  En cuanto a la música de Atli Orvarsson apenas se siente y cuando lo hace, pues es agradable.  En cambio la fotografía de Mark Patten, da ese aspecto de oscuridad y penumbra dentro del silo.  Como la desesperanza está en todos los que están dentro.

En definitiva, Silo, es una buena serie que fácilmente puede caer como una de las mejores del año por un historia atractiva, personajes corales que ayudan y sobre todo una dirección dinámica que no aburre.  Tal vez peque de tener uno que otro cliché, pero son muy mínimos.

7 / 10

Hay una escena en Spider-Man: Across the Spider-Verse en la que, nuestro protagonista está siendo rodeado por otros Spider-Mans de distintos universos y fácilmente podemos apreciar en un mismo plano mas de 5 tipos de animaciones distintas, y es una verdadera maravilla visual.

Esta es la secuela de aquella Spider-Man: Into the Spider-Verse que se estrenó en el 2018 y que resultó ser una verdadera sorpresa de ese año.  Siguiendo la misma estela de animación que en aquel entonces, y multiplicando eso por cien.  Una estética única y es innegable que el diseño visual y la animación son muy destacables, siempre es vibrante y tiene mucha energía e ingenio. Globos de textos, pequeñas animaciones que reflejan acciones de personajes, como el sentido arácnido, buenas texturas e interesante montaje y ritmo.  En esta película el estilo de animación también resulta llamativo por la ralentización de los fotogramas por segundo, caso que sucedía también en la Lego película, hecho que le otorga personalidad propia a la obra

Dirigida por un trío experimentado, como es Joaquim Dos Santos (Justice League Serie Animada), Kemp Powers (Soul) y Justin Thompson (Powerpuff Girls), todos a merced de Phil Lord y Christopher Miller quienes se encargan del guión y la producción (como en The Michells VS The Machine), Spider-Man: Across the Spider-Verse se va a lugares inhóspitos en que lo relacionado a los multiversos han tocado.  Tal vez aquí en parte está su defecto: en el guión y la duración.  Con respecto al guión por momentos era algo escueto pero la duración no le ayudaba lo suficiente para poder ser sostenible, aunque solo en el desarrollo de la historia, porque en su desarrollo de personajes está muy bien.

Pero también le juega en contra la duración del filme, porque además de hacer que el guión se sienta un poco perdido, con la duración llega al punto de hasta ser un poquito abrumador.  Porque el filme brinda un bombardeo constante de informaciones que hacen que el espectador se abrume.  Desde historias de distintos personajes, como el avance de la trama, diálogos entre personajes, e información vital para futuros momentos o conectar otros.


Todos los personajes tienen muy bien definidas sus motivaciones, todos tienen una implicación emocional y racional que funciona a la perfección en la historia y todo ello te permite empatizar con absolutamente todos los personajes, incluido el villano.

Pero si hay algo que, ante todo, resalta de este filme, son sus valores. Valores como la confianza, la amistad, pero ante todo la responsabilidad de tomar acción, no importa lo que cueste, es el motivo principal por el que la película funciona tan bien.

Spider-Man: Across the Spider-Verse es un filme interesante y con una animación impecable.  Sin duda de lo mejor de este 2023.

Veredicto

Es una película con una frescura a la que ni se acercan ninguna de las cinco películas live action de la franquicia.

8 / 10

Una de las sagas con mejor aceptación entre crítica y público es la de “Evil Dead”, y con Evil Dead Rise se confirma en su totalidad.


El filme que inició con un Sam Raimi bastante joven y que era casi un experimento (y ahora es un filme de culto), no ha tenido ningún problema con los géneros que ha querido ir tocando y los cambios que ha querido ir haciendo.  La primera es un filme de terror y gore.  El segundo filme (Evil Dead 2) es como si fuese un remake de la primera, que coqueteaba con el humor negro, mientras que la tercera (Evil Dead: Army of Darkness) es un filme fantastico con humor negro y ligeros tonos de terror.  Extrañamente esta trilogía funcionaba a pesar de sus cambios de género.  Más adelante, en el 2013, el chileno Fede Alvarez vuelve con un remake orientado en el terror y el gore que es excelente tanto por el tiempo como el concepto.  Ahora el director Lee Cronin ha tomado la batuta para traer una especie de secuela que no es secuela del todo, de la saga llamada Evil Dead Rises.  Claro, esto es en el caso de las películas porque por ahí anda una serie.

Técnicamente la película es una pasada.  Momentos gore bien logrados, buen uso del maquillaje.  La fotografía de Dave Garbett, utilizando mucho las sombras, es otro punto que ayuda mucho a dar esa sensación de claustrofobia y peligro constantemente.  La música del irlandes Stephen McKeon es bastante funcional para este tipo de filmes de terror y gore.  Es una impresionante amalgama de talentos técnicos trabajando juntos al mismo tiempo que hace que te quedes impresionado con la calidad.  Incluso, tiene mejores elementos técnicos que Malginant, por ejemplo.

Respecto al guión, pues bueno, toman todos los clichés del género habidos y por haber, y esto es una verdadera lastima.  Porque después de un excelente prólogo, es inaudito que nos cuelen el A, B, C de los clichés del género: una familia disfuncional, una protagonista con dilemas, personajes con reacciones poco creíbles, situaciones llevadas por los pelos, y un etcétera de momentos y elementos que le restan muchos puntos.

El filme nos lleva con Beth, quien acude a visitar a su hermana mayor Ellie después de enterarse de que está embarazada.  Ellie que es madre de tres hijos, la acaba de abandonar su esposo y la van a sacar de donde vive, se ve, para colmo, en una situación incómoda cuando después de un terremoto los hijos encuentran una bóveda con el Necronomicon y uno de los hijos decide leer el libro maldito.


Alyssa Sutherland y Lily Sullivan, logran buenas actuaciones al igual que los niños, muchos de ellos primerizos en las actuaciones como es el caso de Gabrielle Echols o Nell Fisher.

Al final, Evil Dead Rise es una película para los fans del género y que mantiene el respeto hacia ellos.  No trata de cambiar la rueda o dar lo que no tiene.  Simplemente lo intensifica y listo.  ¿Qué podría ser mejor? Claro que sí, pero no por eso signifique que estés perdiendo el tiempo.

Veredicto

Un ejercicio gore puro y duro que se limita con un guión lleno de clichés.  En donde pudo haber hecho un cambio y avanzar, decide mejor quedarse donde está.

6 / 10

Jesse Armstrong, el creador de Succession, había escrito el guión del capítulo número 1 de Black Mirror llamado “The Entire History of You” y es uno de los capítulos mejor escritos que tiene la serie.

El 9 que están viendo ahí no es ningún error.  La obra resulta extraordinaria por la fuerza del guión en sí, pero también por la impecable puesta en escena, dirección y actuación de sus protagonistas.  Cada capítulo, pule con delicadeza de artesano, unos diálogos ajustados al sarcasmo y a la tragedia moderna. En la brillantez y mordacidad de sus guiones está la clave del éxito, más allá de ese elenco coral en estado de gracia.

La serie es un vivo ejemplo de cómo se mueve la sociedad actual en estos ambientes empresariales cuando sus éxitos y fracasos afectan a toda una familia de multimillonarios.  La serie sigue la línea de “Six Feet Under” aunque esta va un paso más allá. Si en la serie de Alan Ball nos presentaban la desestructuración de una familia aparentemente normal, aquí partimos directamente de una familia disfuncional, donde las drogas, las infidelidades y las traiciones entran dentro de lo «normal», todo para quedarse con el poder.

La radiografía que Armstrong elabora sobre la alta sociedad norteamericana y sus privilegios ha reinado en los premios televisivos y ha llevado a la audiencia a confiar su tiempo a unos personajes despreciables, sin principios ni escrúpulos pero, en el fondo, entrañables. En ‘Succession’, al contrario de lo que puede suceder en otras ficciones, no hay a la vista un solo héroe por el que apostar, todos están ‘podridos’. Entonces, ¿por qué verla?

Sátira, porque ridiculiza los vicios de la oligarquía capitalista y mediática, y shakesperiana, porque nos hace experimentar auténtica emoción y empatizar con sus personajes, que tienen en común su mezquindad y su gusto por el poder, entre varios defectos, explotados con malicia e ingenio.

Sin embargo, y aunque normalmente la sátira contempla a sus personajes desde arriba, Armstrong y su equipo logran hacer que les miremos a los ojos y sentimos sus emociones, por muy detestables que sean.

Esa mezcla de comedia descarnada, brutal y hondura dramática convierten un argumento muchas veces formulado en la vanguardia de las series en un momento en que, por sobreabundancia de oferta, parece que está todo contado. Larga vida a los Roy.  Los extrañaremos mucho.

En muchos aspectos, Succession es como si “Juego de Tronos” y “Veep” hubieran tenido un hijo que viaja en helicóptero y con ropas caras de diseñadores. Y que nos ha regalado 10 de las mejores horas que hemos vivido en las últimas 10 semanas. Presenciar las miserias de los ricos engancha.


Poco hace falta hablar del apartado técnico, porque la verdad es muy similar al de la temporada pasada.  La serie es una masterclass de cómo se dirigen actores.  Jeremy Strong, Sarah Snook, Kieran Culkin, como los tres hermanos hijos de Logan llevan el nivel de sus actuaciones a momentos increíbles.  Pero Brian Cox y Matthew Macfadyen no se quedan atrás, principalmente este último con la bien lograda escena de la discusión con su esposa en la casa.  Nicholas Braun junto con Alexander Skarsgard (The Northman) son los que, si bien destacan, están un poco por debajo de los demás.

Eso sí, independientemente del contexto, la serie trata de la eterna búsqueda de poder, para la cual miembros de una misma familia están dispuestos a devorarse entre ellos, y consiguen hacerlo a la perfección.

Veredicto

Siempre ha sido buena, pero es la sensación de final lo que hace que esta temporada sea tan fenomenal.

9 / 10

Nadie duda del nivel de dirección y guión que tiene Ben Affleck, y vuelve a demostrarlo nuevamente con “Air”, película que narra la asociación del basquetbolista Michael Jordan con la empresa de calzados Nike.

Ambientada en los 80’s, en Estados Unidos en el pico de moda que tuvo el basquetball, el bueno de Affleck sabe reflejar todo a la perfección.  En el apartado técnico es impecable, como ya muchas producciones millonarias quisieran.  Esta película cuenta con una gran fotografía y un trabajo excepcional en cuanto al arte. Robert Richardson (DF) junto a Ben, lograron una fotografía muy buena. Un conjunto de planos y encuadres que funcionan bien para el desarrollo de la historia, una gran iluminación y lo mejor de todo es que se conecta muy bien con el arte de la cinta, algo que es imprescindible para lograr un buen producto audiovisual. Lo que más destaca de este último departamento es el vestuario, pero también mención especial a los decorados y los espacios. El montaje está muy bueno, en especial cuando juegan en 2 espacios distintos, es decir un montaje paralelo. También esto hace que el ritmo varíe y se adapte bien a lo largo del film.


De hecho, se siente como si estuviésemos viendo realmente una película de esa década y no una que está ambientada en ella (toma nota Stranger Things).

Otro punto a favor de “Air” está en su reparto.  Creo que nos hemos olvidado de lo buen protagonista que es Matt Damon. Es uno de esos actores que nunca te cae mal y que siempre cumplen. Pero es que además está acompañado de actores como Jason Bateman, Matthew Maher y Chris Messina, que son muy buenos secundarios. Y no debemos olvidarnos de Viola Davis, que está maravillosa.  Y ni hablar del mismo Affleck que cumple en su rol.  Hasta Chris Tucker logra, en el poco tiempo que tiene en pantalla, hacer mucho con su personaje.


El guión, es tal vez uno de los eslabones que no tienen tanta fuerza.  Escrito por Alex Convery cuando este tenía apenas veinte años, y después de que diera vueltas por todo Hollywood, cae en manos de Ben Affleck, quien no nació ayer y si llamo a su amigo Damon, es porque tenía fe en el proyecto.  Pero, ¿por qué digo que es el más flojo? es porque, a pesar de estar basado en un hecho real, los personajes se mueven de un lado a otro haciendo cosas sin el menor desarrollo.  ¿Qué motiva a Sonny a hacer lo que hace además de que le gusta? ¿Por qué motivo Phil cree en Sonny cuando él mismo afirma que nadie lo contrataba? y así surgen muchas otras preguntas con los personajes que nadie nos responderá porque no tienen desarrollo.

En definitiva, “Air” es un buen biopic basado en deportes que podrá gustar a cualquier público, aún no sea amante del basketball (como es mi caso).  En lo técnico es una maravilla que nadie puede perderse, y que es disfrutable desde que inicia hasta su final.

Veredicto

Competente en todos los sentidos: buenas interpretaciones, diálogos contundentes y un buen enfoque en el diseño de producción y la construcción del mundo de los años ochenta.

6 / 10

En un momento dado, el personaje de Elliot Alderson (interpretado por un increible Rami Malek) empieza a dar un discurso sobre cómo las empresas nos controlan, todo esto intercalando con Mr. Robot en las voces.

Creada por Sam Esmail y estrenada en el año 2015, es una de las series más relevantes de la década pasada. Los tópicos tratados en ella apuntan directamente a los problemas que conlleva ser un sujeto contemporáneo: poder del ciberespacio, aislamiento, injusticia social, y las patologías psicológicas son pilares del argumento de la serie, los que parecen marcar una negativa tendencia en lo que resume los problemas de nuestra sociedad actual.  Pero además de eso, los códigos cinematográficos con los que cuenta son de alta calidad.

La serie sigue a Elliot Alderson, un joven y brillante programador que en su tiempo libre se dedica a hackear personas como justiciero cibernético.  Un día sin saberlo, se verá envuelto en un grupo de hackers terroristas que están preparando un ataque a una de las multinacionales más grandes del mundo, pero las consecuencias de estas acciones podrían traer un caos del que nadie podrá salir.

El piloto es uno de los mejores que he tenido la dicha de ver (y he visto varios, créanme), y a pesar de ser un buen capítulo piloto y algo largo no se hace aburrido. Entrar en la mente de Elliot es una tarea que Sam Esmail ha conseguido muy bien con el guión y con la música, una trama muy bien presentada, con un ritmo más que aceptable y una fotografía que refleja perfectamente el ambiente y el estilo que la serie quiere plasmar.  Tal vez por momentos el guión de la serie cometa el pecado de ser algo ingenuo o en su defecto, un tanto simplona con argumentos y resoluciones simples.  ¿De verdad el CEO de una empresa irá directamente a contratar a una empresa de seguridad cibernética tan pequeña de esa forma? ¿O la muerte de una persona en un techo será algo tan simple que la policía dure días sin tener una pista concreta?


Sin embargo, esto no afecta en nada lo que al final la serie quiere contarnos, como nos lo cuenta y los elementos que utiliza para ello.

Por ejemplo, y aunque suene evidente, cabe mencionar que el lenguaje cinematográfico se compone de varios elementos: dirección, guión, actuación, diseño de vestuario, diseño escenográfico, audio, entre otros. Ahora, se debe entender que todos los factores están constantemente dialogando tanto entre ellos como con el espectador, y hay algunos que en ocasiones pueden hablar más que otros: en el caso de Mr. Robot, la fotografía constituye lo esencial de su lenguaje.

Al echar un vistazo a Mr. Robot es fácil notar como la constitución de las escenas deja una sensación de desazón y malestar extraño: se percibe que algo no encaja del todo. Rostros relegados solo a una esquina inferior de la escena son pasajes comunes de la serie, y son una muestra evidente de la característica principal de la fotografía de Mr. Robot: quadrant framing.  De hecho, la fotografía es tan importante, que incluso nos muestra con ella el estado de ánimo de los personajes, que personaje interactúa, o algo tan simple y básico como saber lo que ocurrirá.


En el caso del quadrant framing, es un método que se utiliza para componer una imagen de forma desbalanceada, y en la serie se utiliza para que la atención este particularmente en la mitad inferior del encuadre.  Éste recurso es poco habitual en el lenguaje cinematográfico, pues nuestro ojo está acostumbrado a leer composiciones en la regla de los tercios, donde en los puntos clave de aquella cuadrícula invisible se puede crear una imagen balanceada y agradable por su familiaridad.  La serie busca lo contrario, y quiere que las imágenes obedezcan a un régimen tradicional para que sirvan de respiro pero también desesperación.

En las fichas actorales pues ya dijimos que está Rami Malek (No Time To Die), quien destaca en todo momento, junto a un Christian Slater comprometido y siendo la contraparte extraordinaria.  Carly Chaikin junto a Portia Doubleday, tienen buenas interpretaciones pero a veces el guión les juega en contra.  Martin Wallstrom y Grace Gummer, son otros que logran grandes cosas con sus personajes aunque su desarrollo tropiece en algunos momentos.

Mr Robot es una de las mejores series, que cuenta con solo cuatro temporadas y es un disfrute de inicio a fin.  No es que estamos ante la mejor serie de la historia pero si es una serie importante que vale la pena su visionado.

Veredicto

Si crees que una serie sobre hackers te aburrira…pues dejame decirte que no es asi.

7 / 10

Fue en el 2014 que James Gunn (el director de The Suicide Squad) apostó todo lo que tenía con Guardians of the Galaxy Vol 1, y ahora en el 2023 se despide de aquellos incomprendidos héroes de la galaxia en Guardians of the Galaxy Vol 3.

El argumento es sencillo: el filme inicia tiempo después de la batalla contra Thanos en donde Gamora perdió la vida.  Aquí Star Lord aún sufre la pérdida (recordando que existe otra Gamora de otra dimensión que no le recuerda), mientras que los demás tratan de instalarse en Knowhere, aquel “planeta” abandonado.  Ahí reciben el ataque de Adam Warlock, quien hiere de gravedad a Rocket y será este el detonante para que los Guardianes salgan a buscar por el espacio todo lo necesario para salvar a su amigo.  Ahora bien, esta película llega en un momento delicado para la compañía.  Su último gran éxito rompedor fue Spider-Man: No Way Home, luego tanto en series como películas ninguna han logrado alcanzar el éxito de costumbre.  De hecho, “Ant Man and the Wasp: Quantunmania” es considerada un fracaso, siendo esta la primera película abiertamente sobre el multiverso y con el main villain.  Entonces con un UCM que parece que se le gastaron las ideas (o que no tiene un rumbo claro o llamativo, como quieran ponerle) y este cierre a una de sus más grandes franquicias, acentúa un tono de despedida.

James Gunn para esta Guardians of the Galaxy Vol 3, ha eliminado la frescura, la camaraderia, ha reducido los guiños de los ochentas, el humor absurdo (y a veces negro) fueron tambien eliminados, y en cambio nos entregan una historia un poco mas madura (aunque no mejor trabajada) sobre las perdidas, el perdon y el seguir adelante.  También un humor que funciona por momentos, siendo esto bastante ligero pero no por eso bueno (dañan dos grandes momentos para lucir al personaje de Warlock por una comedia metralla).

Da la sensación de ser, por una parte, una fiesta de cosplay carísima inundada de individuos a cual más extravagante, y por otra una consolidación de todo lo que salió en una tormenta de ideas muy loca de la que no se descartó ni una sola de ellas. 

El gran protagonista no es Peter Quill esta vez, sino que el foco recae en Rocket Raccon a quien se le da una historia de origen bastante conmovedora e inteligente.  En esto la película no se pierde, en sus desarrollos (a pesar de faltarle profundidad).  Cada personaje va evolucionando a como lo vimos al inicio del filme a como termina, y si bien es cierto que algunos están más atropellados que otros (Mantis pudo mejorar), ninguno se queda fuera.  A pesar de estos detalles, y también de un deseo a veces contraproducente de intentar abarcar más de lo que puede o necesita, porque en sus más de dos horas, tiene momentos que pudieron reducirse o en su defecto, eliminarse y la película no se ve afectada en nada (los casi 20 minutos que llegan a ContraTierra son totalmente innecesarios).


En cuanto a lo técnico, pues lo de siempre: John Murphy en la música, nada nuevo ya que es un gran colaborador de Gunn.  Henry Braham en la fotografía, que tampoco es nuevo.  Y bueno, después todo lo de siempre.  Las actuaciones, pues, no es que sean una maravilla aunque Karen Gillan como Nebula, Pom Klementieff como Mantis y Chukwudi Iwuji como El Alto Evolucionador estan abordados con mucha altura.  Sin duda los mejores.

Guardians of the Galaxy Vol 3 es una divertida película que, si te gusta Marvel la disfrutaras, y más si eres de los que prefieren los filmes de EndGame para atrás.  De no ser así, pues es una película correcta con unos cuantos defectos, que no dejarán buen sabor a boca.

Veredicto

Entretiene el cierre de la trilogia pero, ¿que mas se puede pedir a algo tan irregular?

6 / 10

No todos saben hacer humor negro.  Ese humor característico por ser ácido y que saca la risa culpable.  División Palermo sabe hacerlo con creces y de la mejor manera.

Unidad Palermo

La historia es simple: Felipe Rozenfeld se queda sin trabajo, sin novia y sin dinero, y en un arranque de desesperación por un mal entendido toma el trabajo en la Division Palermo, creada exclusivamente para ser una unidad inclusiva.  Tal vez alguien pensaría que una comedia no necesita un guión estructurado, pero esta serie demuestra lo contrario (así como otras veces lo hace Doom Patrol, por ejemplo).  El desarrollo de los personajes es interesante, y aunque tal vez el personaje de Santiago Korovsky peca de repetirse, tiene su desarrollo de personaje.

Sin miedo a lo políticamente incorrecto, si bien hay muchos chistes con eje en las discapacidades y minorías, el guión tiene la habilidad de construir los personajes de tal forma que resultan más que alejados de transmitir burla o pena. Ya de entrada nos encontramos con multitud de gags, algunos muy logrados, a la vez que la trama va fluyendo hacia la resolución de un misterio, con giros y situaciones eficazmente resueltos. Lo que sí he encontrado es cierta falta de fluidez en la interacción de los personajes.  Por momentos parecen estar conectados, luego es lo contrario, después parece que si, luego no.  Es algo que hace que el espectador difícilmente conecte con todos, cuando esa es la idea ya que de entrada nos lo venden como un equipo.


Técnicamente cumple, y de hecho, me sorprende encontrar la fotografía de Roman Kasseroller en esta serie, como un buen uso de la dirección, o al menos en lo más correcto posible.

En un momento en el cual el humor está bajo la lupa, y que películas y series muy queridas del pasado, pueden ser cuestionadas desde el prisma con el que se analiza el presente, División Palermo se anima a hacer reír a partir de temas muy delicados, como el racismo o las capacidades diferentes. No es un humor negro con miras a destruir (como el humor de Ricky Gervais), porque no prioriza el gag desde la burla gratuita, sino que, Division Palermo reflexiona a través de situaciones que interpelan al espectador.

Veredicto

División Palermo es por momentos muy graciosa, y resuelven con ingenio el complicado escenario que usan para hacer humor y, a la vez, aportan muy inteligentes ideas sobre determinados comportamientos sociales, además de buenas resoluciones visuales para algunos gags.